True Feelings

[Allí estaba ella.

"Qué sucede, Natsuki-chan?" Preguntó la mujer mientras centraba toda su atención en ella y le dedicaba una cálida sonrisa.

La pequeña no respondió, limitándose a permanecer de pie e inmóvil junto al escritorio sobre el cual la mujer trabajaba. Un segundo después frunció el ceño. Todo aquello simplemente porque ya conocía de memoria lo que iba a suceder a continuación, y cuál era el bendito significado. Por supuesto, la expresión impávida en el rostro de su madre demostraba la poca verosimilitud de su sueño. Unos pasos más atrás de ambas, cerca de la puerta, su mascota Dhuran observaba la situación algo desconfiado. Y a ella no le cabían dudas de que en breves instantes la bella visión desaparecería, dándole lugar a esa espesa negrura que tan bien conocía. Que la absorbía. Que la invadía. Como cada vez que soñaba con ésa oficina... y con la amable sonrisa de su madre...]

Y, efectivamente, todo desapareció.

Abrió rápidamente los ojos color esmeralda, acentuados por un toque de gris oscuro. Observó que el techo recibía un caprichoso haz de luz apenas visible y movió los brazos y piernas un poco, pero sin abandonar la posición inicial. No amanecía aún, así que supuso que le quedabn un par de horas más de sueño pero... ya no podía ni quería dormir. Y no es que no estuviera acostumbrada a tal sueño (o pesadilla)... sin embargo ese día necesitó sentarse en la cama al menos un momento. Inclinándose, se tomó la frente desconfiada, pero en general se sentía bien. Entonces...?

Exhaló el aire de un leve suspiro muy lentamente, y retiró la mano devolviendo así sus cabellos azulados sobre su rostro. La entrelazó con la otra sobre sus piernas.

-Bueno... qué debería hacer ahora que estoy completamente despierta...? –Se preguntó en voz alta a sabiendas de que nadie más podía oírla, pero manteniendo esa delicadez y suavidad en su manera de hablar. No como una respuesta, recordó vagamente que asistía al Fuuka.

-Los exámenes comienzan esta semana... y Tokiha dijo que me pedirá ayuda. Es ridículo pensar que yo pueda saber más que ella... No entiendo por qué yo y no Kanzaki-san. Después de todo ellos...

Maldición. Parecía interesarse cada vez más y no sólo en ellos dos... sino en todos los que había conocido hasta ese momento en Fuuka Gakuen. Ni hablar! En tan sólo quince minutos ya se encontraba afuera, inmersa en una revisión a fondo de las partes internas de su motocicleta. Simple rutina. Su intuición de HiME no le permitía confiarse de nada ni nadie últimamente. Pero de todas maneras el aceite y las llaves no le hacían tanto daño...

Pensó en Mai. En Tokiha Mai. Aún le costaba un poco creer que también era una HiME.... en apariencia era todo lo contrario. Únicamente se veía como la típica estudiante de preparatoria que se ocupaba de todo por ausencia de sus padres. Y aparte claro, de lo distraída, torpe y disparatada que podía llegar a ser a veces. Ah! Y no podía dejar de agregar que ahora siempre estaba en compañía de la infantil Mikoto Minagui, ese pequeño animalito salvaje incapaz de hacer algo por su propia cuenta, y con la cual también compartía cuarto. En conclusión: una chica bastante problemática.

Eso si, su Child Kagutsuchi se veía realmente amenazador con ese tamaño... a Dhuran le faltaba todavía un buen trecho para llegar a ese nivel. Lo más gracioso era que no tenía ni idea de cómo hacerlo "evolucionar". Si es que se podía...? Se preguntó de pronto si sería lo suficientemente buena en su papel de HiME para él.

"Ridículo" Pensó al instante mientras se daba un pequeño golpe en la sien "Por supuesto que lo soy, nada malo en eso. De seguro el imponente tamaño de esa cosa se debe al tamaño de la imprudencia de Tokiha. Aún así ese maldito primer distrito..."

Su mirada, si bien estaba posada sobre el complicado motor de la Ducati, reflejaba estar mirando el vacío. No tenía otra alternativa, debía obtener más información sobre su pasado si su objetivo seguía y seguiría siendo la venganza.

Ella se encontraba sola. Arreglándoselas para estudiar. Sola. Kuga Natsuki, siempre sola y con el enorme peso de haberlo perdido todo, sobre sus espaldas. Repitió es palabra mentalmente unas mil veces más hasta cansarse, y volvió a hacerse con esa idea, porque había olvidado en ese momento que no era así. Había olvidado que ya tenía a una persona importante en su vida, y que otras parecían querer entrar también. Se estaba negando inconscientemente pues le temía a ese sentimiento llamado amistad.

Pero es que... no era mejor después de todo no tener a nadie por quién preocuparse? Ese tipo de personas se convierten tarde o temprano en una carga. Y lo que menos necesitaba era eso, sino apoyo. Hasta ahora, sólo Fujino Shizuru estaba cumpliendo bien con ese rol. Eso sí, al ser la primera persona que Natsuki había aceptado, por supuesto que cada día ganaba un poco más importancia. Supuso que era un tema sobre el cual debía reflexionar a fondo, aunque... su mente se negó a alejarse de ella, a pesar de todo. Fue la primera idea que rechazó. No supo el motivo.

El... Subió la vista. Realmente lo necesitaba? Si se preguntaba qué le había dado Shizuru que nadie más, su mente se poblaba de imágenes y recuerdos de su primer encuentro con ella, de esa sonrisa llena de seguridad (aunque a veces un tanto extraña) que siempre le dedicaba, de las palabras de aliento que salían de sus labios, en fin... de todo el apoyo que le había brindado desde el primer momento, y que continuaba brindándole en el presente. Ya fuera con las clases extras, el uso de su laptop, y el acceso al salón del Consejo donde hallaba verdadera tranquilidad. Y nunca le preguntaba nada, simplemente le ofrecía todo lo que estaba a su alcance.

"Quién lo diría. Kaichou-sama amiga de Kuga Natsuki, la estudiante irresponsable. No parece ser un problema para Kanzaki o Tate... pero a veces Suzushiro me pone esa cara de 'Cómo es posible que esta destructora de la paz e incumplidora de las leyes de este destacado establecimiento se infiltre entre los miembros del Consejo Estudiantil y Fujino-kaichou no haga nada al respecto???'..... Obvio no me importa. Y Shizuru por supuesto, siempre sale con un buen argumento en esos momentos, y logra que me deje en paz. Me... me pregunto si no la estaré molestando demasiado... Qué irónico! En su caso, parezco ser yo la carga".

Y pensaba muchas otras cosas. Entre ellas, si asistir o no al colegio ese día. A ver... sacó un papel del bolsillo, lo desdobló con cuidado y lo leyó.

-Es verdad, no tengo otra junta con Yamada sino hasta mañana. Dijo algo acerca de...

Pero decidió olvidarlo de inmediato. Guardó sus herramientas, y al notar mas y más gente en la calle, decidió prepararse para ir al colegio.