Hola a todos, bienvenidos al primer capítulo de un nuevo fic, esta vez de una de mis películas favoritas "Como entrenar a tu dragón", el cual traerá a personajes tan queridos como la pequeña Pixie y villanos tan temidos como el siniestro rey Drago.

Una aclaración antes del primer capítulo, la historia se desarrolla a partir del año 1700, época en que creo se desarrolla la trama de películas como "Piratas del Caribe", si estoy equivocado en el tiempo háganmelo saber, pero quiero que quede claro que ya es un tiempo más delante de lo que es la serie, también aclaro que la historia comienza poco después de que Astrid descubriera a Chimuelo en la primera película y ahora disfruten de los videos para darle la bienvenida al capítulo y no olviden visitarme en Deviantart:

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Y ahora el primer capítulo de este nuevo fic.

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Cap. 1 Despertar.

Cada mil años él despierta…cada mil años la vida está en peligro…cada mil años…surge una luz de esperanza…

Era una mañana fría, el cielo estaba nublado, lo que provocaba que el mar se viera gris, una figura volaba en lo alto, meciendo dos poderosas alas que lo impulsaban, aquella misteriosa figura era un dragón, pero no era cualquier dragón, era un Furia Nocturna, uno de los dragones más fieros y legendarios de todos.

Pero este no era cualquier Furia Nocturna, tenía dos cosas que lo hacían diferente a los demás dragones; la primera era que llevaba una prótesis en su cola, una aleta de color rojo que le ayudaba a equilibrarse en el aire, la segunda era que iba montado por un humano.

Ese chico respondía al nombre de Hipo Horrendo Haddock III y pertenecía a una orgullosa tribu de vikingos de una remota isla llamada Berk y digo "pertenecía", porque ahora no era más que un traidor de aquella tribu.

Los berkianos eran vikingos, pero que estaban en guerra con los dragones, quienes constantemente aparecían y atacaban, llevándose comida, el jefe de la tribu, Estoico el Vasto, era el mejor mata dragones de la isla, pero también era el padre de Hipo.

Y aunque era el heredero de Berk, Hipo siempre fue un marginado entre los suyos, él no era el clásico vikingo, fornido, musculoso, fuerte, con más musculo que cerebro, siempre fue flaco, débil y el objeto de burlas de los demás.

Siempre se esforzó para demostrar lo que valía, una noche, durante un ataque más de dragones, Hipo logro lo que se creía imposible, derribo a un Furia Nocturna, el mismo que montaba en ese momento, pero nadie le creyó y decidió buscarlo.

Una vez que lo encontró se preparo, sabía que si lo mataba y se lo entregaba a su padre, este lo recibiría como un héroe y sería aceptado por su propia gente como siempre había querido, pero no pudo serlo…no porque fuera un cobarde, sino que por primera vez, vio al dragón de manera diferente.

Ahí, indefenso, el Furia Nocturna estaba aterrado, como si supiera lo que le iba a pasar, Hipo tuvo compasión de él y le perdono la vida, pero aunque lo dejo vivir, el dragón ya no podría volar por sí mismo, ya que Hipo le había destruido una de las aletas de su cola, mismas que le ayudaban a nivelarse mientras volaba.

Fue así que comenzó sus investigaciones sobre el Furia Nocturna, lo estudio, aprendió sobre él e incluso, comenzó a entrenarlo, le diseño una silla de montar y tras algunas semanas, logro diseñarle una cola artificial para ayudarlo a volar.

La prueba fue un éxito, pero Hipo descubrió que para poder hacer funcionar bien la cola, él debía montar al Furia Nocturna, al principio, el dragón se resistió, pero poco a poco acepto al humano, quien le diera por nombre "Chimuelo".

Pero si había algo que preocupara a Hipo era la reacción de su padre y de la tribu, su padre, Estoico, lo obligo a entrenar para matar a su primer dragón y gracias a los descubrimientos de Hipo sobre ellos, mejoro bastante en el entrenamiento o al menos, esa fue la impresión que dio.

Una vez que su padre regreso de otra búsqueda por el nido de los dragones, mismo que habían intentado destruir desde hacia tiempo, se encontró con la noticia de las mejoras de su hijo y su ego aumento cuando escucho que él mataría a su primer dragón.

Decidido a no llegar a eso, Hipo tomo la elección de irse de Berk para proteger a su dragón, ya todo estaba listo para que ambos se fueran, pero entonces ocurrió lo que tanto temía, Astrid, la joven vikinga más dura de Berk, quien había competido para lograr lo que Hipo había logrado, descubrió a Chimuelo.

Hipo trato de persuadirla de no contarle a nadie, pero la chica, cegada por los celos y por las tontas creencias de su tribu, hizo caso omiso y corrió a contarle a Estoico, con el corazón destrozado y con profunda tristeza, Hipo decidió dejar Berk junto con chimuelo…para siempre.

Ahora ambos volaban sobre el mar, alejándose más y más de Berk, así como del nido de dragones y de la pesadilla que ahí habitaba, no sabían cuantas horas llevaban volando, solo querían alejarse más y más.

Hipo miro a su alrededor-Bueno Chimuelo, tenemos que comenzar a buscar donde pasar la noche-dijo con cierta pesadez y Chimuelo gruño en señal de aprobación-¿sabes? No puedo evitar preguntarme qué está pasando en Berk, seguramente mi padre ya me nombro traidor de la tribu-dijo sonriendo con tristeza.

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Lo que Hipo pensaba no era del todo incorrecto, ya que en Berk, Astrid le había contado todo a Estoico y ahora el jefe de Berk, estaba hecho una furia-Debí saberlo-dijo molesto.

Bocón, el mejor amigo de Estoico y maestro de Hipo se le acerco-¿Estás segura de lo que dices Astrid?-.

-Por supuesto, lo vi con mis propios ojos-aseguro Astrid.

-Por Odín, Hipo protegiendo a un dragón y un Furia Nocturna, aunque estoy seguro de que debe tener una buena razón para ello-dijo Bocón.

-La única razón que tiene es que es un traidor-dijo Estoico con dureza-mi hijo…ha avergonzado a nuestro clan de…-Estoico se vio silenciado cuando un fuerte temblor comenzó a sacudir la isla.

-¡Esta temblando!-grito Bocón.

-¡Ya me di cuenta!-grito Estoico.

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Chimuelo se detuvo bruscamente al sentir el temblor que sacudía a toda la Tierra y que agitaba con fuerza las olas del mar-¡Guau! ¡Tranquilo amigo, nada puede pasarnos aquí arriba!-.

De pronto y desde las profundidades del mar, varias rocas salieron disparadas y estuvieron a punto de golpearlo, pero Chimuelo logro evitarlas a duras penas.

-¿Rocas voladoras? ¿Qué clase de temblor es este?-exclamo Hipo preocupado.

Chimuelo comenzó a disparar sus rayos de plasma contra las rocas que salían de todas direcciones, ninguno se dio cuenta de que frente a ellos había una isla con montañas cubiertas por una blanca nieve.

Hipo fue el primero en divisarla-¡Rápido Chimuelo, hacia esa isla, pronto!-.

El dragón comenzó a volar hacia la isla, evadiendo a duras penas las rocas que salían de la nada, ya les faltaba poco para llegar a aquella isla y refugiarse, cuando de pronto, una roca salió de la nada y golpeo a Chimuelo.

Ambos cayeron en picada y aterrizaron en la isla con fuerza, afortunadamente, la nieve amortiguo su caída, pero los dejo inconsciente y expuestos a aquel clima helado.

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Al norte del planeta, muy al norte, cerca de los glaciares polares, el mar se agitaba con más violencia que en ninguna otra parte, un remolino comenzó a formarse, mientras una isla surgía desde el fondo del océano.

La isla estaba rodeada por varios peñascos en forma de peligrosas y afiladas cuchillas, la vegetación era muy extraña, de color negro, un río de lava corría por la isla, la cual tenía esqueletos humanos amarrados en los peñascos, colgados o regados por todo el lugar, dándole un espectáculo bastante tenebroso.

En el centro de la isla, se encontraba una montaña que se elevaba hasta donde la vista alcanzara, con unas escaleras que subían hasta la cima, misma que estaba cubierta por una espesa neblina que impedía ver la cima, misma en la cual la superficie era plana, donde se erguía un templo.

Aquella construcción parecía una mezcla de templos egipcios, chinos y japoneses, había varios cadáveres alrededor y donde el acantilado comenzaba, había dos cabezas de serpientes, de cuyas bocas salían lava que caía como cascada.

En el interior del templo, justo en el centro del mismo, en la pared, se encontraba la construcción de la cabeza de un dragón, cuya boca estaba abierta y sus ojos huecos, sin vida, alrededor del salón había 7 ataúdes con un escrito en cada una; orgullo, lujuria, avaricia, pereza, envidia, ira y gula, mientras en el centro del salón, sobre el suelo, estaba dibujado el símbolo del mal, el pentagrama.

De pronto, los ojos del dragón se encendieron y un fuego negro apareció en su boca, los 7 ataúdes se abrieron lentamente y 7 figuras siniestras surgieron de ellos, el que surgió del ataúd que tenía escrito "orgullo" se acerco al dragón y miro el fuego.

-Sí, han pasado otros 1000 años, finalmente ha llegado una nueva oportunidad de terminar con este ciclo de vida sin sentido-dijo con un tono de voz suave e intimidante.

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Una vez que la isla termino de surgir, el temblor ceso y en Berk se podía apreciar las consecuencias de esa sacudida tan violenta, muchas casas apenas y lograron soportarlo, hubo pequeños derrumbes y varios árboles se derribaron.

Los animales de granja habían escapado al bosque por el miedo que sintieron por el temblor y ahora los afortunados vikingos, que apenas y lograron sobrevivir a esa violenta sacudida limpiaban los escombros.

Lo peor de todo, fue que la sacudida provoco que las jaulas que aprisionaban a los dragones se abrieran, permitiéndoles escapar, lo que tenía muy molesto a Estoico, pero ahora tenía otras cosas en que pensar.

-Cielos, ese temblor sí que fue muy fuerte, nunca había sentido un temblor con semejante fuerza-dijo Bocón.

-Afortunadamente ya todo pasó-dijo Patón-pero tenemos que recuperar a los animales que se escaparon-.

-Y después tenemos que organizar un equipo de búsqueda-dijo Bocón.

-¿Equipo de búsqueda? ¿Por qué razón haríamos eso Bocón?-pregunto Estoico levantando algunos troncos.

-¿Cómo que para qué? Hay que ir a buscar a Hipo, me preocupa que le haya podido pasar algo con semejante sacudida-dijo Bocón como si fuera lo más obvio del mundo.

Estoico miro a Bocón-Olvídate de esa idea-.

-¿Qué?-.

-Dije que te olvides de esa idea, no arriesgare a mi gente por alguien que ni siquiera merece ser recordado-dijo Estoico con dureza.

Bocón miro a Estoico como si no creyera lo que acababa de escuchar-¿Cómo puedes decir eso? ¡Es uno de nosotros, un vikingo y lo más importante, es tu hijo!-.

-¡Él no era un vikingo y tampoco es mi hijo!-replico Estoico con un tono de voz que se acercaba mucho al odio.

Bocón abrió los ojos incrédulo, miraba a Estoico como si estuviera loco, no podía creerlo, no quería creerlo-No puedes hablar en serio…Estoico…no puedo creer que digas esas cosas… ¡Es tu hijo lo quieras o no!-.

-¡Yo no tengo hijos!-Estoico se paso de lado, ignorando la mirada de decepción que Bocón le lanzaba.

Astrid también se quedo estática ante las palabras del jefe de la tribu, si bien ella pensaba que Hipo era un traidor y que merecía un juicio por sus acciones, el temblor de hace un momento la dejo preocupada, después de todo ¿Qué oportunidad tendría alguien tan débil como él en el mundo fuera de Berk?

Estoico paso de lado y se acerco a Patón y a su hijo, Patán-Tu siempre demostraste ser un verdadero vikingo, eres todo lo que…ese traidor nunca fue ni será, a partir de hoy, tú serás el heredero de Berk-.

El rostro de Patán se ilumino al escuchar esas palabras-¡Gracias jefe, le aseguro que no se arrepentirá!-declaro Patán sonriendo con arrogancia.

Patón le puso una mano en el hombro a Estoico-Fue la mejor decisión que pudiste tomar Estoico-.

-¡Y no quiero que nadie vuelva a mencionar a ese asqueroso traidor, el que lo haga, será colgado!-bramo Estoico retirándose furioso a continuar la limpieza de escombros.

En las miradas de Patán y su familia, había una sonrisa de victoria, los vikingos más fieles a las tradiciones y que se negaban a aceptar las cosas nuevas, no pudieron más que gritar de felicidad ante el nuevo heredero, un verdadero vikingo.

-¡Patán, Patán, Patán…!-bramaban felices.

Pero los vikingos más inteligentes, solo podían horrorizarse ante la sola idea de que Patán fuera su heredero-Vaya…creo que esto es muy malo-dijo Patapez temblando de miedo.

-Ya no habrá quien lo aguante ahora-dijo Brutilda cruzada de brazos.

Astrid no sabía qué hacer, no podía creer lo que el jefe de Berk había hecho, no solo no buscaría a su único hijo, sino que además nombro a Patán su heredero, eso solo significaba tiempos oscuros para Berk.

Era cierto que Hipo nunca fue el modelo ideal de vikingo, pero al menos era…una persona sensata, inteligente y en cierta forma, mucho mejor que Patán, y la peor parte de todo, es que al ser el heredero, quizás su familia quiera comprometerla con él y esa idea la aterraba aun más.

-¿Qué he hecho?-dijo arrepentida de haber delatado a Hipo con Estoico.

-Yo te diré lo que hiciste-dijo Bocón con una mirada severa y decepcionada-condenaste a Berk-dijo retirándose y dejando a Astrid con la mirada gacha.

La chica alzo la vista y miro hacia el horizonte-¿A dónde te fuiste Hipo?-fue todo lo que pudo decir.

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En aquella isla cubierta de nieve, Hipo y Chimuelo permanecían sobre la blanca nieve, inconscientes, el temblor había cesado y por fortuna, no tenía heridas más graves, pero una fuerte ventisca se aproximaba y esas eran malas noticias.

De pronto, una sombra surco los cielos y comenzó a descender a gran velocidad, deteniéndose a unos cuantos metros de Hipo y Chimuelo, la figura resulto ser un Cremallerus Espantosus de color verde.

Las dos cabezas del dragón olfatearon a Hipo y a Chimuelo respectivamente, cuando una figura salto del lomo del dragón y se acerco a ambos con rapidez, poniendo dos dedos en el cuello de cada uno.

-Están vivos, pero se aproxima una ventisca, no podemos dejarlos aquí-dijo decidido a llevarlos a un sitio seguro.

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Hipo comenzó a volver en sí después de varias horas, abrió sus ojos lentamente, por lo que tardo en agudizar la vista, cuando lo logro, pudo ver que estaba en el interior de una cueva, recostado en el suelo y cubierto por un abrigo de piel.

Recorrió la cueva con su vista, encontrando una fogata encendida a unos metros de él, y recostados frente a él estaban Chimuelo y el Cremallerus, ambos dragones parecían estar muy cómodos.

Hipo no pudo hacer nada más que sonreír-Vaya Chimuelo…tienes un nuevo amigo…-dijo sonriendo, pero aun en su aturdimiento tenía una interrogante-¿Dónde estamos? ¿Y cómo llegamos aquí?-.

-Nosotros los salvamos, a ti y a tu dragón-dijo una voz infantil que parecía venir de la nada.

-¿Eh? ¿Quién dijo eso?-pregunto Hipo mirando de un lado a otro.

-Yo-de pronto, Hipo tuvo frente a él a una extraña criatura, parecía una joven, pero era del tamaño de una mariposa, tenía dos pares de alas transparentes, su piel era azul clara, llevaba un vestido de un color azul más oscuro, su cabello era largo y azul como el mar-hola-saludo la criaturita sonriéndole con ternura.

Hipo tardo en reaccionar y cuando lo hizo, soltó un grito-¿Quién eres? ¿Qué eres?-.

-Soy nada menos que la que te salvo la vida, a ti y a tu dragón-respondió la criaturita con algo de enfado.

Hipo miro a Chimuelo, quien movió su cabeza de arriba abajo en señal de asentimiento-Lo siento…pero…no todos los días veo…algo como tú…-.

-Eso lo entiendo-dijo la pequeña dando un pequeño vuelo-y en lo que respecta a quien soy, me llamo Pixie, princesa de las hadas-.

-¿En serio eres un hada?-pregunto Hipo sonriendo juguetonamente y Pixie puso mala cara-lo siento, yo me llamo…-.

-Ya sé, ya sé, eres Hipo Horrendo Haddok III-.

-Oye ¿Cómo sabes que…?-.

-Él me lo dijo-dijo señalando a Chimuelo-y vaya nombre que le pusiste, apropiado en un 95%-.

Hipo miro a Pixie entre confundido y sorprendido-¿Tú…puedes entender lo que Chimuelo dice?-.

-Claro, es uno de los poderes que las hadas tenemos-dijo Pixie encogiéndose en hombros.

-¡Eso es increíble!-grito Hipo maravillado y con algo de envidia.

-Ni tanto-dijo Pixie sonriéndole-algunos son bastante presumidos-.

La conversación se vio interrumpida cuando una figura apareció en la entrada de la cueva-Ya regrese y traigo un modo de llevar al chico hasta…vaya, ya despertó-dijo un joven de pelo rojizo, cuya edad no pasaba de 20 años, alto, delgado, con una capa verde que lo protegía del frío, una camisa sin mangas color marrón, así como sus pantalones y botas de piel de oso-hola muchacho, que gusto ver que ya te sientes mejor-Hipo se quedo confundido y el extraño se echo a reír-sí, creo que debo presentarme primero, soy Kayto, tu gran salvador-Pixie le echo una mirada enojada, bueno, Pixie ayudo…algo-.

Hipo sonrió con algo más de tranquilidad-Muchas gracias por salvarme, creo que debo presentarme ¿verdad?-.

-No te molestes, el Furia Nocturna ya nos contó todo sobre ti y sobre él, claro-.

-¿También puedes entenderlo?-.

-Claro que no, Pixie me tradujo todo, pero creo que no te presento a mis dos amigos: Barf y Belch, mis queridos Cremallerus Espantous-.

-¿Son tuyos? ¿O sea que…también los montas?-.

-Claro ¿pensabas que eras el único?-pregunto Kayto divertido-pero admito que me sorprendió ver que montabas un Furia Nocturna, pensé que solo quedaba uno-.

-Espera ¿hay otro Furia Nocturna?-.

-Pero por supuesto, en nuestro hogar, queda cerca de aquí, te llevaremos una vez que estés completamente fuerte para volver, la tormenta ya pasó, así que solo es cuestión de que…-.

-¡Estoy listo para ir!-grito Hipo sin poder contenerse.

Kayto y Pixie se miraron entre sí-¿Estás seguro Hipo?-pregunto Pixie.

-Por supuesto ¿Qué dices Chimuelo? ¿Listo para volver a volar?-pregunto Hipo y por toda respuesta, Chimuelo saltó sobre él y comenzó a lamerle la cara-¡Esta bien, está bien, ya entendí!-.

Pixie, Kayto, Barf y Belch solo pudieron ver la escena conmovidos, pero la mirada de Kayto cambio al ver la prótesis de Chimuelo-Vaya, se ve que este pobre dragón ha sufrido mucho-dijo señalando la prótesis-¿Qué clase de cruel, asqueroso, sucio y ruin monstruos se atrevería a lastimar a una criatura tan majestuosa como esta?-

Hipo sonrió con nerviosismo-No sabía todo lo que sé de él hasta hace poco-Kayto se le quedo viendo.

-¿Tu lo hiciste?-pregunto incrédulo, pero Pixie intervino.

-Es una historia que te contare luego, Chimuelo ya me la conto, así que yo te lo explicare después-dijo Pixie-por ahora te llevaremos a nuestra ciudad y te presentaremos ante la reina-.

-¿La…reina?-.

-Es la gobernante de nuestra ciudad, te agradara, ella es muy buena y dulce, y como tú tiene un fuerte lazo con los dragones-explico Kayto-estoy seguro de que le caerás bien, especialmente por el magnífico dragón que te acompaña-.

Hipo y Chimuelo se vieron entre sí-Pues en marcha-dijo Hipo decidido.

Y así, ambos dragones emprendieron el vuelo, con sus respectivos jinetes a bordo, Pixie iba frente a Hipo, gracias a su tamaño podía volar junto a él sin causarle problema, pero no pudo evitar mirarlo de reojo.

-"Él…tiene algo especial…hay algo en él que es…muy familiar"-Pixie vio hacia el mar y luego hacia el cielo-"la maldad…ha despertado de nuevo…todos corremos un gran peligro"-.

Continuara…

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Hemos concluido el primer capítulo de este nuevo fic, aunque estoy triste por haber terminado "Furia Dragón", ahora sigo con esta nueva historia, ojala que le vaya tan bien como las otras o incluso mejor.

A partir del siguiente capítulo volverán los invitados y contestare sus comentarios.