El cambiaformas llegó a la Madriguera. Tenía por delante una misión muy compleja que su señor, lord Voldemort le había encomendado. Harry Potter, Ron Weasly, Ginny Weasley y Hermione Granger estaban refugiados allí. Su misión era infiltrarse entre ellos y sembrar el caos y la discordia, a la vez que averiguar información sobre las Reliquias de la Muerte.
El plan era muy complejo: Lord Voldemort había fabricado una poción que hacía que quien la bebiera se enamorara de la persona que susurrara el cambiaformas. Éste la usaría para romper la relación entre Harry y Ginny y entre Ron y Hermione haciéndose pasar por ellos y cambiando todas las parejas sembrando la discordia. Tenía unas pocas semanas para ello, así que no tenía tiempo que perder.
Se transformó en una mosca diminuta y llegó hasta la casa traspasando los escudos de protección gracias a un hechizo que le había proporcionado su amo. Cuando entró al salón ahí vio a los cuatro, las dos parejas acurrucadas en dos sillones frente a la chimenea.
- ¿Qué vamos a hacer?-Decía Ron Weasley
- De momento esperar- Dijo Hermione mientras se abrazaba a él- Debemos seguir investigando sobre las reliquias de la muerte hasta averiguar donde está la próxima
- Nos va a llevar mucho tiempo- Dijo Ginny
- Pero lo conseguiremos- Contestó Harry con una sonrisa y la besó suavemente en los labios
Tras un largo silencio, Ron dijo que estaba cansado y se iba a la cama. Beso a Hermione y se dispuso a subir las escaleras.
"Esta es mi oportunidad" dijo el cambiaformas. Volando llegó a la habitación de Ron y Hermione antes que Ron y encontró un vaso de agua que supuso que usaría para beber por las noches. Vertío dos gotas de su poción de amor en el vaso.
"Que empieze el juego"
- Harry Potter- susurró
