Hola! Este fic originalmente es NaruHina, yo le pedí permiso a su escritora, Jan di-chan (muchas gracias!), para adaptarla con los personajes de Harry Potter, su pareja principal es Hanny. Al fic tuve que cambiar palabras y expresiones, ya que algunas palabras eran japonesas, y también las personalidades de los personajes de Harry Potter, lo siento a los Potterheard, pero sino no se acoplaba a la historia original.

Para aquellos amantes del NaruHina, le dejare el link de la historia original:

s/7405461/1/Enamorada-de-mi-profesor

Espero que les guste!


Las 06:30 de la mañana, el despertador sonaba sobre una de las mesitas y una chica estiró el brazo para dar con él y apagarlo, volviendo rápidamente a meter el brazo bajo el calentito cobertor y taparse toda hasta la cabeza.

No pasaría nada por dormir un poco más.

-¡Hermanita!-gritó una chico que entraba a la habitación de su hermana-Hermanita, ¡hora de levantarse!-y de sopetón se sentó en la cama, haciendo que esta se moviera.

La que dormía se volteó y se sentó en la cama, mirando a su hermano medio dormida mientras este sonreía.

-Estás horrible-dijo divertido viendo el cabello levantado y revuelto de su hermana mayor. Porque si, quien venía a despertar a su hermana mayor era él, el hermano menor, Weasley Charly. Un chico de 12 años, de ojos azules, de corto cabello pelirrojo, piel clara, hermoso, con buen cuerpo…en fin, todo un modelo para la edad que tenía. Pero con un carácter que muchas veces asustaba. Podía ser dulce e incluso a veces cariñoso, solo a veces, porque casi toda la cuarta parte del día era frío y de pocas palabras. Aun siendo así, era muy popular y en su escuela era llamado el "príncipe".

En cambio, la hermana mayor o por el caso, la que debía de parecer mayor, Weasly Ginny era todo lo contrario a él. Tímida, también de pocas palabras, pero lo suyo era debido a su timidez, callada, tranquila, con poca tendencia a enfadarse, aunque muchos, entre los que están sus amigos y su familia, decían que si lo hacía, un terrible monstruito se apoderaba de ella transformándola completamente en una persona diferente. Poco sociable, ya que tan solo contaba con tres amigos en toda su clase; si, los demás podrían decirse que eran amigos, pero no tanto como lo eran Neville, Michael y Hermione, aquellas tres personas que siempre la apoyaban y que en ningún momento dejan de lado.

Inocente, dócil…en fin, una buena niña. Pero no todo podían ser defectos, o por lo menos eso le decía su hermano. Según él, Ginny era muy bonita. Con solo 16 años, lucía un hermoso largo cabello pelirrojo que le llegaba casi por las pantorrillas, piel blanca de ojos marrones, buen cuerpo, con sus curvas, con todo en su lugar, excepto su altura. La altura era lo único que le había fallado, aunque no estaba mal de todo, eso según Charly. Porque podía medir su metro cincuenta y cuatro, pero eso la hacía verse mucho más mona ante todos.

-¿Hermanita?-le llamó al ver que se le había quedado mirando. Charly movió la cabeza y le sonrió.

-Levanta, o no volverás a estar lista para cuando lleguen tus amigos-dijo alzándose de la cama.

-Sí-respondió ella bostezando mientras su hermano salía. Ella se levantó de la cama y caminó hacía la ventana, donde corrió la cortina- Frío –masculló abrazándose y mirando de mala manera afuera, viendo como los árboles de su jardín estaban pelados, con todas las hojas en el suelo de color marrón y el viento mover sus ramas. El otoño había llegado.

-¡Ginny! ¡el desayuno!-exclamó su madre desde el piso de abajo.

-¡Voy!-y dicho eso salió de la habitación.

-Buenos días dormilona-dijo Molly con una sonrisa al ver a su hija bajar las escaleras.

-Buenos días-respondió ella frotándose los ojos- voy al baño –

-No tardes o la sopa se enfriará.- y tras otro suave sí, Molly entró a la gran cocina en la que ya desayunaban Charly y Arthur. Ella se sentó al lado de su hijo y empezó a comer. Al rato entró Ginny y se sentó al lado de su padre.

-Buenos días-murmuró todavía medio dormida.

-Ginevra no seas maleducada-reprimió Arthur viendo a su hija tan adormilada-sé más respetuosa y saluda correctamente-

-Si papá-respondió empezando su comida mientras Arthur rodaba los ojos.

El desayuno pasó tranquilo y ameno; y una vez terminado, Ginny subió a cambiarse. Abajo su padre se despedía de su madre y de Charly.

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-Odioso-murmuró Ginny viéndose con el uniforme escolar en el gran espejo que tenía en una esquina de su habitación. Consistía en una falda corta azulada tableada, una chaqueta azul con el símbolo del instituto Hogwarts en un bolsillo en el pecho, una camisa blanca de botones con el lazo escarlata, unas medias por encima de las rodillas y los zapatos marrones, que se ponía al salir. Suspiró, pensando que no le quedaba más de otra que ponérselo. Se sentó en su tocador y agarró el cepillo, donde comenzó a peinarse, sonriendo. Lo único que le agradaba de verdad de todo ella, era su largo cabello, que había heredado de su madre y el cual había dejado crecer.

-¡Ginny, tus amigos están aquí!-

-¡Ahora bajo!-exclamó dejando el peine sobre el tocador y alzándose. Dando una vuelta sobre si, sonriendo. Le encantaba estar con sus amigos.

Agarró su mochila y cerrando la puerta, bajó corriendo. Se puso su chaqueta, sus zapatos y abrió la puerta.

-¡Me voy!-exclamó.

-¡Espera Ginny!-exclamó Molly yendo corriendo hacia ella-tú almuerzo-

-Cierto-y ella lo agarró y lo guardó en su mochila-gracias mamá-le sonrió-¡nos vemos!-

-¡Ten cuidado!-exclamó despidiéndose con una sonrisa-¡te quiero mucho!-

-¡Y yo!-gritó ella corriendo hacia sus amigos.-¡Buenos días!-Saludó a sus amigos, saliendo de su jardín.

-¡GINNY!-exclamó su amiga tirándosele encima-¡Kawaii!-

-Herms, buenos días-la saludó con una gota tras la nuca, pero sonriendo. Y es que cada día, des que eran amigas, Hermione nunca dejó esa costumbre de abrazarla por las mañanas, y a todas horas. Pero a ella no le importaba. Le encantaba que sus amigos la abrazaran, aunque no delante de mucha gente, odiaba llamar la atención. Pero con Hermione, queriendo o no, siempre terminaba llamando la atención. Y no solo por sus abrazos, si por ella misma. Hermione era medio extranjera, ya que su madre al ser de aquí, se casó con un francés. Tenía el cabello largo y esponjoso por media espalda de color marrón, con unos grandes ojos marrones. Era una chica alta, peleona y dispuesta a todo, valiente, atrevida, pasota…todo lo que a Ginny le gustaría ser.

La conoció en el instituto, cuando todavía iban a primero, ahora, en bachiller las dos se llevaban casi como hermanas.

-Deja de sobarla, rarita-dijo Michael agarrando a Hermione por la mochila y separándola de Hinata. Hermione le miró mal mientras Ginny sonreía. No era que sus dos amigos se llevaran mal, es solo que discutían por…por cualquier cosa.

-Buenos días-saludó Neville a su lado.

Hinata miró a los dos, sonriendo. Y es que sus dos amigos se había vuelto muy guapos, tanto que incluso eran reconocidos y los más solicitados en todo el instituto. Luego miró a los tres, a las tres bellezas que tenía delante y suspiró.

¿Que hacía ella entre tanta perfección y atractivo?

-¿Estás bien, Gin?-preguntó Hermione pasando un brazo por el suyo. Ella asintió, sonriendo.

-¿Vamos?-y ellos asintieron.

Mejor era no hacerse esas preguntas.

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Cuando llegaron a su clase, casi todos sus compañeros ya estaban ahí, charlando animadamente.

Y como siempre, las clases fueron pasando; matemáticas, geografía, historia de Inglaterra, física…hasta que llegó la hora de descanso.

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-Mouuu-sollozó Ginny dejando caer su cabeza en la mesa.

-Ginny, ¿que pasa?-preguntó Michael mientras comía su almuerzo-¿no trajiste tu comida?-

Ella les miró, con lagrimitas en los ojos.

-Me dejé la ropa de gimnasia.-y volvió a enterrar la cabeza en la mesa-

-Mmm...Creo que en la shala de piofeshores prehtaban uniformesh-dijo con la boca llena, Hermione.

-Come y después habla-le dijo Neville tranquilamente.

-¿Crees que podrían dejarme uno?-preguntó Ginny mirándola.

-Prueba a ver-le dijo Michael y ella suspiró.

-Está bien, iré a ver.-dijo alzándose de la silla.

-¿Quieres que te acompañe?-preguntó Hermione.

-¡Vuelvo enseguida!-exclamó desde la puerta a lo que Hermione solo se alzó de hombros.

-¡Quieres dejar de comerte el almuerzo de Hinata!-exclamó Michael quitándoselo de las manos.

-Claro, para comértelo tú ¿no?-contraatacó ella provocando que Michael frunciera el ceño y que los dos de nuevo empezaran una pelea. Neville siguió comiendo tranquilamente.

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-¿Hola?-saludó Hinata entrando en la sala de profesores. Buscó pero parecía que no había nadie ahí, así que entró, estirando el cuello para ver si había alguien más dentro.

Aquí no hay nadie. Será mejor que salga.Y miró alrededor, viendo lo oscura y negativa que era aquella sala.

-¿Qué haces aquí?-preguntaron tras ella, provocando que saltara del susto y se volteara rápidamente, chocando contra una de la mesas. El profesor la observó, extrañado mientras ella mantenía la mano sobre su pecho, sintiendo sus corazón latir acelerado -Estás bien?-

Ella frunció el ceño, con el susto que le había metido…

-Como quiere que…-pero su voz se apagó al mirar a la persona que le había ocasionado tal susto y sus mejillas se sonrojaron. Ese chico…era el chico más atractivo que había visto en toda su vida, aparte de Michael y Neville, que a ellos los quería como su familia, pero ese chico, de cabello negro azabache, de ojos verdes y lentes, piel pálida, vestido con una sudadera con gorra y unos pantalones de chándal, alto, imponente, sexy, maduro…o todo eso veía Ginny; ese chico, era realmente…

-¿Te encuentras bien? ¿Necesitas que llame a un médico?-preguntó cuando vio que su rostro había enrojecido. Ginny negó, quitándose esos pensamientos.

-P-perdón yo solo b-buscaba u-un uniforme de gimnasia-dijo cabizbaja juntando sus dedos- m-me olvidé el mío…y…-

-¿Uniformes de gimnasia?-se preguntó él mismo, pensativo-donde fue que me dijo que estaban… !ah sí!-y corrió a una mesa, donde sacó una caja y empezó a buscar-aquí tiene que haber… ¡aquí!-y se acercó a ella-toma-

-Gracias-y agarró el uniforme

-Quizá te quede…algo grande-dijo sonriendo-pero es lo único que he podido encontrar para ti en esa caja-

-G-gracias igualmente-hizo una reverencia y salió del despacho, abochornada y sintiendo su corazón muy acelerado.

-¡Espera!-exclamó este siguiéndola. Hinata se detuvo y se volteó lentamente, echa un manojo de nervios-¿Tienes clase de gimnasia después del descanso?-

Ella asintió, apretando el uniforme contra su pecho

-¿Podrías enseñarme cómo se va?-y ella le miró mientras él se rascaba la nuca-es que esto es tan grande que…-

Y volviendo a estar roja como un pimiento, asintió, adelantándose a él.

No te pongas nerviosa, solo te ha pedido que le acompañes, no es nada del otro mundo. Pensó, sintiéndose más nerviosa al sentir sus pasos tras ella. Salieron al patio y caminaron durante un par de minutos hasta otro gran edificio. Ella se detuvo en la puerta.

-Aquí es-dijo

-Vaaya, pues no estaba tan lejos-respondió él riendo; luego miró a la chica y le sonrió-gracias por acompañarme-y entró en el gimnasio-no llegues tarde.-y cerró la puerta mientras Hinata miraba la puerta asombrada.

¿Acompañarme? ¿Acaso él ya sabía dónde estaba? Y… ¿a donde no debía llegar tarde? Todavía era la hora de descanso ¿no? y entonces sus ojos se abrieron como platos. ¡Mi almuerzo! Pensó recordando que se lo había dejado sobre la mesa y que posiblemente Michael y Hermione se estén discutiendo por él. Salió corriendo a por su comida.

Más cuando llegó ya era demasiado tarde, no quedaba ni una gota de comida en él.

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A la hora de educación física…

-Jajajajaja-reía Michael observando a su amiga al verla con aquel gran uniforme-es genial!-

-Kawaii!-exclamó Hermione abrazándola de nuevo-Michael deja de reírte!-le gritó, molesta-no te preocupes Ginny, estás muy mona-

Y ella infló sus mofletes. Si a que la sudadera que le quedaran tres tallas más grandes en las que sus manos se escondían y que esta le llegara casi a las rodillas y que el pantalón le quedara casi como un pirata era estar mona…

-No puedo entrenar así-masculló ella, remangándose.

-Ginny, ¿quien te lo ha dado?-preguntó Neville evitando reír.

-Un chico que estaba dentro de la sala de profesores-se remangó la otra-dijo que buscó de mi talla…será falso. Seguro que cuando vio que era pequeña quiso reírse de mí, por eso me dio esto-

-Así que falso-dijo una voz tras ella que la tensó y provocó que girara la cabeza lentamente, abriendo luego sus ojos como platos y sonrojándose al completo. Se volteó, sorprendida, viendo de nuevo aquel chico pelinegro de ojos verdes.

-N-no...lo que yo…-

-Empecemos la clase-y pasó por su lado dirigiéndose al escenario-Chicos, prestadme atención.-gritó mientras todos se volteaban a verle. Él sonrió-bien, gracias. Ante todo, os estaréis preguntando,¿ y este quién es? Pues yo soy el que os dará clases de educación física mientras vuestro tutor su recupera de un accidente-y todos se pusieron a murmurar-silencio…-pidió mientras todos volvían a mirarle-Mi nombre es Harry Potter y me encantara…empezar con vosotros-dijo mirando a Hinata que le miraba sorprendida.

-¿P-profesor?-se repitió Ginny sintiendo todos los colores subirse a la cara.

-¿No es demasiado joven?-preguntó Michael a su lado.

-¿Cuantos años crees que tiene Remus? ¿60?-respondió irónica Hermione-él deberá ser así como…su aprendiz o algo-dijo mirando al profesor que leía la lista - es bastante atractivo.-

-es él…-murmuró Ginny, pálida-es él…-

-Ginny, que dices?-preguntó Michael acercando su oído.

-Ginny Wealey -llamó el "profesor" haciendo que se tensara-¿Está aquí Ginny Weasley?-

Y Ginny alzó lentamente la mano, cabizbaja mientras este sonreía.

-Un placer conocerla, señorita Weasley- y ella se encogió más de hombros pidiendo que la tierra se la tragara. ¿Cómo había podido pensar que era un alumno de la escuela? ¿Cómo había podido caer en semejante error?

Y cuando las clases empezaron, Ginny intento alejarse lo más posible de él, dando lo mejor para que él evitara mencionarla. Y es que había que reconocerle, era una patosa y la clase gimnasia y ni un deporte se le habían dado bien.

Corrieron, tropezándose varias veces, hicieron un poco de calentamiento y luego jugaron, tanto chicos como chicas al futbol, excepto Ginny que sentada en un banquillo y con las rodillas peladas por las caídas, observaba molesta a sus amigos, viendo cómo se divertían.

-No es justo.-masculló agarrando sus piernas y apoyando la cabeza en ella. ¿Por qué tenía que ser tan torpe?

-Señorita Weasley-y ella se tensó de nuevo, moviendo la mirada hacia donde estaba su profesor-En vez de estar quejándose tanto, debería ayudar a sus amigos.-dijo sonriendo mientras ella volvía mirar a un lado con el ceño fruncido.

-Si ha sido usted el que me ha echado del campo-murmuró. Harry sonrió al escucharla.

-Si tanto le molesta estar aquí quieta, porque no pasa a recoger el material que hemos utilizado, de esa forma se sentirá menos…torpe.-

Y ella le miró, sorprendida. ¿Le acababa de llamar torpe? ¿Él?

Una cosa era que se lo dijera ella y otra un profesor que ni siquiera la conocía se lo dijera.

-Así que si empieza a moverse será mucho mejor para todos-y le indicó que entrara al gimnasio. Ginny se alzó del banquillo y pasó por su lado sin dirigirle ni siquiera la mirada.

-El profesor Lupin es mucho más amable…-masculló mientras Harry sonreía-ojala vuelva pronto…-

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Al final de clases…

Ginny seguía a sus amigos por los pasillos de la escuela todavía con el ceño fruncido.

-Ginny, ¿qué te parece si vamos a la cafetería?-preguntó Hermione, pero al ver que ella seguía el camino sin mirarla, se extrañó-¿Ginny?-

-Déjame a mí-dijo Michael poniéndose delante de Ginny con una sonrisa-Ginny -la llamó agarrándola por las mejillas y tirando de ellas.

-Michael …-

-Lo ves, ha reaccionado-dijo Michael feliz tirando todavía de sus mejillas.

-¡Suéltala! Vas a dañar su hermosa cara.-exclamó Hermione.

-La señorita Granger tiene razón, Corner- Neville y Hermione se voltearon y Miechael alzó la cabeza-suéltela-

-Profesor Harry -murmuró sorprendida Hermione mientras Michael soltaba las mejillas de Ginny.

-Lo siento.-se disculpó Michael sonriendo mientras Ginny se frotaba las mejillas.

-Que no vuelva a ocurrir-dijo sonriendo, pasando por el lado de Ginny, que le sacó la lengua cuando él se marchó, dejando a sus amigos sorprendidos.

-Ginny, ¿estás bien?-preguntó Neville, poniendo una mano en su frente-parece que no está enferma.-

-Quizá esté loca-respondió Michael.

-¡No me pasa nada!-exclamó ella cruzándose de brazos-es…que ese profesor no me cae bien.-

-¡A ti!-exclamó Hermione -¡A la mejor estudiante de toda la clase!-y ella se sonrojó-¡A la que los profesores adoran!-

-No soy la mejor…-murmuró- Además, siempre suspendo educación física.-

-No, recuerda que Remus siempre te aprueba por los pelos-añadió Michael mientras volvían a caminar.

-Ya, pero es raro que Ginny le saque la lengua a un profesor. Por eso lo digo.-y siguieron comentando mientras Ginny se sonrojaba aún más. ¿Qué culpa tenía ella de ser torpe? Ni que lo hiciera a propósito…y miró a un lado, inflando sus mofletes, deseando poder estar en aquella cafetería que servían comidas tan buenas.

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Al día siguiente, martes…

Ginny abrió los ojos y se sentó en la cama, medio dormida mirando por su habitación. Y entonces sonrió, volviendo a tumbarse.

Así que todo fue un sueño. Pensó arrebujándose en la cama. Ese profesor nuevo nunca vino. Fue solo una pesadilla.

Y alzándose, desayunó con su familia, se cambió, viéndose incluso algo más diferente, se agarró el cabello en una coleta alta y salió al encuentro con sus amigos, feliz, correspondiendo al abrazo de Hermione. Más cuando llegó a su clase, toda rastro de felicidad, de ilusiones, de sonrisas…todo murió cuando lo vio ahí, en la clase, hablando con otro profesor. Con aquel traje de camisa blanca, corbata aflojada y mangas subidas, con pantalones y chaqueta azul marino.

Las chicas de clase le miraban anonadas mientras Ginny pasaba a mirar a Hermione.

-Pero… ¿no era una pesadilla?-le preguntó a Hermione, confundida

-Ginny que…-pero la pelirroja entró en clase, cabizbaja, con un aura negra y pesada sobre ella.

A sus amigos les resbaló la gota.

-Pero ¿Qué le pasa?-preguntó Michael extrañado.

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Es increíble. Increíble. Y yo que pensé que todo lo que pasó ayer era una pesadilla. Pensó frustrada Ginny mirando su libro de historia inglesa, que por cierto, impartía también por Harry ya que el profesor había tenido que irse unos días por problemas familiares. Le miró, mientras él leía y explicaba a los alumnos con perfecta tranquilidad y entendimiento. Frunció más el ceño, empezando a molestarse. Y es que, verle a él, a ese profesor que parecía perfecto, le ponía nerviosa, le enfadaba, le caía mal. Y eso que solo lo conocía desde ayer.

Pero me mintió, bueno, él no me dijo que era un profesor. Y ¿por qué se hizo el amable conmigo? Seguro que solo quería reírse de mí un poco más. Ya que me dio el uniforma más feo, ¿por qué no aprovechar que podía seguir divirtiéndose con ella? Pues que ni se lo crea. Soy una alumna, así que debe respetarme. Además de ser una Weasley, por supuesto. Pero eso no es realmente importante, lo que importa es que me respete, da igual que sea un poco más joven que el profesor Lupin, me debe respeto y…

-Señorita Weasley-cuando ella alzó la cabeza, tenía al profesor a un lado de su mesa y toda la clase mirándola. En un momento se sonrojó-¿Podría repetirme lo que acabo de decir?-y sonrió de nuevo.

-N-no lo sé…-respondió ella, bajando la cabeza.

-Me lo temía-respondió él mientras Ginny alzaba la cabeza y le miraba molesta- sigamos con la clase-

¿Cómo que se lo temía? Si había estado atenta todo el rato, más o menos.

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Al final de la clase, mientras todos recogían, Hinata fue llamada por el nuevo profesor. Y dejando sus cosas, se acercó a la mesa, con muy pocas ganas.

-Está castigada-

-¿¡Que!?-

-Al final de clases venga a buscarme a la sala de profesores. Ahora, no llegue tarde a su siguiente clase- agarró sus cosas y salió de clase

-Pero...pero…-pero se quedó con la palabra en la boca. Castigada ¿ella?

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A la hora del descanso…

-Castigada,¿ tú?-exclamó Hermione sorprendida mientras Ginny asentía, sonrojada-increíble…-

-¡Tu primer castigo Ginny!-le palmeó la espalda Michael-Felicidades-

-Eso no se felicita Michael - advirtió Neville, mirando de nuevo a Ginny- ¿Ha sido por lo de antes?- y Hinata volvió a asentir, mientras se metía su comida en la boca e intentaba no llorar.

-No es justo…-dijo con la boca llena.

-Ginny -se acercó un chico de cabello marrón oscuro, alto y de ojos negros. Ginny al verle, se atragantó y tuvo que beber de su botella.

-Respira Ginny-decía Hermione palmeando su espalda sonriendo-Buenos días Dean-

-Buenos días.-saludó con una sonrisa que deslumbro tanto a ella como a Ginny, que se sonrojó-¿Vamos?-

Y ella asintió, mirándole fijamente mientras Dean sonreía. Cuando ellos salieron, Michael miraba con el ceño fruncido.

-De verdad, no entiendo que le ve Ginny a Dean-dijo terminándose su comida-es un chico, como cualquier otro.-

-Pero este es guapo, caballeroso, atento, inteligente y sobre todo… sabe tocar el piano. ¿Qué más puedes pedir?-y suspiró mientras Michael y Neville rodaban sus ojos.-qué suerte tiene Ginny.-

-Ya ha vuelto a caer otra en su encanto.-masculló Michael.

-Es normal, Dean es atractivo-dijo Neville, llevándose una mala mirada de su amigo.

-¿No me digas que a ti también te gusta?-y Neville volvió a rodar los ojos.

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-¿Así que castigada?-preguntó Dean a Ginny mientras iban a la clase de música. Hinata asintió, sonrojada-Parece que el profesor Harry no te cae bien.-

Y ella se detuvo, sorprendida

-Como lo…-y movió la cabeza-no, no, claro que…que me cae bien, es solo…-

-A mí no puedes engañarme-dijo acercándose a ella e inclinándose sobre su rostro- puedo leerlo todo en tú cara.- y ella sonrojó, sintiendo su corazón latir de prisa.

-Dean …-y mientras este se acercaba más, Ginny poco a poco fue cerrando sus ojos hasta que sintió un golpecito en la cabeza y miró hacia arriba.

-¿Creen que están en su casa?-dijo Harry alzando una ceja- nada de besos en la escuela.-

¡Besos! Y Ginny se sonrojó al completo.

-Profesor Harry, no se preocupe…-y agarró la mano de Ginny mientras sonreía de lado-la próxima vez, intentaremos que no sea delante suyo.-y tiró de ella suavemente, siguiendo su camino hacia el aula.

Harry le siguió con la vista hasta que desaparecieron escaleras arriba.

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En el aula de música…

-¿Y bien? ¿Qué te pareció?-le preguntó guiñándole el ojo mientras se alejaba hacia el piano-lo dejé planchado a que sí-se rió él- ahora podrás cumplir tu castigo sin remordimientos.-

Pero Hinata estaba perdida en esa escena. ¿Besos? ¿El profesor Harry hacía dicho besos? ¿Ella? ¿Con Dean?

-Profesor Harry, no se preocupe...la próxima vez, intentaremos que no sea delante suyo.-

Él…¿había dicho eso? ¿Lo había dicho? ¿Seguro?

-¿Ginny?-se acercó a ella

Entonces…eso solo podía significar una cosa… ¿no? que él… ¿la volvería a besar?

-Ginny -y cuando la cabeza, su rostro se sonrojó al completo al toparse tan cerca del de Dean-¿estás bien? Tienes la cara roja-

Y ella asintió fervientemente.

-E-estoy bien.-respondió nerviosa mientras él sonreía.

-¿Empezamos?-y ella asintió acercándose al piano con él-vamos, siéntate- y ella así lo hizo- bien, empieza con esta pieza.-

Y Ginny, relajándose, puso los dedos sobre el piano y tocó. Por cierto, este era otro de sus atributos, y es que Ginny tocaba muy bien el piano. Dean, su profesor, a pesar de ir a la misma clase, le daba clases en descansos y algunas veces por descansos. Porque él, aparte de ser atractivo y bueno con ella, poseía mucho dinero, al igual que sus padres, y también sabía tocar el piano.

Y Ginny, desde el primer momento en que le conoció supo, que se había enamorado de él.

¡CONTINUARÁ!