CAPITULO – 1

Como cada viernes a las 12 de la noche desde que Babylon abrió de nuevo, la discoteca estaba a rebosar, docenas de hombres jóvenes,casi todos ellos con el pecho desnudo, sudando y moviéndose provocativamente, bailaban frenéticamente al ritmo de la música que machaconamente vomitaban los potentes altavoces.

Apoyado en la barra del bar, Bryan se tomaba su tercer whisky, aunque la mente parecía estar perdida, sus ojos repasaban los cuerpos que bailaban en la pista, entonces se dio cuenta que su amigo Michael le estaba gritando algo al oído:

- ¡Bryan¿Me oyes¿Qué coño te pasa, no estás contento? Babylon está más animada que nunca!.

- Por supuesto que estoy contento, de hecho voy a hacer una visita a nuestro maravilloso cuarto oscuro a ver que se pesca.

Las palabras sonaban como siempre, con el tono del que se sabe triunfador y deseado por todos, pero su cara no era la habitual y su amigo lo notó.

- A mi no me engañas, algo te pasa y no me lo quieres decir.

Bryan lo miraba fijamente, sonriendo con un gesto entre cínico y triste, pensando: "Es un gran amigo pero no entiende un no te metas en mis asuntos, por respuesta".

- Bryan, me tomas por imbécil. ¿Quieres que diga en voz alta lo que pasa por tu mente?, le echas de menos, hace solo 6 meses que se marchó a Nueva York y te he visto como ibas cambiando día a día.

- Micky, eres gilipollas, sabes que yo no necesito a nadie y que puedo tener a quien quiera y cuando quiera; y ningún mocoso rubio me puede amargar la vida.

- Entonces¿Por qué hace semanas que no te tiras a nadie? Y…. ¿Por qué tienes encima de tu cama el número 1 de Rage¡Si tu siempre has pasado del cómic!.

Bryan se volvió a Michael y le dijo:

- Bueno vale tío, a ti no te engaño, sí, estoy jodido desde que se marchó, muchas noches me despierto esperando tenerlo acostado a mi lado, sueño una y otra vez, recordando cuando lo tenía debajo de mi cuerpo, lo abrazaba y lo follaba. Pero todo se jodió, ya lo sabes, él se fue a Nueva York, yo no podía destrozar su carrera. Ya ves, Bryan "el egoísta" se sacrificó por un rubito tozudo que siempre sabe lo que quiere, aunque sea después de darse muchos tropezones.

Michael miró a su amigo, no imaginaba lo tocado que podía estar, él que siempre despreciaba los sentimientos estaba jodidamente hecho polvo.

- Bryan, Nueva York está a menos de dos horas en avión de Pittsburgh, y además yo sé su dirección. ¿Por qué no vas, habláis, folláis y solucionáis vuestra relación? Seguro que hay alguna forma de que podáis estar juntos.

- ¿Crees que no lo he pensado? Le escribí hace unos días al apartamento de su amiga Dafne, pero me han devuelto la carta, dicen que el apartamento está vacío. Le pregunté a su madre y tampoco sabe nada, por eso estoy hecho polvo, no sé como localizarlo.

Michael esbozó una sonrisa, mientras le decía:

- Si me das un beso te soluciono el problema.

- ¿Qué quieres decir? Tío estás loco.

- No estoy loco, olvidas quien es mi madre.

- A que te refieres¡habla claro ya!.

- Cuando Justin se fue, mi madre le hizo jurar que le escribiría todos los meses y que si se metía en algún lío, contara siempre con ella. No ha dejado de escribirle ni un solo mes. Hace unas semanas, recibió una carta en la que le decía que había terminado con sus ahorros, que su carrera artística no iba muy boyante y que había encontrado trabajo como dibujante de tiras cómicas en un pequeño periódico de Nueva York, y también le decía, que se cambiaba de casa a un pequeño apartamento del Village con un amigo y en esta carta le indicaba su nueva dirección.

En ese momento, Bryan le estampó un beso de película en los labios, mientras le decía "Si me das la dirección puedo darte algo más".

O – O – O – O

Cuando el avión aterrizó en el aeropuerto de Nueva York, Bryan apretó el paso en busca de una agencia de alquiler de coches; no quería perder ni un minuto, solo pensaba en encontrarse con su rubito y convencerlo para reanudar su relación de alguna manera, como él quisiera, Bryan Kinney no le iba a poner ninguna condición.

Bryan atravesó la ciudad lentamente, entre un enorme atasco de tráfico y por fin llegó a la dirección del Village que Debby le había dado, llamó al timbre pero nadie le respondió, insistió dos, tres veces y de nuevo nada. "¡Joder, no es posible!", gritó mientras le daba una patada a la puerta¿Cómo era posible que no estuviera en casa?, eran las 12 del mediodía. Se consoló pensando que estaría comiendo en algún lugar cerca del periódico donde dibujaba.

Entonces la puerta de la calle se abrió y una chica joven salió.

Le preguntó por Justin, mientras cruzaba los dedos esperando que le diera alguna información.

- ¿Justin? Ah si claro, estará en Times Square, en la concentración contra la guerra de Iraq, siempre está metido en esos líos y….

Sin dejarla acabar, Bryan salió corriendo, subió a su coche de alquiler y se dirigió a Times Square. Cuando llegó, su corazón casi se le salía del pecho, allí delante, bajo una pancarta con las letras PEACE NOW!, estaba él, tan guapo como la última vez que lo vio, llevaba un paquete de octavillas que estaba repartiendo entre los transeúntes. Junto a él otros jóvenes también hacían campaña contra la guerra.

Corrió al semáforo para saludarle, pero entonces deseó que un rayo lo fulminase. Justin se acercó al chico que estaba junto a él y empezó a besarlo en los labios mientras se abrazaban.

Ante esa visión, Bryan se marchó de vuelta al Village, esperaría en la puerta a que Justin volviese por la noche. Sentado en la escalera comía con rabia una hamburguesa mientras su cabeza le daba vueltas, no sabía si volverse a Pittsburgh o quedarse y pelear por él.

Las horas pasaron, ya oscurecía cuando oyó unas risas por la calle, era él con su amiguito. De repente dejó de oírlos. ¿Dónde estaban?. Se dirigió hacia el lugar donde los había visto unos segundos antes, entonces oyó unos murmullos, y en un callejón vio lo que nunca habría querido ver.

Justin estaba agachado, con los pantalones bajados mientras su amigo le estaba follando, los dos gemían como animales y Bryan, plantado delante de ellos como un idiota los miraba, no sabía si quería morirse o matarlos.

Entonces Justin levantó la cabeza y lo vio, su cara se iluminó con una sonrisa, hasta que oyó a Bryan gritarle:

- ¡Veo que te has olvidado de tus promesas¿Eso es lo que sientes por mi?

- Bryan espera yo….

No pudo decirle más, Bryan salió corriendo montó en el coche y desapareció rumbo al aeropuerto.

- Michael no insistas, lo nuestro se acabó, dile a tu madre que no voy a volver con su rubito. Fui un idiota al volverme un sentimental, pero he recuperado la cordura, soy el Bryan de siempre, el campeón de Babylon, y ahora perdóname, pero ese chico me está pidiendo a gritos con la mirada que me lo lleve al cuarto oscuro y le haga un favor.

Michael se quedó mirando como su amigo iba tras el chico y no pudo reprimir una sonrisa al ver al joven, era un chico rubio de unos 19 o 20 años, no muy alto y que se parecía a alguien que vivía en Nueva York. "Desde luego que Bryan lo ha olvidado" pensó mientras se reía.

O – O – O – O

Un beso en los labios despertó a Justin, abrió los ojos y mientras besaba al chico con el que estaba viviendo desde hacía unas semanas, contempló su cuerpo desnudo, iluminado por los primeros rayos de sol de la fría mañana neoyorquina.

Desde que dejó a Bryan, la vida para Justin iba a toda velocidad. Acostumbrado a la tranquilidad de Pittsburg, Nueva York era otro planeta, había conseguido exponer varias de sus obras en alguna galería de segunda categoría y como siempre, todos le repetían la gran promesa que era, pero poco a poco los dólares que tenía se iban agotando y por si tenía pocos problemas Dafne se marchó a estudiar a París.

Al quedarse solo, Justin no podía pagar el apartamento, empezó a devorar los periódicos en busca de algún empleo, hasta que por fin leyó el anuncio: Un pequeño periódico del Village buscaba dibujante para su tira cómica.

Como si fuera una premonición, allí estaba él ahora, llevaba tres meses trabajando en el Village, para un periódico del Village, viviendo en un pequeño apartamento del Village y enamorado de un compañero de trabajo, de inquietudes y desde hacía unas semanas también de piso.

No había comunicado a nadie su nueva situación, quería estabilizar su vida y demostrarse a si mismo que podía vivir, trabajar y continuar con su pasión, que seguía siendo la pintura. Bueno, alguien si lo sabía, era Debby, la persona que siempre le había apoyado y la única que sin decir nada a nadie, había ido a visitarle a Nueva York, cuando estaba recién llegado, y la persona que al saber de sus problemas económicos, le había dado en secreto un "préstamo" de 2.000 . Se los prestaba con la condición de que se los devolviera solo cuando viviera de sus pinturas y dibujos. Debby siempre le había tratado mejor que nadie, era su madre, su amiga, su confidente y la que no dudaba en regañarle cuando metía la pata.

La mañana se presentaba soleada y el día muy ocupado, con su nuevo chico tenía que desayunar en menos de 10 minutos, y llegar al periódico en otros 10. Se habían dormido después de pasar la noche anterior follando durante horas como dos potros desbocados, y ahora había que correr.

A las 12 del mediodía, tenían que volar hasta Times Square a la concentración del grupo PEACE NOW del que eran miembros, para repartir octavillas contra la guerra de Iraq y por la noche tenía que encontrar un hueco para preparar material para una exposición que había conseguido para dentro de un mes.

En un momento, mientras se vestían, reían y se besaban, le vino a la cabeza la imagen de Bryan. En el fondo seguía enamorado de él, pero cuando le comentó la posibilidad de tener que irse a Nueva York, ese burro testarudo no hizo nada para retenerlo, una vez más su primer amor le había fallado.

Además ¿Cuánto habrían aguantado casados? Bryan tan egoísta, presumido y pasota y él Justin que no le importaba el dinero y siempre estaba luchando por todas las causas que surgían para defender la libertad y la justicia, aunque fuera una causa perdida de antemano.

El grito de su pareja le devolvió a la realidad:

- ¡Justin, que no llegamos! Y ya sabes que genio gasta el jefe.

A las 12, Justin y su compañero llegaban a Times Square, sudando de los apretones del metro y comentando cuando tendrían dinero para comprarse un coche barato de segunda mano. El resto de miembros de PEACE NOW ya estaban ahí, Justin cogió un paquete de octavillas y empezó a repartirlas entre los transeúntes mientras gritaba; ¡TROPAS FUERA DE IRAQ¡PAZ AHORA!.

Mientras repartía los panfletos bajo el sol, Justin casi dejó caer las octavillas al suelo, en la otra acera, un tío guapo y alto todo vestido de negro le estaba mirando. Estuvo a punto de gritarle: "Bryan ¿eres tu?", por supuesto que no podía ser él.

Tom su compañero le dijo:

- Justin¿Has visto un fantasma¿Te encuentras bien?.

Los dos se abrazaron y se dieron un beso de jóvenes enamorados. Tom cogió el megáfono y continuó con las consignas. ¡TROPAS FUERA DE IRAQ¡PAZ AHORA!.

Justin buscó al hombre de negro, pero ya no estaba. "Es curioso", pensó "Pero era como el hermano gemelo de Bryan".

O – O –O –O

La oscuridad empezaba a caer sobre Nueva York, Justin y Tom volvían agotados a casa, tenían que hacer la cena, y Justin ponerse a pintar.

- No te preocupes - le dijo Tom – Yo posaré para ti, así que ya tienes el tema para el cuadro.

Tom observó un extraño gesto en la cara de Justin.

- ¿Qué te pasa, no quieres dibujarme?

- Por supuesto que si, pero me he acordado de Bryan. En mi primera exposición allá en Pittsburgh, expuse un dibujo de él, fue mi primera obra pública.

- Aún le quieres¿Verdad?, ya sabes que no me importa, yo te quiero a ti ahora y mientras estemos juntos, y eso es lo que importa, se que cuando él aparezca o te llame, irás tras él, pero hasta que eso suceda soy feliz, no pido nada más.

Justin le miró, sabía que tenía razón, este chico lo quería por encima de todo, pero si Bryan le llamaba lo dejaría. Emocionado lo besó una y otra vez y le susurró al oído:"Fóllame".

Entraron en un callejón cerca de su casa y allí, Justin y Tom se besaron con fuerza, Tom le bajó los pantalones a Justin y le penetró, como si fuera la última noche que iban a estar juntos, Justin mientras gemía de placer con los ojos cerrados sintiendo el miembro de Tom dentro de sí. En un momento los abrió….

No podía ser, era un milagro, Bryan estaba frente a él. Justin le sonrió, cuando iba a preguntarle si había venido a llevárselo, vio la mirada de rabia en su cara, no pudo decirle nada, solo lo vio correr.

O – O – O – O

- De verdad Tom, estoy bien, claro que no es culpa tuya. Ya se que estaba a punto de irme a Pittsburgh con Bryan, pero no me dejó ni hablar, después de todo lo que he tenido que soportar, se ha hecho el orgulloso. Sé lo mucho que me quieres y tu debes saber que estoy enamorado de ti.

"Ya es de noche Tom, tu estás aquí durmiendo, desnudo a mi lado, hay tantas cosas que quiero decirte, así, mirándote callado te quiero más. ¿Sabes?..., creo que mi vida ha dado un giro definitivo, quiero vivir aquí contigo, sobrevivir juntos con nuestros sueldos de mierda y disfrutar de este minúsculo apartamento que es nuestro hogar. Quiero ir a tu lado en las manifestaciones que nos va a tocar hacer para que la libertad no se vaya de nuestro país, y quiero que tu me apoyes, me ayudes y como siempre, creas en mi, y en que algún día podré vivir de mis pinturas.

Para mi Pittsburgh solo es un recuerdo, solo me importan dos personas de allí; Mi madre y mi segunda madre Debby.

¡Créeme Tom! Nada ni nadie me hará volver.