Capitulo 1.- Un principio.

Estaba frente a él mirándolo, estaba asustada, aterrada, sus ojos estaban llorosos, y gracias a la luna plateada que había esa noche, él pudo notar el terror en sus ojos. Había cuerpos sangrientos en el piso, él pensó que era normal que esa joven se encontrara así.

-Hey, mujer... no te asustes.

No pronuncio palabra, su kimono azul estaba cubierto de sangre, su pelo negro dejaba ver algunos atisbos de azul con la luz de la luna, este se movía a causa del viento que soplaba violentamente, al parecer llovería esa noche.

-Yo... Yo...

La mujer trago saliva, el listón que sujetaba su cabello se soltó por el viento, su pelo callo sobre sus hombros y espalda.

-¿Tú?...

Los cabellos del hombre también se movían violentos al compás del viento. A pesar de que ella había visto todo guardo su espada en la vaina, no tenía caso matarla, estaba demasiado aterrada, no pondría mucha resistencia si intentaba llevársela consigo.

La chica de cabellos negros veía como se acercaba lentamente, sus cabellos eran rojos, así como la sangre que brotaba de los cuerpos inertes en el piso, y que también había en su kimono.

-No te asustes, ven conmigo.

No pudo responder, todo su cuerpo estaba traicionándola, una parte de su mente no quería ir con él, pero la otra parte y todo su cuerpo aceptaron la mano que el hombre les extendió, miro sus ojos por un segundo, eran de un color ámbar radiante, no pudo sostener mucho la vista, ese ¿joven?, por Dios, era algunos años mayor que ella, tal vez dos o tres... y a tan corta edad ya había matado a mas de diez hombres él solo.

Al tomar la mano de la joven noto que temblaba, no le tomo mucha importancia, se agacho y recogió el listón, era azul al igual que su kimono, no se lo devolvió, era mejor que llevara suelto su cabello, hacía frío, y como lo había pensado antes, llovería.

Camino de su mano un largo tramo, no sabía que tenía pensado hacer con ella, no ponía resistencia, pensaba que si lo hacía el la mataría, pero si llegaba hasta donde él la llevaba tal vez él...

Se detuvo por inercia, sus pensamientos la habían paralizado, no quería saber que le pasaría, y si pensaba matarla que lo hiciera de una buena vez.

El pelirrojo volteo, vio sus ojos azules, intensos, con miedo y sin soltar su mano se acerco a ella, se dirigió a su oído y con suavidad le dijo:

-Es verdad, soy un asesino, pero no mato a mujeres y no abuso de ellas, tengo principios, te doy mi palabra de que no te are daño.

-Yo...

Parecía que solo podía pronunciar eso, pero lo dejo así, sabia que ella se había tranquilizado un poco, le había dado su palabra y ella sabía muy bien que un hombre jamás traicionaba su palabra, jamás.

Empezó a llover, no alcanzaron a llegar secos a la posada, pero al menos habían llegado antes de que arreciara mas la tormenta.

-¿Quién es esta joven Himura?

Una amable señora se aproximo a ella, acerco una manta para que se secara, ella sonrió, Himura pensó que era increíble que sonriera después de lo asustada que estaba.

-Es una larga historia, ¿tiene habitaciones disponibles? Necesita descansar.

La joven de pelo negro seco un poco su pelo, se sentía muy fuera de lugar, no sabía que hacer, su miedo era menos, pero aun tenía un poco de ganas de huir de ahí.

-Tiemblas mucho jovencita, debes tener frío... Himura, lo siento, pero tendrás que hospedarla en tu habitación.

Algo de enfado resalto en los ojos de Himura, pero la encargada hizo caso omiso.

-Vamos.

El hombre dio algunos pasos, pero la encargada lo detuvo.

-Espera, le daré algo a la joven.

Abrió la puerta de lo que parecía ser una armario, saco unas prendas y se las entrego a la chica, después de esto, Himura camino sin pronunciar palabras, la joven lo seguía en silencio, subieron unas escaleras y llegaron a la habitación, se veía acogedora.

-Puedes dormir en mi futon, por cierto ¿cuál es tu nombre?

-Ka... Kaoru... señor, Kamiya Kaoru.

Apretó las prendas contra su cuerpo, trago un poco de saliva, temblaba un poco, tenía mucho frío y sudaba.

-Kenshin Himura, no me digas señor, dime Kenshin.

-S... si

Kenshin noto el sudor en su frente, hacía frío y no tenía por que sudar, al parecer había sido un largo día para ella, se acerco y extendió una mano, la poso sobre su frente y efectivamente había enfermado, tenía algo de fiebre.

Kaoru, al ver lo que hacía Kenshin, se sorprendió, no sabía que tenía pensado hacer con ella, la estaba tratando bien, pero ¿qué pasaría a la mañana siguiente?.

-Cámbiate las ropas, enfermaras mas si te quedas con tus prendas mojadas.

-Si...

Bajo su cabeza, se ruborizo, no quería desvestirse frente a él, pero se lo había pedido y no sabía que hacer, si no se desvestía tal vez se enojaría y la golpearía, así que con su mano izquierda descubrió, del kimono, su hombro derecho, al ver esto, Kenshin saco de entre sus ropas el listón que había recogido del piso, lo paso por sus ojos, le dio la espalda a la chica y se sentó en el piso, Kaoru tenía expresión de alivio en su cara.

-Prometí no hacerte daño.

Dejo decir, mientras seguía sentado a espaldas de ella, escuchaba como el kimono de la chica caía al piso, se sonrojo, no sabía por que, pero sintió como sus mejillas se encendían.

-Lo siento seño... Kenshin.

La encargada de la posada le había dado dos prendas, una era un kimono en un color lila muy tenue, con pequeñas florecitas blancas que lo adornaban en la parte final de las mangas y en la parte final del kimono; la otra prenda era una bata para que ella descansara, la cual decidió ponerse, ya que, aunque le parecía un poco imposible, intentaría descansar.

-Así es, Kenshin. ¿Ya haz terminado?

-Si, ya me he cambiado.

-Bien...

Se levanto del piso y se quito el listón de los ojos, al dar medía vuelta se encontró con una hermosa joven, no la había observado lo suficiente, tenía que admitirlo, era bonita, tenia una piel blanca y suave, su pelo era largo y negro, y tenía dos hermosos ojos azules, pero intento no pensar mucho en eso, recordó que estaba algo enferma, así que se acerco a ella.

-Tienes fiebre, lo mejor será que descanses.

La tomo de nuevo de la mano, la llevo hasta donde estaba su futon, estaba cerca de las puertas corredizas que daban a un pequeño balcón, pero las puertas estaban cerradas y las dejo así por que estaba lloviendo, y con este ultimo pensamiento soltó su mano y la dejo frente al futon.

-No tengas miedo, mejor descansa.

Ella se arrodillo y se metió en el futon, Kenshin también se arrodillo y la tapo bien, después se quedo sentado en el espacio que había entre la puerta corrediza y el futon, se recargo en un mueble que tenía libros encima.

Kenshin logró conciliar el sueño rápidamente, había sido un día algo pesado para él, además, tenía que llevar a la chica con su familia cuando amaneciera, y también tendría que disculparse con sus padres.

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Kaoru se despertó a mitad de la noche, parecía que aun tenía un poco de fiebre, pero se sentía un poco mejor, el interior de la habitación era cálido, así que no pasaba frío, y la verdad, después de lo que acababa de pasar hacía algunas horas, no tenia a donde ir.

Volteo su rostro, tras ella estaba ese muchacho, ese asesino...

-Kenshin....- Repitió en voz baja, solo ella fue capaz de escucharse.

No sabía por que no la había matado, tal vez por lo que dijo de que él no mataba mujeres, y efectivamente, tampoco le había hecho ningún daño, todo lo contrario, le dio un lugar en donde pasar la noche, aunque no sabía lo que pasaría cuando el sol despuntara.

Se arrodillo y se acerco a gatas al cuerpo de Kenshin, estaba profundamente dormido y abrazaba su espada, esto le causo algo de miedo. Lo observo, sus rasgos eran fino y delicados, era la belleza de mujer en un hombre, y en su mejilla tenia una cicatriz en forma de x, se pregunto quién pudo habérsela hecho.

Al estar a solo unos centímetros de él extendió su mano, su curiosidad era mucha, quería saber que sería sentir su cicatriz bajo sus dedos, trazo una de las líneas, y a pesar de todo su piel era suave...

Los ojos de Kaoru se abrieron de par en par, una mano había atrapado la suya en un movimiento tan rápido que no pudo ni reaccionar.

-No puedes dormir.

Su voz sonó grave y sería, pensó que estaba en un profundo sueño, pero de algún modo el siempre estuvo alerta de lo que pasaba a su alrededor.

-Lo siento... yo solo... discúlpeme, volveré a dormir, prometo no molestarle de nuevo.

Bajo su cabeza en una señal de arrepentimiento, su mano aun se encontraba sujeta a la de él.

-No paso nada. Te ves mejor ¿cómo sigue tu fiebre?

Soltó su mano para poder tocar su frente, ya no tenía tanta como hace pocas horas.

-No era nada de que preocuparse, fue solo que estaba algo débil y asustada, discúlpeme, no quise causarle molestias.

-Entonces vuélvete a dormir, mañana amanecerás mejor.

La miro a los ojos, eran hermosos, pocas veces había tenido la oportunidad de hablar con mujeres, de hecho el no era como sus demás compañeros, ellos se divertían con mujeres, en cambio él no, esas costumbres le parecían algo muy reprochable, pero ahora tenía la oportunidad de ver los ojos azules de esa mujer, esos ojos que eran como una noche clara alumbrada por la luna llena.

El rubor de Kaoru se dejo ver en sus mejillas, la miraba de una manera extraña y enigmática, sus ojos ámbar ya no eran tan radiantes, y le pareció ver una aureola púrpura alrededor de ellos, aunque, la verdad es que la habitación era algo oscura, solo se filtraba un poco de la luna llena de esa noche, que al fin se había despejado de nubes de lluvia, así que pensó que tal vez estaba viendo mal.

-Lo siento.- Kenshin aparto la mirada, sus mejillas se sonrojaron un poco

Ella sonrió levemente ante ese gesto, era timidez lo que había hecho que él volviera su vista hacia otro lado.

Antes de acostarse de nuevo en el futon vio que tenía dos mantas que la arropaban del frío, tomo una de estas y cubrió el cuerpo de Kenshin, quien al sentir que lo cubrían no pudo mas que mirarla sorprendido.

Kenshin miraba como ella sonreía levemente al cubrirlo, hacía mucho tiempo que no mostraban ese tipo de consideraciones para con él, por eso sintió como su corazón latió con algo de regocijo y alegría y por su mente paso que tal vez ya no estaría solo de nuevo, claro que desecho enseguida esos pensamientos remplazándolos por los que decían que solo lo hacía por que él también le había mostrado algo de amabilidad, lo hacía solo por compromiso.

Kaoru pensó que era tal solo un joven como ella, y que si a ella le daba frío, a él también, él había sido amable con ella, y se sentía muy agradecida con él, aunque al ver su gesto de vergüenza cuando desvío su mirada sonrojado, le conmovió algo en su interior, que hizo que ella pensara que era una persona tierna y hermosa.

Así, los dos de nuevo conciliaron el sueño, y esta vez de una forma plena, y ninguno de los dos despertó, y quedaron con el pensamiento de que esto, tal vez podría ser el principio de algo bueno... o tal vez malo...

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Pues este es el primer fanfic que hago, bueno no exactamente el primero, pero si el primero que me atrevo a mandar para que lo publiquen.

Espero que les haya gustado, se que no es el mejor que van a leer, pero a mi me gusto (claro, yo lo escribí, me tuvo que gustar a mi primero =P). El fic es algo parecido a las OVA'S de Kenshin, como se pudieron dar cuenta, claro que trato de que solo se parezca un poquitito no que este exacto a las OVA' S

Bueno, ahí me cuentan que les pareció, ojala que no este aburrido =s, aunque claro que acepto todo tipo de quejas, criticas (de las que sea), elogios, halagos (no se crean =P).

A, se me pasaba, soy - =MUY= - mala para eso de las comas, punto y coma, punto y seguido, punto y aparte, así que les pediré de favor que no se molesten por este detalle, aceptaría con mucha gratitud que me ayudasen a ver mis HORRORES ortográficos =S, claro, todo es si quieren, no es necesario que lo hagan, de hecho creo que ese vendría siendo mi problema jejeje TT.

Este fic se me hizo algo corto, intentare que el próximo tenga mas detalles y explicaciones, por que este lo tome como una introducción, aunque no pienso hacer muchos capítulos, por mi parte es todo. ¡Gracias! =D

Me escriben por favor a: kanakcrhotmail.com y hanakcr3yahoo.com.mx

-Ana-