Danny Phantom no es de mi propiedad, le pertenece a quien le tenga que permanecer.
Han pasado dos semanas después de que nuestro héroe fantasma salvara al mundo, ahora él tiene algo mucho más importante que enfrentar, sus sentimientos.
Danny Fenton, cabello negro, ojos azules, ahora tenía todas las miradas sobre él, sus padres conocen su secreto y eso es un peso menos sobre él, pero ahora debe lidiar contra sus sentimientos.
Va caminando por los pasillos de la secundaria, su objetivo es claro, declararle a Sam sus sentimientos. Entonces ahí la ve parada frente a su casillero, se ve tan linda Danny no puede evitar sentir miedo, se acerca a ella y entonces ella voltea
-hola Danny- dijo Sam. Danny intento hablar pero algo le impedía hacerlo ¿miedo? Tal vez, pero su objetivo era claro, se acercó a ella y la sujeto de la mano llevándosela a quien sabe dónde, las ideas de Danny no eran claras, tenía miles de millones y ninguna de ellas era escuchada con claridad.
-Danny ¿qué haces? Me estas asustando- fue cuando por fin se dio cuenta de lo que estaba haciendo
-yo lo.. lo siento- dijo soltándola –pero hay algo que debo decirte-
-dime-
-Sam.. tú me.. tú me gustas- ya lo había, no había vuelta de hoja, ella parecía sorprendida, era lo que quería escuchar, se había imaginado tantos escenarios, pero ninguno era igual a ese.
-Danny, tú también me gustas- esas palabras, esas palabras cambiarían para siempre el destino de ellos dos.
Las palabras, las acciones, hasta el más mínimo sentimiento puede alterar el destino.
Dos meses había pasado desde aquella declaración, después de eso se hicieron novios, y bueno no hay mucho que decir de eso, todos los días era lo mismo, o bueno casi todos los días, después de la escuela Sam y Danny pasaban tiempo juntos en algunas ocasiones Tucker se les unia, pero hasta él sabía lo que era la privacidad de pareja, algunos días la aparición de algún fantasma los interrumpía pero nada que Danny no pudiera solucionar.
-bien, te veo mañana-
-hasta mañana, Danny- le dio un tierno beso en los labios y entro a su casa.
Cuando cerró la puerta y se dio la vuelta vio a sus padres, suspiro, decidió ignorarlos y se fue a su recamara, no era secreto que los padres de Sam odiaban a Danny.
-Samantha, necesitamos hablar- dijo su padre
-¿qué?-
-te vas a Europa, no es emocionante- dijo su madre muy emocionada
-sí, tu madre tiene razón, es una perfecta oportunidad que no puedes desaprovechar-
-¡¿qué?! Acaso están locos, me gusta vivir aquí, además, ni siquiera me preguntaron mi opinión- estaba histérica, no quería irse de Amity Park era su hogar, era donde estaba Danny –es por Danny ¿cierto?-
-no es necesario preguntarte, querida, además somos tus padres y sabemos que es lo mejor para ti-
-¡no! ¡No lo saben!- grito e iba a salir corriendo, cuando su padre le agarró del brazo
-de esta no te salvas, Samantha, tomaras ese vuelo y nosotros nos aseguraremos de eso- entonces agarro su mochila, busco su celular y lo rompió –para que no intentes comunicarte con él-
Esa noche había sido muy dolorosa, no pudo decirle adiós a la persona que más quería, y ahora que estaba sentada, apunto de salir del país no pudo evitar soltar una lagrima, rogando porque Danny no la odiara.
