En un lugar de la ciudad, en lo que normalmente es un sitio tranquilo, en estos momentos se pueden escuchar algunos alborotos, específicamente, en un restaurante chino, que está cerrado por el día festivo y donde poco a poco empiezan a llegar personas.

Un niño de corto cabello negro con hermosos ojos rubíes, está intentando decorar con unos globos, una esquina del restaurante, sin embargo, el niño no llega a la altura que desea colocar el colorido globo rojo, con una sonrisa Mousse levanta a Chang, hijo suyo y de Shampoo, a quien hacía unos años, había logrado vencer por accidente, después que lograron colocar el globo, el pequeño sonrió y fue hasta la planta alta donde estaba su mamá, para despertarla.

Ya con la decoración preparada, se escucha como golpean la puerta, Mousse abre con una sonrisa, y deja entrar a Toshio, quien había heredado la mala orientación de su padre y pasaba perdiéndose siempre, razón por la cual, al igual que solía hacer su progenitor y aunque ya tenía 10 años, no se separaba de la mano de su madre Ukyo, con una panza de ocho meses, y parecía muy feliz, a pesar de que era más la niñera que la ama de casa de esa familia.

Mousse y Ryoga, ayudaron rápidamente a la futura nueva mamá a sentarse, Toshio se sentó al lado de ella y la complacía en todo, unos minutos más tarde llegó un grupo más grande, Kasumi con un bebé de dos años muy juguetón de nombre Atsushi y Tofú, con un muñeco de su bebé en sus brazos, atrás, tomando tímidamente su mano, apareció Nabiki con su hijo Akihiko de 5 años, quien tenía aires de grandeza, contagiados de su padre, que parecía no cambiar con los años, y al final, aparecieron dos hermosas niñas, las más grandes con 11 años, una de largo cabello negro carbón y hermosos ojos color chocolate con miel, llamada Eiko y otra, de cortos cabellos negros/azules y de enormes ojos azules eléctricos, llamada Aiko, ambas si las mirabas bien, eran un calco de sus padres, Ranma y Akane Saotome, quienes tomados de la mano, entraban con un bebé en brazos, el pequeño, Hiro Saotome.

Ya estando todos, vemos bajar a la amazona de largos cabellos morados, vestida sencillamente, todos se sientan en una mesa ya preparada con anterioridad, para comer y pasarla lindo, las mellizas estaban de lo más divertidas haciendo travesuras y jugando de vez en cuando con Hiro, los demás niños no se quedaban atrás, eran todos unos traviesos.

Ya más tarde, los niños más grandes empezaron a juntarse para ir hacia la parte trasera del restaurante y con ayuda de Mousse, aparecieron empujando un carrito con un enorme pastel encima, mirando a sus queridas madres, todos dijeron al mismo tiempo.

"FELIZ DÍA DE LA MADRE, MAMÁ Y TÍAS, LAS AMAMOS"

Cada madre ahí presente, empezó a lagrimear al ver el enorme pastel y la sonrisa de sus hijos, con gran felicidad fueron por sus nenes y les dieron muchos besos y abrazos.

A todas las madres del mundo, Feliz día, pásenlo lindo.

Con cariño Akasaku y Kaysachan.