Esta es una traducción autorizada de la historia A Christmas Wish de la autora Bethalaina. Nada de esto es mío, todos los derechos a ella y a JK Rowling.

Pues esta historia la tenía traducida hace unos meses, desafortunadamente fue la única que tenía guardada en mi ipod así que por eso la estoy colgando.

En unos minutos más pondré los nuevos capítulos de Hogwarts al rescate y el Contrato, también estaré poniendo las historias nuevas. Que volví a traducir. ¡Saludos! Espero les guste esta historia tanto como me gustó a mí.

Aquí les dejo el link. En caso que lo quieran leer en Inglés, también dejaré el acceso directo en mi perfil.

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Thanks a lot bethalaina for letting me translate your wonderful and lovely story into Spanish. I know people will love it! Love Eliza.


Capítulo 1.

Viktor comenzó a caminar lentamente por el pasillo de su casa, su puño estaba apretado, sus nudillos blancos, intentaba concentrar toda su frustración en el sándwich que había frente él. Acababa de llegar de una larga sesión de Quidditch y lo único que quería era llegar a su casa y relajarse con su esposa. Pero Hermione estaba encerrada en su estudio como siempre. Probablemente estaba trabajando de más, o peor aún, pensando en bebés.

Con un suspiro golpeó la puerta "¿Hermy-own-ninny?"

"¿Qué?" La voz de su esposa sonaba débil y triste, por lo visto había estado llorando nuevamente.

"Ya llegue"

"Bien"

"¿Saldrás del estudio?"

"Más tarde"

Al escuchar la voz desolada de su esposa, Viktor quiso patear el sándwich en el suelo, ¿Qué podía hacer un hombre en una situación como esta? Con un movimiento de varita abandonó la cocina y se apareció en Honeydukes.

Comenzó a caminar con su vista pegada en los estantes, intentando encontrar aquel preciado manjar que hacía feliz a su Hermione, él sabía que los dulces no eran la solución a su problema, después de todo nadie sabía que el hechizo Glacialis Uterus – Literalmente Útero de hielo – tuviese cura alguna. Todo comenzó el día de la batalla final en Hogwarts, un mortífago le había lanzado una maldición, ella al ver que no causó daño alguno, continuó peleando. Unas semanas después, notó que su periodo tardaba en llegar, lo relacionó al estrés por la guerra. Meses después, ella y Viktor se casaron y ahí notó que era lo que faltaba.

Y ahora, pensó el buscador mientras llenaba una bolsa con todo tipo de chocolates, la impotencia y la culpabilidad la estaban consumiendo. Claro, siendo Hermione podía disimular la culpa, pero Viktor conociéndola como lo hacía, podía ver como sus ojos ya no brillaban y estaban cubiertos de tristeza, amargura y desesperación.

Y Hermione, ganándose el título de la bruja más inteligente de la época había pasado meses encerrada en la biblioteca intentando encontrar una cura, claro que todos sus esfuerzos fueron fallidos. Había intentado crear hechizos y los había probado en ella misma. Pero ahora ya se había rendido. Vivía el día a día conformándose con lo que podía tener y con lo que nunca tendría. Viktor había intentado apoyarla en todo… pero era simplemente difícil.

Aunque su situación podía ser peor, Viktor tomó entre sus dedos unos alfajores de chocolate – eso era lo que más ayudaba a Hermione con su depresión – sus pensamientos viajaron rápidamente a la situación de Luna y Neville Longbottom. La rubia estaba embarazada de cinco meses cuando la atacaron con la misma maldición que la de su esposa, llevaba siete años embarazada. Neville se culpaba a sí mismo por eso. Ahora que lo pensaba, si alguien había buscado la cura más que Hermione, ese era el señor Longbottom, había estudiado cada una de las plantas de los invernaderos de Hogwarts, a veces pasaba semanas estudiando una pura planta. Para Hermione, la posibilidad de tener hijos estaba congelada. Para Neville y Luna, su hija estaba congelada, esperando salir.

Con una sonrisa cansada, el jugador de Quidditch tomó unas pequeños dulces y los puso en su bolsa – Tomó los de frambuesa, a Hermione le gustaba la frambuesa cuando estaba trabajando – Le pagó al vendedor y salió de la tienda. Estaba nevando así que se abrigó en su capa y desapareció.

La casa estaba oscura y en silencio. Viktor encendió la chimenea y se sacó su capa y sus guantes, se acercó al estudio nuevamente y se dispuso a hablar nuevamente a su esposa "Es tarde, amor. ¿Saldrás ahorra? Te tengo una sorpresa"

Viktor sonrió al escuchar como la puerta se abría, él sabía que Hermione no podía resistir las sorpresas "¿Qué cosa?" Preguntó la castaña, su voz se sentía débil y Viktor supo que ella había estado llorando.

"Sal y ve" La tomó de la mano y la guió al salón familiar. Una sonrisa adornaba la cara de Hermione.

"Ohhh, ¿Me trajiste alfajores de chocolate?

Él le podía haber traído todo el chocolate del mundo con tal de verla sonreír. Demonios, Viktor secuestraría al mismísimo Willy Wonka con tal de verla feliz – verdaderamente feliz. "Lo hice" Se sentó al lado de ella en el sofá "Ahorra, come un poco y cuéntame que has estado haciendo todo el día en el estudio"

Ella suspiró y soltó un sollozo, Viktor bajó su cabeza y besó las lágrimas que amenazaban con caer de los ojos de su amada "Pues, se que … se que debería haber discutido esto antes, pero no estaba pensando solo actúe; estoy orgullosa de haberlo hecho… pero"

"No me enojare, ¿Qué pasó?" Se acercó más a ella y comenzó a acariciarle las caderas.

"Renuncie"

Si Viktor se sorprendió o no comprendió lo que estaba diciendo la castaña, no lo demostró ¿Hermione Granger había renunciado a su trabajo? No es que necesitasen el dinero – Claro que no, con el dinero que él hacía con el Quidditch podían vivir toda su vida sin necesidad de ahorrar dinero - ¿Pero que era lo que ella pensaba hacer en su tiempo libre? "¿Por qué? Está bien conmigo, carriño, solo quiero saber que fue lo que pasó?"

Ella se estremeció un poco y se echó otro pedazo de chocolate a la boca, tomó otro trozo en sus manos y lo acercó a Viktor, que feliz lo comió "Estaba… frustrada en el ministerio. La gente del departamento de Misterios pues… me miran con lástima. Escuche que estaban pensando en estudiar los beneficios del hechizo. Lo piensan ofrecer a San Mungo como un método anticonceptivo. Y pues… las secretarías celebraron un baby shower hoy. Trate de ignorarlas, pero estaban mostrando los regalos, los pequeños zapatitos y las mantitas y no pude evitar sentirme celosa, estoy feliz por ella. Y después de todo eso, Romilda Vane anunció que ella también estaba esperando. Todas se voltearon a verme con lástima esperando que me pusiese a llorar y comenzaron a susurrar cosas hasta que entré a mi oficina. Y nunca me agradó mucho Romilda Vane"

"Pensé que ella estaba saliendo con Ron, él nos diría…" Viktor sabía que Ron no les mantendría en secreto su paternidad.

"No, ellos terminaron hace seis meses. Honestamente, Viktor, a veces creo que guardas tu memoria en el mismo lugar que guardas las Bludgers y la Quaffle"

Él le acarició la nariz y se rió "Mirra tú. Ya sabes los nombres de las pelotas"

Él solo se rió mas al ver la mirada que le daba Hermione, al principió estaba seria, se estaba mordiendo el labio y después soltó a reír. Viktor comenzó a hacerle cosquillas hasta que ya no podía más.

"Gracias por esto" Dijo Hermione mientras le acariciaba la mandíbula "Por alegrarme, por hacerme feliz, por dejar que me queje de las secretarias"

Viktor sonrió y susurró un verdadero "Te amo" se acercó más a ella y murmuró "Saldremos adelante, vamos a estar bien"

"Lo sé"

Hermione se acurrucó más a él y comenzó a mirar por la ventada. Viktor se sintió por fin en paz al notar como ella entrelazaba sus dedos con lo de él. Se acercó más a ella y besó su cabello, un suspiro salió de la boca de Hermione y Viktor sintió como su corazón se comprimía en felicidad, estar así con Hermione lo hacía sentir como era antes, antes que la depresión y los fantasmas de los hijos que no podían tener los atormentaran. Él sabía que ella intentaba ser feliz con su matrimonio tal como estaba, pero tal vez la maternidad era algo que él como hombre no entendía, sabía que Hermione era una mujer que tenía tanto amor que dar.

Lo único que quería en esos momentos era poder arreglar todo para ella, quería que ella volviese a sonreír.

Pero no esa noche, en ese momento solo la quería tener entre sus brazos, dándole seguridad.

Bajó un poco su cabeza y se acercó a ella "Ya es casi navidad amor. ¿Quieres ir a comprar un árbol de navidad mañana?"

Ella suspiró y Viktor se preguntó como una simple festividad podía herirla tanto.

"No sé si quiero poner un árbol esta navidad, Viktor"

"¿Por qué? Siempre lo hacemos"

"Simplemente… no me siento con ganas de hacerlo. No quiero ver regalos que son solo cosas materiales. Lo único que quiero esta navidad es un hijo, Viktor ¿Puedes darme eso? ¿Puedes envolver a un niño a una niña y darmelo para navidad? No importa cómo, sólo quiero un bebé"

Viktor tuvo que ocultar la lágrima que amenazaba con caer de sus ojos, claro que no podía comprar un bebé "¿Qué hay de los regalos para Crookshanks? ¿Para los amigos y familia?"

Una lágrima cayo por la mejilla de Hermione, Viktor intentó secarla pero ella se le adelantó "Tal vez podemos comprar una de esas cositas de plástico que a Crooks tanto le gustan"

"Ayer cuando pasé por la tienda de mascotas vi un pequeño ratón que corría y sonaba, tal vez podemos comprarle eso" Viktor estaba haciendo todo lo posible por alegrar a Hermione, quería que ella dejase de pensar en bebés, pero sus palabras continuaban haciendo eco en su cabeza, incluso luego que ella se quedase dormida.

Lo único que quiero esta navidad es un hijo, Viktor ¿Puedes darme eso? ¿Puedes envolver a un niño a una niña y darmelo para navidad? No importa cómo, sólo quiero un bebé

Un bebé.

Antes de quedarse dormido, Viktor tomó una decisión, mañana comprarían un árbol de navidad, un gran árbol y lo decorarían con hadas de todos colores y con luces y balones brillantes.