Era un 31 de Octubre como cualquier otro, los niños corrían de casa en casa disfrazados pidiendo dulces, pero evitaban una casa en especial, no es que tuvieran miedo de ese lugar era que simplemente no podían verla, era invisible para aquellos que no supieran su localización exacta, que por el momento solo muy pocas personas lo sabían.

James Potter observo durante unos segundo a unos niños que pasaron corriendo frente a su ventana, uno disfrazado de lobo, otro de perro, uno tenía una diadema de la que salían astas de papel mache y el ultimo disfrazado de ratita, no pudo evitar reír al ver la escena tan familiar que se desenvolvía fuera de su hogar.

-James, cariño , ven y ayúdame con Lily –James volvió la vista , una hermosa mujer de cabellos rojo obscuro y ojos verdes lo miraban con una mueca graciosa desde un sillón, en su regazo una bebe de apenas 3 meses intentaba alcanzar el cabello de su hermano de un año que le hacía caras mientras se inclinaba a un costado de su madre, ambos niños tenían el mismo color de ojos que su madre, pero el niño había sacado el cabello negro de James, mientras que la niña era como una copia exacta de su madre. "Mira una Lily en miniatura, ¿Por qué no la llaman a si Cornamenta?" Su mejor amigo, Sirius, había insistido en que la pequeña se llamara igual que su madre, seguramente le pareció gracioso.

-Claro amor- James tomo a la pequeña en brazos- Hola princesita, ¿Qué intentas hacerle a tu hermano? –La niña sonrió mientras alzaba los brazos e intentaba quitarle los lentes a su padre.

-Tienen mucha energía, no logro hacer que duerman, Harry lo único que quiere es jugar con ella – La mujer le acaricio el cabello al pequeño. James soltó una risa, se sentó en el sillón con la niña aun en brazos y tomo su varita que estaba en una mesita frente a él, de la punta comenzaron a salir nubes de colores, ambos niños se quedaron absortos viendo las figuras que se formaban Harry intento atrapar lo que parecía un helado con sus manitas pero el humo se le escurrió de sus dedos como si fuera agua, el pequeño comenzó a carcajearse.

Llegado un momento la pequeña bostezo y cerro sus ojos, Lily tomo a su hija en brazos y subió las escaleras, al poco rato bajo sonriendo.

-Por fin se quedó dormida, solo falta que este torbellino también caiga.-Harry miro a su madre y le sonrió, la mujer tomo a su hijo en brazos y comenzó a subir las escaleras rumbo al cuarto donde dormían los niños. En ese momento el timbre sonó, James se levantó y fue a abrir la puerta.

-¡Lily toma a los niños y huyan! – Un rayo verde ilumino la casa, la mujer dejo al niño en la cuna junto a su hermana que volvía a despertarse y parecía a punto de echarse a llorar en cualquier momento.

-Todo va a estar bien amores, no se preocupen, mami está aquí, mami los cuida – Le temblaba la voz mientras hablaba, le acaricio el cabello a su hijo que la veía con sus ojitos verdes llenos de curiosidad- mami está aquí

La puerta se abrió con una explosión y una figura encapuchada apareció con varita en vano, la mujer se dio la vuelta y se interpuso entre el hombre y sus hijos.

-A Harry no por favor, ten piedad es solo un niño.

-Apártate muchacha no tengo interés en ti

-A Harry no, a Harry no.

-Haste aun lado.

-No- El hombre de ojos rojos se impaciento.

-Bien como quieras, ¡Avada Kedavra! – Un rayo de luz verde le dio en el pecho a la mujer que cayó al suelo inerte, en ese momento la pequeña rompió a llorar mientras su hermano veía con sorpresa al extraño esperando posiblemente que su padre apareciera detrás de esa fea mascara, comprendió que esa persona no era su padre y también comenzó a llorar. El hombre se acercó a la cuna donde los bebes lloraban, ¿Cómo era posible que un bebe seria el que acabaría con él, el más grande y temido mago oscuro de todos los tiempos? Imposible, Voldemort dirigió su varita hacia la cara del niño, solo debía matarlo a él, la niña tenía que sobrevivir, sería un arma más dentro de sus filas.

-¡Avada Kedavra! –Durante unos segundo creyó que todo funcionaria pero un dolor insoportable le ataco era casi como si muriera, no ya estaba muerto, pero porque seguía sintiendo dolor, ¿Qué había pasado?.

Esa noche todo el mundo mágico tembló, aquel ser que los había estado atormentando había muerto, y todo gracias a un niño, Harry Potter el niño que vivió esa noche se volvió una leyenda.