Disclaimer: Los personajes de Inuyasha no me pertenecen, son propiedad de Rumiko Takahashi yo sólo los utilizo para divertirme haciendo que hagan tarugadas a mi antojo (?). Esto no tiene fines de lucro y todas esas cosas XD
Summary completo: De repente, el pozo ha dejado de funcionar y Kagome se ha quedado atrapada en la época feudal. Pero de eso ha pasado casi una semana. Las cosas en la aldea son tranquilas y, aunque están preocupados por lo que sucede con el pozo, el grupo de Inuyasha ha mantenido la calma tanto como han podido. En la última batalla, Kagome salió malherida, por lo que ella está recuperándose. Una noche, mientras duermen, Kagome abre sus ojos cuando tiene una extraña sensación acerca del pozo.
"— ¿Qué?" "— ¿Qué sucede, Kagome?" "— Es el pozo, hay algo extraño con él." "— ¿Cómo que algo extraño?" "— ¡No lo sé! Simplemente he sentido como... no lo sé, algo extraño." "— Alguien está cerca del pozo... y no huele como nadie que conozca." "— ¡¿Qué?!"
Y cuando Inuyasha y los demás llegan al pozo para investigar, se encuentran con que el pozo, repentinamente, ha funcionado una vez más trayendo consigo a dos chicos del futuro muy extraños que Kagome no conoce pero que ellos sí parecen conocerla bastante bien. Ambos se presentan como Hikari y Ryuuji, y parecen conocer la historia del pozo y los viajes en el tiempo.
"— Tú tampoco eres de aquí, es más, te me haces familiar. ¿Cómo te llamas? — preguntó suavemente mientras la miraba, expresando toda la curiosidad que sentía desde que la había visto por primera vez." "— Eh… si, no soy de aquí tampoco. Mi nombre es Kagome — confesó Kagome sorprendida. Eso sorprendió a ambos chicos, pero la oji-verde supo disimularlo mejor que el pelinegro que veía con sus ojos muy abiertos a Kagome." "— ¿Por casualidad eres Kagome Higurashi? — preguntó de forma impasible a la Miko mientras ignoraba olímpica y deliberadamente al Hanyou, lo que sólo lo hizo gruñir más, ganándose una mirada divertida por parte de Shippo." "— Hikari, es ella, estoy cien por ciento seguro — le murmuró el chico, moviéndose un poco para poder susurrarle al oído a la chica. Que, ignorando a todo el mundo excepto a Kagome, asintió una vez." "— Es exactamente igual a la de la fotografía. Seria extraño que fuera otra persona — coincidió la chica, de nombre Hikari, mientras miraba con atención a la Miko, que comenzaba a ponerse nerviosa ante el escrutinio.
¿Pero quiénes son en realidad Hikari Taisho y Ryuuji Higurashi? ¿Y que tienen que ver con Kagome, Inuyasha, el pozo y los viajes en el tiempo a través de él?
Una historia diferente
Prólogo
Se pueden ver unas largas e interminables escaleras que llevan a un templo que se encuentra cuesta arriba al final de estas. El sol se está ocultando en la ciudad y el cielo está teñido de colores anaranjados y rosados, mientras se oyen pasos apresurados desde la calle por donde algunas personas pasaban caminando con tranquilidad.
La tranquilidad fue rota con el grito que una persona soltó en ese momento por una chica que apenas alcanzaba los diecisiete años. Para su edad, ella sólo medía un metro sesenta y cinco, por lo que no era ni muy alta ni muy bajita, además, su cuerpo era acorde al de una chica de su edad, con curvas y buenas proporciones. Tenía un rostro con una piel clara, de hermosas y angelicales facciones, aunque en ese momento estaba rojo de furia y todo rastro angelical había desaparecido dando lugar a una demoníaca, mientras que sus ojos verdes brillaban con ira y su largo cabello negro que llegaba por debajo de sus caderas se ondeaba con el viento mientras corría.
— ¡Ryuuji, regresa aquí con el maldito teléfono o le diré a tu padre lo que has hecho para que te castigue sin piedad! — gritó la misma chica que apenas estuvo cerca de las escaleras comenzó a subirlas de tres en tres, sin importarle llamar la atención con sus gritos o poder caerse en el proceso por andar gritando. Aunque eso de que se cayera era improbable, pues había subido esas escaleras desde que era una pequeña niña.
— ¡Sigue soñando, Hikari|! — gritó otra persona.
Un joven esta vez, de diecisiete años también, que era perseguido de cerca por la pelinegra mientras ambos subían a una gran velocidad las escaleras. Él también tenía piel clara como la de la chica y cabello negro, sólo que él lo llevaba mucho más corto y alborotado, además, su rostro era atractivo y varonil, mientras que su cuerpo era atlético y bien formado, incluso para un chico de su edad.
— ¡Si me atrapas será todo tuyo!
Mientras ambos chicos subían a toda velocidad las escaleras, de una forma que algunos en la calle, los que los oían gritar y se habían volteado para verlos, les sorprendía bastante pues iban a zancadas por las escaleras hasta que el chico llegó a la parte superior y se perdió de vista. La chica sólo demoró un minuto más que él en llegar al final de las escaleras y perderse de vista también.
Al pie de las escaleras, se puede ver a dos personas de pie mirando el lugar por donde ambos chicos habían desaparecido con una expresión resignada mientras suspiraban.
— Ellos jamás van a cambiar — murmuró el chico con resignación, aunque había un brillo de diversión en sus ojos marrones. El chico lucía apenas mayor que alguno de los dos jóvenes que habían desaparecido en la cima de las escaleras unos minutos antes. Tenía oscuro y lacio cabello marrón oscuro, un tono casi similar al negro, y una complexión similar a la del otro chico.
— Tienes razón, Takeru — respondió la chica que estaba de pie a su lado. Ella también miraba con diversión el lugar por el que sus amigos habían desaparecido momentos antes.
Tenía la misma edad que los otros tres jóvenes, era bastante alta, aunque no más que el chico, con un cuerpo delgado y bien proporcionado, un rostro con facciones delicadas y femeninas, pero aún así maduras, mientras que era dueña de unos grandes ojos azules que resaltaban contra su piel clara y su largo cabello marrón que llevaba amarrado en una coleta.
— Es mejor que los alcancemos antes de que Hikari mate a Ryuuji.
— Tienes razón, Mitsuki, no quiero imaginar lo que sería de él si Hikari-chan lo atrapa por robarle el teléfono cuando estaba por intercambiar mails con ese chico guapo — soltó con cierto toque de ironía.
— Pues se lo merece por idiota.
El chico sonrió divertido y rodó los ojos, sin embargo, no lo negó y decidió que mejor era seguir el mismo camino que la oji-azul para alcanzar a los otros dos. De otra forma, probablemente su amiga matara a su mejor amigo y, como él no tenía muchas ganas de buscarse otro, era mejor evitar una posible masacre innecesaria.
Mientras tanto, en otra parte del templo, se puede ver a un apurado pelinegro siendo seguido de cerca por una oji-verde más que furiosa que estaba a sólo dos metros de poder alcanzarlo y darle la lección de su vida por haberle arrebatado su móvil cuando ella estaba intentando hacer un amigo.
— ¡RYUUJI, SI NO ME REGRESAS MI MOVIL VOY A MATARTE, GRAN BAKA! — gritó furiosa la pelinegra mientras obligaba a sus piernas a correr más rápido. El pelinegro, sintiendo el peligro cerca, no tardó en encontrar solución al problema.
Vio la puerta que llevaba al viejo pozo devora huesos del que tanto había oído en su vida, y encontró que esa era su única escapatoria si no quería morir a manos de la chica que estaba a sólo un metro de alcanzarlo y contando, por lo que tuvo que forzar a sus piernas y corrió como si fuera perseguido por el mismísimo diablo en esa dirección.
Por supuesto, para Ryuuji ser perseguido por Hikari era casi lo mismo que ser perseguido por el diablo. Y probablemente ser perseguido por el mismísimo rey del infierno fueran unas vacaciones en el paraíso comparados con lo que la chica le haría en cuanto lo atrapara.
— ¡RYUUJI!
Justo a tiempo logró entrar al lugar donde el pozo se encontraba, no dudó ni un segundo en rodearlo y quedarse en extremo opuesto a la puerta y asomándose dentro del pozo para que tan pronto Hikari se asomara pudiera verlo.
Hikari llegó apenas unos segundos después y fulminó con la mirada al chico al ver como tenía su brazo extendido hacia el pozo, con su teléfono móvil en su mano.
Claramente, era una amenaza a la integridad física de su móvil.
— Ryuuji, juro que si te atreves a dejarlo caer, voy a lanzarte dentro para que lo recuperes — prometió la chica con voz amenazante. Y a pesar de que el chico intentó no mostrarse afectado por la mirada y el tono de voz que la pelinegra usó, no pudo evitar estremecerse un poco, pues sabía que en cuanto lo soltara ella estaría sobre él lanzándolo al pozo sin piedad.
La conocía lo suficiente como para no dudar de su palabra.
— ¡Ryuuji, devuélvele el maldito teléfono a Hikari! — se oyó la voz de un chico fuera del lugar.
— ¡No te metas en esto, Takeru! — gritaron ambos chicos.
En el exterior, tanto el chico como la chica rodaron sus ojos al oír la coordinada respuesta de los dos chicos. ¿Y luego decían qué por qué querían enviarlos a una cita? ¡Si ellos eran el uno para el otro! Incluso hablaban al mismo tiempo.
A veces hasta completaban las frases del otro.
— Ellos van a lograr matarse día de estos — expresó Mitsuki con resignación.
— ¡Nah! Antes de eso, ellos van a terminar formando una gran familia feliz — dijo con una burlona sonrisa Takeru, mientras miraba a la chica con diversión.
Ella negó con la cabeza, pero no lo dudaba para nada.
— ¡RYUUJI, MALDITO BASTARDO! ¡VOY A MATARTE, LADRON DE PACOTILLA! — oyeron el escandaloso grito de Hikari desde el interior del lugar. Lo próximo que oyeron fue al chico vociferando y quejándose, luego un gran "¡HIKARI!" por parte del chico antes de oír una sarta de maldiciones por parte de la mencionada.
Por un momento, los dos chicos se miraron con diversión, sabiendo que Hikari probablemente le estaba dando su tan merecida lección al chico. Pero al oír el nombre del chico en un gran chillido, ahora preocupado, por parte de la chica dejaron la diversión a un lado.
— Seguro ya lo mató. Mejor vamos a recoger los restos para dárselos a su padre — dijo con cierto toque de burla el chico mientras se encaminaba hacia el interior del lugar seguido de cerca por Mitsuki, quien ahora estaba preocupada.
Aunque la preocupación se volvió peor cuando entraron al lugar y no vieron ni oyeron a sus amigos por ningún lado. Al asomarse más y llamarlos, se dieron cuenta que obviamente no estaban ahí, por lo que corrieron hasta el pozo y lo miraron con preocupación, aunque todo estaba oscuro y no podía verse si había alguien en el interior.
— ¿Crees que se hayan caído? — pregunto Mitsuki preocupada —. ¡Hikari, Ryuuji! ¿Están ahí? ¡Digan algo si me oyen!
El chico miró otro segundo más al pozo esperando una respuesta, pero esta nunca llegó, así que miró a la chica.
— Si así fue, ¿por qué demonios no podemos oírlos?
De repente, ambos recordaron las viejas historias que habían oído sobre ese pozo y sus supuestos "poderes", por lo que se voltearon a ver con los ojos abiertos de par en par.
— ¿Crees que las historias que contaba la abuela de Ryuuji sean ciertas?
Ninguno respondió, los dos se volvieron para ver nuevamente el pozo y sintieron, en el fondo de sus corazones, como que esa historia podría no ser tan fantasiosa como ellos habían pensado.
Porque entonces, ¿cómo se explicaba que ellos no estuvieran en ningún lado?
— No puedo estar seguro de nada ahora mismo.
