Capitulo 1 Presentaciones
Hermione Granger caminaba apresurada a su trabajo cotidiano en la Oficina de Regulación y Control de Criaturas Mágicas del Ministerio de Magia. Apurando el paso fue fundiéndose con la multitud de brujas y magos que entraban apresurados en los distintos ascensores.
Finalmente llego a su oficina, una pequeña habitación con pocos adornos exceptuando un par de fotografías de sus años de estudiante, una biblioteca repleta a rebosar y su escritorio de madera, antiguo y funcional.
Se sentó al escritorio con una taza de café y se dispuso a comenzar su trabajo. Levanto la vista y miro por la ventana en donde mágicamente se vislumbraban las copas de los arboles del bosque prohibido y sonrió satisfecha.
Habían pasado seis años desde la derrota de Lord Voldemort y si bien el comienzo fue difícil por tener que soportar tantos malos recuerdos, su vida se había nivelado hasta alcanzar una agradable plenitud. Después de terminar sus Éxtasis había estudiado un compendio de asignaturas que la hacían conocedora de muchas materias sin ser experta en ninguna, por lo que su campo de acción era muy amplio. Gracias a ello había logrado un trabajo que le permitía idear nuevas formas de integración de todas las criaturas mágicas.
Continuaba su noviazgo con Ron pese al poco tiempo del que disponían con sus respectivas carreras. (Ron había logrado su sueño de integrar como guardián en el plantel de los Chuddley Cannon y pasaba gran parte del año en giras y entrenamientos).
Una vez por semana se reunía con Harry y Ginny para conversar y ponerse al día. Fue madrina en su matrimonio y esperaba serlo de su primer hijo. Harry se había graduado como auror hacia un año y Ginny continuaba su internado de Mediamagia en San Mungo.
Si, definitivamente la vida le sonreía….
En ese momento un toque en la puerta la trajo de vuelta al mundo real. Se trataba del Director del Departamento Louis Parker, hombre serio a quien Hermione admiraba por su sagacidad y sentido de justicia.
Sr. Director, en que puedo ayudarlo- dijo rápidamente y algo confundida al ver a su jefe a primera hora de la mañana en su oficina .
Srta. Granger, vengo a asignarle a un nuevo compañero. Desde que se retiró Thomas, usted ha trabajado sola y aun cuando ha hecho un trabajo impecable no es malo contar con ayuda. De todas formas y siendo las circunstancias algo inusuales preferí venir personalmente. – dijo el director mirándola fijamente a los ojos- La persona de quien le hablo es el Sr. Draco Malfoy quien ha terminado sus estudios como Pocionista y ha presentado su solicitud a este Ministerio, la que fue aceptada.
Hermione sintió abrirse el suelo bajo sus pies, un balde de agua fría sin anestesia de ninguna clase. ¡En que diablos estaba pensando su jefe? Amaba su trabajo y no pensaba convertirlo voluntariamente en una pesadilla. Bastante le había costado cerrar heridas y dolores dejados por la guerra para que ahora le endilgaran a Malfoy sin pedir siquiera su opinión. Levanto los hombros y clavo la mirada en su jefe dispuesta a defender con dientes y uñas su territorio.
-Sr. Director no necesito ayuda y menos de Draco Malfoy. Yo no puedo…..- Calló súbitamente silenciada por la mirada gélida de su jefe.
- Srta. Granger estoy en conocimiento de todos sus desacuerdos con el sr. Malfoy tanto en Hogwarts como en el triste periodo de la guerra. El mismo me puso al tanto de estos inconvenientes. Sepa que el sr. Malfoy ha dado muestras de profundo arrepentimiento de otro modo no hubiera puesto un pie en este Ministerio. Lo que necesito de usted es reforzar este cambio positivo y además mantener un ojo avizor sobre él. Las precauciones nunca están de mas y si no creyera que usted es la persona adecuada no se lo ordenaría- Dijo manteniendo la mirada firmemente sobre ella, lo que tuvo el efecto de dejarla absolutamente muda. Hermione suspiro y dijo pesadamente
Si no hay mas remedio….
Sabía que entendería srta. Granger y créame que agradezco profundamente su esfuerzo- suavizando la mirada y con un tono mas paternal agregó- No soy ciego Hermione y se que esto es un trance difícil para usted. Pero tengo el aval del sr. Charly Weasley quien fue su tutor durante su pasantía en Rumania y si el sr. Weasley pudo tratar con Draco Malfoy, también puede hacerlo usted.
Lo entiendo señor y le prometo que hare mi mejor esfuerzo.
No esperaba menos de usted… Bien y ahora que estamos de acuerdo hare pasar al sr. Malfoy.
Hermione se sentía caer en una espiral. ¿En que momento se había torcido de esa manera su vida? Veía iniciarse un dolor de cabeza, sus manos transpiraban y su boca estaba seca. No distinguía si lo que le apretaba el estomago era rabia, miedo o un poco de ambos aunado a la tensión del momento.
Inspiro hondo tratando de calmarse y se recordó a si misma que había pasado por situaciones peores que la de recibir a un viejo enemigo. Pero el solo recordar los fríos ojos grises de Draco Malfoy o su infaltable mueca de desprecio le hacia hervir la sangre.
Trato de recordar y aferrarse a aquellos breves momentos en los que sintió compasión por él. En Malfoy Manor por ejemplo, con la mirada de pánico en sus ojos afiebrados o su extremada palidez en los juicios del Wizengamot y con ello logro serenarse.
Cuando sintió pasos acercándose a su oficina ya estaba algo mas tranquila y al abrirse la puerta ya estaba en pleno dominio de si misma.
Buenos días Granger – dijo una voz profunda y baja que arrastraba las palabras.
Draco Malfoy acababa de entrar a su oficina y a su vida.
Se miraron fijamente, estudiándose y preparándose para el primer dialogo, el que marcaria la pauta de su accionar.
Lo que Hermione vio fue un joven alto, delgado, el pelo un poco largo, ojos intensamente grises e impenetrables, la misma piel pálida. Vestía un jeans negro y un suéter gris bajo su túnica abierta de mago. La varita sobresalía ligeramente del bolsillo interno de su túnica. Lo único que había cambiado en esos años era su ausente mueca de desprecio y algo sutil e indefinible en su mirada.
A su vez Draco se fijo en la mujer que tenia delante. Pequeña, delgada, con indomables rizos castaños recogidos en un moño y unos ojos de expresión firme, determinada a marcar territorio.
-Srta. Granger, Sr. Malfoy… Las presentaciones sobran. Los dejo para que se pongan de acuerdo sobre su trabajo conjunto.- Mirando a Hermione explicó- El sr. Malfoy se especializó en pociones curativas para criaturas mágicas, rama que será de mucha utilidad en nuestro departamento. Sr. Malfoy lo dejo para que se instale. Buenos días a ambos.
Dicho eso salió de la oficina sin darse por enterado de lo que dejaba a sus espaldas.
Se miraron el silencio, ambos incómodos sin saber que decir.
-¿Puedo sentarme Granger?
Hermione volvió automáticamente a terreno conocido transformándose en la funcionaria eficiente de voz neutral.
Claro Malfoy. Tenemos bastante de que conversar. – dijo con su tono de marisabilla- En primer lugar usaras la antigua oficina de Thomas, que es la que queda frente a la mía, si deseas puedes decorarla según tus preferencias y necesidades. Compartiremos secretaria, su nombre es Marie y es una joven muy eficiente, se ubica en la estación de trabajo entre ambas oficinas. Hay bastantes expedientes por revisar con las solicitudes de mejoras para la calidad de vida de diversas criaturas mágicas y además tengo programado un calendario de salidas a terreno….
Malfoy levanto una mano interrumpiéndola.
No es necesario que me des todo el itinerario. Solo entrégame una copia de los expedientes y yo me pondré al tanto.
Esta bien, si crees que puedes hacerlo solo….- respondió fríamente Hermione.
Draco la miró directo a los ojos, sorprendido por el tono agresivo de Hermione. Su voz fue más dura al responder.
Mira Granger, se que esto no es de tu elección, pero si vamos a trabajar juntos tratemos de llevar la fiesta en paz. No pretendo convertirme en tu mejor amigo, pero voy a tratar de no molestarte y si tienes la misma cortesía conmigo podemos llegar a ser un buen equipo de trabajo. Postulé a este puesto por que me gusta lo que hago y estoy aquí por que soy bueno haciéndolo. Pretendo quedarme te agrade o no. ¿Estamos claros?
Hermione dio un respingo sorprendida y algo avergonzada de mostrarse tan a la defensiva.
Disculpa Malfoy, tienes razón. Marie te entregara los expedientes que aun no he revisado. Vamos, te mostrare tu oficina.
Hermione se acerco al escritorio de su secretaria. Una chica joven y bonita con cabello crespo y rubio que llevaba muy corto lo que junto con las pecas en su nariz respingona, sus mejillas sonrosadas y sus ojos café le daba un aspecto travieso.
Buenos días Marie. Te presento a Draco Malfoy, es el nuevo pocionista y viene en remplazo de Thomas. Se le asignaran los casos que quedaron pendientes.
-Bienvenido sr. Malfoy- lo saludo dedicándole una sonrisa- Dejé las carpetas en su escritorio. ¿Le preparo un café?
- Gracias y muy amable de tu parte Marie- dijo sonriendo y se alejo camino a la oficina.
Marie no le despegaba la vista a Malfoy y sonriendo a su jefa formo un silencioso "guau". Hermione le devolvió una mirada severa. Esperaba que Marie usara su cerebro y no se le ocurriera iniciar un club de fans.
Draco abrió la puerta de la oficina y se encontró con un espectáculo deprimente. Un lugar pequeño y oscuro con las paredes pintadas color canela opaco en donde lucían manchas de las pociones fallidas de Thomas, muebles de madera, viejos y desvencijados y piso sucio cubierto con una alfombra deshilachada.
Eehh… Thomas no era muy cuidadoso, pero pediré a mantenimiento que la ponga en condiciones. Tu llegada nos pillo de sorpresa y no sabia que debíamos prepararla. La verdad es que ha estado permanentemente desocupada y solo en algunas ocasiones la hemos utilizado como bodega…- el bochorno de Hermione era evidente, intensificado por la mirada impenetrable que Malfoy le estaba dedicando en esos momentos.
Entiendo. No te preocupes yo me encargo de esto. Ahora si me disculpas….- dijo en forma pausada.
De vuelta en su oficina Hermione corrió hasta la pequeña chimenea y echando polvos flu grito "Ginevra Weasley San Mungo". Su cabeza dio vueltas hasta encontrarse cara a cara con Ginny.
-Hermione ¡Que te paso? Estas pálida….
- ¿Tu sabias algo? ¿Harry sabía?... ¿Por qué nadie me dijo que no debía presentarme a trabajar hoy?, ¿Por qué Charly no me mando una lechuza para advertirme?...- su voz había terminado por convertirse en un chillido
- Hermione cálmate que no entiendo nada ¿Qué tiene que ver Charly?.
- Draco… Draco Malfoy trabajando como pocionista directamente conmigo a contar de hoy. Lo contrato el Ministerio, trabajo con Charly en Rumania y nadie fue capaz de prevenirme.
Ginny no salía de su asombro, con los ojos como plato y la boca abierta. Definitivamente quedaba claro que también la noticia también la pillaba de sorpresa. Se escucho un altavoz llamándola a la sala de urgencias.
Herm, tengo que irme pero esto da para largo. Te espero hoy a la salida en mi casa y lo conversamos con un par de cervezas de mantequilla.
Esta bien, pero que sea whisky de fuego.
Empezó a pasearse por su oficina tratando de calmarse. Se sentó y apoyo la frente en sus manos cruzadas. "Piensa Hermione. Analiza ¿Qué es lo peor de esto? Eso es fácil de responder…fuimos enemigos declarados en la escuela, fue un mortifago, nos humillo cada vez que pudo…¿Hay algo bueno? Estamos en igualdad de condiciones." Sintiéndose un poco mas serena, tomó el grueso libro de Alquimia Antigua: Arte y Ciencia de Argos Pyrite, decidida a enfrascarse en el trabajo hasta la hora de salida.
El día transcurrió con cada uno encerrado en su oficina. Solo diviso a Malfoy durante la hora de almuerzo, acomodado en su silla y con los pies sobre el escritorio, con un grueso legajo sobre su regazo y enfrascado en la lectura de un informe. Un rayo de sol se filtraba por la ventana haciendo brillar su pelo platinado y una pequeña arruga en la frente mostraba su concentración. Sostenía las hojas con la mano izquierda mientras con la derecha hacia pequeñas notas en una libreta casi sin mirar, absolutamente abstraído de todo lo que lo rodeaba.
Es muy guapo ¿verdad? - dijo Marie que había aparecido a su lado sorpresivamente haciendo que se sobresaltara- y además es muy simpático. Me trajo un helado cuando volvió de Mantenimiento mágico. Es difícil creer las cosas que dicen de él.
No se. Habrá que esperar a ver como se comporta mas adelante.- se dio media vuelta y volvió a su oficina molesta . Se le habían quitado las ganas de comer. Después de todo Marie solo tenía doce años a la caída de Voldemort, venia de una familia muggle y no había asistido a Hogwarts sino a Beauxbatons, por lo que el periodo de guerra fue casi de oídas para ella.
A la hora de salida ordeno su escritorio, se puso el abrigo y estaba con la mano puesta en la manija de la puerta cuando escucho a Malfoy despedirse de Marie, luego sus pasos. Suspirando aliviada cuando escucho el traqueteo del ascensor alejándose.
El primer día había terminado sin incidentes.
Draco apuro el paso en cuanto salió del Ministerio. Caminaba rápido y algo cabizbajo con las manos embutidas en los bolsillos. Reflexionaba en los casos pendientes..."Es una vergüenza que el ministerio no se ocupe de la salud de tantas criaturas magnificas, con el cuidado adecuado seria posible trasladar algunos hipocampos del mediterráneo a los lagos de Escocia, con un poco de poción ígnea se puede resolver el problema de la temperatura del agua y….." y no pudo seguir por que unos brazos elegantemente enfundados en terciopelo verde oscuro lo atraparon con fuerza.
DRACOOO… Sorpresa.
¿Pansy? Que haces aquí, pensé que estabas en Paris.
Por Merlín , ¿crees que íbamos a dejar a nuestro mejor amigo enfrentarse solo al Ministerio y al terrible cuartucho que, seguramente, te asignaron como oficina? – dijo reprimiendo a duras penas una carcajada- No señor. Llegamos hoy con la única misión de levantarte el ánimo después de tu primer día de trabajo. Vamos rápido, Theo nos esta esperando.
¿Dónde vamos?
Sorpresa….
Caminaron rápidamente tomados del brazo hasta el primer callejón. Pansy le tomo firmemente la mano y le dijo "Cierra los ojos". Al instante sintió la sofocante sensación de la desaparición y después un intenso olor a mar y terreno blando bajo sus pies.
Bienvenido a la isla de Mull, hogar de Theodore Nott.
Draco abrió los ojos y se vio rodeado de un paisaje verde intenso que terminaba en un acantilado frente al mar, con una bajada hasta una playa rocosa. A sus espaldas se divisaba un caserón de piedra gris con ventanas estrechas y dos chimeneas. En ese instante vieron a Nott que agitaba los brazos desde la puerta de la casa en señal de bienvenida. Subieron rápidamente la pequeña pendiente hasta encontrarse con su amigo.
- Que bien que Pansy logro secuestrarte- dijo Nott abrazando a Malfoy y dándole un beso en la frente a Pansy- Llegan justo a tiempo para cenar. Pasen, pasen.
Entraron a una estancia de piedra basta iluminada con numerosos candelabros y una chimenea encendida. Sillones mullidos, una gruesa alfombra y una mesa de madera con sus sillas constituían parte del mobiliario. En un rincón brillaban botellas de diversos licores en un aparador.
- Hagamos un brindis por mi amigo Draco Malfoy quien vuelve al redil de una vida de trabajo honrado y escasa paga- bromeó Nott sirviendo tres copas de hidromiel - No… en serio… De verdad me alegra que pudieras venir.
- A propósito. ¿Qué es todo esto?... y tu casa en Londres?.
- Esto es una muy buena idea de Pansy… Cambie la casa por este refugio. Los negocios se pueden dirigir tanto desde Londres como desde aquí. Hay más privacidad y una pequeña población de magos cerca por lo que no pierdo contacto.
- Nott sigue siendo un ególatra Draco. Pretende construir un castillo para ser rey- dijo Pansy sirviendo mas hidromiel envejecida.
- La propuesta para ser mi reina sigue en pie, pero te empeñas en decir que no. No hay caso con ella… ¿Draco…No tendrás un poco de amortentia por casualidad?... Auch no me pellizques Pansy… Hablemos en serio. ¿Cómo estuvo tu día?
- Si consideramos que todas mis predicciones se cumplieron…. Tengo una oficina de mierda, a Granger como "casi jefa", pero el trabajo es mucho más interesante de lo que había en Rumania y es lo que me importa. Entre una cosa y otra puedo mejorarlo, basta con arreglar mi oficina, ignorar a Granger y dedicarme a lo que me gusta- dijo calmadamente.
- ¿Ignorar a Granger?...Es tu jefa! ¿Cómo piensas ignorarla?- dijo Pansy , con sus ojos celestes, redondos de sorpresa.
- Corrección Pansy… Dije que es mi "casi jefa". Aun no se ha definido quien estará a cargo de quien…- señalo con una sonrisa maliciosa- De todos modos me preocupa mas hacer habitable mi oficina que tener que compartir la unidad con Granger.
- A propósito ¿Qué tal está? Sigue flacucha y despeinada o nos da una sorpresa?- dijo Nott.
- ¡Theo! No creerás que Draco la miró de ese modo, de todas formas en el Colegio parecía un ratón de biblioteca.
-Bueno… Digamos que de ratón paso a bibliotecaria…Quizás si se vistiera con otro tipo de ropa, se arreglara el pelo, tuviera otra actitud y no se llamara Hermione Granger pasaría bastante bien. Lo que me recuerda que es su secretaria quien esta muy pero muy bien- dijo Draco riendo descaradamente.
- En ese caso puedes que te haga una visita de cortesía- dijo Nott agarrando el comentario y mirando de reojo a Pansy, quien se paro y caminó al comedor fingiendo no escuchar.
-¿Por qué no cenamos? Me estoy muriendo de hambre.
Tras salir del Ministerio, Hermione alcanzó a divisar a Draco doblando una esquina e inmediatamente camino en la dirección opuesta. Entro al baño del metro y desde allí se desapareció en dirección a la casa de los Potter.
Llego a un campo a menos de doscientos metros de La Madriguera. La pequeña casa parecía una Madriguera en miniatura en sus mejores tiempos. Con las paredes pintadas de blanco, las puertas y ventanas de un azul brillante y su techo de teja gris parecía sacada de un libro de cuentos. Antes de golpear la puerta, esta se abrió dejando ver a Ginny con los ojos brillantes de curiosidad.
-¡Cuéntamelo todo!- dijo la pelirroja arrastrándola hasta la cocina en donde ya tenia preparados dos pocillos con helado, una jarra de jugo de calabaza y galletas de chocolate. Hermione le relato todo lo acontecido desde la mañana, desahogándose de paso de ese desasosiego sin sentido que se le había instalado desde su primer encuentro con Malfoy.
- …Y el director Thompson me dejó sin alternativas y lo plantó en MI unidad para trabajar con él.
- Me imagino que sigue igual… Arrogante. Con esa expresión de estar oliendo mierda- dijo Ginny, terminando de devorar su helando y arrugando la nariz de disgusto en solidaridad a Hermione.
- Eso es lo que me hace desconfiar…Se portó distinto a lo que hubiera esperado. Fue casi… amable. Ah… Lleva ropa muggle bajo la túnica.
- Si es extraño en el. Charly me lo contó…- Ante la mirada interrogativa de Hermione, Ginny aclaró- Conversé con el después de hablar contigo, quería saber a que te enfrentabas.
Hermione se acomodo en la silla y solo la miro con expresión concentrada esperando que comenzara a hablar.
- Bien, en resumen… Charly lo trató solo el último año al término de sus estudios. Según lo que escucho el y su madre no lo pasaron bien a su llegada a Rumania. Malfoy no fue bien recibido en el Instituto Emmeran ya que eran conocidos como seguidores del Innombrable. Al poco tiempo de su llegada les informaron de la muerte de Lucius Malfoy y eso les dio el golpe de gracia. Malfoy se sumergió en sus estudios, sin hacer amigos y dedicado a cuidar a su madre. Se graduó con honores y después se especializó en Pociones Curativas y Zoomagia. Ganó una beca para la investigación de pociones en criaturas de fuego. Trabajó en el refugio de dragones bajo la tutela de Charly. No se hicieron amigos íntimos pero tampoco tuvieron problemas. Hacia una vida normal y participaba en el equipo de quidditch de la reserva. Después se presentó esa vacante en el Ministerio y postulo como tantos otros. El Ministerio pidió referencias a Charly quien lo recomendó. Eso es todo lo que logre sonsacarle a mi hermano.
- ¿ Y Charly trabajo con él?
- La verdad es que Charly es un poco raro. Me recuerda a Dumbledore en eso de dar siempre una segunda oportunidad y en rescatar lo mejor de las personas… Lo que me lleva a otra cosa ¿Has pensado como evitar que Ron lo haga picadillo cuando se entere?
En ese momento se escucho un sonoro Plop y Harry entró directo a la cocina, abrazo y besó Ginny, le dio un golpecito cariñoso a Hermione en la cabeza y se sentó a la mesa con un suspiro.
- Estoy muerto… Estuvimos toda la tarde cazando duendecillos de Cornualles. Algún chistoso pensó que era buena idea mandar un paquete repleto rotulado como "implementos de deporte" a una escuela muggle. - dijo Harry con visibles muestras de encabronamiento- No entiendo quien pudo haber hecho esto ni con que fin. Tuvimos que confundir a los niños para que creyeran que era una plaga de polillas superdesarrolladas.
- Por lo menos los duendecillos no son peligrosos- dijo Ginny sentándose a su lado y mirándolo con preocupación.
- Es cierto que no son peligrosos, pero el que lo hizo violó el Estatuto del Secreto de los Magos intencionadamente… A no ser que fuera una broma dirigida a otra persona y por error la entregaran en la escuela - reflexionó Hermione.
- Eso es justamente lo que tratamos de saber, pero por mucho que interrogamos a los niños y al personal del colegio no tenemos pistas con respecto a la procedencia del paquete, ni siquiera si fue enviado por medios mágicos. Lo único que pudimos averiguar es que cuando los niños entraron al gimnasio el paquete ya estaba allí y el profesor lo abrió dando por sentado que se trataba de una docena de pelotas que habían encargado- dijo Harry recibiendo un pocillo con helado de manos de Ginny- Lo malo es que si fue un error la persona que lo cometió no va a aclararlo por temor a las consecuencias. Le caería encima una buena multa.
- Parece que soy la única que disfrutó de su día de trabajo- dijo Ginny – Vamos Hermione, anímate...Cuéntale a Harry.
- Draco Malfoy llegó a trabajar a mi unidad…- Dijo Hermione sin muchas ganas de volver a contar todo en detalle. Harry se quedó de una pieza, mirándola con ojos desorbitados y con la cucharilla de helado a medio camino de su boca- Me lo impusieron. Resulta que ahora es experto en pociones curativas y viene remplazando a Thomas. Llegó esta mañana.
- Bueno Hermione…No se que decir….es como si me dijeras que te obligan a casarte con un escreguto- dijo Harry recuperando el habla- Debes sentirte muy mal.
- Estoy muy mal. Saben que adoro mi trabajo, no quiero terminar odiándolo por ese rubio oxigenado que se aparece de la nada… Me voy a casa- Dijo levantándose y abrazándolos-M e falta escribirle a Ron y creo que me va a ocupar mucho tiempo redactar esta carta.
Hermione se acostó tarde después de redactar una larga carta dirigida a Ron en donde le contaba los pormenores de su vida y muy sutilmente le daba la noticia sobre su nuevo compañero de trabajo. Cuando llego la hora de escribir su despedida se percato que las palabras de amor le sonaban huecas lo que la puso de peor humor.
Saco cuentas y concluyo que los sentimientos podrían estar un poco anestesiados por los múltiples viajes a los que Ron está obligado por su carrera como jugador profesional de Quidditch, por lo que un fin de semana romántico podría hacerles bien a los dos. Comienza a planear su viaje con la misma meticulosidad que hace todo y que es su fuente de seguridad ante la vida. Confortada por esta idea finalmente se duerme.
Draco Malfoy se encuentra dormido en su departamento. Una suave brisa entra por la ventana abierta y refresca el ambiente. El pelo húmedo de transpiración se pega a su frente y las sabanas de seda negra se enrollan en su cuerpo dando señales de que su descanso no es del todo placentero. Su mente divaga por lugares oscuros entre gritos y lamentos, risas esquizofrénicas, olor a sangre y miedo. De pronto da un salto y se incorpora alarmado. En su sueño siente el tatuaje de su brazo izquierdo quemarle como una brasa.
Sentado en la cama y con la respiración entrecortada se examina la marca tenebrosa que permanece gris e inmóvil sobre su piel clara. Su respiración recupera su ritmo normal poco a poco. Mira el reloj de su mesa de noche marcar las cuatro y media de la mañana. Se levanta, camina hasta la ventana y enciende un cigarrillo muggle con la punta de su varita.
Contemplando la ciudad dormida piensa si alguna vez volverá a tener una noche de sueño completa.
