DISCLAIMER: Nada de esto me pertenece. Los personajes pertenecen a Stephenie Meyer y la historia a bicyclesarecool. Yo solo me adjudico la traducción.
Capítulo beteado por Yanina Barboza, Beta de Élite Fanfiction (www facebook com/ groups/ elite .fanfiction)
Simple as This
Capítulo 1
PRIMERA PARTE
—¿Necesitas una bolsa?
—Oh no, gracias —murmuro mientras que el hombre detrás del mostrador imprime mi recibo.
—¿Planeando un viaje? —me pregunta, deslizando la pila de libros hacia mí. Toca ligeramente la portada de un libro acerca del arte en París antes de quitar su mano por completo.
—Algo así —miento, tomando mis libros para salir hacia el auto. Mi mejor amiga, Alice, está inclinada sobre el capo de su Pirus amarillo, hablando por teléfono. Ella solamente mide menos de metro y medio, pero sus piernas son largas y delgadas, bronceadas por sus vacaciones de una semana en California a principios del verano. Una brisa llega en ese momento, agitando algunos mechones de su cabello negro de su frente, con las puntas rosas resaltando en la luz. Tiene una flor de loto dibujada con un Sharpie en su bíceps y viste unos shorts. Alice me saluda cuando me ve salir de la tienda, terminando su conversación en el teléfono.
—¿Cómo está Susan? —le pregunto amablemente, deslizándome junto a ella.
—Susan está siendo tan molesta como siempre. —Alice suspira. Susan es su madre, y aunque sus intenciones siempre son buenas, puede llegar a ser algo asfixiante. Ella está tratando de organizar las fotos del último año de preparatoria de Alice, para aligerar un poco las tareas de verano de Alice (las cuales ella se rehúsa a empezar).
Alice mira los libros en mis brazos y rueda los ojos, antes de revisar su teléfono otra vez.
—¿Con estos cuántos son, Bella? ¿Quinientos libros de arte? —Ignoro su pregunta porque probablemente tenga razón, pero no me gusta su tono acusatorio.
—No lo sé, Alice, ¿cómo está Jasper? —Ante mi pregunta, se pega el teléfono al pecho, escondiéndolo de mí. Jasper Whitlock estaba en nuestra clase y había estado flirteando con Alice desde el primer año. Eran mejores amigos en la escuela primaria, pero la rareza de la secundaria los separó. Se han estado persiguiendo el uno al otro desde que tienen catorce y ahora se mandan mensajes constantemente, pero nunca se ven en persona. Más que nada, es bastante molesto.
Finalmente nos metemos al auto y Alice enciende la radio, en una estación indie que a ambas nos gusta poner demasiado fuerte mientras Alice canta al ritmo de la canción. Su voz es muy alta y yo descanso mi cabeza en la ventana, viendo volar a los árboles verdes. Todo es tan frondoso y yo, honestamente, amo Forks. Es una pequeña ciudad en Washington y difícilmente deja de llover. Es linda pero aburrida. Alice da vuelta en mi calle, un camino de grava justo afuera de la parte principal de la ciudad. Solamente hay un par de casas más en mi calle, una a cada lado de mi casa. La patrulla de papá no está estacionada, así que sé que llegará hasta tarde. Le digo a Alice que la veré mañana mientras salgo del auto y ella se pierde en la carretera, levantando algunas piedras en el camino.
Estoy abriendo la puerta cuando escucho a alguien llamar mi nombre. Se trata de Emmett, mi vecino. Él ha estado jugando fútbol desde que aprendió a caminar, y es una cosa enorme llena de músculos de casi dos metros de altura, lo cual resultaría amenazante si no tuviera unos amables ojos marrones ni contara chistes tan estúpidos de "knock-knock". Lo he conocido durante toda mi vida, pero a la distancia. Él es un año mayor que yo y se mueve en un ambiente totalmente diferente al mío. Por Dios, está saliendo con Rosalie Hale, la diosa rubia a la que todos adoran porque, en secreto, están aterrados de ella.
Emmett me saluda desde su buzón y yo lo saludo de vuelta.
—¿Conseguiste algo bueno? —me pregunta y asumo que habla de los libros en mis brazos.
—Sí, tenían la nueva biografía de Van Gogh que tanto había esperado —le respondo con alegría y él asiente como si lo entendiera, pero sé que solamente trata de ser amable—. ¿Qué hay de ti? —pregunto. Él revuelve su correo y levanta un sobre.
—Solo el pago de una colegiatura para el semestre de otoño. —Suspira—. No es Van Gogh pero es lo que tengo. —Río. Emmett va a una universidad comunitaria por un año o dos para ahorrar dinero y es claro que no está feliz al respecto.
Me despido de Emmett y entro a la casa —está oscuro y no me detengo durante mucho tiempo en la entrada— yendo directamente a mi cuarto para abrir las ventanas y cortinas. Es mi parte favorita de mi cuarto, el tener una pared completa de ventanas que permiten la entrada de la luz. Dejo mis libros junto a la enorme pila que está al lado de mi repisa llena de más libros. Tengo varias novelas pero, más que nada, mi biblioteca está compuesta por libros de arte. Biografías de artistas, enciclopedias, colecciones de museos, libros de texto, de todo en realidad. Tomo la biografía de Van Gogh y me acomodo en la cama. No dejo de leer hasta que se enciende la iluminación de la calle y mi papá me llama para comer pizza.
Mi papá, Charlie, se parece a mí, pero con algunas canas y con el rostro envejeciendo y más con el bigote que ha dejado crecer. Me mira con cautela cuando entro a la cocina porque no sabe de qué otra manera mirarme. Desde que mamá se fue, parece que me ve como una bomba de tiempo aunque le siga diciendo que estoy bien.
Cenamos en silencio. Me quedo mirando su uniforme y las arrugas en su frente mientras que él me lanza miradas preocupadas cuando yo juego con la comida.
—¿Cómo estuvo tu día? —Siempre le pregunto porque siento que debo hacerlo.
—Estuvo bien —comienza y generalmente cuenta una historia acerca de algo tonto que un oficial hizo por la tarde.
Sonrío en los momentos adecuados y limpio la mesa y guardo las sobras y espero que mi papá sea feliz. Él es callado y no está mucho tiempo en la casa, pero cuando está, sé que él me ama.
Es él quien se quedó.
Era una tradición para mí y Alice ir a la cafetería Spartan la noche antes del primer día de clases. Siempre pedimos malteadas de chocolate y nos sentamos en la pequeña terraza del lugar, viendo a la gente sufrir por el término del verano.
—Creo que voy a usar ese chaleco de mezclilla que encontré en la caridad con la falda negra que compré ayer —me dice Alice mientras se limpia un poco de crema batida de su mano.
—Punk —le digo ausentemente. Ha estado obsesionada con su atuendo de regreso a clases desde la semana pasada. Escucho a Alice suspirar.
—No creo que esté tratando de ser punk este año —me contesta—. Quizá use esa blusa rosa con la falda… —Y para ese punto había dejado de prestarle atención. Tomo de mi malteada con lentitud, observando la puesta de sol. Los colores y las sombras son demasiado hermosos y el paisaje parece algo que Monet pintaría, o quizá Turner. Suspiro con tristeza, sabiendo que jamás podría capturar este momento como se merecía ser capturado. Alice no lo nota y sigue hablando sobre la blusa rosa. Me molesta que se esté perdiendo este momento de belleza por un atuendo.
Ella golpea mi brazo y yo salgo de mi estupor, sintiéndome alarmada y al mismo tiempo culpable por haberla ignorado.
—Es Jasper —susurra y sigo su mirada hacia la calle, viendo a Jasper venir hacia nosotras, pasando una mano por su cabello rubio con lentitud. Su playera está tan arrugada que parece como si hubiera dormido con ella. Puedo escuchar como Alice jadea impresionada y entiendo por qué, Jasper es lindo. Sus ojos son de un ligero tono azul y es agradable sin siquiera intentarlo. No puedo decir si él se mueve en el mismo ambiente que Rosalie o no.
Casi no noto que alguien camina junto a él y, por supuesto, ese alguien es Edward Cullen. Edward se mudó a Forks después de nuestro primer año y jamás le he hablado, pero causó un gran revuelo cuando llegó aquí. Es muy alto y desgarbado y tiene unos pómulos tan afilados que podrían cortar vidrio. Su cabello es largo y jamás está en una sola dirección y sus ojos son de un verde oscuro. No de un verde azulado, no opacos, pero verdes. Como los árboles que rodean al pueblo.
No es como si me hubiera fijado, en realidad.
Las chicas se mueren por él y no puedo culparlas. Fue acosado por Rosalie Hale y Lauren Mallory de inmediato, pero nunca parece estar sin Jasper. Jamás he escuchado algún rumor sucio sobre él y después de un tiempo, él se desvaneció entre la gente.
Mientras se acercan a nosotras, pienso qué es lo que Alice va a hacer, qué es lo que Jasper iba a hacer. Se han estado mandando mensajes sin parar durante los últimos tres meses y me siento nerviosa por ellos. ¿Nos habrá visto Jasper? De repente Alice parece muy interesada en su malteada, sin levantar la vista de la crema batida en ella.
—Hey, Alice, Bella —saluda Jasper y, literalmente, suspiro de alivio. Siento a Alice relajarse a mi lado.
—Hey —decimos al unísono y Alice le dedica una cálida sonrisa. Las orillas de su boca se elevan. Es un gesto suave pero genuino. Miro a Edward y él me devuelve la mirada, apretando los labios. ¿Se ha puesto más alto?
—¿Qué los trae al Spartan? —pregunto amablemente porque Alice ha vuelto a estudiar su malteada.
—Pensamos en tomar un licuado —contesta Jasper—. Quizá podríamos unirnos a ustedes si no les molesta.
Las mejillas de Alice se tornan rosas.
—Eso estaría bien —le respondo. Jasper se ríe ligeramente antes de entrar al lugar. Alice exhala fuertemente, como si hubiera estado conteniendo el aliento.
—¿Estás bien? —le pregunto, tomando de mi malteada.
—¿Por qué tengo que ser tan tonta a su alrededor? Dios, probablemente piensa que soy idiota. —Ruedo los ojos hacia ella.
—Oh, por favor. Solo habla con él. No sé por qué estás tan nerviosa, se conocen desde siempre —le digo con exasperación.
—Me gusta demasiado. No quiero arruinar las cosas —dice en un susurro y yo sigo bebiendo del vaso, no sabiendo qué decir. Prácticamente no tengo experiencia con los chicos, antes de cumplir dieciséis, pasé el verano entero con Jacob Black, el hijo de uno de los amigos de papá, besándonos en la playa de la reservación donde vive y viéndolo arreglar su auto en su garaje. Él terminó lo nuestro después de empezar la escuela en otoño porque "no iba a funcionar", pero nunca se explicó en realidad. Pasé como dos días triste por eso pero lo superé fácilmente. Él usaba demasiado la lengua y sus manos eran demasiado secas. Él había sido mi primer y único… lo que sea que haya sido.
Cuando vuelven los chicos, Jasper se sienta junto a Alice y me sorprendo al ver que Edward se sienta a mi lado. Él estira sus largas piernas en el pavimento. No entiendo cómo puede usar pantalones negros ajustados, yo uso unos simples jeans y estoy sudando.
—El cielo está lindo esta noche —dice él y su voz me sobresalta. Es rasposa y profunda y sus palabras no son las que yo esperaba. Asiento, mirando los matices rosas y azules que la puesta de sol está haciendo, agradecida de que Edward notara el cielo.
—Soy Bella, por cierto —le digo.
—Lo sé —me contesta, mirándome de soslayo—. Soy Edward.
—Lo sé —digo y no puedo evitar sonreír. Los ojos de bosque de Edward parecen divertidos.
No hablamos más; solamente bebemos nuestras malteadas y miramos al cielo, escuchando murmurar a Alice y Jasper, mirando el día transformarse en noche.
¡Buena noche a todos!
Aquí estoy con una nueva traducción *lanza confeti*
Espero que les haya gustado este primer capítulo introductorio, dejen sus opiniones en sus reviews :)
Como siempre, mil gracias a la maravillosa Yanina por betear y a ustedes por tomarse el tiempo de leer.
¡Hasta la próxima!
