Disclaimer: Ninguno de los personajes siguientes me pertenecen, ni hago esto con animos de lucro! Se han dado cuenta que no hablo ingles? Yafirmo de que no soy rubia! Pos eso! Que le pertenecen a JK y WB xD
Solo me pertenece la trama!
Y ahora epero que disfruten de esta locura!
¿Hermanastros!
-·¨·-·..·-Capitulo I-·..·-¨·
- Potter y Evans ¿incompatibles? -
Lily Evans se dirigía con paso firme y decidido hacia su destino por los pasillos del tren. Su cabello lacio hasta media espalda lo llevaba recogido en una cola alta que se balanceaba de un lado a otro al compás de su andar. Sus ojos verdes esmeralda brillaban con un destella peligroso, sus mejillas estaban ruborizadas y sus labios apretados en una mueca de desagrado. Sus puños apretados, con las uñas de su mano izquierda clavándose en su piel sin preocuparse por las marcas, mientras que las de su mano derecha se aferraban al periódico que llevaba en la mano arrugándolo, sin interesarle ese hecho.
Se detuvo de golpe, delante de un compartimiento desde donde fuera, ella misma podía oír las carcajadas provinentes del interior. Apretó los dientes de rabia por eso. Y moviendo su mano izquierda, abrió de un portazo la puerta dejando a las tres personas que estaban dentro mudas de la sorpresa para luego estarlo del recelo.
- Potter ... – murmuró Lily con la voz teñida de todos los sentimientos oscuros que tenía hacia el.
- ¿Si, Lils? – preguntó el chico respondiendo al llamado mientras se revolvía su cabello negro azabache con la mano derecha.
Lily ignoró que él la llamara por su nombre con tanta familiaridad y le lanzó el periódico que había estrujado en su mano derecha en toda la cara.
- ¿Qué demonios significa esto! – chilló.
James después de sobarse la parte de la cara donde le había caído el periódico, lo recogió y se quedó observándolo.
En la primera plana salía una foto de su padre con una mujer de casi más o menos de la misma edad que el señor Potter. Él le pasaba un brazo alrededor de los hombros y sonreían ambos con iguales sonrisas tontas, que le recordaron, a James, a las típicas de un par de enamorados. No, no la reconocía a la mujer, pero sin duda ese hombre era su padre. Frunció el entrecejo y subió los ojos por el periódico hasta leer el titular. Esta vez frunció la nariz además.
- ¿De donde has sacado esto, Evans? – preguntó mirándola con sus ojos castaños escondidos detrás de unas gafas redondas.
- ¡Oh, vamos Potter! Dime ¿Cuánto te pagaron por inventarte ese penoso articulo? – dijo Lily destilando sarcasmo.
- ¡Yo no he escrito eso!
Lily lo escrutó con la mirada.
- Tienes razón ... ¿como pude pensar que tu cerebro llegaría a lo suficiente como para saber coger una pluma? – dijo hablando para si con un dedo debajo de la barbilla - ¿Y cuanto te cobraron los del profético por inventarse eso?
- ¡Me acabo de enterar ahora igual que tu Evans! – se defendió James lanzando el periódico al suelo, donde lo recogió uno de sus acompañantes en el compartimiento.
- ¿De verdad esperas que me lo crea?
- Cree lo que quieras ... – murmuró James lo suficiente audible para que llegara a oídos de Lily.
- Mira, Potter, tanto si esto ...
- ¿Qué pasa aquí? – preguntó Sirius entrando en el compartimiento, encontrándose a la prefecta de su casa amenazando con un dedo a su mejor amigo.
- ... es una broma pesada como si ... – siguió Lily omitiendo la intrusión - por mi desgracia es verdad, te juro que pienso matarte después de una largas torturas que te harán desear estar mejor hechizado con un cruciatus que sufriendo eso.
James no dijo nada, pero su mirada seria lo decía todo. Lily le aguanto el contacto visual durante unos segundos, como desafiándole a que se atreviese a llevarle la contraria, antes de cerrar los ojos y morderse el labio inferior hasta conseguir controlar toda su rabia. Soltó un profundo suspiro de frustración, y se giró de golpe dirigiéndose al pasillo.
- Auch ... Ve con mas cuidado pelirroja – le reprochó Sirius cuando se apartó para dejarle paso a Lily y esta aun así termino dándole un codazo al pasar a su lado.
La prefecta de Gryffindor lo miro con los ojos centelleándole con la rabia renovada.
OoOoOoO
- ¿Quieres mas hielo, canuto? – preguntó James mirando el mal aspecto de Sirius.
La camisa salida de sus pantalones, un arañazo a la altura del cuello, dos cortes en la mejilla derecha y un moratón en el ojo izquierdo, eran los signos que demostraban las represalias que había sufrido el merodeador de ojos plateados por llamar a Lily Evans de una manera que ella odiaba en el momento en que estaba de menos buen humor.
- Sirius te hecho una pregunta – repitió James cruzándose de brazos ya que desde que a su amigo le había caído, por desgracia o por el mal azar de la suerte, la cólera de la Gryffindor, el chico se había obstinado en no hablarle. – ¿Puedes hacerme el favor como mínimo de responder?
Sirius gruño algo inteligible, mientras se apretaba un poco mas la bolsa con hielo que le había traído Remus después de su percance.
- Lo entendimos todo amigo – dijo con sarcasmo Remus interviniendo en la conversación mientras ponía sus ojos, color miel, en blanco.
-Quiero ahora mismo una razón de porque esa loca, maniática, salvaje, psicópata con instintos asesinos, ...
- Ya captamos, Sirius
- ... rencorosa, repelente, soberbia, que debería cortarse las uñas ... – dijo reprimiendo un quejido por el escozor de las heridas
- ¡Canuto, que ya entendimos el mensaje!
- ... chiflada, vengativa, violenta, irracional, demente, neurótica trastornada, ...
- ¡SIRIUS! - gritó Remus con las mejillas encendidas por encima de los insultos del animago.
- ¿Si? – Sirius puso cara de fingida inocencia que le costo un quejido reprimido por el dolor – a lo que iba ... ¡¿POR QUÉ ESA DESEQUEILIBRADA MENTAL DESFIGURO MI PRECIOSA CARA?
- Si no te oyeron en China fue un milagro ... – murmuró Remus desviando sus ojos hacia la ventana, aun así pudo notar los ojos asesinos de su amigo encima.
- Es por algo que pone en ese diario¿no? – dijo Peter mirando a James que abrió la boca para decir algo, pero su mejor amigo no le dejo tiempo.
- Seguro que una sarta de mentiras – masculló Sirius robándole de las manos el Profeta mientras leía el titular.
La cara de Sirius se distorsionó de una de altivez a una de sorpresa para pasar a ser después una de horror. A Sirius le resbaló de entre los dedos la bolsa de hielo que aguantaba presionándola encima de su ojo izquierdo. Miró a James, y de nuevo el diario, para volver a mirar a James, luego el diario, a James, al diario, a James, al diario, a James, al diario, a James, al diario, ...
- ¡Para ya, Sirius¡Me estas mareando! – exclamó James
- Pero ... Pero ... Pero ... Pero ...
- ¡Eso¡Encima tartamudea!
- ¡Eh¡Ahora no pagues conmigo tu mal humor! – dijo Sirius a lo que James levanto su puño amenazadoramente y su amigo cogió a Peter poniéndole delante suyo. – ¡A mi no, a mi no!
James soltó una sonora carcajada, mientras que Remus le arrebataba el diario a Sirius y empezaba a leer el articulo que había estado trayendo tantas problemas en voz alta:
Charlus Potter, viudo sangre limpia y de 47 años, apunto de casarse con una muggle
Ayer, 29 de Junio de 1977, el prestigioso y famoso mago Charlus Potter, viudo a sus 47 años de edad de su esposa Dorea (Black) Potter y con un solo hijo llamado James Potter, anunciaba su compromiso con Margarett Evans. La señora Evans es una muggle, gente no mágica, divorciada y con dos hijas: Petunia (Evans) Dursley, la mayor, la cual ya esta casada y Lily Evans, de la misma edad que el hijo del señor Potter. Su compromiso ha sido toda una sorpresa para todo el mundo mágico. Los dos prometidos han afirmado que su boda será simplemente familiar y sencilla, dado sus años. También anunciaron que puesto que ambos estaban muy decididos, la boda seria en dos semanas. Pagina 3-5
- ¡La madre de Evans y tu padre se casan! – exclamó Peter zafándose de los brazos de Sirius sin quitarle los ojos de encima a James igual que hacia Remus después de haber leído el articulo.
James asintió lentamente con la cabeza.
- eso significa que ella a partir de ahora vivirá en ...
- en mi casa, si. – terminó James por Remus quien trago saliva solo de imaginarse que en cualquier día de ese verano podría estallar la tercer guerra mundial en casa de los Potters
- Nuestra casa – recalcó Sirius hinchando el pecho, pero pareció meditar lo que había dicho y abrió los ojos de par en par pestañeando con demasiada rapidez, con la cara teñida de horror – ¿esa excéntrica, perturbada cerebral, amargada va a vivir en nuestra casa! – chilló
- Ya te han oído bastante hoy los chinos ... – murmuró con sarcasmo Remus quien fue fulminado de nuevo por el animago que le dirigió una mirada, que queda corta llamándola, desdeñosa.
- Eso mismo, querido hermano – confirmó James sorprendiéndose con la rapidez con la que Sirius giró su cuello y consiguió no dislocárselo después de oír su afirmación.
- ¡Ah, no¡Me niego¡Exijo que se lleve a esa desquiciada al psicólogo! – reclamoó Sirius haciendo los gestos demasiado exagerados – estoy seguro de que tiene algún trauma ... a lo mejor padece esquizofrenia ... – empezó a meditar acariciándose la barbilla – ouch ... eso dolió lunático
- bien merecido lo tienes – afirmo con seriedad Remus cruzándose de brazos ignorando las quejas de Sirius que había empezado a reclamar lo mal que lo trataban después de haber sufrido la ira de la prefecta perfecta, y las carcajadas de James y Peter.
OoOoOoO
- ¡Hola Papa! – saludó James recibiendo un cariñoso abrazo de su padre.
- ¿Como estas James¡Hola Sirius! Buenos días Remus ¿dónde esta Peter? – saludó el hombre deshaciéndose del abrazo de su hijo para pasar a abrazar a los otros dos merodeadores.
- Buenos días señor Potter – saludó cordialmente Remus – Peter acaba de irse con sus padres, como tengo que hacer yo ahora, sintiéndolo mucho – se disculpó
- ¿Quieres que te acompañemos?
- Oh, no se moleste, señor Potter
- Charlus, cuantas veces tengo que decírtelo – lo regañó de forma cariñosa arrancándole otra sonrisa al joven licántropo. – entonces espero que vengas algún día a nuestra casa¿de acuerdo?
- Claro, como siempre Charlus. Bueno chicos, entonces ya nos iremos viendo – empezó a despedirse Remus acercándose primero a Sirius quien le extendió la mano y él apretó con fuerza.
Sirius tironeo de él para abrazarlo.
- claro, y ya sabes, a cualquier inconveniente ... – empezó a decir el merodeador de ojos plateados separándose de Remus.
- ... una lechuza es bienvenida. – terminó James abrazando al joven licántropo el cual correspondió. – ¿de acuerdo mi pequeña problema peludo? – terminó revolviéndole el pelo castaño claro de forma cariñosa.
- ¡Gracias chicos, hasta pronto¡Adiós Charlus! – se despidió Remus con la mano después de recoger su baúl y arrastrarlo detrás de si hasta otro lado de la estación.
- Bien ... ¿nos vamos, papa? – preguntó James impaciente, pero su padre negó con la cabeza para su sorpresa.
- Nos falta alguien más antes de ir a casa – explicó misteriosamente – ¡ah¡Ahí está! – dijo después de escrutar la estación - ¡Lily!
- ¿Evans? – exclamaron James y Sirius horrorizados.
- Papa ... yo ... yo tenía la esperanza de que todo lo que decían en el profeta fuese una broma ... – tartamudeo James de la sorpresa
- ¡Lily! - chilló el hombre más fuerte ignorando el comentario de su hijo.
James y Sirius intercambiaron iguales miradas de miedo y horror.
Lily por su parte, se encontraba casi en medio de la estación, con el baúl a sus pies buscando a su madre con desesperación hasta que sintió la voz grave de un hombre llamándola. Giró su cabeza buscando el portador de su voz, haciendo que su melena rojiza recogida en un cola se moviese con violencia.
Frunció el entrecejo al divisar a un hombre de unos 47 años, que ya había visto en una foto junto a su madre. De cabello negro azabache revuelto con algunas canas, con gafas que ocultaban unos ojos marrones verdosos. De buen porte, a pesar de sus años parecía que se conservaba bien. Y un bigote delgado que le recordaba mucho a los típicos que llevaban todos los actores muggles que interpretaban al Zorro. Sin duda era el padre de la persona que mas odiaba en ese mundo y que, por si eso fuera poco, se encontraba al lado de ese señor junto con su amigo inseparable, Sirius Black.
Se acercó a ese hombre que la llamaba insistentemente sabiendo que eso acaba de confirmar todas sus dudas.
- buenos días, señor Potter – saludó cordialmente Lily, después de llegar a donde se encontraban los tres.
- ¡Hola Lily! – saludó alegremente el hombre y con familiaridad como si la conociese de toda la vida.
Lily se mordió el labio inferior desesperada. No sabía que era lo más odiaba: si ese hombre que acababa de conocer la tratase con confianza o que su temor estaba apunto de corroborarse en cuanto pronunciase la próxima frase.
- Entonces ... señor Potter ¿es verdad lo que decía el profeta? – preguntó Lily a un hilo de voz mientras el señor Potter sentía que tres pares de ojos, unos de color marrón claro, otros grises plata y unos terceros verde esmeralda se clavaban en los suyos.
No pudo evitar reírse.
- me gusta que de vez en cuando leáis el diario, es sano – bromeo girando sobre sus talones dirigiéndose fuera de la estación bajo la atenta mirada aun de los tres pares de ojos que se horrorizaron al instante.
- Esto no puede estar pasándome a mi, no, no puede estar pasándome, pero si soy la mejor alumna de mi curso y la niña de los ojos de los profesores ... ¡TENGO LAS NOTAS MÁS ALTAS DE MI CURSO! – exclamó Lily soltando de golpe el baúl que sujetaba en la mano, provocando un golpe seco sobre el cimiento.
James y Sirius salieron de su shock en el que habían estado desde que el señor Potter se había dado la vuelta dejándoles la nariz como Snape, es decir, con tres palmos de narices. Al principio las palabras de la Gryffindor les llegaban a los oídos como simples susurros y murmullos pero el grito que les siguió los sorprendió de tal manera que consiguió que ambos pegaron un bote.
Ambos la miraron chocando con sus ojos verdes esmeralda con un destello que a Sirius se le hizo muy familiar, por lo que se escondió un poco detrás de James rezando a Merlín que no le cayese de nuevo la furia de la pelirroja.
- todo esto ... todo esta pasando ... – empezó a murmurar Lily bajando la cabeza hasta mirarse la punta de los pies con los puños apretados. Ante los ojos abiertos de par en par de James y Sirius la chica desapareció ... - ¡TODO ESTO ES CULPA VUESTRA! - ... para aparecer detrás de los chicos y gritarles en sus oídos.
Ambos se giraron al acto, pero para cuando se volvieron Lily había vuelto a desaparecer en un suave ¡PLOP! y cuando la divisaron de nuevo, esta ya estaba recogiendo su baúl y empezaba a andar por el lugar donde se había oído el señor Potter con la cabeza bien alta.
- ¡Te lo dije¡Es una loca rematada! No pienso pisar la casa hasta que no la llevéis al psicólogo – dijo Sirius cruzándose de brazos mientras James levantaba una ceja incrédulo.
- No serás capaz
OoOoOoO
- ¿quieres entrar de una vez! – dijo James desesperado observando a Sirius desde el interior de la cerca que rodeaba la casa.
- ¡No¡No hasta que no llevéis a esa al psicólogo! – atacó Sirius con los brazos cruzados sentado encima de su baúl al otro lado de las rejas.
Lily al oír el pronombre esa se paró en seco en medio del camino que había entre la reja y la casa de los Potters y se giró hasta observar la discusión entre Potter y Black.
- ya la llevaremos luego, pero ahora ¡ENTRA! - exclamó James agarrando fuertemente los barrotes de las rejas con una mirada de súplica.
Sirius iba a reclamar algo pero en cuanto abrió la boca, la cerró y empezó a boquear como un pez debajo del agua con los ojos abiertos a la vez que se levantaba del baúl y se apartaba corriendo de la puerta.
- ¿se puede saber que coño haces Sirius! – consiguió exclamar James antes de que un montón de agua fría le cayese encima - ¿pero que ... – empezó a decir girándose para encontrarse a Lily con la cara roja de rabia y con la varita en la mano.
- ¡Atrévete a llevarme al psicólogo que yo antes te encierro en un circo, patán! – chilló Lily haciendo otro movimiento de varita antes de girar sobre sus talones.
- James ¿estas bien? – preguntó Sirius saliendo de su escondite para encontrar a su mejor amigo cogido de atrás a los barrotes, y temblando sin saber si era por el agua fría o por el miedo a la Gryffindor.
PLOM
El sonido del metal chocando contra la cabeza de James resonó en los oídos de los tres presentes mas cercanos.
Lily dibujó una sonrisa invisible en sus labios mientras se dirigía a subir las escaleras del porche arrastrando su baúl. Sirius en cambio tenia una mueca de dolor indirecto en la cara y mantenía los ojos apretados imaginándose lo que le habría dolido el golpe a su mejor amigo. Y James ... bueno, a James no se le podía ver muy bien la cara a causa de tenerla cubierta por un cubo que hasta hacía bien poco había estado lleno de agua fría.
- ¿tu que crees? – contestó finalmente mientras sus palabras hacían eco contra el metal.
- Chicos ¿pensáis venir o no? – los llamó la voz del señor Potter desde la entrada del hall de la casa.
- No se moleste, señor Potter, cuando tengan hambre entraran – aseguró Lily soltando su baúl y abrazando a una mujer de 43 años, de cabello pelirrojo hasta un poco mas por debajo de los hombros, con ligeras ondulaciones y de ojos celestes. Delgada pero bajita. – Hola Mama.
- Hola cielo. – contestó su madre besándole la cabellera.
- Oye, mam¿estas segura de que quieres casarte con el señor Potter? – preguntó directamente Lily, a lo que su madre enarcó las cejas – es que ... digamos que los apellidos "Potter" y "Evans" no son muy compatibles ... – intentó convencerla poniendo carita angelical, consiguiendo solo que su madre riera.
- Entonces tengo suerte de ser solo Evans por haberme casado con tu padre ¿no? – dijo ella con un comentario mordaz típicos a los que Lily le solía enviar a James.
Lily se mordió el labio buscando algún otro pretexto que añadir pero unas exclamaciones arrebataron toda su atención igual que la de su madre. El señor Potter estaba regañando a James y Sirius por todo el espectáculo que habían montado y que además se hubiesen puesto a jugar con agua. Lily no escondió su sonrisa, ni cuando James al verla la fulminó con la mirada.
- al parecer tu y James os lleváis muy bien ... – aventuró con sarcasmo la que aun era la señora Evans
- no te imaginas cuanto Mam ... – dijo con expresión traviesa imaginándose mil y una invenciones con las que podría vengarse de Potter y Black.
- ¡Oh, ya Charlus, no los regañes más¡Son Jóvenes!
- Tienes razón, Margarett – repusó el señor Potter abrazando a su prometida por la cintura.
- ¿Papa, te importa si subo a cambiarme, por fa? – preguntó James poniendo su mejor carita de no haber roto nunca un plato.
Mientras Lily, que los observaba detrás de la pareja, ponía un dedo en la boca como si fuese a vomitar, pero enseguida tuvo que cambiar su expresión ya que Charlus y Margarett se giraron hacia ella.
- ¿supongo que querrás acomodar tus cosas verdad, Lily? – preguntó amablemente con una sonrisa.
- Me gustaría, si no fuese mucha molestia, señor Potter – dijo educadamente Lily, mientras que eran en ese momento James y Sirius quienes hacían muecas de asco.
- Charlus, por favor – aclaro el hombre – seremos familia si todo va bien, y no me gustan las formalidades en ese caso ...
Lily intentó sonreír, sintiéndose idiota por poner dibujar esa expresión totalmente falsa de alegría en su cara. Charlus chasqueo los dedos y un elfo domestico y una elfina, aparecieron en el hall haciendo una reverencia tan exagerada que sus narices casi rozaron el suelo, y el enseguida les mando subir los baúles a sus respectivas habitaciones, para luego dirigirse s los tres jóvenes en cuanto desaparecieron en una suave ¡PLOP!.
- bien, y ahora tengo que informaros de las habitaciones ... a ver, a partir de ahora James y Sirius compartiréis la habitación de James, y tu Lily dormirás en la que ocupaba el verano pasado Sirius. Lo siento chicos pero no quedaban mas habitaciones – se excusó Charlus ante las miradas inquisitivas de los dos chicos.
- Chicos, podéis acompañar a Lily a su habitación, por favor, Charlus y yo tenemos que aclarar algunas cosas.
- Claro Margarett – dijeron ambos a coro consiguiéndole arrancar una sonrisa a la futura señora Potter por la confianza que le habían cogido ambos chicos enseguida.
- Síguenos pelirroja - dijo Sirius consiguiendo que Lily reprimiera las ganas de coger el paragüero que había al lado de un pequeño espejo en la pared derecha entrando por la puerta, debajo de unos percheros para estampárselo en toda la cabeza.
La Gryffindor se limitó a resoplar y a seguir a ambos chicos subiendo las escaleras hasta llegar al primer piso.
- bien, esta es tu habitación – anunció James abriendo una puerta dejándole paso a la chica que lo miró desconfiada.
Lily entró en ella, y comprobó que su baúl ya estaba allí.
- esto, Evans, si necesitas algo estamos en la habitación de al lado – le informo James antes de que pudiera terminar de analizar la habitación.
- gracias Potter – contestó ariscamente Lily acercándose a la puerta con intenciones de encerrarse en el cuarto.
- Ah, y tranquila, no somos unos pervertidos, por lo que puedes venir en pijama sin problema – dijo Sirius con una sonrisa picara y tono sugerente que hicieron que a Lily se le subiesen todos los colores a la cara.
- Imbéciles! – les gritó antes de cerrarles la puerta en las narices y apoyarse en ella soltando un suspiro eterno, dejándose caer hasta el suelo.
Ese verano se le iba a hacer muy largo ...
... Continuará ...
N/A:
Valeeeee si lo acepto Esto es un ida de olla xD
Naaa que quería algo divertido y aquí estoy con otro ff en proceso Juju
Lily y James hermanastros y Sirius como hermanito adoptivo por ahí xD
Ay, Merlín la que se prepara
Uhh creo que hoy la locura me subió a un 100 xD
Bahh después de toda esta charla espero que hayan disfrutado de este primer chap y que me dejen alguna critica
Si veo que gusta la idea seguiré pero si no recibo críticas ... ¡NO SIGO!
Después de esta amenacita de nada Esta caníbal ups digo carnaval se despide xD
Besos mil de choco aunque si os gusta cierto merodeador de ojos plateados que sean de ese sabor xD), cuídense mucho y déjenme criticas please
.-. Componente de LeS MaLiGnEs .-.
.-. Administradora de MaRaUdErS's KlAn .-.
.-. Miembro de la Orden de Los Merodeadores .-.
.-. Ciber-gemela de Shadyblackgirl .-.
.-. Ciber-tia de Mariamsn .-.
