Gracias a Maring, a alastor85 y a Elhora por los reviews, me han dado muchos animos de verdad. Espero pronto poder corresponder su acogimiento con un nuevo capitulo o histora, chaooooo!

Hola a todos, traigo acá mi primer fanfic, espero no decepcionarlos si se toman el tiempo de Leerlo, es algo corto. Siempre he admirado mucho a quienes

escriben fanfics, por lo que he querido iniciarme en este arte tan bonito.

Se agradecen los reviews!!!

Van_Cullen

Disclaimer: todos los personajes de las historia pertenecen a JK Rowling

Sangre sucia amada mía

Siempre supe que era diferente.

Crecí rodeado de lujos, con cientos de sirvientes que hacían las cosas por mí, acostumbrado a tener lo que quería, tener a quien quería.

Sin embargo con ella todo era diferente.

La primera vez que la vi demostrando sus habilidades, recuerdo pensé, que astuta! A pesar de ser un ratón de biblioteca merece respeto. Aun siendo lo que siempre he sido enseñado a despreciar: una "sangre sucia", es más astuta e inteligente que muchas que presumen de la pureza de su sangre, como la boba de Parkinson, que me sigue a todos lados. De inmediato quise conocerla mejor, me parecía interesante.

Pero ella se hizo aliada de Potter y Eso dificultó aun más la situación.

¿Por que prefirió ella al cara cortada y a la comadreja, en vez de fijarse en alguien más digno? Aun no me lo explico.

Nunca he tenido una buena relación con ella, nuestros encuentros siempre terminaban cargados de insultos y peleas. Todo provocado por el rencor que siento por Potter, siempre allí junto a ella. Miserable!!!

Estuve esperando tanto ese momento.

Sabía que el baile de navidad del cuarto curso, sería la ocasión perfecta para abordarle a solas. Sin el par de escorias, ya que sé que ellos nunca la han visto como lo que realmente es, una gran mujer.

Sabía por experiencia que Granger no era popular en la escuela y que a menos que Potter o la comadreja la invitaran, no tendría con quien asistir al baile, así que ahí es donde aparecería yo. Esperaría a que todos hubiesen bajado e iría por ella.

Por fin podría hablarle sin nadie que se entrometiera, y donde no debiera fingir desprecio por los sangre sucia, tendríamos nuestro propio baile, solo ella y yo.

Me vestí con mi mejor traje de gala, seda negra. Que resaltaba el pálido tono de mi piel y acentuaba el color grisáceo de mis ojos. Debía deslumbrarla, no sería fácil lo sabía, con ella todo era diferente.

Me dirigí hacia la escalera, todos se habían ido, ¡Genial! Todos excepto él. ¿Qué demonios hacía el granuja de Krum al pie de la escalera? ¿No debería haber entrado ya?, ¿y por qué estaba solo? ¿Donde estaba su pareja?

Justo en eso momento la vi.

Apareció en la cima de la escalera, ABSOLUTAMENTE HERMOSA.

Me detuve en seco observándola bajar con elegancia los escalones. Traía puesto un hermoso y femenino vestido negro, demasiado sensual para un ratón de biblioteca.

Así que además de inteligente Granger era hermosa, -Perfecto- pensé. Y avancé sin más a su encuentro.

Sin embargo Krum al pie de la escalera le extendió su mano y le dio un beso en la muñeca, ella se ruborizó y lo miró tímidamente.

Yo también enrojecí. Creí que era rabia, pero era algo más. Algo que nunca había sentido. Yo Draco Malfoy esta celoso. Celoso por una sangre sucia.

Él le ofreció su brazo y sin más se la llevó al gran salón donde sería el baile.

Yo traté de controlarme, y haciendo alarde de mi porte y distinción entré al baile. No importaba el hecho de que no tenía pareja. De hecho lo prefería, mas sabía que no tardaría solo. Efectivamente, un minuto después, peste Parkinson apareció a mi lado.

-Draki, ¿has visto a la empollona sangre sucia?, tan ridícula como siempre, ese Krum si que tiene malos gustos. O estoy casi segura que le dio una poción de amor, tan fea que es…

-callate pansy- le dije - no estoy de humor para hablar de sangre sucias- en realidad no quería escuchar su voz.

-Bailemos-dije. Como pretexto para acercarme a donde se encontraban bailando.

La vi bailar toda la noche con él, se reía mucho, se veía que la estaba pasando en grande. Eso no estaba bien.

Había esperado 4 años para actuar, porque no había peligro, y ahora va a llegar un extranjero aparecido de la nada y se va a quedar con ella.

-Me cambio de Malfoy a Weasley si eso llega a pasar-me dije.

Pensé en hacer algo, pero no fue necesario. La comadreja se encargo de fastidiarle la noche, célebre por eso, nunca pensé que debería agradecerle algo a la comadreja.

En ese momento comprendí que Granger no era tan impopular como creía, debía actuar y pronto.

Después de discutir con Weasley se dirigió con prisa al jardín.

La seguí en silencio, no quedaba nadie alrededor.

Cuando la encontré, estaba sentaba en una banca, bajo un árbol. Ocultaba su rostro entre sus manos, y se agitaba. Estaba llorando.

Ese hecho me impulsó a hacer algo, no me gustaba que sufriera, menos por un imbécil.

Me acerque sigilosamente y le ofrecí un pañuelo. Ella lo tomó sin mirar y se secó los ojos.

-A las chicas hermosas no les queda bien llorar, menos a ti.- le dije. Cuando escucho mi voz se estremeció y observo la "M" bordada en el pañuelo. Comprendiendo quien estaba a su lado.

Se puso de pie y mirándome aun con algunas lágrimas en los ojos me retó

- Que demonios quieres Malfoy?-

Me engañaba creyendo que todo sería tan fácil, con ella nada sería fácil.

Llevaba años cultivando en ella esa reacción.

-Solo quería ver que estuvieras bien- le dije.

Se rio sarcásticamente y me dijo – y ¿desde cuanto te importa un bledo lo que me ocurre?

-Me importa desde siempre, y mucho, no soy tan egoísta como el cara cortada y la comadreja que solo te utilizan.

Al escuchar mis palabras me gritó - cállate no tienes derecho a hablar así de ellos, no los conoces-, y se abalanzo para darme un golpe, como en el curso de 3 año. Solo que esta vez no lo consiguió. Pues ahora pude prever su reacción y atrape su puño.

Al hacerlo ella perdió el equilibrio y cayó en mis brazos, automáticamente le hice una trampa para impedirle alejarse. Ella forcejeaba por soltarse. –déjame Malfoy- me gritaba. Me encantaba la situación. Verla tan enfadada y tan frágil entre mis brazos, realmente me encantaba la situación.

No me pude resistir y apreté su rostro contra el mío para unir nuestros labios y la besé.

Una cálida luz iluminaba la estancia. Cuando abrí los ojos me encontraba tendido en una cama pero no precisamente la que me habría gustado. Estaba en la enfermería. Por un instante no comprendí porque estaba ahí pero en seguida la escena volvió a mi mente.

Era la mejor sensación que había vivido hasta entonces. Sus carnosos labios luchando por escapar de los míos que los buscaban desesperadamente. Sus manos sobre mi pecho, presionando supongo con fuerza, el olor de su pelo y de repente:

Suéltale cobarrrde – Crrucio-

La maldición me golpeo de lleno privándome de mi momentánea felicidad.

Me senté en la camilla sintiéndome desdichado

¿Qué estaría pensando ella de mí en ese momento? Soy un idiota lo he arruinado todo.

Intente ponerme de pie, pero justo en ese momento:

-Que crees que haces Draco Malfoy?, no te puedes levantar así como así.

Me sorprendí al escuchar esa voz, solo podía ser ella, y sí era ella.

-Hermio, digo Granger, que haces aquí?-

-aquí he estado todos estos días esperando que despertaras.

-¿Días?

-Tres días para ser exactos, te has llevado una buena paliza, nos ha costado mucho detener a Viktor.

Enrojecí recordando la escena.

-Y porque estás aquí, aun no me has contestado.-

-Eres tu el que me debe una explicación y he venido a entregarte esto.-

Me tendió el pañuelo que le había dado cuando lloraba.

-ese día, yo-

- estabas borracho- muy graciosa tu broma te felicito, te queda bien jugar con los sentimientos de los demás. Sí burlémonos de la sangre sucia.

Pero sabes algo, no te daré gusto. No me afectará lo que has hecho. Ni si quiera me inmute, he tenido mejores besos.-

Eso me hirió. Ella dio la vuelta para marcharse, pero yo la tome de la cintura haciéndola girar,

-no debiste decir eso, no de un Malfoy. Menos tu niña por que nadie te besara nunca más.

Ella me miro con sorpresa- y que vas a hacer para impedirlo, eh?-

La mire fijamente mientras la lanzaba a la cama y me posicionaba sobre ella. De manera que no pudiera escapar.

Ya era tarde, por lo que nadie llegaría a interrumpir a la enfermería.

Sostuve sus brazos a ambos lados de la almohada.

Mientras ella forcejeaba inútilmente por zafarse, yo ahogaba sus gritos con el más apasionado de los besos.

-Draco, déjame por favor, no me hagas esto no juegues con migo. Yo, yo te quiero.

Al oír esto me detuve, quedándome impactado, ella giro su cara para evitar que observara sus ojos llorosos.

-Búrlate si quieres, insúltame ¿ya has escuchado lo que querías no? Soy una estúpida sangre sucia enamorada de una serpiente.

-cállate - le dije. Te prohíbo que te llames así. Nadie que se considere estúpido podría poseer algo perteneciente a un Malfoy y tu Hermione eres la dueña de mi corazón. Yo te amo.

Sí, lo había dicho, por fin se lo había dicho.

Ella volvió su rostro hacia mí y pude ver sus ojos aun húmedos mirándome con temor.

-sí Hermione, yo te amo, siempre te he amado y he odiado al cara cortada y a la comadreja porque te podían tener cerca. Estaba celoso de ellos, ¡miserables! No eran dignos de tenerte y sin embargo no te apreciaban la mitad de lo que lo he hecho yo y te odiaba por no poder tenerte.

Por favor dime que me perdonas.

Ella estaba callada, más bien en shock. Yo solté sus brazos y coloque mis brazos a su costado para incorporarme. Sin embargo ella reaccionó llevando sus brazos a mi cuello, me haló hacia su pecho y sollozó.

–Por supuesto que te perdono Draco mi amor secreto, que más puedo hacer si te amo-

Me sentí el mago más feliz de la tierra, la abrasé efusivamente y acaricie su rostro y su cabello mientras la besaba. Lagrimas mezcladas caían por nuestros rostros, lagrimas de perdón, arrepentimiento y alegría.

Y sin más reparos, guiado por el derroche de caricias esa noche mi Hermione fue mía.

Jamás había disfrutado tanto una noche en la enfermería.

Te amo sangre sucia amada mía