Esta historia participa en la "Comprobación de varitas" del Torneo de los Tres Magos.

Disclaimer: Potterverso perteneciente a J. K. Rowling. Los diálogos han sido transcritos literalmente y palabra a palabra del libro "Harry Potter y el Cáliz de Fuego".

Palabras: 250

Colegio: Beauxbatons

Campeona: Fleur Delacour


Llevaban ya bastante tiempo esperando la aparición de Potter, pero el chico no llegaba, y Fleur comenzaba a impacientarse. Chasqueó la lengua. Definitivamente, aquel no era lugar para un niño. El Torneo requería una madurez y una seriedad de las que el chiquillo carecía, y…

Ah, ahí estaba. Por fin.

El profesor Dumbledore le acompañaba. Dijo algo como que la comprobación de las varitas daría comienzo a manos del señor Ollivander, un anciano de mirada clara que aguardaba en silencio.

—Mademoiselle Delacour, ¿le importaría a usted venir en primer lugar? —inquirió de pronto el apergaminado mago.

Fleur asintió y le siguió hasta el centro de la sala, donde le tendió su varita con emoción contenida. Ollivander la hizo girar entre sus dedos provocando un brote de chispas rosas y doradas, y la bruja se removió con inevitable ansiedad. ¿Se daría cuenta el viejo fabricante de que su varita poseía una fascinante particularidad?

—Sí —murmuraba—, veinticinco centímetros… rígida… palisandro… y contiene… ¡Dios mío!

Ahí estaba. Una explosión de asombro en las pupilas del mago. Fleur sonrió con satisfecho orgullo.

—Un pelo de la cabeza de una veela, una de mis abuelas —explicó, sintiendo todas las miradas examinarla con renovado asombro.

La perfecta sonrisa de Fleur se ensanchó ligeramente mientras se sonrojaba. Porque no, ella no era en absoluto una mujer vanidosa, pero no podía evitar disfrutar siendo el centro de atención.

Al fin y al cabo, en su pecho seguía latiendo, como en su varita, un verdadero corazón de veela.