-ESTA ES LA CONTINUACIÓN DEL FIC "NUEVAS OPORTUNIDADES, NUEVAS VIDAS".

SI NO LO LEYERON LES CUENTO QUE EN ESA HISTORIA BYAKUYA KUCHIKI HABÍA CONOCIDO A UNA HUMANA COMÚN Y CORRIENTE LLAMADA CHARLOTTE "CHARLIE" SCHNEIDER EN EL MUNDO REAL. ELLA MUERE POR PROTEGERLO DE UN HOLLOW (SI, A PESAR DE SER HUMANA, PUEDE VER A LOS HOLLOWS).

CUANDO LLEGA A LA SOCIEDAD DE ALMAS VUELVE A ENCONTARSE CON BYAKUYA Y A PARTIR DE ESE MOMENTO EL FIC SE VUELVE MÁS INTERESANTE. BUENO, ESE ES EL RESUMEN DE "NUEVAS OPORTUNIDADES, NUEVAS VIDAS", ESPERO QUE LA LEAN.

AHORA DISFRUTEN ESTE FIC EN EL CUAL TAMBIÉN APARECEN BYAKUYA KUCHIKI Y CHARLIE, PERO LOS PROTAGONISTAS PRINCIPALES SON RENJI Y UN PERSONAJE DE MI CREACIÓN.

RECUERDEN QUE ESTE FIC ES YAOI, LO QUE SIGNIFICA QUE HAY UNA O MÁS RELACIONES HOMOSEXUALES LOS NIÑOS NO DEBERÍAN LEERLO YA QUE HAY ESCENAS DE SEXO ALGO EXPLÍCITO, PERO ALLÁ USTEDES. ¡LEAN BAJO SU PROPIO RIESGO! -

CAPÍTULO 1: LA PACIENCIA ES UNA VIRTUD

Varias veces había oído a las chicas decir que toda mujer desearía tener un hombre como él. Siempre había sido del tipo protector, fiel y romántico. Aunque también era infantil y reaccionaba exageradamente ante ciertas situaciones. Sin embargo se sentía satisfecho, tanto con su físico como con su trabajo como teniente del sexto escuadrón. A pesar de siempre usar la fuerza bruta, era muy inteligente, por algo Byakuya Kuchiki lo había elegido para que fuera su mano derecha.

Pensó que, luego de una niñez llena de pobreza y dolor, la vida le sonreiría. Pero los últimos trece años, algo lo tenía tan perturbado que había descuidado sus entrenamientos. Varias veces su capitán lo había citado para darle una charla. Su rendimiento en el trabajo ya no era el mismo. La razón del cambio de comportamiento de Renji era simple: su novia.

Durante muchos años había estado enamorado de Rukia, pero sabía que ella sólo lo vería como un amigo. Se enfureció cuando supo que ella se estaba por casar con Ichigo, pero luego cambió de opinión. Después de todo, el joven de cabello anaranjado era un buen hombre que siempre había cuidado de la pequeña shinigami. Hacía más de dos siglos que Rukia e Ichigo eran marido y mujer y padres de tres hermosas criaturas de las cuales Renji era el padrino del mayor.

Nunca pensó que se volvería a enamorar, pero un día conoció a una joven de cabellos rubios y ojos azules, con sonrisa angelical y un cuerpo que parecía el de una diosa. Su nombre era Mei y enseguida él quedó fascinado con la muchacha. Todo fue amor y alegría. Pero luego de un par de años, las cosas cambiaron. El teniente era ya un hombre en edad de tener familia y la chica no quería saber nada de arruinarse el cuerpo por un embarazo. El pelirrojo pensó que quizás los hijos no eran algo necesario en la vida de una pareja, entonces se conformó con ser sólo él y su novia. Pero luego comenzaron los caprichos y los celos por parte de la mujer. "¿Por qué siempre estás trabajando?" le había reprochado. Entonces, él había decidido tomar menos horas de trabajo para estar con ella.

A pesar de los esfuerzos, no hubo resultados positivos. De los quince años que llevaban juntos, Renji había sido feliz durante dos. "¿Por qué no te tomas un tiempo solo para pensar?" había dicho Charlie, la esposa de su capitán. Pero él sabía que no podía soportar ver los ojos llorosos de Mei. Siempre que trataba de hablar sobre su relación, ella se ponía a llorar haciéndolo sentir culpable. "Te está manipulando" le dijo un día Matsumoto. Tenía razón y él lo sabía a la perfección.

Una noche, la encontró acostada en el futón. La miró dormir, realmente era hermosa. Lo malo era que sólo era hermosa cuando dormía o no hablaba. "Te amo" le susurró al oído para luego darle un beso en la mejilla. Retiró su rostro al oler en el cuerpo de la joven el perfume de un hombre. Retrocedió como si hubiese visto un Hollow. "¿Qué significa esto?" se preguntó, aunque sabía bien la respuesta. "¿Me engaña?". Descartó esa posibilidad por el simple hecho de que él no le era infiel y confiaba en que ella tampoco. Sin embargo, en varias ocasiones que llegaba tarde a casa volvía a oler un perfume masculino en su novia y en las sábanas. Y así pasaron los años. Aún volvía tarde a su casa y aún olía la fragancia de otro hombre en Mei. La había enfrentado varias veces, pero ella sólo se tiraba al piso llorando y gritando.

Si seguía así se volvería loco. Ahora estaba en el trabajo, tratando de concentrarse en unos papeles que le había dado Hisagi. Las ojeras bajo sus ojos eran evidentes. Últimamente se había quedado a dormir en la oficina para escapar de sus problemas.

_Abarai-san_ escuchó que lo llamaba una voz diminuta _¡Abarai-san!

Sacudió la cabeza volviendo a la realidad y se dio vuelta para ver quién era.

_Ah, eres tú, Umi-chan_ dijo algo perdido_ ¿Qué se te ofrece?

La jovencita lo miró levantando una ceja

_¿Se encuentra bien?_preguntó, recibiendo una sonrisa por parte del mayor_ Bueno, mi padre quiere que me acompañe al escuadrón once_dijo jugando con sus dedos nerviosamente.

El teniente la miró sonriendo. Era pequeña como Rukia, pero con el físico de Charlie. El cabello largo oscuro y los ojos grises como el capitán Kuchiki. Cuando se enojaba fruncía el ceño como lo hacía su padre y cuando se emocionaba ponía los ojos brillosos como su tía. Era una niña especial, ya que era mitad domadora y mitad shinigami. Se había graduado como maestra de khido a temprana edad y era una experta en caligrafía. Sin contar que había heredado las habilidades en la cocina por parte de su madre y la adicción a Chappy de Rukia. Por otra parte, era reservada sin dejar de ser simpática. Odiaba la violencia por lo que pocas veces utilizaba su Zanpakuto.

_Vamos, entonces_ le respondió despeinándole el cabello

La chica sonrió mostrando todos sus dientes, pero luego se puso seria. Renji había olvidado que el capitán Kuchiki no permitía que Umi tratara a su teniente con tanta confianza cuando estaban en horas de trabajo. Cuando estaban en su tiempo libre ella lo llamaba por su nombre y lo abrazaba. Era cariñosa pero no en exceso y siempre lograba sacarle una sonrisa al pelirrojo.

Cumplida la tarea, ambos emprendieron el camino de vuelta al sexto escuadrón.

_¡Oh, Renji-san!_ exclamó la muchacha_ ¡Olvidé contarle que mi hermano vuelve mañana!_dijo con emoción

"¿Cuál es la buena noticia?" pensó Renji. Por lo que había oído, el chico era antipático y egocéntrico. No lo conocía muy bien ya que, desde pequeño, lo único que hacía era estudiar y no le gustaba relacionarse con la gente. Una vez él lo había saludado y el mocoso sólo lo había mirado con desprecio. Según los capitanes Kyoraku y Ukitake, el niño era idéntico a su padre en cuanto al carácter. El teniente recordaba que tenía el cabello color marrón claro y los ojos verdosos, en el físico era idéntico al capitán Kuchiki: delgado y de aspecto delicado.

El jovencito Kuchiki había partido a Hueco Mundo con un grupo de investigación en lo que se suponía que sólo debía ser una misión de un par de años, pero de alguna forma todo había resultado catastrófico. A pocos años de comenzada la misión se había perdido contacto con los shinigamis. Por más que trataron de hallarlos, no lo habían logrado. Fueron dados por muertos, aunque muchos familiares aún conservaban la esperanza, entre ellos Charlie y Umi. Fue entonces, cuando luego de más de 50 años sin noticias ni rastros de vida, recibieron un comunicado desde el Mundo Real informando que todavía había sobrevivientes. Los familiares se desesperaron por más información, querían saber quiénes volverían y quiénes no. Los Kuchiki pudieron respirar tranquilos una vez que vieron el nombre del jovencito entre los sobrevientes. Renji recordaba que había visto sonreír a su capitán como nunca antes.

_Va a ayudar a papá en el escuadrón seis_ dijo sonriendo Umi, sacando al hombre de sus pensamientos_¿No es grandioso?

"Lo que me faltaba" pensó el pelirrojo "Un mocoso creído va a arruinarme los días". Pero debía mantener la calma. Después de todo, él era el teniente y podía hacerle frente a un niño aunque este fuera el hijo del capitán.

_Claro que sí_dijo devolviéndole la sonrisa a la chica

Si mal no recordaba, ella y su hermano se llevaban apenas cinco años. Renji se había visto venir que algo así sucedería. Charlie estaba embarazada de su tercer hijo y estaba seguro de que el capitán quería pasar más tiempo en su casa con su esposa. Entonces seguramente él o el mocoso quedarían a cargo del escuadrón seis. "Sólo tengo que aguantar hasta que todo se normalice" se dijo relajándose un poco.

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Se despertó con el cuerpo de Mei sobre el suyo. Ahora lo recordaba: había ido a dormir a su casa para descansar mejor y ella lo había recibido vestida de manera provocativa. No se pudo negar y como consecuencia habían hecho el amor varias veces. Lo malo era que, a pesar de estar más relajado, se había quedado dormido y llegaría tarde al escuadrón.

Salió corriendo y llegó agitado. Pero cuando entró a la oficina, notó que estaba vacía. Salió a la calle para ver si encontraba a alguno de los soldados del capitán Kuchiki, pero no vio a nadie. Sin embargo, logró sentir la presión espiritual de varios shinigamis reunidos en un mismo lugar.

"¿Qué estará pasando?" se preguntó. Sintió que Rangiku, Yumichika, Ikkaku, Hisagi, Izuru, Hinamori , Hanatarou, Umi, Charlie, Rukia, Ichigo y los capitanes Kuchiki, Ukitake, Kyoraku, Zaraki, Hitsugaya y Komamura estaban presentes entre varios otros. Llegó y miró a su alrededor. El lugar estaba lleno.

_¡Renji!_lo saludó Rukia

_¡Hola!_ le contestó estirando el cuello para tratar de ver porqué la gente se amontonaba tanto._ Dime, ¿cuál es el espectáculo?_ preguntó confundido

_¿Umi no te dijo?_ interrumpió Charlie_ Hoy vendrán los muchachos que fueron enviados en las misiones al Mundo Real y Hueco Mundo.

"Cierto" recordó aún algo dormido. Vio al capitán Kuchiki saludar a alguien, pero como la multitud era inmensa, no logró ver a quién. "Seguro que es su hijo" pensó Renji. Los shinigamis comenzaron a reunirse con sus familias. Luego fueron llevados a la sala de reuniones donde recibirían una mención de honor del mismo Capitán Comandante. Sólo los capitanes y sus tenientes tenían permitido ir.

_ Ahora_ dijo Yamamoto golpeando el suelo con su bastón_ Uno por uno pasarán al frente, para recibir el premio por su valentía. Sus capitanes serán los encargados de entregárselos

Renji se ubicó tras su capitán. Los premiados eran al menos cincuenta.

_Empezaremos con los oficiales a cargo de las investigaciones de Hueco Mundo_dijo el anciano

Uno a uno fueron pasando shinigamis que para Renji solo eran debiluchos. "Son investigadores" pensó "No deben ser muy fuertes". Todos recibieron sus insignias de las manos del capitán Kurotsuchi.

El pelirrojo ya estaba aburrido. Habían pasado al menos la mitad de los mocosos y ninguno parecía fuerte.

_Ahora llamaremos a los oficiales de mayor rango que estuvieron presentes en ambas misiones

"Al fin algo bueno" se dijo prestando más atención. Varios eran del escuadrón de Kenpachi y otros de Komamura.

_Líder del grupo de exploración y combate; maestro de khido; tercer lugar del octavo escuadrón_ Renji estiró el cuello para ver mejor_ Kuchiki Rintarou

No sabía si reír o llorar cuando vio que el niño que había partido hacía más de un siglo seguía prácticamente igual que antes. Se lo notaba más maduro, pero aún era pequeño de estatura, técnicamente parecía el gemelo perdido del capitán Hitsugaya.

El capitán Kyoraku le entregó el premio con una sonrisa y el pelirrojo pudo ver al capitán Kuchiki mover los labios "Estoy orgulloso" fue lo que pudo leer el teniente en los labios del noble.

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Cuando la reunión terminó, todos volvieron a sus escuadrones. Claro que ahora en el sexto había un Kuchiki más. El muchacho no le prestó demasiada atención a nadie, solamente se sentó en un escritorio a ordenar documentos.

_Rin-chan _Renji levantó la mirada de sus papeles para ver a Umi traerle un té a su hermano_ Te preparé algo para que comieras también_ dijo dejando en la mesa un plato con galletas.

El joven, sin expresión en su rostro asintió y continuó leyendo. La chica se marchó contenta a pesar del frío comportamiento de su hermano. Esto al teniente lo enfureció. Su capitán también era así con él, pero cuando se trataba de Umi, el noble la trataba con dulzura.

_¡Oye!_ le dijo al chico, que levantó la mirada para luego volver a concentrarse en los documentos_ ¡Oye! ¡Te estoy hablando!_ insistió Renji

Entonces el jovencito lo miró con ese rostro de piedra.

_¿Qué quieres?_preguntó en tono neutro

_¡¿Qué quiero?!_preguntó sarcásticamente_ Tu hermana es la niña más tierna que conozco y siempre se la pasa hablando de ti_señaló las galletas_ Hizo esto para que te sientas a gusto en el escuadrón y ni siquiera le diste una palabra de agradecimiento.

Hubo silencio durante algunos segundos en los cuales se limitaron a mirarse.

_¿Y?_preguntó volviendo su vista hacia las hojas

La sangre le hervía. ¡Ese mocoso era un maleducado!

_¡¿Cómo puede no importarte?!_casi gritó_ ¡No eres más que un mocoso consentido!

La puerta de la oficina principal se abrió.

_¿Por qué levantas la voz, Renji?_ preguntó el capitán Kuchiki

El teniente se serenó un poco y respiró profundo.

_No es nada, mi capitán_ dijo agachando la cabeza.

_Al parecer el teniente Abarai cree que fui descortés con Umi-chan_dijo el chico con los ojos cerrados y con voz firme_ Creo que he pasado demasiado tiempo rodeado de soldados del escuadrón once y olvidé mis modales. Me disculparé con ella cuando acabe de ordenar estos documentos.

El pelirrojo miró al joven con los ojos abiertos como platos y luego dirigió su mirada hacia el noble.

_Ya veo_ dijo el capitán_ Debo atender algunos asuntos en la Mansión Kuchiki, volveré en algunas horas.

Como si hubiera sido empujado por el viento, Byakuya desapareció dejando solos a su teniente y a su hijo. Renji no sabía si decirle algo al jovencito. Estaba seguro de que pasar tanto tiempo rodeado de hombres que poseen otros códigos y otra manera de expresarse, podía haberle hecho olvidar los modales básicos. Después de todo, hablaba del escuadrón once ,donde los buenos modales son considerados una ofensa.

Y los locos del escuadrón doce no se quedaban atrás, siempre hablando con códigos y en lenguaje técnico como si fueran máquinas. Veían a cada ser viviente como un "espécimen" o "sujeto de prueba". No había dudas de que juntarse con esa gente durante más de un siglo podía cambiar la manera de comportarse del joven Kuchiki.

_No vuelvas a hacer eso_ escuchó que decía el chico al otro lado del escritorio_ La próxima vez que me trates como un niño frente a mi padre, te haré tragar mi puño.

"¡Mocoso asqueroso!" pensó el teniente mientras sentía que la vena en su frente se ensanchaba y latía de la rabia. Pero prefirió no hacer un lío por eso, ya tenía bastantes problemas en casa con Mei.