Disclaimer: Ninguno de estos personajes me pertenece, agradezcamos al Tío Rick por crearlos, y agradecer al gran escritor J. M. Barrie por crear a mi personaje infantil preferido.
ENTRE DEDALES Y BESOS OCULTOS
You, soft and only,
You, lost and lonely
You, just like heaven
The Cure – Just Like Heaven
Como cada tarde, desde que había ingresado a la universidad, Nico asistía a la biblioteca de su campus, se sentaba en el mismo lugar de siempre, guardaba silencio, sacaba su teléfono, se colocaba sus audífonos y dejaba que el mundo siguiese girando, mientras él se inmiscuía en aquel mundo que siempre lo fascinaba. No dejaba que absolutamente nada lo perturbara, y mucho menos dejaba que nadie se sentara a romper esa tranquilidad de la que pocas veces gozaba; por algunos días, esa tranquilidad se vio interrumpida solo por aquella ocasión en la que se sorprendió a sí mismo el estar mirando por varios minutos a un chico a unas cuantas mesas de la suya, y como no prestarle atención si aquel chico se encontraba totalmente concentrado en lo que hacía, con una expresión aplacible , su cabello rubio y ondulado, ligeramente alborotado, vestido con un inmaculado uniforme blanco; Nico Di Angelo pocas veces se percataba de las demás personas a su alrededor, salvo por este chico que sin duda le había resultado interesante. Días después, de que cada tarde siempre volvía a verlo en el mismo lugar de siempre, se sorprendió al no encontrarlo ahí, dado que se acercaban exámenes y más de media universidad se encontraba en la biblioteca, pero mayor fue su sorpresa al verlo entrar y dirigirse directamente a donde él estaba sentado.
—Hey, que tal— Saludo aquel chico rubio, imaginando que tal vez lo había descubierto viéndolo hacia unos días antes— Me preguntaba si te molestaría que me sentara en esta mesa, toda la biblioteca se encuentra abarrotada.
—Claro, no hay problema—Respondió el pelinegro sin inmutarse.
—¿Filosofía? —Cuestiono aquel chico, mientas se sentaba frente a él y miraba la lectura del chico.
—Literatura Inglesa— Respondió Nico tajantemente.
—O vaya, casi acierto… Yo estoy en la facultad de medicina— Comento el chico, pensando como continuar con la conversación.
—Creo que tu uniforme de medico no dejaba mucho a la duda.
—Soy Will Solace, por cierto.
—Nico Di Angelo— Respondió Nico, dignándose por fin a apartar su vista de su libro y mirar al chico que tenía en frente, dejándose sorprender ligeramente por la sonrisa contagiosa de él.
—¿Pasas mucho por aquí?
—Casi todas las tardes, mi carrera lo demanda.
—Entonces creo que nos veremos muy seguido— Comento Will, abriendo uno de sus tantos libros y concentrándose en su lectura, distrayéndose de vez en cuando para mirar al chico que tenía en frente.
…******…
—Creo que esto de encontrarnos todos los días parece muy acosador de tu parte— Interrumpió Will Solace, llegando como cada tarde, desde hacia unas semanas, a la biblioteca.
—Estas bromeando Solace, yo paso aquí cada tarde— Se defendió Nico, mirando al rubio.
—Entonces creo que el acosador soy yo—Bromeó el rubio, sentándose junto a Nico, esparciendo todos sus libros por el poco espacio que quedaba en la mesa— ¿Puedo estudiar contigo?
—Creo que ya te has instalado—Murmuro Nico, mirándolo de soslayo.
—Rayos, eres demasiado denso, deberías relajarte un poco.
—Apenas y me conoces, así que no deberías decirme que me relaje.
—Tienes mucha razón, Di Angelo, necesitamos conocernos mucho más— Sentenció Will, mirándolo directamente a los ojos, y percatándose de la peculiar vestimenta obscura de aquel chico de semblante pálido, sin duda, ese toque enigmático lo atraía a sobre manera.
—Entonces ¿Qué sugieres? — Continuo el chico, queriendo descubrir hasta donde terminaría aquel juego de ese chico que por primera vez en su vida, podía jurar que le parecía simpático.
—Se me ocurren muchas preguntas, por ejemplo, ¿Alguien en especial en tu vida? ¿Novia, novio, pareja…? ¿Lo que sea? —Pregunto Will, mirándolo divertidamente.
—No me gusta etiquetarme, solo no he encontrado a alguien en especial—Respondió quedamente, intentando no ruborizarse ante la pregunta tan directa de Will.
—Vaya, eres de los pocos que aún cree en el romanticismo.
—¿Y qué hay de ti?
—Tuve una relación un tanto complicada con un chico hace algunos meses, así que ahora esto tranquilamente soltero— Sentencio el rubio, sonriéndole ligeramente, logrando que algo en el interior de Nico saltara de felicidad, y millones de mariposas negras revolotearan en su estomago.
…******…
—¿Peter Pan? —Pregunto Will mientras llegaba a la cafetería donde hacía más de dos meses se reunía con Nico para almorzar, sentándose frente al chico y platicar sobre su día.
—Debo leerlo para una clase— Respondió Nico, apartando la vista de su lectura, solo para poder mirar al chico— Por cierto, te he pedido tu café con canela y uno esos pastelillos de trigo.
—Oh vaya, son mis favoritos, Gracias.
—Lo sé, siempre lo dices.
—Mi madre solía leerme ese libro cuando era pequeño, era fascinante cada vez que llegaba la parte de la pelea entre Peter y el Capitán Hook, como salvaban a Campanilla y la forma en que desgraciadamente, Wendy accede a seguir creciendo y deja a Peter—Explicó Will, omitiendo el comentario de Nico, tomando un sorbo de su café.
—¿Tienes algo en contra de crecer?
—Por supuesto que no, solo que no creo que la madurez sea sinónimo de edad.
—¿Acaso eres una especie de Peter Pan moderno? —Cuestiono Nico con ironía.
—¿ Y tú eres una especie de Wendy que no cree en las hadas? —Se defendió Will mirándolo de forma divertida.
—Eres todo un caso, Solace— Murmuró el pelinegro, sonriendo ligeramente ante los comentarios del rubio.
—Vaya, parece que alguien tiene su beso especial.
—¿Qué dices? —Se sorprendió el chico, mirándolo fijamente ante lo que el rubio le acababa de decir.
—Que la comisura de tus labios se curva de una forma muy simpática— Explico el chico, posando uno de sus dedos en el extremo de su labio izquierdo.
—Acaso estas bromeando— Se defendió Nico, alejándose lentamente del contacto del rubio, dado que su corazón se había desembocado totalmente.
—Por supuesto que no, Di Angelo, solo que llevo mucho tiempo observándote y nunca te he visto sonreír, salvo ahora, y me he percatado de esa pequeña curva que sin duda es un beso oculto.
—Vamos Will, deja de proyectarte en un tonto cuento.
—No es tonto, de hecho se trata de una obra maestra, mira que defender la candidez y diversión de la niñez y mezclar todo eso con enamorarse por primera vez mostrándolo con la inocencia del primer beso es sin duda una genialidad—Explicó el rubio de forma apasionada.
—¿Qué sigue? Ahora me darás un beso—Bromeó Nico, volviendo a reír.
—Por supuesto— Sonrió el chico, tomando desprevenido a Nico, quien no dudo en sonrojarse, mientras que Will rebuscaba algo entre sus bolsillos— Toma, te he conseguido un beso.
—¿De dónde has sacado este dedal? —Pregunto Nico, sorprendiéndose porque algo tan inusual como aquella pequeña pieza de metal se encontrara entre los bolsillos del chico.
—Te sorprendería lo que puede esconder una de estas batas— Contesto mientras apuntaba su uniforme.
Y tal como aquel cuento que llevaba leyendo desde hacía unos días, el chico había sacado aquel pequeño dedal metálico y se lo había puesto en su mano, dedicándole una de sus tantas arrebatadoras sonrisas que siempre mostraba sin importar su humor y Nico, sin importarle nada mas, le sonrió abiertamente, mostrándose inmensamente feliz.
Después de varios días, en los que no volvieron a mencionar el asunto del dedal, habían acordado ir a otro sitio que no involucrará la biblioteca ni la cafetería, dado que Will había objetado que quería conocerlo en otra etapa que no fuera estar rodeado de libros, para lo que el rubio había planeado una sutil salida y una caminata por Central Park, una cena en un barullo tranquilo, y para finalizar la perfección de aquello, Will lo había acompañado hasta su apartamento.
—No será un viaje con polvos de hada, pero creo que me ha gustado la velada— Murmuró Will, en un intento de alargar mucho mas aquella cita.
—Vaya, ¿aun continuas con aquello de Peter Pan? — Bromeó Nico, mirándolo detenidamente.
—Por supuesto, tú tienes mi dedal— Sentenció el rubio, mirando al colgante que tenía el chico en su cuello, logrando ruborizarlo ligeramente— Y bien ¿hay alguien especial merecedor de ese beso oculto?
—Aún lo estoy buscando, pero creo que esta cerca—Lanzó Nico, acercándose por primera vez a su rostro.
—¿Tengo alguna esperanza?
—¿Puedo besarte? —Soltó de improvisto, sintiendo como su indiferencia y timidez desaparecían.
—Eso no se pregunta, Di Angelo— Sonrió Will, tomándolo de las manos y acercándolo hacia sí.
Y como si fuese obra de magia, el rubio acorto la distancia, posando suavemente sus labios con los de Nico, sorprendiéndose ante el ligero choque eléctrico que ambos percibieron, y sintiéndose más libre, no dudo en posar sus manos en el rostro pálido del chico, mientras que él lo rodeaba por el cuello, profundizándole el beso que a pesar que los dejaba sin respiración, no se alejaban uno del otro; y después de un par de minutos que les parecieron horas, decidieron separarse, solo para dirigirse una mirada cálida y una sonrisa cómplice.
—Creí que te merecías un dedal— Sonrió libremente el pelinegro, tomando la mano del rubio.
—Sin duda, el mejor dedal que me han dado—Bromeó el rubio, regresando a los labios del chico.
…******…
