Bien este es el prologo de mí nueva historia, lo sé aún no he traído el nuevo capitulo de Unrequited Love pero es que en estos momentos no he tenido inspiración para hacerlo, solo para crear este nuevo. Pueden dejar un review diciéndome si les gusta o no, si lo debo seguir o no.

Soul Eater no me pertenece.


La princesa caprichosa y el campesino solitario.

MAKA POV

Mi vida… como decirlo… era… perfecta. Soy la princesa del reino de Death City. Mi padre, Spirit, es el rey, mi madre murió cuando tenía 13 años. Pero bueno, he aprendido a superarlo aunque la extraño un poco. Mi vida es muy lujosa, los mejores vestidos, los mejores carruajes, la mejor comida, un castillo enorme, y muchas cosas más. Tengo TODO a mi alcance y todo lo que quiera me lo dan, sin embargo, cuando me observo desde la ventana de mi habitación, y veo a todos esos plebeyos me pongo a pensar… ¿Qué sería de mi si fuera uno de ellos? ¡No lo soportaría? Pero, hay algo que les envidio mucho a esos plebeyos.

Su libertad

La libertad que tienen de poder salir a pasear por el mundo ¡cuando se les antoje! En cambio yo, solo en un determinado tiempo puedo salir por ser de la realeza. Sí ¡es horrible! Quiero salir y descubrir el mundo. Pero mi padre, que es demasiado sobreprotector, me lo impide.

Es por eso, que he estado planeando una pequeña huida, solo será un rato claro, y aprovechare que ya es de noche ponerlo en marcha. Tsubaki mi mejor amiga me ayudara tomando mi luegar mientras duermo. Al principio no quiso porque era muy peligroso pero después la convencí.

Tomé las cortinas de mi ventana y las amarre al poste de mi cama. Y con ellas bajé por la ventana.

Ahí estaba Tsubaki, ella subiría después.

- Sigo pensando que esto está mal. - comentó nerviosa.

- Descuida no pasara nada. Regresare más tarde.

- E-está bien.

Empecé a caminar y llegue al pueblo, estaba algo solitario ya que era de noche y después ocurrió lo peor, unos guardias que andaban a caballo me descubrieron y yo comencé a correr.

Era obvio que ellos me atraparían pronto ya que tenían ventaja, pero aún así no deje de correr. Hasta que llegamos al campo, vi a lo lejos un establo, que parecía casa. Corrí hacia el, y toque la puerta desesperada.

Un hombre, de cabellos blancos y ojos color rubí, me abrieron la puerta. Traía puesto un sombrero parecido a una boina, unos zapatos negros, una camisa blanca y encima un suéter café abierto.

- ¿Qué quieres? - preguntó molesto.

- Y-yo… déjame entrar un segundo, no quiero que me encuentren. - respondí desesperada.

- Espera un momento… ¿tú no eres la princesa? - examinó mi cara.

- Si, tarado. ¡Ahora déjame entrar!

- ¿Por qué dejaría entrar a una niñita caprichuda y egoísta? - me pregunto de nuevo molesto.

- ¡Por que es una orden! -grité al borde del colapso.

- ¿Dime alguna vez tu me has ayudado? No, creo que no. ¡Ahora largo! - estuvo a punto de cerrarme la puerta en la cara pero lo detuve.

- Por favor ¿sí? - le susurré seductoramente en su oído, el se aparto sonrojado.

- N-no, y-ya te dije que no. - dijo aún sonrojado y agarrándose la oreja.

Volteé de nuevo, los guardias se estaban acercando.

- Si me dejas entrar…. ¡hare algo por ti! - el me miro pensativo.

- ¿Cómo que?

- ¡Lo que tu quieras pero ya déjame entrar! - le grite molesta.

- Está bien pero… - lo interrumpí.

- ¡Sí! - entre rápidamente, callándolo.

Observe el lugar, solo había paja y más paja. Al parecer no había animales. Solo había una pequeña cocina y una cama pequeña también. ¿Cómo sobrevive?

- Bien, mi nombre es Maka ¿y el tuyo? - le pregunté desinteresada.

- Soul. - me contestó molesto. Que amargado, tiene suerte de que alguien como yo este aquí.

- ¿Cuantos años tienes?

- 20.

Wow, igual que yo. Tal vez... ¡no claro, que no!

- Bien. ¿Ahora dónde dormiré? - miré a mi alrededor.

- Creí que solo estarías aquí un rato.

- Sí pero, sí regreso un gran castigo me esperara, así que ni modo, me quedo aquí para siempre. - me senté en la cama.

- ¿Qué? ¡No! - grito horrorizado.

- ¡Vamos no es tan malo! - pero para mi si lo era…

- ¡Claro que si! ¡N-no creo poder soportarte!

- Si puedes. Ahora ahí que dormir tengo sueño. - le dije acomodándome en su cama.

- ¡Oye! ¿Qué te hace pensar que dormirás ahí? ¡Es MI cama! - puso énfasis en mí.

- No seas así, ¿Así tratas a los huéspedes? - le respondí sarcástica.

- Nunca he tenido un huésped, ¡largo de mí cama! - hizo una seña con sus manos.

Suspiré cansada y acerque a el.

- No querrás que una dama duerma en el suelo ¿o sí? - susurré con un tono infantil.

- ¡Qué dama ni que ocho cuartos! ¡Solo…

- ¿Eres un caballero? - lo interrumpí.

- Bueno, sí pero…- masculló nervioso.

- ¿Entonces? - insistí.

Hizo unos sonidos histéricos.

5 minutos después…

- ¡Buenas noches, Soul! - dije infantilmente.

Gruño molesto y se revolcó entre el montículo de paja que había hecho para dormir.

Hacerlo enojar era algo divertido…


Bueno aquí el prologo, ustedes deciden si lo sigo escribiendo. ¡Bye! ¡Gracias por leer!

P.D según esto tiene algo de comedia, pero no se crean, no soy buena en eso T.T