AMOR ENTRE LAS TINIEBLAS
PRÓLOGO :
Ahí me encontraba yo. Caminando a paso lento,casi arrastrándome, mientras dos hombres me sujetaban fuertemente ambas manos, ¿Acaso se pensaban que me quedaba la suficiente energía como para huir? Los demás, simplemente miraban. A fin y al cabo, era lo único que podían hacer.
Alcé un poco la cabeza, quería ver, quizás por última vez, a las personas que poco a poco se convirtieron en todo para mi y a los traidores que me delataron ante "el Consejo".
Todos estaban allí, pendientes del castigo que se me impusiese pero yo ya lo sabia; me esperaba la muerte.
Ese era el único castigo que había para mi "desliz". ¿ Acaso enamorarse era tan malo como para llegar a este extremo? Los de mi especie no veían mi situación como amor si no como una debilidad vistas las circunstancias.
Sin embargo, no tenia miedo. En todo este tiempo no me había arrepentido de aquello y no iba a empezar ahora. Sólo pensaba en verle una vez más. Su cara, esa que consiguió derretir poco a poco mi duro corazón de hielo. Esos ojos que atravesaron la pared de mis ojos viendo más allá de lo que yo aparentaba mostrar.
¿Estaría bien? Me preguntaba todo el rato desde que nos apresaron a ambos.
Mientras pensaba noté como mis alumnos lloraban por mi. Con mis últimas fuerzas, les sonreí. Me dolía tanto verles así de deprimidos. Es curioso las vueltas que te hace dar la vida. Yo hace tiempo no era de esta manera. No me hubiese preocupado en absoluto sus sentimientos, hasta los consideraría inferiores a mi, al fin y al cabo, eso es lo que me habían enseñado.
_ "Los humanos son razas inferiores Mátalos si es lo que deseas"
Básicamente crecí con ese pensamiento, pero todo cambió cuando les conocí más profundamente. Sobretodo a él.
De repente, aquellos hombres me soltaron, ya había llegado al lugar donde elegirían la forma en la que darían fin a mi vida.
Aquello, para que me entendáis era una especie de como lo llaman los humanos, un juicio. Pero tenia una diferencia, no habían abogados. Aquí solo la persona acusada intentaba convencer a "el consejo" de su inocencia. Éste, estaba formado por tres personas. Cubrían su cuerpo con una túnica negra impidiendo así verles las caras. Para mi, este tipo de juicios no tenia sentido ya que la inmensa mayoría no conseguía sobrevivir y además, mi "delito" era imperdonable.
Escuche a lo lejos como las puertas se abrían. Ya sabia quien era sin haber echo falta que le viese. Me sentía culpable. Yo iba a caer pero no quería arrastrarle a él conmigo. Dirigí mis ojos color carmesí hasta los suyos. Se le veía abatido. Creo que ambos ya dábamos por seguro la derrota así que ¿para que luchar?
Le trajeron hasta mi lado. Eso me reconfortó. Pondrían fin a nuestras vidas pero no a lo que sentíamos el uno hacia el otro. Moriríamos juntos. Una tenue sonrisa apareció en mi rostro. Estaríamos así para la eternidad y eso nadie lo podía cambiar.
_ Yuhi Kurenai , se le acusa de haber sentido amor hacia un sucio humano. ¿Cómo se considera ? _ Le preguntó la persona del jurado que se sentaba en el centro de los otros.
_ Felizmente culpable _ contesté yo.
Aunque la capa cubría sus caras, noté su expresión ante mi respuesta. Estaban acostumbrados a oír una y otra vez ruegos de súplica, exclamando una y otra vez su inocencia. Pero ese no era mi estilo. Prefería decir las cosas a la cara y esa era la verdad.
_ Bien, pues díganos, ¿ Como empezó todo?
¿Que como empezó? Mi cabeza empezó a recordar todo desde el principio sin muchas ganas que digamos y la falta de fuerzas tampoco me ayudaba precisamente.
_ Muy bien. Aquí va mi historia... _
