Hello, hello! Aquí vengo con el prólogo de una historia que parece ir para largo. He de admitir que estoy orgullosa de esta historia. Espero que os guste, dejad review con vuestras opiniones! ^^
Aclaraciones
-Scott Kirkland: Escocia
-Liam Kirkland: Gales
Notas: Como es obvio, Hetalia no me pertenece, es del señor Himaruya. De ser así, Escocia y Gales ya tendrían personaje oficial desde hace mucho tiempo.
Los grilletes se clavaban de manera dolorosa en mis muñecas, dejando unas vistosas y sangrantes marcas que las rodeaban. Éstos estaban unidos con unas cadenas a la pared, haciendo imposible escapar de esta oscura celda.
No estaba aquí por ninguna injusticia, me lo merecía, pero en cierto modo era feliz. Feliz por ser yo el que pase por esto, sabiendo que así tú podrías ser libre y te librarías de mi. Si yo moría no tendrías que sufrir más.
Pero... ¿era delito amarte tanto? Puede que sí... es posible que este sea el mayor error de mi vida, pero también es del que menos me arrepiento. Quererte ha llenado mi mundo vacío, tú me has ayudado a seguir adelante. Has sido lo más preciado que he tenido hasta ahora, y me gustaría decirte que siempre lo serás. Daría la vida por ti si hiciera falta, tal y como estoy haciendo ahora.
Aunque al menos moriré sabiendo que tú también me amas, que aquel beso había sido sincero. Que ese roce cálido y amable que fue convirtiéndose en pasión y deseo me lo dedicaste solo a mí y a nadie más.
La puerta de la celda se abre chirriando. Los soldados me sacan de aquí añadiendo cadenas a mis tobillos y a mi cuello. Me llevan a la plaza principal. Se oyen abucheos e insultos, pero yo solo puedo centrarme en tu mirada que se ha chocado con la mía mientras me conducen hasta el pedestal. Al menos lo último que veré será tu rostro perfecto.
La soga rodea mi cuello. Esbozo una leve sonrisa, dedicada a ti, y susurro al viento un "I love you" esperando que lo percibas. Mi muerte era inminente.
