La sonrisa de una chica

Han pasado ya varios años desde aquella vez que Ash y compañía habían ayudado a Jackie en su misión de criar y proteger a Manaphy. Así como de proteger a Zhamaya; el templo del mar, de las garras del malvado pirata Phanton.

Si bien en la odisea, aquello fue una lucha llena de acción. Lo más destacable de esto fue la acción de May como madre sustituta de Manaphy, con quien había forjado un lazo maternal muy unido, por más increíble que sonaba aquello. Era lógico pensar que May conoció el "amor" de madre a una edad muy joven para ella, y aun así lo demostraba con toda devoción.

La última vez que May y Manaphy tuvieron que despedirse, fue tal vez el momento mas triste y a la vez mas feliz de la castaña ojiazul, algo que jamás, nunca olvidaría.

En efecto. Ella jamás lo olvido. Aun pese a su comportamiento todavía infantil, May solía ser muy atenta y cariñosa; aunque esto no va tanto al caso.

El caso, fue que May disfruto ser madre al menos en metáfora. Sin embargo debíamos admitir que ella quedaría sentida con esta experiencia.

Todavía lo recordaba, como si hubiese sido ayer…

/Flash Back:/

May y sus amigos se encentran en la cubierta del Blue Lagon, una vez que el día estaba por concluir y su misión había terminado. El templo del mar ahora volvía a sumergirse en las aguas para nunca más volver a surgir, al menos en la vida de nuestros amigos.

Si bien todos se encontraban satisfechos, la castaña no podía decir lo mismo.

May: Adiós…-Decía mientras sus ojos se cristalizaban.

Sin embargo aquel pokemon legendario el príncipe del mar; volvió una vez más para despedirse de su ya amada "madre" y articulando las palabras "te amo…May" Aquel pokemon bebe felizmente volvió a las tranquilas aguas. Habiendo complacido ya a su madre humana.

May por su parte ahora se sentía mejor…aun cuando no lo fuera

Max: May, estas bien?

May: No…no lo estoy…pero…lo estaré…-Dijo triunfal mientras el viento agitaba sus mechones castaños, así como sus ropas.

May, sus amigos y hermano, le acompañaban mientras sonreían junto con ella y miraban hacia el alba y el mar que tranquilamente volvía a guardar unos de sus muchos secretos y tesoros.

/Flash Back End…/

Eso fue…hace ya unos años atrás. May continúo su entrenamiento. Como coordinadora pokemon, y esto le llevo a muchos otros lugares como Jotho y Sinnoh más aun. Sin embargo era obvio que las cosas cambiaron mucho a lo largo de estos años.

Uno de estos eventos, fue que Max volvió a casa en petalburgo con el objetivo de volverse un entrenador pokemon. El fue el primero en irse. Brock…Brock volvió a ciudad plateada donde finalmente su experiencia adquirida a lo largo de estos años rindieron frutos, crenado así su propio centro de crianza pokemon el cual según sus constantes cartas ya atendía con la ayuda de una compañera, alguien que Ash seguramente recordaría…

"Ash"…es verdad casi nos olvidamos del azabache. Ash…aquel joven que finalmente logro madurar lo suficiente como para no ser la burla de varios. Continuo al lado de May, apartemente Norman seguía teniendo planes para el joven y que mejor que un maestro experimentado en el tema, que además no cobra honorarios por sus servicios de guardián, maestro, cocinero, medico y asesor de la chica.

Así fue como sucedieron las cosas en todo este tiempo.

Algo que si tomaría por sorpresa, sería el repentino cambio que May tanto como Ash habían tomado más recientemente.

Quién sabe si Norman ya tenía esto planeado desde hace tiempo, o Ash hizo de las suyas.

Quien sabe…pero lo curioso es que aun así seguían en el asunto de los pokemon, aunque no como estábamos acostumbrados a verlos.

Pero…bueno, veamos cómo les ha ido a maestro y alumna en esta nueva vida Como: Investigadores de la federación pokemon con sede en Hoen.

Si investigadores, o detectives si es que así lo entienden

Eran ya la media noche. En algún punto dentro del exuberante bosque rumbo a ciudad Slate pourt. Un grupo de oficiales de policía y pokemon rangers se reunían con vehículos y equipos en los alrededores de un viejo almacén en medio de bosque. Dicho almacén seguramente ocultaría a algún grupo criminal que estuviera tratado de hacerse con algún bien o pokemon especial o raro que pudieran encontrar.

Si bien esto no parecía algo calmado. El dato era que la situación ya había sido controlada. En el interior del edificio. Se observan los ventanales desgastados, mientras un enorme hombre cuya identidad es oculta por las sombras aparentemente es neutralizado por dos individuos más pequeños y menudos que este ultimo. Parecían ser un joven y una jovencita. Ambos aparentemente luchaban cuerpo a cuerpo contra el individuo más tosco y no peleaban tan mal.

Aprovechando que su oponente se encontraba aturdido por la lucha, las chica se lanzo primero al ataque y una vez frente al sujeto, le dejo descargar una voltereta en la que le pateo con fuerza en el pecho y cabeza, una vez e cuclillas en el suelo , la chica se lanzo a u lado para que su compañero, un joven más alto y ciertamente más fuerte, descargara todos su peso en un certero y duro golpe al pecho del individuo. Ante esta acometida. Aquel hombre gigante se desplomo sobre unas cajas de madrea, rompiéndolas en el acto.

-El juego termino…Phanton! –La voz algo gruesa de aquel joven resonó en el lugar.

-No cree que estas algo viejo ara seguir en esto! –Una voz femenina se oyó seguidamente.

-Malditos niños…! Siempre se han interpuesto en mis planes…-Decida aquel hombre que resultaba ser Phanton.

-Déjate de tonterías Phanton, la fiesta termino. –Grito el joven.

-Esto aun no se acaba maldito mocoso. –Acto seguido…oprimió u botón de un control que llevaba y una viga de madera de colosal tamaño apareció dirigiéndose rumbo hacia ellos.

-Mierda! –Dijo El joven mientras empujaba a su compañera fuera de peligro, pero lamentablemente la viga se lo llevo de lleno, lanzándolo contra el otro lado del almacén.

-Ash! –la voz de la joven se hizo sonar llena de temor.

En efecto. Ese joven resultaba ser Ash, y si bien no lográbamos distinguirlo bien, pronto lo veríamos, al igual que su compañera quien obviamente ya se imaginan quien es.

-Ash! –Pronto la chica fue detenida de un brazo por aquel hombre gigantesco. Y elevada de este.

-Ahora es tu turno mocosa! –Phanton amenazo con acabar con la joven.

-guárdate tus amenazas Phanton! –La chica le ordeno mientras le daba una patada en el estomago a fin de librarse.

-Una vez más te interpones en mis planes niña...me quitaste la corona del mar. Pero no dejare que lo vuelvas a hacer! –Dijo haciendo recuerdo lo ocurrido hace años.

-Manaphy…Manaphy no era ningún objeto u herramienta! –Contesto postrada en cuclillas e el suelo. –El era...mí…

-MAY! Cuidado! –La voz de Ash llamo a la chica por su nombre. En efecto era May, ya lo sabíamos pero necesitábamos confirmación.

Ash apareció, y de una envestida se lanzo contra Phanton. Haciendo que ellos retrocedieran hasta el ventanal y rompiéndolo en el acto, cayeron del segundo nivel.

Ash! Espera! –May salió en busca de su maestro. Una vez asomada por la ventana. Miro como tanto Phanton como Ash habían aterrizado sobre una patrulla, destrozándola con la caída.

Afortunadamente los dos seguían respirando y bueno no faltaron los oficiales que ridículamente les apuntaron y dijeron "no se muevan" cuando la verdad ambos no podían hacerlo.

Momento después Phanton y sus hombres fueron encerrados en un camión policial y llevados fuera del lugar, acompañados de un gran escolta de patrullas.

En el lugar solo habían quedado los Rangers quienes con algunos camiones y camionetas seguían reuniendo información en la zona. Ash era atendido en una ambulancia. El joven solo se había hecho unos cortes en sus brazos debido a la viga que detuvo con sus propias manos, sin olvidar l envestida hacia Phanton; el cual había amortiguado su caída. May por su parte seguía algo pensativa. El encuentro con ese enemigo después de mucho tiempo, le hizo recordar muchas cosas. Aunque trajo consigo también nuevas interrogantes. Interrogantes que notaria después.

Al final Ash y May se quedaron en el lugar junto con los pocos Rangers que se estaban retirados.

-agh con cuidado…-Se quejaba Ash con el paramédico que atedia su cuello.

-La esquirla no te atravesó la arteria principal por un milímetro, no te muevas!

-Apúrate, Apúrate...apúrate. –Apresuro Ash al medico

Por su parte May estaba estada sobre el cofre de una patrulla, miraba fijamente el suelo. Pesando pesaba en lo que había sido su vida desde que sucedió ese incidente con Manaphy.

Como había dejado de ser esa niña para convertirse en una jovencita de ahora 21 años, sin embargo seguía conservado su simpatía y belleza únicos y que tato había demostrado e su niñez. Ahora se miraba a sí misma. Sus ropas habían sido cambiadas completarte, ahora vestía unos pantalones de gabardina ajustado de color beige y con botas cafés que llegaban hasta sus rodillas. Su blusa roja, ahora era remplazada por una de color azul y algo holgado de mangas más largas, cubriéndose el tórax tenía un chaleco de varia bolsas esto era parte de su equipo. Francamente nunca pensó en terminar así.

Ella pesaba que seguir siendo una coordinadora profesional y tal vez con muchos trofeos. Sin embargo el brusco giro que había dado su vida lo dedicaba a aventura tras aventura, viaje tras viaje; en cierta forma había sido como ella lo deseo originalmente, viajar y conocer lugares, aunque esto había adquirido el aporte de "vencer a tipos malos".

-May…estas bien? –Un par de botas de casquillo de color café aparecieron frete suyo en donde estaba viendo. Alzo la vista y lo vio a él

-Ah…ha o no es nada…-Volvió a esconder la mirada bajo la gorra que alguna vez fue de su maestro.

-Bien. Vamos a casa. Le invito mientras enerva a que se levantase de donde estaba y lo siguiera.

Terminaron su reporte de la situación y finalmente se encaminaron hacia el Hummvie que tenía como vehículo personal. En pocos minutos maestro y aprendiz viajaban a bordo del utilitario rumbo a Slate Pourt. Usado claro está, una de las veredas en el bosque, sin embargo nuestra castaña amiga se encontraba muy pensativa y solo miraba por la ventana el paisaje que iban dejando atrás de los característicos bosques de Hoen.

-Que sucede May…alguien más te molesto…? –Pregunto Ash quien seguía al volante.

Ash vestía de un modo similar a May, Pantalones Beige, aunque los suyos eran de un tono más grisáceo, una camisa de manga corta de gris azulado dando un estilo militar. Una camiseta de manga corta de color gris claro, aun llevaba su equipo de coderas y rodilleras así como de una cubierta para el peto puesto, May le molestaba usar la cubierta del peto porque le apretaba sus senos. Por eso en cuanto podía se lo retiraba.

Ash parecía más bien un Vaquero con todo eso y claro, un sombrero de expedición de color gris que tenía una franja negra de cuero en la copa. Lo único que podía marcarnos ahora que era Ash, eran los guanteletes negros que usaba, pero estas también habían sido remplazadas por unas de cuero negro. El caso es que ambos habían tenido que simplificar o mejor dicho adaptarse a las nuevas tretas de esta profesión. Afortunadamente los ejercicios y entrenamientos que habían realizado en su juventud los moldearon muy bien para esto. Aunque May como siempre terminaba quejándose de eso.

Al ver a ese nuevo Ash, la chica volteo nuevamente su rostro y apoyando su barbilla sobre su mano solo musito:

-Estoy bien Ash…solo aburrida. –Se defendió la castaña mientras los recuerdos le llegaban con profunda herida en su corazón.

-Segura. No sé, te eh notado algo…desanimada. En especial desde que supimos que nuestra misión sería la de detener nuevamente a Phanton. Dime…te afecta algo relativo a eso? –Ash le manifestó de manera atenta y preocupada.

-Descuida Ash...solo…-Lucho por mantener sus lagrimas a cubierto pero era inútil

-Está bien. En ese caso lo hablaremos en casa, te parece? –Le sonrió comprensivamente As mientras volvía su vista al camino y mantenía su original silencio.

May volteo ligeramente su mirada hacia su compañero y tutor. Aun a pesar de los años podría decirse que algunas cosas nunca cambiaban. Ash era ahora un joven de al menos 23 o 24 años por lo que poseía un cuerpo mucho mas atlético y su más torneado que antes, parte de esto era por el hecho de su nueva profesión. Sus enormes y macizas manso daban cuenta de ello.

Tampoco podía negarse el hecho de que sus sentimientos y mentalidades habían cambiado también. Ahora era algo más serio pero no por eso dejaba de ser un idealista empedernido con mucha energía; Sus pensamientos y su madurez se enfocaban aun en los pokemon pero ya no con esa incompetencia e irresponsabilidad que solía mostrar de más joven. Era como una mezcla entre su antiguo yo t su ahora persona.

Ella tampoco se había quedado atrás. Después de varios años de entrenamiento y de misiones más serias que encaraban enfrentar a villanos como el equipo Roket o A los equipos Magma y Aqua, habían moldeado una perfecta y algo envidiable figura que no era ni exagerada ni escasamente proporcionada. No…ahora era una jovencita de al menos 19 o 20 años. Y ciertamente sus ojos, aun poseían esa inocencia y gracia que era propia de la May original. Si…ella era igual que Ash en ese sentido. Los dos seguían siendo…"ellos mismos" aun a costa de todos lo vivido por ambos.

La castaña termino su leve vistazo a su compañero y maestro mientras, volvía a mirar el oscuro camino que seguían a toda marcha. Esa noche los esperaba un cálido cuarto de hotel en el centro de Slate Pourt.

/

En efecto. Eran ya las 9 de la noche cuando nuestros dos héroes, habían llegado al centro de la ciudad portuaria. Pero aun a pesar de su logro de aquella noche, nuestros amigos no serian recibidos como héroes dentro de Slate Pourt. No. Aquella operación había sido realizada en secreto de sus habitantes. Es más. Solo los más altos mandos de la ciudad estaban informados de ello. El Humvie amarillo canario paso por vehículo de lujo en vez de asalto y no sauco tanta relevancia en su llegada al hotel de 5 estrellas.

Una vez vuelto al trámite de alojamiento tanto para el vehículo como para los dos agentes. Nuestros amigos ya estaban en su habitación intentando buscar un poco de tranquilidad del ajetreo que ese día había traído

Ash dormía pesadamente en el sofá más grande mientras su equipo de agente estaba colocado sobre la mesa de centro. May estaba acostada en la cama de la recamara continua mirando la televisión y notando solo el hecho de que se había capturado nuevamente a maleantes que intentaban hacer trafico con pokemons marino propios de la zona. Eso era cierto; Pero nunca había especificado que aquellos maleantes eran nada menos que Phanton y sus secuaces Las noticias pasaban de largo mientras la ojiazul seguía muda en su mundo. Tal vez era su duelo con phanton lo que había revivido sombras del pasado.

-May…te encuentras bien…? –La pregunta la tumbo de su nube de ilusiones.

-Perdón…? Ash…! Este…no…que sucede…? –Reacciono fingiendo algo de pena a su maestro quien le miraba desde el marco de la puerta.

-Eso mismo podría preguntarte yo. –Respondió muy obviamente. –May me tienes algo…preocupado. Desde que terminamos nuestro trabajo aquí te he notado algo distraída…pensante…en serio que a ti te pasa algo.

-No Ash no es eso…solo que…-Buscaba que objetar la castaña a su favor. Sin embargo aquello le fue inútil cuando su tutor y colega le refuto sobre su comportamiento.

-No has comido para nada tu cena. Apenas y le diste un mordisco. No me has prestado atención cuando te solicito y parece que ni siquiera dormir puedes. Sabes bien que mañana nos iremos a ciudad Diuford. Necesitas descansar.

-Ash…en serio agradezco esto pero…es que…-May no lo soporto mas y decidió actuar por su instinto. –Lo extraño…-Solo se limito a responder…

-Lo extrañas…? –Se pregunto algo desorientado. A quien…a él…? –Pregunto esta vez más calmado.

-Si…él…mi…mi…-May sentía un nudo en la garganta mientras su voz se quebraba.

-A Manaphy…-Contesto calladamente.

-Mi bebe…! –May libero un llanto muy pesado el cual le dejaba sentir más intensamente aquella sensación en su corazón que tanto le marginaba.

May dejo que sus lágrimas le llegaran hasta lo más sentido de su corazón…mientras sentía como su cuerpo se quitaba un gran peso de encima. La castaña se dejo caer en sus cobijas mientras cerraba sus ojos que eran autenticas cascadas debido a las constantes lagrimas que le aquejaban.

-Lo amaba tanto….el era mi…bebe! –Lloraba mucho más sentida por su perdida. Era lógico, Manaphy nunca fue hijo de May por cuestión técnica pero los sentimientos y el cariño que ambos entrelazaron fue más que suficiente para hacerla sentirse tan mal. Finalmente sintió como una palma se depositaba sobre sus cabellos castaños y le palpaba.

-Lo entiendo…... –La voz de Ash en un timbre sumamente calmo y tranquilizador le hicieron dejar de soltar lágrimas.

May lo comprendió y poco a poco se fue quedando más calmada al par que Ash se sentaba junto a ella a fin de darle animo. Tras un momento May estaba ya calmada, pero su rostro se había chapeado debido a las lagrimas que habían caído por ellos. Su fiel maestro seguía a su lado y era su hombro donde ella depositaba su mentón en busca de calidez reconfortadle.

-Lo siento maestro….en serio lo siento mucho. Se que ya no debo comportarme como una niña…pero es que…no puedo recordarlo, sin sentirme…triste.

-Descuida May Sabes que nunca te he pedido ni reprochado nada que vaya contra tu voluntad. Llorar es algo bueno…y sirve para consolar nuestros sufrimientos. Pero…porque estas triste. Sabes muy bien que Manaphy está bien, sano y salvo. Y que seguramente él siempre te recordara, aun siendo el rey de los mares. Sabe que fuiste tu quien le brindo ese amor que solo una madre sabe dar.

Créeme May yo sé…lo mucho que un hijo se siento agradecido con su madre. –Ash casi llego a quebrarse su voz cuando escucho. –Mama era muy buena persona conmigo...ella…-Dijo cerrando sus ojos mientras May lo miraba. –Era todo para mí. Mi estrella en la noche, alguien quien siempre me espera. Y que seguramente me está esperando….allá. En la inmortalidad.

May lo vio no lo creyó, esa perspectiva de su mentor en un momento daba una esplendida muestra de cariño y afecto hacia la autora de sus días. La necesidad de sentirse querido por unos brazos que brindaban amor y lo recibían de parte de esa persona especial.

Ash liberaba sus sentimientos los cuales sometió al ver que no era el caso.

-Perdona…es que…-Limpiando una lágrima en su mejilla. Es algo mío…jeje pero. Dime May Crees que Manaphy se sentiría feliz si tú te mortificas así? –Acertó en su objetivo. La castaña lo reconsidero. Por un momento sabia que aquellas silabas eran muestras de verdadero sentimiento. Sentimientos que ella no estaba escachando.

May lo pensó solo un momento y después no hubo ninguna duda más. Ella debía estar contenta por Manaphy porque el siempre la recordaría y siempre la tendría en su corazón. Lo mismo que ella debía corresponder. Y ahora eso le dictaba que debía ser feliz por su lado.

-Tienes razón Ash…-Abrazándole afectuosamente. Después de todo…tú también has sido alguien muy importante para Manaphy. Pero más que nadie para mí. –Le dijo mientras hundía su rostro en su pecho.

-Y si es verdad eso. Porque tan importante soy para Manaphy? –Le pregunto algo consternado.

-Jejeje…es que Ash…Manaphy me consideraba su mama. Lo recuerdas.

-Recordarlo. Ju; era todo lo que sabía de ustedes. –Contesto sarcásticamente el joven agente.

-Jeje bueno…es que…el también te consideraba..su padre. –Dijo esto mientras quedadamente callaba y cerraba sus ojos para darle un beso al azabache.

En poco momento; May le había dado un cálido y lento beso irresistiblemente tierno a Ash, quien a pesar de su sorpresa no tardo en contestar a este último. Entregándole mucho afecto a ese tierno, no tardaron en dejar que la situación se les saliera literalmente de las manos y sencillamente aquella noche termino siendo muy lejos de algo calmo y callado.

/

A la mañana siguiente los primeros rayos de luz del alba se lanzaban contra las ventanas de aquel enrome cuarto de hotel. Todo parecía ir en su lugar tal y como debía, salvo el hecho de que Ash no estaba en el sofá donde se suponía debía de dormir. La portátil que llevaban se encendió automáticamente indicando que era hora de levantarse, pero francamente su aviso estaba lejos de ser escuchado.

Todo esto se resumía en nuestra vista que dejaba de lado ese portátil para dirigirse lentamente hacia la puerta de aquel cuarto, en done la entreabierta puerta dejaba ver la cama y las sabanas que cubrían a aquellos jóvenes amantes durmientes. Pronto, miramos algunas prendas tiradas a los pies de la cama y una vez dentro de la habitación, observamos como nuestro Azabache amigo así como su dulce aprendiz de cabello castaño dormían plácidamente acurrucados. Ella se arrimaba más a su abrazo mientras que una de las manos de Ash se mantenía firmemente postrada sobre el vientre de la joven que era cubierto por las sabanas.

Ellos dibujaban una sonrisa cómplice e inocente. Misma que formulaban aun dormiros. Ash sentía ese cariño nuevamente mientras se aferraba a su compañera, mientras tanto; May mostraba esa sonrisa inocente y un poco juguetona mientras en su rostro se veía alegría y paz. Pero…pocos muy pocos sabrían mucho después de lo que significaban esas sonrisas y gestos que ambos mostraban.

Solo mientras miramos a nuestra castaña amiga más de cerca miramos en su rostro; que en sueños…se escuchan risas dos risas infantiles e inocentes que pronto, en algún tiempo. No escatimarían en llamarle…

….Mama…..

FIN