Disclaimer: Los personajes y todo lo que sea referente a los libros de C.S Lewis no son mios, ok?
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¿No tarde mucho o si? :P
Por fin les traigo otro fanfic :D
Lo postergué por mucho tiempo pero por fin me he decidido a publicarlo, espero no espantar a la inspiración e intentar publicar cada semana n.n' Me ayudaría muchísimo que me dijeran qué les parece y así poder seguir mejorando cada vez más :)
Y bueno los dejo que lean :P
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1.- Un paisaje diferente
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Tres años habían pasado después de la derrota de la Bruja Blanca. Durante esos años los cuatro reyes habían sabido gobernar sabiamente imponiendo buenas leyes y luchando por erradicar el mal, extendiendo así cada vez más la paz en Narnia.
En un día soleado los reyes Peter y Edmund salieron a dar un paseo a caballo por los alrededores para liberarse un poco de los deberes reales, se divertían haciendo carreras para ver quién era el mejor jinete y se detenían de vez en cuando para descansar y disfrutar del hermoso paisaje que la naturaleza les brindaba. En uno de sus descansos se encontraban a la orilla de un rio mientras sus caballos bebían agua.
- ¿Por qué no te relajas un poco, Ed? -le dijo Peter con los ojos cerrados, recostado en el césped- es por eso que salimos de Cair Paravel.
- Así estoy bien -respondió él recargado a la sombra de un árbol.
- Vamos, deja que te dé un poco el sol -se burló Peter.
- Muy gracioso -le dijo acercándose y recostándose a un lado.
- Lo ves, no es tan malo -siguió Peter divertido. Pero esta vez Edmund no respondió, Peter lo miró extrañado, Edmund solo miraba al cielo- ¿Qué tienes?
- Nada…-respondió vagamente, Peter lo miró sin creerle- Peter, tu... -pero se vio interrumpido por un grito muy cerca de ahí. Ambos se levantaron presurosos y corrieron hacia donde provenían los gritos.
Se encontraron con un pobre unicornio tirado en el suelo y atado, junto a él un hombre encapuchado lo tomaba del cuerno y lo limaba con fuerza depositando el polvo brillante que caía de su cuerno en un bolso de tela.
- ¡Libérelo! -gritó Peter con fuerza desenfundando su espada y corriendo hacia él, el hombre se apartó del unicornio y salió corriendo hacia el bosque, Peter fue a ayudar al unicornio pero Edmund fue tras aquel hombre.
- ¡Edmund! -le gritó su hermano pero él no lo escuchó.
Edmund corría intentando no perderlo de vista hasta que el encapuchado se cansó de seguir huyendo y se giró a enfrentarlo lanzándole un rayo de luz que gracias a los buenos reflejos de Edmund dio de lleno en un árbol.
- ¡Eres un mago! -dijo Edmund sorprendido.
El mago no se detuvo a esperar a que se recuperara y siguió lanzando varios hechizos, Edmund se refugió tras un árbol y el mago vio su oportunidad para seguir escapando. Intentó seguirlo, pero una mano lo sujetó con fuerza del brazo.
- Espera -le dijo Peter sujetándolo.
- ¡Se está escapando! -le dijo exasperado intentando zafarse pero Peter lo retuvo.
- No podemos seguirlo nosotros solos -le dijo razonable.
- Claro que podemos -dijo testarudo.
- Puede ser peligroso, regresaremos al castillo y después enviaremos un grupo de soldados a capturarlo.
- Si tú no quieres ir, entonces iré yo solo -respondió molesto.
- ¡He dicho que no, Edmund! -dijo autoritario.
Edmund se zafó de su agarre con brusquedad y caminó molesto hacia dónde habían dejado sus caballos con Peter siguiéndolo de cerca. El unicornio los esperaba ya liberado aunque con leves marcas en su cuerpo e inevitablemente en su cuerno.
- Sólo quería agradecerle el haberme ayudado majestad -dijo a Peter e hizo una reverencia.
- Era lo menos que podía hacer -respondió Peter modestamente.
- ¿Qué fue lo que pasó? - le preguntó Edmund amablemente. El unicornio lo miró un segundo de manera frívola e ignorándolo por completo se giró a Peter.
- Yo estaba pastando tranquilamente cuando de pronto unas cuerdas cayeron sobre mí -explicó a Peter- ese monstruo me sujetó con fuerza y comenzó a limar mi cuerno -dijo dolido- ¡Mi cuerno!
- Se que es imperdonable lo que le ha hecho -dijo Peter comprensivo- le aseguro que pagará por lo que hizo.
- Muchas gracias su alteza -dijo agradecido.
- Ahora vaya con cuidado -le dijo Peter.
- Así lo hare, con su permiso majestad -se despidió el unicornio haciendo una reverencia a Peter y se alejó ignorando de nuevo a Edmund.
Aquello sólo hizo más que enfadarlo y se dirigió a su caballo con paso veloz, Peter se dio cuenta y lo siguió confundido.
- ¿Sigues molesto porque no te dejé seguir al mago? -Preguntó subiendo a su propio caballo para seguir a Edmund quien ya había empezado a alejarse.
- ¿Acaso no te diste cuenta? -le espetó incrédulo.
- ¿De qué hablas? -preguntó Peter sin comprender.
- Olvídalo -arrió a su caballo y cabalgó de regreso a Cair Paravel con rapidez sin hacer caso a los gritos de su hermano que lo llamaba. Era increíble que no viera la manera tan despectiva en que lo había tratado el unicornio ignorándolo de esa manera, incluso el animal más puro de toda Narnia lo despreciaba.
Después de un tiempo huyendo de Peter aunque por más que quiso no pudo perderlo, llegó a las puertas de Cair Paravel dónde lo recibieron los guardias que custodiaban las puertas con una reverencia, el siguió de largo hasta el establo donde dejó a su caballo y se apresuró a entrar al castillo.
No llegó más del recibidor cuando nuevamente Peter lo alcanzó y detuvo del brazo.
- ¿Qué pasa contigo? -le dijo entre molesto y preocupado por su comportamiento.
- ¡Nada! -le espetó molesto- ¡No pasa nada! Como siempre…
- Edmund, si es por el mago… -intentó razonar con él.
- Lo hubiera vencido si me hubieras dejado -le interrumpió mordazmente. Aunque esa no era la verdadera razón de su enojo, también le molestaba el que no lo dejara ir tras él.
- Edmund, ya te dije por qué no te dejé ir tras él -respondió Peter intentando tenerle paciencia.
- ¡Sí, claro! -dijo Edmund irónico- Sé por qué no me dejaste ir por él…
- ¡No sabemos qué poderes podría tener!-le interrumpió al borde de la paciencia.
- ¡Lo que pasa es que no confías en mí! -le gritó Edmund.
- ¡No! -respondió Peter molesto - ¡Porque siempre haces las cosas sin pensar!
Edmund se quedó callado y Peter también, no había esperado que respondiera de ese modo pero eso solo confirmaba lo llevaba pensando desde hace tiempo, no había nada más que decirse por lo que Edmund se marchó lo más rápido que pudo y aunque Peter intentó detenerlo, de sus labios no logró salir ningún sonido.
Llegó a su habitación y puso el cerrojo, no quería que nadie lo molestara por ahora, caminó a su cama y se tiró en ella desanimado, se quedó un buen tiempo mirando el techo, pensando en su discusión con Peter. Ambos estaban alterados sin embargo sus palabras seguían haciendo eco en su cabeza. ¿Por qué justamente ahora esos pensamientos cruzaban por su mente? ¿Por qué justamente ese día? Cuando mañana se cumpliría exactamente un año más desde que la Bruja Blanca había sido derrotada. Pensaba haberlo superado, todo lo pasado tres años atrás, no quería traerlos de nuevo a su cabeza y las palabras de Peter lo empeoraban todo. A veces deseaba haber muerto aquel día y no tener que pasar por todo esto, no es que despreciara lo que ahora tenía, la nueva oportunidad que le había sido regalada, pero no sabía cómo llevar el peso de la culpa en su conciencia.
Un golpeteo en la ventana le hizo despertar de sus pensamientos, se acercó a ella y al abrirla una pequeña ardilla entró deprisa.
- Vaya que tardaste en abrirme -se quejó la ardilla- ¿Estabas dormido?
- No, Percy -habló Edmund a la ardilla, su mejor amigo después de la derrota de la bruja blanca- sólo pensaba.
- Eso es malo -dijo preocupado, conociéndolo a la perfección- ¿Qué pasó?
- Pues… -dijo evasivo, no quería hablar de eso, pero sabía que insistiría igualmente.
- Vamos habla de un vez -dijo impaciente.
- Tuve una pelea con Peter, es todo -dijo sentándose en la cama, Percy se apresuró a ponerse junto a él.
- Que raro -dijo con sarcasmo, eso hizo sonreír a Edmund- ¿Y esta vez qué fue?
- Una tontería -dijo él con pesar, le contó lo que había pasado con el unicornio y aquel mago que le había atacado y después como habían terminado Peter y él peleando.
- Bueno, deberías dejar que se calme un poco y luego arreglar las cosas -dijo Percy con aire de sabiduría- no creo que haya querido decir eso.
- Lo sé, pero no puedo evitar pensar en ello -dijo Edmund deprimido.
- No te preocupes -dijo Percy subiéndose a su hombro- se cómo hacer que dejes de pensar en eso por el momento - terminó alegremente.
Y ahí estaban, caminando por el bosque, mientras Percy le contaba sus aventuras de ese día. Era una ardilla muy hiperactiva, se la pasaba metiéndose en cada lío intentando hacer buenas acciones pero siempre terminaba empeorando la situación, aunque siempre tenía algo nuevo que contar y a Edmund le encantaba escucharlo.
- Entonces le dije al ciervo que se quedara quieto, pero en cuanto me acerque se puso muy alterado y sólo terminó enredándose más en aquellas ramas -dijo Percy mientras saltaba de rama en rama con Edmund siguiéndole de cerca con una sonrisa caminando por el sendero- no entiendo por qué se puso así.
- Tal vez temió que lo dejaras sin cuernos - se burló Edmund mientras reía.
- ¿Por qué pensaría algo así? -preguntó Percy inocentemente.
- No lo sé -siguió Edmund riéndose de su amigo. De pronto se detuvo al divisar algo unos metros más adelante.
- ¿Qué pasa? -preguntó Percy bajando del árbol.
- Shhh -le calló, mientras se ocultaba tras un arbusto- es el mago del que te hablé -le susurró. Caminaba por delante de ellos mirando hacia todos lados para estar seguro de que no lo veían, Edmund comenzó a seguirlo de manera sigilosa.
- ¿Qué piensas hacer? -dijo la ardilla alarmada, subiéndose a su hombro.
- Voy a ver hacia dónde se dirige -respondió Edmund.
- ¿No crees que es peligroso? -dijo asustado.
- Sólo quiero ver a dónde va -le tranquilizó- puedes quedarte aquí si quieres.
- Claro que no -dijo ofendido- voy contigo.
- Pues entonces guarda silencio o nos descubrirá.
Lo siguieron unos minutos cuidando de no ser descubiertos hasta que el mago entró en una cueva y lo perdieron de vista, Edmund estaba indeciso sobre qué hacer, podía entrar y averiguar qué es lo que tramaba o podía regresar al castillo decirle a Peter lo que había visto y después ser regañado por haberle desobedecido. Claramente la primera opción era más tentadora así que entró a la cueva.
Estaba oscuro y a medida que avanzaba podía escuchar sus propios pasos resonando por las paredes de la cueva, si quería ser sigiloso eso no ayudaba mucho.
- Quizá deberíamos volver -susurró Percy.
- Aun no -dijo Edmund y continuó caminando.
Antes de llegar al final de la cueva una luz iluminó el lugar y así como había aparecido desapareció en seguida.
- ¿Qué fue eso? -dijo Percy asustado.
- Eso es lo que vamos a averiguar.
Al final de la cueva se encontraron con un espacio muy amplio, en el piso estaban tallados unos símbolos extraños formando un gran círculo y en el centro se encontraba lo que parecía ser un reloj de sol. Edmund volteó a todos lados pero no había ninguna señal del mago, caminó hacia el reloj y pudo observar que no marcaba la hora sino que tenía grabado en tres círculos distintos, uno más grande que otro, los días, los meses y los años. Una sensación extraña lo invadió al ver la fecha que estaba marcada, era exactamente tres años atrás, aquel día… Percy saltó de su hombro y se paró sobre el reloj observándolo curioso, entonces Edmund notó que había un polvo extraño sobre todo el reloj, pasó un dedo por encima y lo examinó de cerca.
- Polvo de cuerno de unicornio -susurró asustado, para eso el mago había atacado al unicornio ¿Pero por qué estaba sobre el reloj? Entonces la voz de Percy lo sorprendió.
- Esta fecha está mal -dijo Percy- Debería ser tres años después -dijo sabiondo, moviendo para horror de Edmund el círculo que marcaba los años y adelantándolo a la fecha correcta.
- ¡No! -gritó Edmund intentando detenerlo pero fue demasiado tarde, una luz los cegó por un segundo y después se esfumó como había sucedido minutos antes de que llegaran al final de la cueva.
Edmund miró a su alrededor asegurándose de que nada había pasado y se alivió de no haber hallado nada fuera de lo normal, después se giró molesto hacia Percy quien se tallaba los ojos cegado aun por aquel destello de luz.
- No toques nada, Percy -le regañó- no sabemos qué puede pasar.
- Lo siento -dijo él abriendo los ojos y mirándolo- ¿No crees que está más oscuro?
- Eso se debe a la luz -le explicó Edmund- agradécetelo a ti mismo -dijo aun algo enfadado- será mejor que salgamos de aquí y le avisemos a Peter, él sabrá que hacer -dijo resignado, no quería escuchar el sermón que le tendría preparado. Edmund con Percy nuevamente sobre su hombro caminó hacia la salida inquietado aún por el extraño suceso hasta que Percy expresó lo que su mente había estado pensando también.
- ¿Qué habrá pasado con el mago? -preguntó intrigado.
- No lo sé -admitió Edmund- pero esperemos que lo que sea que haya hecho en esa cueva no sea nada malo.
Al terminar de decir eso puso por fin un pie fuera de la cueva pero se quedó completamente estático al ver el paisaje que lo rodeaba. Nieve.
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Hasta aquí el primer capítulo :D No olviden dejar sus comentarios, dudas, sugerencias, preocupaciones?
Los reviews son siempre bienvenidos!
Nos vemos en el siguiente cap ;)
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