Historia dedicada a Karasu-shiro, porque, además de la razones que ella conoce, sé que le gustan los personajes Psyche y Tsugaru. Espero que te interese el fic, linda.


LOS ALTERNOS DE IKEBUKURO


Prólogo


Barrio de Shinjuku

Departamento de Izaya

Izaya siguió con la vista fija en el noticiario matutino, aun cuando Namie cargó penosamente una gran cantidad de cajas de cartón que pensaba ordenar. Las depositó ruidosamente en la sala y luego tomó asiento en el suelo para empezar la clasificación de las mismas. Durante las primeras horas, Namie no dijo nada, pero al llegar a un caja que estaba etiquetada bajo la palabra "CLONES", suspiró.

Con aire aburrido, Izaya tomó entre sus manos aquella pila de pesadas y coloridas carpetas que Namie le tendía o, más bien, dejaba arrastrar por la mesa central. Aunque no había llegado a olvidarlas por completo, Izaya pareció encontrar interesante repasar el contenido de aquel antiguo pasatiempo.

Sentándose en el sillón y cruzándose de piernas, el informante tomó el primer archivo que rezaba en grandes letras negras "Psyche". Al joven se le escapó una sonrisa mientras observaba el contenido: gran cantidad de fotos y largos informes de médicos y genetistas, e incluso de psicólogos de renombre. Sin duda, el informante había invertido gran parte de su herencia en aquel proyecto que consideró novedoso.

–De todos, él es a quien encuentro más desagradable –confesó el informante al verse reflejado en aquel personaje ataviado de blanco y rosa, eso sin contar el llamativo audífono que siempre cargaba consigo.

Muchas veces, Izaya se arrepintió de haber aceptado el hacer varios ensayos de laboratorio a un tiempo, pero le habían advertido los interesados en el trabajo que nadie pagaría lo que pagó solo para que se hiciera uno que pudiera fracasar en determinado momento.

–¿Por qué es mucho más amable que tú? –inquirió la mujer.

–Dijiste que no habías visto antes esta serie de experimentos.

–Mentí. Soy tu secretaria; se supone que debo ser capaz de armar tu agenda, lo que también incluye saber todos los potenciales contratiempos –respondió ella, sin apartar la mirada de otra gran montaña de papeles.

–Habiendo sido creados en tiempos similares y también por haber pasado retenidos juntos en el mismo lugar, todos se conocen entre ellos, pero, al final del día, puedo notar que algunos mantienen relaciones románticas (muy peculiares), y otros andan en malos términos por no decir que se profesan odio. En cualquier caso, me divierto observándoles aunque la idea de que digan amarse los unos a los otros me repugna.

Izaya hizo una pausa mientras observaba las fotografías del clon.

–El punto es que "Psyche" fue el primero en irse de inmediato con su adversario, que pasó a ser llamado "Tsugaru" –no recuerdo quien les dio sus nombres; al parecer una serie de números no era suficiente–. No transcurrió mucho tiempo para que yo supiera que ambos se habían retirado a vivir a un dōjō abandonado, a las afueras de la ciudad. Puede decirse que mantienen una relación estable y, en vista de lo desagradable que encuentro el asunto, decidí dejarles en paz. Lo mismo puede decirse de "Hibiya" y "Delic", que sin duda son las versiones más baratas de mi persona y de Shizuo, hay que admitirlo.

Izaya no tardó en poner atención a un nuevo archivo, el archivo perteneciente al individuo "Hachimenroppi". Por debajo de la carpeta, se encontraba otra que llevaba por título "Tsukishima" que no se molestó en leer.

Roppi… –dijo Izaya alargando el nombre–. Tengo por seguro que odia a su maestro. Durante años ha buscado la mejor manera de acabar conmigo (y casi lo ha logrado en más de una ocasión), pues no comparte el gusto por mis pasatiempos. Tanto es su odio por mí y por el resto de los citadinos de Ikebukuro, que decidió permanecer cerca, si bien la mayor parte del tiempo se encuentra encerrado en un viejo departamento, en la parte sur.

–¿Te preocupa que dé algún día contigo?

–No. Según dice el informe, desarrolló una personalidad bastante conflictiva, al punto de tratar de cometer variados y quizá creativos suicidios durante su estancia en las instalaciones y tiempo después en completa soledad. Aunque, pensándolo mejor, si él mismo o alguien más lo ha salvado en esas veces que intentó acabar con su vida, no tengo idea. Supongo que su deseo de "venganza" es más fuerte de lo que podría haberse pensado en el inicio. Es como suele decirse "un digno oponente".

Izaya volvió a permanecer en silencio antes de proseguir.

–Por otra parte, los que siguieron son ridículos. Es decir, son meras parodias. A veces pienso que algún listillo quiso jugarme una broma. Ni siquiera pienso tomarme las molestias de darte una breve descripción –dijo Izaya apartando las carpetas que correspondían a "Sakuraya" y "Shitsuo".

–Pese a ellos, todos resultaron medianamente bien –continuó Izaya antes de posar sus ojos en los últimos dos archivos–, excepto un par. En vista de los fracasos que resultaron en los anteriores clones, decidí como última tirada hacer un pedido más. Lo que salió de eso fue "monstruoso" o "innovador", como quieras verlo. Los genetistas nunca supieron cómo surgió esa criatura: extraordinaria, a diferentes niveles biológicos. Sin embargo, dada su naturaleza agresiva no pasó mucho tiempo para que la Junta decidiera ponerle termino, de modo que se permitió elaborar el clon final, que sabemos es dos veces más fuerte que nuestro monstruo de Ikebukuro, aunque si pides mi opinión, los dos tienen ideas… ¿cómo decirlo? No sé cómo llamar a eso que hacen.

–¿Lo consiguieron? ¿Acabaron con ese fallo? –preguntó Namie, recobrando el interés.

–No. En realidad, no tengo idea de donde puedan estar. A diferencia del resto, ese par decidió no asociarse entre ellos, pues parece que el último sigue empeñado en acabar con el penúltimo, como era su propósito. ¡A saber dónde están y que harán! Son excéntricos, de eso estoy seguro, sus propios nombres y ropas los son.

–El recuento es que fueron creados cinco clones con sus respectivas contrapartes, las cuales esperabas eliminaran a tus versiones alternativas cuando estas no optaron por matar a Heiwajima. Por no mencionar que cuando lograron librarse de su confinamiento, no hiciste nada por capturarles –recapituló Namie mostrando apenas atisbos de sorpresa.

–Así es. Ninguna copia cumplió con el propósito original, ni los alternos de Shizuo ni los míos decidieron guiarse por la razón de su existencia: matar a ese protozoario imbécil. Ese es el único motivo por el cual opté encargarme yo mismo del asunto.

–¿Esperabas me crea que, durante el año pasado y lo que ha transcurrido del presente, has mantenido relaciones con él, solo para encontrar la manera de asesinarlo?

–Yo no podría decirlo mejor, Namie-san. Además, ¿como si no pude conseguir muestras de su material genético? Siempre ha sido parte de un plan mayor, si bien ambicioso y condenado a la ruina desde que fue concebido.

–Eres desagradable y lo digo aun ahora que he conocido cada una de las formas que pudiste adoptar.

–Nada tienen que ver conmigo, salvo su apariencia –dijo Izaya, ligeramente ofendido.

–Aun así, no entiendo como esperas controlar a diez personas que tienen voluntades y sentimientos propios. Es mucho trabajo, aun para ti.

–¿Cuestionas mi talento, Namie-san? Preví que algo como eso podría pasar y, además, estaba obligado a encontrar maneras para traerlos de vuelta pues confiando en que podrían usarlos como herramientas en el futuro próximo, el Awakusu puso parte de su capital en el proyecto. Tengo una manera; cada uno de los clones tiene fallas metabólicas. Es otras palabras, no pueden sobrevivir si no toman una serie medicamentos que los propios investigadores contratados desarrollaron. Por eso, pese a sus deseos, ninguno se ha marchado de Japón.

–Eres desagradable y cruel.

–En absoluto. Les he permitido vivir la vida que desean, ¿no?

Izaya se levantó y luego buscó su abrigo.

–¿Hoy no se verán aquí? –dijo Namie con intención.

–Je, pues no. Esto te tomara un buen rato y no pienso interrumpir –dijo Izaya antes de precipitarse a la puerta. Le dio un vistazo a las carpetas y luego se marchó en busca del monstruo de Ikebukuro, del verdadero.

Desde hacía varios meses, Izaya aceptaba los besos y abrazos de Shizuo, con la secreta intención de encontrar la manera idónea de matarle. Durante sus breves pero constantes encuentros en que intimaban, Izaya se obligaba a no pensar en aquellos alternos, pues la posibilidad de encontrar consuelo en el otro, de sus alternos en los del monstruo y viceversa, le parecía un verdadero arrebato desesperado. Al final, confiaba plenamente en que el original siempre sería mejor que cualquier copia que pudiera hacerse de él mismo.

Sin embargo, Izaya no podía ignorar que cuando estaba con Shizuo, cuando él optaba por empezar los besos, se olvidaba no solo de los clones sino también de su persona. Se perdía en ese monstruo de Ikebukuro, al que se había prometido odiar.


Próximo capítulo: Tsugaru.

N. del A. Saludos a todos los que decidieron darle una oportunidad a la historia. El punto de la misma es jugar un poco con Izaya y Shizuo y con sus respectivos alternativos. Es decir, que cada capítulo se centrara en alguna pareja. Eso sería todo por ahora. ¡Besos y abrazos! Háganme saber su opinión.