Esta es mi primer fanfic, así que les pido piedad. Pero espero que lo disfruten y que si tienen alguna sugerencia me la hagan saber, solo quiero mejorar y brindar las mejores historias.
Cabe resaltar que ningun personaje de este ONE-SHOOT me pertenece. Rachel, Quinn y sus lacayas incondicionales le pertenecen a Fox y a Ryan Murphy.
Sin mas que decir. ENJOY
La primera vez que ''hable'' con Quinn Fabray, fue una experiencia única, hablo enserio, no exagero.
Su limpio uniforme de porrista ceñido a sus perfectas curvas, sus largas piernas tonificadas, su cola de caballo despejando su rostro, también perfecto, con sus labios rojos, apetecibles y entre abiertos; con su nariz pequeña y tierna, con sus mejillas ligeramente sonrosadas y sus ojos.
Sus ojos, podría escribir un libro entero hablando de ellos, pero sé que no sería muy fácil de leer, deberías verlos para creer. Son una de esas cosas que necesitan una prueba, que necesitan experiencia para poder caer de rodillas ante ellos.
Porque sé que si digo que, sus ojos color avellana era lo único que necesitaba para quedar hipnotizada, para olvidarme de mi vida y de mi nombre, para caer de rodillas suplicando porque esos perfectas orbes se fijaran en mí; definitivamente no me creerías.
Y allí estaba yo, al lado de mi casillero viendo como la futura capitana de las Cheerios de Mackinley High, caminaba por el pasillo, con sus dos manos descansando en su cadera, su mentón alto, su actitud de superioridad y sus dos inseparables lacayas a cada lado, pero un poco más atrás.
Sus ojos, no voy a describirlos de nuevo porque sé que sería una pérdida de tiempo, de nuevo cosas que hay que ver para creer.
Sus ojos se detuvieron en mí a medida que pasaba, no fue por mucho tiempo, fueron un par de segundos o milésimas de segundo, pero sentí que en ese momento era completamente feliz.
- Hazlo Quinn -
Hasta que Santana, una de sus lacayas, dijo eso no me había percatado de que las tres porristas se habían detenido al frente de mí, y tampoco me había percatado del Slushie gigante que tenía su líder en la mano.
- No veo el punto de esto - Dijo Quinn, mirando parcialmente al vaso de Slushie y luego a mí.
-Sal corriendo Berry, te tirara esa asquerosa bebida a tu cara recién humectada- Me decía a mí misma en mi cabeza, pero mis piernas no se movían, no es que no quisiera moverme de allí para evitar la catástrofe que se aproximaba, era simplemente, que no podía, mis piernas no me respondían
- Fabray, esas son las reglas. Si quieres estar en lo más alto de la pirámide en esta escuela de mierda, debes imponerte, debes darles a entender a todos estos perdedores - Dijo Santana mirándome despectivamente por algunos segundos, o tal vez, de nuevo, milésimas de segundo- quien es quien manda. Y si quieres ser la capitana de las Cheerios, tienes que cumplir con este requisito.
Santana López, en mi vida había cruzado palabras con esa chica que se denominaba a si misma ''La perra del Mackinley'', ahora me daba cuenta del porqué.
- Yo tampoco le veo el punto, pero de verdad quiero ver si el color del Slushie la hace ver como pitufo.
Esto último lo dijo Brittany, que se había mantenido al margen hasta ahora. Tampoco había mantenido mucho contacto con ella, en los pasillos se decía que tenía algún problema psicológico, puesto que siempre se comportaba de una manera inmadura y caricaturesca. A mi simplemente me parecía que era una soñadora, de esas personas que pueden pensar en lo que sea y... esperen dijo pitufo?
Miré el contenido del vaso y efectivamente era un Slushie color azul, esto no podría estar pasándome, no con mi blusa blanca de Barbra Streisand.
- Es solo un paso más Q, dentro de poco estarás en la cima de la pirámide, con la escuela en la palma de tu mano y saliendo con el soso Quarterback del equipo de fútbol... todo lo que siempre soñaste. - Agrego Santana, tratando de convencerla, pues era palpable su inseguridad.
Quinn se acercó más a mí, mirándome a los ojos como si pudiera ver mi alma, o al menos así me sentí.
-Por favor...- Dije, y después de que salió de mi boca me arrepentí.
Había sonado como una súplica, no tenía por qué rogarle a Quinn Fabray ni a ninguna de sus porristas, yo era Rachel Berry, futura estrella de Broadway, futura heredera de Barbra Streisand, futura...
- De verdad lo siento Rachel -
No sé qué me impacto más, el hecho de que la futura capitana de las Cheerios supiera mi nombre y lo haya dicho con tanta calidez, con su mirada de lastima; o el frio del Slushie azul golpeando en mi cara sin piedad.
¿No has sentido ese momento en el que estas bajo la regadera dispuesto a darte un baño, y cuando la abres el agua sale totalmente fría golpeándote en la espalda?, bueno pues más o menos así se siente el golpe de esa bebida en tu piel, aunque la diferencia radica en que en la ducha, el agua se va calentando parcialmente y el Slushie, parece imposible pero es cierto, se enfría cada vez más y se arraiga a tu piel como si tuviera vida propia y te succionara para sobrevivir.
Mientras me apartaba la bebida de mis ojos para poder abrirlos, se escucharon los vítores, no solo de Santana y Brittanny diciendo - Hey! sí parece un pitufo!-, sino también, podría jurar, que de media escuela.
Y cuando al fin pude abrir los ojos, pude ser testigo de la transformación de Quinn Fabray.
De pasar a la mirada de lástima que tenía al hablarme, había pasado a la sonrisa de oreja a oreja orgullosa de los vítores y las felicitaciones que estaba recibiendo en ese momento. Puso su espalda recta y volvió a caminar por el pasillo en la misma posición: Manos en la cintura, mentón alto y sonrisa de triunfo, contoneando sus caderas.
Sin embargo, yo pude ver la diferencia. Yo pude ver el antes y el después.
Sus ojos se habían oscurecido y habían perdido su calidez.
En ese momento supe, que si fuera necesario Quinn volvería arrojarme Slushies a la cara, a mi o a cualquier individuo ''inferior'', con tal de volver a recibir admiración.
En ese momento supe que Quinn Fabray, había cambiado.
Gracias por leerme, espero sus sugerencias y opiniones.
