La boda de mi MEJOR amigo.
Hola a todos, cómo están? Yo estoy muy contenta porque acabo de iniciar las vacaciones y vienen muchos proyectos en puerta. Pero antes de subir y bajar por este loco mundo me di un poco de espacio para disfrutar un buen día de películas, entre las que estuvo "La boda de mi mejor amigo" que por cierto es una de mis favoritas y que me dio una idea para un pequeño fic.
Sin más por el momento se despide con un enoooorme abraxo deseándole una buena temporada de lluvias desde el hermoso México
Jane
Había pasado tanto tiempo que olvide sus rasgos, su color de piel, su aroma, su fuerza y todos y cada uno de los poros que eran parte de su cuerpo. Olvidé su nombre y su esencia, sus locuras, desvarios y sinsentidos que conformaban ese día a día que experimentábamos juntos. Olvidé todas y cada una de las letras que conformaban su nombre, pero nunca pude olvidarme del color de sus ojos.
Tenía dos años que trabajaba como organizadora de eventos, con mucho esfuerzo y con el capital que Nabiki aportó en un inicio, habíamos logrado formar un pequeño imperio que se encargaba de ordenar todo tipo de acontecimientos sociales. Kasumi cocinaba, Nabiki se encargaba de la parte legal y administrativa y yo de toda la logística del programa. Asegurarme que todo estuviera en su lugar, que se cumpliera con tiempos y formas adecuadas era mi labor. Un trabajo que era gratificante y que me daba la posibilidad de costearme ciertos lujos.
Al inicio del negocio, cuando Nabiki me propuso trabajar juntas como organizadoras de bodas, pensé que era la peor tontería que se le había ocurrido, inevitablemente me puse a reflexionar en todas las ocasiones que estuve a punto de casarme, en algunas por voluntad propia, en otras por imposición o accidente.
En total había pasado por cinco intentos de matrimonio, todos con él, mi prometido Ranma Saotome, pero en distintos espacios y tiempos: la primera fue al regreso de Jusenkio, cuando se desató uno de los peores caos y Japosai terminó bebiéndose todo el agua del Nanichuan, un año después hubo otra tentativa al finalizar la preparatoria en la que fui raptada por mi padre y cuando desperté estaba en medio de un cerro atada a Ranma y con un párroco que nos miraba completamente confundido, menos mal que en aquella ocasión el cura se negó a hacer algo en contra de nuestra voluntad y para no variar terminamos insultándonos mutuamente. Existieron un par de ocasiones más, pero Kodachi, Shampoo y Ukio se encargaron de ponerles fin. Todas habían finalizado en lo mismo un completo desastre que hizo que aborreciera las bodas.
Creo que la última ocasión que intentaron casarnos fue la definitiva, pensé que él me lo había pedido, creí que verdaderamente lo deseaba, pero la sarta de tonterías que salieron de su boca me hicieron saber que todo ese tiempo estuve engañándome y que ni todo el cariño que le dedicaba era suficiente para hacer que él se decidiera por mí. Hablamos con nuestros padres y les pedimos tiempo para tomar una decisión, ellos optaron por darnos un poco de espacio, sin presiones, ni acosos, ni engaños. Creo que gran parte de este logro se debió a que la Tía Nodoka pudo intervenir por nosotros. El tiempo que siguió a eso lo podría definir como una tregua, no sé si lo malinterpreté, pero creo que hubo un momento en el que nos dejo de importar todo lo demás, las etiquetas, los clíches y tonterías y nos dedicamos a disfrutar de nuestra amistad, de un cariño sano y meloso que rayaba en lo empalagoso. Sin embargo lo que continuó me dejó claro que todo ese tiempo estuve engañándome y el mundo que había construido a su lado terminó por colapsarse. Un día apareció en la ventana anunciando su partida, no me dio más explicación, tenía la mirada perdida, una inmensa nostalgia rodeaba el ambiente y se mostraba un tanto frío y distante con sus comentarios. Prometió regresar. No me importó, sólo le abracé, desee un buen viaje y ahogué entre las almohadas todas las esperanzas y castillos que había construido a su lado.
Después de eso no supe nada más de él. De manera esporádica nos llegaba información sobre sus viajes, sus aventuras y logros. Cada detalle era traído por viajeros que se topaban en el camino de Ranma y que compartían parte de su entrenamiento. Durante esos años de universidad siempre tuve la esperanza de que volviera. Nunca me atreví a decirlo en voz alta, pero siempre desee que él regresara un día y que entre besos me confesara los motivos de su repentina partida y lo ansioso que estaba por encontrarme. Pero nunca fue así y con el tiempo aprendí a cerrar la ventana de mi habitación y de mi corazón.
Un día, por azares del destino tuvimos noticas de él, la persona que un día fue mi prometido comenzó a tomar fama, lo veíamos en los torneos que televisaban desde China y de una u otra forma me alegré bastante de sus triunfos. Después la información que nos llegaba desde esas tierras se fue menguando, al igual que su éxito y nos enteramos por la prensa que había vuelto a Japón y que se había establecido con una chica en una parte central de Tokio, donde dirigía una cadena de dojos. Eso acabó completamente con las vanas esperanzas que aún tenía. A partir de ese momento me prometí a si misma que su olvido sería genuino y que ninguna de las lágrimas que derramara volvería a ser por él.
Pensar en Ranma de cualquier manera, intentar entender o justificar su actuar no hacían otra cosa que lastimarme una herida que en muchas ocasiones había sido abierta pero que con mucho esfuerzo podía ocultar. El tiempo pasó y dejé de preguntarme cada día por él, el trabajo, las ocupaciones y la familia tomaron parte esencial de la vida. Pero el destino se portó caprichoso y decidió ponerme a prueba una vez más
AKANE…
Se había despertado un poco tarde ese día, la noche anterior le había tocado ir a supervisar un evento y resultó ser agotador, la novia no paraba de agradecerle cada uno de los detalles y felicitarla inmensamente por lo exquisito de su comida y lo perfecto del evento. Sonrió para sus adentros mientras buscaba un poco de ropa cómoda. Si la novia se hubiera enterado que ella no era capaz de cocinar ni un huevo revuelto sin que este se quemara por completo, no se lo hubiera creído. Cierto es que la comida había estado exquisita, pero todo fue gracias a Kasumi, la cual ni en la mejor de las bromas la dejaba acercarse a la cocina cuando había un evento en puerta. Aunque en un inicio le molestó de sobremanera, con el tiempo tuvo que aceptar que la cocina era su mayor zona de peligro.
Se vistió de forma casual, unos jeans, una blusa negra de cuello alto y unos tacones, ese día tenía que llegar temprano a una cita ya que el día anterior Nabiki le había informado que una pareja estaba interesada en sus servicios, que la joven era hija de unos magnates de Tokio que habían elegido Nerima para realizar el enlace matrimonial. Y como estuvieron indagando entre la élite del lugar se dieron cuenta que Forever era su mejor opción. Al parecer la chica tenía cierta nostalgia y preferencia por la ciudad porque en ese lugar se habían casado los padres de ella, así que como Nabiki le informó, deseaban hacer la boda ahí, pero no querían perder el glamour que se podría conseguir en Tokio. Su hermana se lo había señalado claramente, si todo salía de acuerdo a lo planeado podían obtener grandes ganancias que en ese momento necesitaban con urgencia.
Nabiki había concretado la cita para ese día, el lugar de reunión sería un afamado restaurant que se caracterizaba por hacer unos deliciosos desayunos americanos, pero en opinión de ella nada se comparaba con la comida de su hermana. Llegó un poco antes para tener la oportunidad de ajustar algunos detalles. Se dirigió con el mesero, el cual le dio la indicación de que ya había sido reservada una mesa por parte de la interesada, tomó asiento, pidió un café americano y comenzó a organizar sus notas sobre los paquetes que podría ofrecerle a la pareja. Estaba tan ensimismada en sus apuntes que no sintió cuando un par de ojos se postraron en sus facciones y analizaban a detalle cada uno de sus gestos.
Se sintió observada e instintivamente subió su rostro, encontrándose con uno tremendamente familiar.
Ranma… dijo casi en un susurro
Akane- contestó él de forma apenas audible y su muestra de asombro se plasmó en cada una de sus atractivas facciones, pero rápidamente se recompuso.
Buenos días señorita, usted debe ser la representante de la compañía Forever, un placer conocerla mi nombre es Mía Sutnomi y él es mi prometido Ranma Saotome. Habló una mujer joven, pero atractiva, vestida de forma elegante, con el cabello largo y castaño recogido en una coleta, tez clara, nariz respingada y labios pequeños. Vestía una blusa corta que dejaba ver de forma coqueta su abdomen y una falda en tonos azules que resaltaba con sus altos tacones.
Un placer, mi nombre es Akane Tendo- dijo ella en un susurro y tomó de forma nerviosa la mano de la chica y de su exprometido que la miraba con una cara muestra de asombro.
Ambos tomaron asiento y Akane comenzó a sentir como poco a poco la fuerza de sus brazos la abandonaban y unas enormes nauseas se presentaban en su organismo. Tuvo ganas de salir corriendo pero se recompuso rápidamente, esperando a que los nervios no se le notasen y ansiando la intervención de alguno de sus interlocutores.
El mesero, un joven atractivo y cortés se acercó dejando entre los presentes una cartilla con el menú del restaurant. Akane se sentía tonta, incapaz de hilar un par de oraciones congruentes, pero decidió guardar silencio un momento esperando que poco a poco recobrara su autocontrol.
Disculpe señorita, qué va a ordenar?- dijo el mesero con una grata cortesía.
Mmm quiero pan tostado, café, jugo y unos hot kakes- contestó Akane sonriendo levemente.
A mí me trae por favor un desayuno continental completo. Dijo ranma en un tono agrio de voz.
Yo sólo quiero pan y café. Dijo Mía dirigiéndose al mesero y lo siguiente lo agregó viendo a Akane. Estamos a unos días de la boda y no me puedo dar el lujo de subir de peso.
Akane sonrió sutilmente, tomó un poco de aire y decidió comportarse de la manera más profesional que pudiera. Bueno, qué les parece si mientras esperamos el desayuno les voy explicando un poco sobre los paquetes que tenemos. Por otro lado ustedes me van contando para cuando quieren la boda y que características desean que tenga.
Ranma no dejaba de mirar al vacío, como olvidándose que él mismo estaba ahí. Percibía tenuemente lo que su prometida y exprometida hablaban, pero aún le seguía pareciendo de lo más irreal haberse encontrado con ella. Hace tiempo, mucho tiempo que había dejado de verla, creía tontamente que todos los sentimientos que había experimentado a su lado habían muerto junto a su traición, pero no fue así.
Fue sacado de sus pensamientos cuando el mesero les acercó el desayuno y Ranma aprovechó ese instante para poder observarla un poco. No había cambiado, simplemente era perfecta, su cabello corto, sedoso y negro como alas de cuervo, sus labios sonrosados, sus finos y delicados brazos hacían de ella una mujer excepcional. Si algo había sido modificado en ella era su sensualidad, ahora podía apreciar a una mujer madura, hermosa, atractiva y segura. Ya no usaba esos vestidos añiñados de su adolescencia, en lugar de eso portaba unas jeans que resaltaban de manera alarmante sus curvas.
Fue sacado de sus pensamientos cuando la voz del mesero llamó su atención.
Está bien señorita?- dijo el mesero mirando fijamente a Akane de una forma coqueta
He?- la aludida se percató que se estaba dirigiendo a ella
La noto un poco pálida si gusta puedo traerle un poco de agua, té o refresco- dijo el camarero rayando en lo empalagoso.
Gracias, me encuentro bien-
Ranma no lo pudo evitar y de manera inconsciente un gruñido se escapó de su boca, el cual no pasó desapercibido por el mesero, que tuvo la sensatez de abandonar en ese momento el lugar.
Akane ignoró lo sucedido y comenzó a abrir sus carpetas. Cuando una alegre voz llamó su atención.
Segura que está usted bien señorita Tendo?- dijo la joven Mía con una clara muestra de preocupación en su rostro, mientras tomaba un poco de su bebida.
Estoy bien, sólo un poco cansada, ayer tuvimos que cubrir un evento hasta muy tarde, pero todo está bien. Añadió Akane con una sonrisa fingida, mientras de reojo veía como Saotome se distraía con las fotografías de las paredes, al parecer la colección que servía como decoración contenía paisajes antiguos de la ciudad, los lugares más representativos, los centros turísticos, las zonas ecológicas, las calles, las escuelas... Ranma continuaba ajeno a la situación, observando entre esas fotografías rostros y recuerdos de tempos pasados, buscándose a si mismo entre esas imágenes que tanta nostalgia y añoranza le traían. Una imagen en particular le llamó la atención, era una parte del canal que solían caminar con Akane cuando iban al Furinkan, remembró todas las ocasiones que la tomaba de la mano con el simple pretexto de llegar temprano. Ahora estaban ahí sentados uno frente al otro después de tantos años, de tantas experiencias y tratándose como dos completos desconocidos.
Cuando Akane terminó de exponer sus puntos, su ahora prometida Mía, dio un grito de total gusto expresando cuánto le habían agradado las ideas de Akane. Esta última, por más que intentó no pudo disimular completamente los nervios, el coraje y la indiferencia que sentía por el hecho de estar sentada en la misma mesa de aquél hombre que la había abandonado años atrás y que ahora se presentaba de la nada con una mujer que no sólo era hermosa, sino que también era empalagosamente dulce, por esta razón una extraña mueca se posicionó en sus labios ante las expresiones de la ahora prometida de Ranma Saotome.
Mía se disculpó ante los presentes para dirigirse al tocador. El silencio que siguió al momento de su ausencia fue total, Ranma no dejaba de mirar el vacío y Akane por su parte se distraía haciendo breves anotaciones en su agenda. Akane se armó de valor y pensó que un tema meramente profesional era terreno seguro, por ello pese a que su estomago era un mar de sentimientos alcanzó a pronunciar. ¿Disculpa y ya tienen una fecha pensada? mientras más pronto se definan por una será más sencillo comenzar a ver algunos detalles como la misa, el espacio, comida... detuvo su monólogo porque al alzar la vista vio un par de ojos azules que la observaban de forma penetrante buscando algún secreto oculto, algún pecado guardado o misterios jamás dichos.
Guardó silencio y le sostuvo la mirada, quiso que el silencio se interrumpiera, pero parecía que nadie iba a darles el gusto. Finalmente él suspiró de forma sonora, bajo la mirada y dijo con una voz severa.
Lo de la fecha no hay problema, Mía quiere casarse pronto, así que por mi está bien.
Ella no pudo evitar sentir un nudo en la garganta. Ella había luchado años atrás por una sola oportunidad y nunca había obtenido nada. Tu prometida es muy hermosa, Mía se ve que es una mujer ejemplar, felicidades Saotome- dijo Akane
Ella es linda, pero lo mejor de todo es su carácter, es muy fe-me-ni-na- Ranma intentó picar un poco su orgullo para poder desaparecer esa tensión e indiferencia que lo estaba volviendo loco
Sus ojos brillaron y por un momento se sintió a punto de explotar, pero no le iba a dar el gusto, así que con un poco de sarna agregó. Espero que sea algo recíproco y que su caballero sea muy mas-cu-li-no. Y así estaba ese brillo en los ojos de él cuando discutían, cuando la salvaba o cuando disfrutaban de algún momento íntimo y por un instante le pareció que regresaba al pasado. Ranma volteó su rostro, pero no pudo evitar sonreír ante el comentario y con un tono de voz completamente relajado agregó. Y tus hermanas cómo están Tendo?
Bien, muy bien, gracias por preguntar- parece ser que esa era toda la respuesta que iba a obtener de ella.
Su prometida regresó, alisándose un poco el cabello y ajustándose una elegante chaqueta a su cuerpo. Perdón por la demora, pero aproveché para llamar a mi padre y concretar una cita con él para contarle los detalles. Espero que no le moleste señorita Tendo, pero siempre he valorado la opinión de él- Dijo la chica sentándose en ese instante.
No se preocupe señorita, la comprendo a la perfección. Mi padre también es una gran fortaleza en mi vida, aunque no puedo negar que también se le han ocurrido varios disparates- Agregó Akane mirando de reojo a Ranma. Éste sólo pudo sonreír de manera sarcástica.
Conforme avanzó el desayuno se fueron hablando ciertas peculiaridades como el espacio, los platillos, los invitados, los centros de mesa, etc. con cada detalle que se mencionaba Akane no podía evitar sentir sus pies completamente pesados, un nudo en su garganta y un sollozo que pedía abandonar a gritos su cuerpo. Pero Akane era una mujer madura y profesional y eso quería demostrarle a Saotome.
Cuando finalizó el desayuno ya habían dejado listos todos los detalles (incluido el precio que resultó ser muy grande, pero la chica dijo no tener ningún tipo de inconveniente). Akane consideró que era el momento oportuno para abandonar el lugar y con una sonrisa se disculpó con sus acompañantes alegando una cita más de trabajo.
Ranma sólo pudo asentir, intentando ahogar en su cuerpo esa llama que amenazaba con salir tras de ella. Con una fingida cortesía se despidió de esa hermosa mujer, sabiendo que no sería la última vez que la vería. Se castigó mentalmente por alegrarse tanto ante este sentimiento. Pero ¿a quién quería engañar? Akane Tendo nunca se fue de su vida, siempre permaneció en ella como un recuerdo exquisitamente doloroso. Ahora de la forma más imprevista se habían encontrado de nuevo y la situación era sumamente irónica: Akane Tendo su exprometida organizaría su boda.
La mañana que había iniciado cálida se había tornado de un momento a otro muy fría, el sopor de la ciudad y el ajetreo cotidiano se mezclaban como un claro indicio de que las festividades navideñas estaban próximas a llegar. El constante palpitar de las campanas y el barullo de su corazón lograron un efecto en su cuerpo como si estuviera somnolienta, como si todo hubiera sido un extraño sueño. Camino de manera pausada intentando contener las lágrimas que amenazaban con salir. Después de todo su "cita" de trabajo había sido un éxito. Había conseguido la cuenta y no podía darse el lujo de despreciarla, por más que su corazón implorara un poco de compasión sabía que necesitaban el dinero. Avanzó rápidamente y se introdujo en el primer café que encontró, necesitaba recomponerse un poco y establecerse antes de llegar a la oficina.
Había mucho trabajo que hacer y no podía darse el privilegio de faltar. Definitivamente iba a ser una de las temporadas más largas y difíciles de toda su vida. La persona que lucho por encontrar y que creyó muerta en sus sentimientos aparecía de la nada. Ranma Saotome había llegado para revivir viejas pasiones.
HOOOLA, espero que les haya gustado :D como sabrán es el segundo fic que escribo, el otro de Regreso y Olvido no lo he podido terminar, uno es por las ocupaciones y otro porque me encuentro un poco estancada. Valoro mucho sus opiniones ya que éstas nos permiten ir creciendo como novatas de la escritura. Espero que este fic tenga un poco de aceptación y si es así entonces nos estamos leyendo en estos días.
Saludo y abrazos
Jane
:D
El restaurant era grande, bastante lujoso para su gusto, ya que ella prefería los lugares pequeños y acogedores. El restaurant estaba dividido e tres secciones,
Y ahí estaba él
