Dolores is searching love
Capitulo 1: Un día en la vida de Dolores.
Mi vida es de color de rosa. ¡Amo mi trabajo, amo a mi jefe y amo a mi gato!
Soy Dolores Jane Umbridge.
Edad: unos cuarenta y pocos (si ¬¬ no me miréis con esa cara que estoy diciendo la verdad) y además muy bien llevados, no como esa Mafalda Hopkins que siempre va por allí presumiendo de haber pasado los cuarenta sin una sola arruga, pero en realidad creo que se las estira con poción alisadora, que la tengo yo caladita ¬¬
Peso: Tengo que controlarme, pero es que me encanta esa tarta de queso con arándanos que preparan en el bar del ministerio y ese chocolate a la taza… realmente irresistible.
Estatura: ¡¡Eso no se pregunta a una señorita como yo!!
Ropa interior: Blanca de encajes y… ¡DEGENERADOS! ¡No responderé mas preguntas sobre mi ropa íntima!
Color: El rosa, sin dudarlo, además me sienta de maravilla ¿no es cierto?
Trabajo: Subsecretaria del ministro de Magia y a mucha honra, mi jefe es estupendo, genial, responsable, muy aplicado y… ¡No os imaginéis nada raro! Cornelius es solo mi jefe…
Mascota: Un gato blanco, se llama Cornelius como mi jefe.
Ambición: Servir a mi querido Ministro de Magia…
Estado civil: Si… soltera.
Estoy soltera y pronto se me pasará el arroz ¡Yuju! Esa es la imagen la Dolores que me devuelve la mirada en el espejo mientras me pongo unos pendientes que me regaló el ministro y mira que son feos los jodios, pero me los pongo para que vea que me gustan… ¡Que le voy a hacer! Soy una mujer muy servicial.
Voy por uno de los pasillos del Ministerio con mi jersey rosa de punto (yo se que a Mafalda le encanta, no puede evitar sonreírme cuando me la pongo e incluso me ha pedido donde me la he comprado, ¡pero no se lo voy a decir! Que se fastidieeeeeeee) y no veas el frío que hace por aquí, estos pasillos están helados. La culpa la tienen esos locos del departamento de clima, voy a tener que hablar de ellos con Cornelius muy seriamente… ¡Como me constipe mi irá caerá sobre ellos!
Mi despacho está al fondo a la derecha, es genial. Me enorgullezco de decir que lo he decorado yo misma. La moqueta es rosa (como mi vida ¡rosa, rosa, rosa!) y tengo unos platos preciosos de gatitos que son… adorables, francamente adorables.
-¡DOLORES!
OH, dios mío, mi corazón quiere saltar del pecho, Es su voz, su voz celestial que me llama como quien llamaría a un elfo doméstico. Pero me da igual como me llame y el tono de voz que use, yo voy a acudir a su grito ¡Dios mío! ¿Voy bien peinada? ¿Se ven los pendientes horripilantes?
NO, NO, NO, NO PUEDE SER… Tengo el jersey lleno de pelos de gato, pero… MIERDA ¿Qué ha pasado? Seguramente Cornelius (mi gato, no mi jefe) habrá dormido encima ¡CRISIS, CRISIS! Me paseo por el despacho como una loca sin saber que hacer… ¡MAYDAY TENEMOS UN PROBLEMA! Bueno, tengo un problema mi jefe-amor de mi vida- único hombre del ministerio con el que tengo posibilidades (y otros motes) está esperándome y yo llevo puesto un sucio jersey lleno de pelos de mi estúpido gato.
¡Odio a mi gato!
Ok, antes os he mentido, la verdad es que me muero por los huesos de Cornelius el… tiene algo… ok, no se que es lo que tiene pero me gusta… Cupido es ciego ¿recuerdan?
¡Cornelius Funge! El pobre se esta quedando sin pelo si sigue a este paso… además a veces resulta un poco lento de reflejos y es muy niño (con deciros que le gusta jugar a volar con la escoba de juguete de su hijo, si una visión realmente humillante) Su hijo… si es que es este mi mayor problema, que Cornelius ya tiene mujer e hijos (aunque tengo que reconocer que los hijos no han sacado el encanto natural de su padre….) ¿Pero que hago perdiendo el tiempo? Tengo cuarenta y tres años, ¡Tengo que casarme ya!
Llaman a la puerta ¡Mierda! ¿Qué hago? ¿Dónde me escondo? Y… ¿Si me quito el jersey? NO, ¡no llevo nada debajo! Bueno si, la ropa interior pero… ¡De acuerdo, me lo quito! A ver si a Cornelius así…
¡Que vergüenza!
Me estaba quitando el jersey cuando han abierto la puerta y… me he tropezado con no se que y me he caído al suelo. Si, PLAF, así he sonado cayéndome en mi preciosa moqueta rosa de terciopelo traída directamente de Singapur.
Pero esto no es lo peor. Lo peor es que yo con los nervios no me había dado cuenta de que no era Cornelius el que había llamado a la puerta, ¡ERA MAFALDA! Mi peor enemiga, Mafalda la perfecta, que se le debe haber quedado una cara cuando me ha visto tirada sobre la moqueta…
-Dolores –me ha dicho toda preocupada inclinándose sobre mi- ¿Qué te ha pasado?
Encima pones cara de preocupada hija de mala madre… ¡La odiooooo!
-Nada Mafalda querida –le contesto con voz amable ¡Mira que soy falsa! Intento levantarme, ¡Como me pesa el culo! Tengo que empezar a hacer footing. Y cuando casi estoy de pie… ME CAIGO DE NUEVO, las putas leyes de la gravedad, ¬¬ Estúpido Newton, pero… ¿Cómo puede pesar más mi trasero que el resto de mi cuerpo? Y Mafalda mirando ¡DIOS MIO TIERRA TRÁGAME! Me muero de la vergüenza.
No pasa nada… mi dignidad se esfuma delante de mis ojos… pero ¿Qué os pensáis que esto es todo? NOOOOOOO, LUEGO HA ENTRADO ÉL…
…Cornelius y me ha visto en el suelo…
-Dolores –me dice con su voz seductora, anda que solo él sabe como sacarme los colores buuuff… como me he puesto mi cara parecía el traje de la mujer del anuncio de "soy tu menstruación" –tengo un juicio ahora, ¿me puede dar los papeles del caso Morgan?
-Si, claro –dijo con una sonrisa encantadora profident (que se note que me blanqueo los dientes! Toma Mafalda! Chúpate esa!)
-Por cierto –me dice el ministro con esos labios tan regordetes… ¡Que labios que tiene! ¿Pero Dolores que haces todavía en el suelo? ¡Levántate mujer! Me levanto corriendo y con las prisas tiro al suelo un jarrón ¡MIERDA! Mi jarrón con lo que me gustaba, que me lo traje desde China… ¿y ahora quien recoge este estropicio?
-Dolores –sigue diciéndome Cornelius- se le ha roto la falda.
¿QQQQQQQQQUUUUUUEE??? Repite conmigo, esto es una pesadilla, pesadilla, PESADILLAAAAA!!
Me miro mi traserito ¿dios mío, toda esa grasa es mía? Me pongo a régimen pero YA! En fin, que me miro y… la falda se me había roto y se me veía… ya sabéis, la lencería femenina. ¡MAFALDA QUE HACES GUARRA NO TE RÍAS! No la aguanto, no la aguanto.
Me muero, me muero, me muero…
El Ministro se va… Mafalda se ríe y mi dignidad me abandona porque no quiere saber nada más de mí ¡Vuelve dignidad! ¿Si le pego una paliza a Mafalda volverás?
-Bueno Dolores, nos vemos en la merienda, eh? –me sonríe y se va.
Eso el desayuno, tu si que tienes tiempo para desayunar so guarri, que tienes menos trabajo que yo… Los papeles del ministro, si tengo que buscarlos para demostrarle que soy eficiente y que me… Que me ha visto la lencería!! Siento pavor… pero otra parte de mi no puede dejar de pensar que… tal vez a Cornelius le haya gustado ¡NO, pero que dices loca! Te estás obsesionado, Dolores y eso no es bueno tonta!
Estornudo.
¡MALDITOS! Ya te digo que mi ira caerá sobre ellos. ¡Nadie constipa a Dolores Jane Umbridge y no es castigado por ello! Cuando pille a uno del departamento de clima lo castro con unas tijeras de podar que llevo en mi bolso (si, tengo que vaciarlo y llenarlo de nuevo)
-Hola señora Subsecretaria –dijo una voz pedante a mis espaldas.
-Buenos días –contesto con mi mejor sonrisa como siempre, que no digan que soy antipática eh??
Oh no…
Es don perfecto Percy Weasley ayudante del ministro… no puede ser ¿Por qué él? Me mira con una cara de salido ¡Me está mirando el culo! OH, NO! Que he salido del despacho sin arreglarme la falda. ¡RAPIDO UN BAÑO!
Joder, mira que es grande el maldito Ministerio y nunca hay un baño cerca cuando una señorita lo necesita ¡AQUÍ! Por fin… entro y me cierro con llave. La maldita falda… el dependiente me dijo que era de Francia, ¡Mentira! Seguro que la compró a un chino y me la coló ¬¬ ¡Con lo cara que fue! Si es que hoy en día las brujas ya no visten con estilo, basta ver a Mafalda, siempre de negro ¬¬
PIP PIP.
¿Qué es eso? Oh, el reloj… ¡LAS DIEZ! EL JUICIO DEL MINISTRO! Madre mía no llego, no llego, no llego…
Corro por el pasillo como un atleta… ¡Aquí llega Dolores Umbridge, campeona de la carrera por los pasillos del ministerio con zapatos de medio palmo de tacón! (es lo que tiene ser bajita)
Pero que no cunda el pánico, el ministro aún estaba allí con ese… Percy ¬¬ ¿Qué porque lo odio? Pues porque cuando él está con el Ministro, Cornelius me ignora! Ahora veréis:
-Señor Ministro…
Nada, no obtengo respuesta. Como me cabrea este hombre…
-Cornelius…
A ver si con su nombre reacciona… pues no, parece que tiene un tapón de cera en los oídos.
-Jefe…
Esto último con voz seductora. Percy Weasley me mira por encima del hombro del ministro con una sonrisa burlona…
-SEÑOR MINISTRO
¿Contento? Ya me has hecho gritar y perder los estribos… ¿Me está mirando? OH, dios mío, ¡Cornelius me está mirando! (Cornelius y medio departamento si… pero no olvidemos lo esencial… Es tan mono mi ministro…)
MI CARA: Como las cabinas telefónicas muggles de Londres, como el traje de Papa Noel, como las señales de stop… DESASTRE…
-Dolores –me dice poniendo los ojos en blanco. AY NO, que se debe haber pensado que soy una maniática… -Necesita usted descansar creo… se la ve estresada.
¿Estresada yo? Perdona, perdona querido Cornelius YO no estoy estresada, ¡¡TU estás apardalado!! Que no es lo mismo…
-¿Qué tal si se toma el día libre?
¿Qué me tome el día libre? ¿YO?? NO, NO, NOOO ¿Que es este ultraje? Es como si me estuviera insultando. Yo no necesito días libres Cornelius, te necesito a ti… uy que cursi me ha quedado eso…
-No señor Ministro, gracias. Tenga sus papeles para el juicio.
-¡El juicio! Casi me olvido, vamos Weasley. Gracias Dolores.
Ya te digo yo que este un día se olvida de que es Ministro y viene al trabajo con zapatillas y bata de estar por casa. Y ese Weasley… ¿le pasará algo si le estampo un jarrón el la cabeza? Con un poco de suerte se quedará tonto y dejará de mirarme de ese modo con esa risita burlona… ¬¬ le odioooooooo!!
¡Odio a mi jefe! Y a su ayudante ¬¬ a ese si que lo odio…
En fin… me voy a la cafetería que con este día que llevo me merezco un café y un ENORME trozo de tarta. Y subo al ascensor recuperando mi humor habitual que se esfuma tan rápido como ha vuelto cuando llego a la cafetería y me veo a Mafalda haciéndome señas para que me vaya a sentar con ella.
-¿Qué quieres tomar encanto? –me pregunta el camarero que es muy mono pero muy joven… grrrr… si yo tuviera un par de años menos lo que te haría…
-Un café, por favor.
-¿Solo un cafetito? Pero cariño si hoy tengo una tarta de esas que tanto te gustan que siempre te tomas dos trozos y un chocolatito caliente de esos espumosos…
ME MUERO DE VERGÜENZA.
Por favor que alguien recoja del suelo de la cafetería los pedacitos que quedan de mi y se los envíe a mi gato. Mafalda y sus amigas me miran riéndose.
SI, soy una glotona, me encantan los dulces, no puedo evitarlo son… PERO… HOY NO, no voy a caer en la tentación. Miro a las demás OH por favor… Mafalda está tomando unas galletas de fibra extra-ligth con sabor a ciruela… eso seguro que no sabe a nada.
¿QUE HAGO? Estoy teniendo otra crisis, (suspiro) ¡AY! mira que es majo el camarero… creo que es andaluz, como mi nombre ¡AY, DOLORES!
¿Qué hago? REPITO ¿Qué hago?
Por una parte no quiero que Mafalda y compañía vean que soy débil (un angelito sobre mi hombro me riñe y me dice que lo haga por mi bien que tengo unas cartucheras…) pero por la otra parte me muero por tomarme un trozo de tarta (mi demonio sobre mi hombro me dice: Venga Dolores, solo un trocito) Así que…
-¡Tengo mucho trabajo chicas! -Dios mío, que mal se me da mentir! –Nos vemos luego.
Y dejo allí plantados a mi camarero y a Mafalda que se debe haber pensado (si no lo pensaba ya) que soy mongola porque he ido a la cafetería, me he sentado para luego.. ¿Irme?
Dolores, ¿en que estás pensado? ¡Céntrate! No puedes seguir así.
¡Odio mi trabajo! Bueno no, a mis compañeras de trabajo (Mafalda te odioo! Un día tengo que enviarle unos dementores de recuerdo ¬¬)
Mi vida, al fin y al cabo, no es de color de rosa…
CONITNURÁ…??
Aquí me tenéis de nuevo, en otro fic con mi querida Suma Inquisidora ¡Venga Dolores! Esta idea se me ocurrió viendo la quinta película, no se porque me pareció que Dolores estaba un poquito obsesionada con Cornelius y dije… pobre mujer, pronto se le pasará el arroz (si no se le ha pasado ya) y no tiene a nadie que le de amor!
Así se me ocurrió esta historia, Dolores con su particular sentido del humor (y creo que esta mujer así como viste por narices ha de tener un humor…vamos para descojonarse con ella, si es que las apariencias engañan) analizará a todos los hombres de la saga (como si llevara incorporado un rayo láser) para encontrar un buen marido… pero la pobre no creo que tenga mucha suerte… ¿o si? Ya se verá… Lo que si que se es que nos reiremos bastante ya que ella es un poco infantil y ve las cosas desde un punto de vista un poco disparatado… ¡¡La vida de color de rosa!!
