ok~ esta primera historia de beyblade que escribo (nervios) ...este primer cap me inspire en el libro y película de Stephen King Misery. aunque no sabia si escribir la versión fílmica o la de novela (fue muy difícil decidirme), pero opte por la versión filmica, la otra era muy sangrienta (da impresión, en serio)...bueno los personajes no son mios, obviamente de su respectivo autor...ok espero que le guste n.n~

Capitulo 1: Pesadilla

-¿En dónde diablos estoy?- pregunto exaltado y sorprendido Kai Hiwatari

Su voz se oía a ecos, tras pronunciar aquellas palabras. Sus ojos permanecían totalmente abiertos, como platos, a medida que sus pulsaciones aumentaban poco a poco, que a su vez escuchaba el sonido de su propia respiración.

La oscuridad y el silencio, son lo espectadores de extraño acontecimiento, que estaba viviendo el joven ruso. No entendía con exactitud cómo fue que termino allí. Los mismos nervios no lo dejaban pensar claramente.

No había paredes, ni suelo, ni siquiera podía distinguir si había gravedad o algo relativo a la realidad, nada. Simplemente oía su respiración.

-¿Qué es todo esto?..Maldición! Alguien me puede oír?!

Sus gritos se fueron opacándose lentamente por el mismo silencio. Su cólera comenzaba a tomar las riendas de su ser, acechando impulsivamente sus emociones, como fuertes tempestades en épocas de invierno.

Sus manos temblaban, como resultado de sus emociones, al igual que sus labios. La exaltación y la desesperación, que no conocían el tiempo, repercutían constantemente en su ser, fusionándose entre ambas hasta formarse el mismo temor y sobre todo el miedo.

-¿Por qué tengo esta sensación?..Acaso es miedo?..Miedo?..A qué?

- A lo inesperado

Esa voz lo sorprendió repentinamente, en medio de su extraña soledad. Mirando a su alrededor, trata de encontrar a esa persona. Pero sin de encontrarla o verla el ruso le responde:

-Quien demonios eres? ¿Dónde estoy?-le pregunta con cierta rudeza

-No sabes quién soy? Acaso no recuerdas mi vos?- le dice en tono irónico y ligero.

-No, idiota…Si esto es una broma o algo por el estilo, sabes...No es gracioso-le digo con su tono de rudeza.

-hey! No hace falta que seas rudo conmigo…Además un poco de diversión no viene nada mal no?-

Tras decir esas palabras, una risa malévola invade cada espacio que había reinado el mismísimo silencio.

Kai sin bajar la retaguardia, observaba con rudeza y detenimiento su alrededor. Oía sus palabras y sus rizas, de cierto modo le resultaban familiares. No cavia duda de que esa voz juvenil, era de un chico, pero de quien?

- Mira imbécil, porque mierda no das tu maldita cara- dijo el joven ruso, entre los límites de su paciencia.

Terminada sus palabras, sintió un fuerte amarre en su cuello, acortándole poco a poco su respiración, atrayéndolo hacia su dominante. Sus ojos rubíes, con cierta dificultad trataban de ver el brazo. Entre sus pensamientos decía:

-gabardina blanca...p...Pue...Puede ser de q...Quien se trate-

Antes de que se quede sin oxigeno, Kai violentamente le da un fuerte codazo a su acechador, librándose finamente. Pero al momento de voltearse y contraatacarlo, inesperadamente el oscuro lugar cambia radicalmente.

Sus ojos abrieron sorpresivamente ante el lugar que se encontraba ahora mismo. Era una pequeña habitación con sus cuatro paredes laminados de papel decorativo, ya bastante viejo y gastado al igual que sus pisos de madera que rechinaban a medida que alguien se acercaba allí.

No podía moverse, estaba totalmente atado de pies y manos contra los respaldos de la cama de madera. Con los nervios acechándolo, Kai con su mirada desesperada, estudiaba rápidamente el lugar.

A su izquierda podía ver una pequeña ventana, que traspasaba la tenue luz de la mañana, iluminando con su poca luz la habitación. Debajo de la ventana, yacía un pequeño escritorio junto con una máquina de escribir, con una pila de hojas y una silla de ruedas?

Le pareció extraño ver la silla de ruedas, si él no era una persona invalida. Pero lo más extraño fue ver el vaso repleto de pequeñas capsulas medicinales sobre la mesa de luz, y sobre esta reposaba una pequeña caja del cual describía con el nombre NOVRIL.

-Deben ser de las mismas capsulas…Pero por qué?...Porque estoy en un lugar como este?- murmuraba para sí mismo.

Los pasos se detuvieron, hasta que oye el destrabo de la puerta principal del cuarto. Con la mirada envuelta en un frenesí de emociones, observa fijamente a la persona quien accede a entrar.

El asombro deslumbraba con tal ímpetu en su ser, al ver ingresar esa persona. Sintió un terrible escalofríos que recorría su espina dorsal, cuando sus miradas se reencontraron después de tanto tiempo, desde su ultima beybatalla cuando el joven pelirrojo pertenencia a la corporación BEGA. El joven poseía a una de las bestias bit más poderosas del mundo. Pacifista, tranquilo, como un extenso océano azul, pero puede cambiar su actitud rotundamente, en un asolado tifón que esta acechando las islas del pacifico. Ese era Brooklyn Masefield.

Había algo en él. Presiente que algo terrible va a ocurrir, el mismo ambiente que reina en ese momento se lo acontecía.

-Kai finalmente nos vemos…cuanto tiempo sin vernos- decía el pelirrojo tras una grata sonrisa.

-Brooklyn! Deja de decir estupideces y desátame ahora- en un tono rudo.

-Uh! Propio de ti Kai, nunca vas a tratar a nadie con amabilidad y cortesía- decía sutilmente, a medida que se acercaba lentamente al joven ruso, con algo que ocultaba en una de sus manos.

Las palabras salían cierta soltura de los labios de Brooklyn, pero su mayor atención, era lo que ocultaba en su mano. Cada vez más podía percibir y sentir, el intenso temor, que comenzaba a expandirse en el ambiente. Mientras tanto el pelirrojo seguía hablando con toda tranquilidad.

-Kai, no crees que este lugar no se te hace conocido?- se detiene frente a él.

-No, y no me interesa. Deja de hacer estas estupideces y sácame de aquí- decía mientras luchaba por librarse.

-Es inútil Kai, no podrás librarte, y menos en mi mundo, en donde yo manejo todo lo que yace aquí- decía mientras su sonrisa se ensanchaba en la comisura de sus labios- volviendo al tema mi querido Kai, este lugar me encanta porque me recuerda a una de mis novelas preferidas de Stephen King, Misery. Alguna vez leíste ese libro?

-no..-con cierto desprecio.

-Uh que lastima…Bueno, está bien, no importa…Tendré misericordia contigo, ya que no haré sufrir como en el libro…pero si como en la película.

Tras anunciar sus palabras, el pelirrojo con cierta sutileza y gratitud le enseña ante los ojos del ruso el mazo, que en un principio lo escondía. Kai, lo miraba con tanto temor, ya no podía resguardar más ese miedo que comenzaba a salir a flote.

En cuento a Brooklyn, disfrutaba cada reacción y emoción de su víctima. Manteniendo en su cordura, sin precipitarse en su locura tan rápido. Quería gozarlo cada segundo. Las palabras y groserías del ruso eran para él, como el sonido de los oleajes de una playa paradisiaca.

Su mayor deleite era la clara expresión paranoica y temerosa de víctima, ante su acto.

-Estás enfermo…eres un demente…espera…ESPERA BROOLYN!...PORQUE MIERDA HACES ESTO?!- con cierta exaltación.

-Porque lo hago?...es simple y sencilla la respuesta Kai…lo hago porque me gusta verte sufrir…Esto es una reverencia de bienvenida a mi mundo.-

La fluidez de sus palabras caía velozmente, como cuchillas en los oídos de Kai. La agonía de su temor ya no tenía freno, sus nervios se aceleraba cada vez más, al igual que su corazón. Las mismas palabras de Brooklyn lo habían dejado sin aliento. Simplemente dejándose llevar a la intemperie de sus reacciones físicas, ya que su mente se nubló, ante el acontecimiento que estaba viviendo.

-E-espera Br-Brooklyn…n-no lo h-hagas…por…por favor-

Sus palabras se entrecortaban, a medida que el pelirrojo alzaba con ambas manos el mazo al air, con una sonrisa frívola en sus labios, y con sus ojos celestes abiertos de par en par.

-BIENVENIDO A MI MUNDO KAI, DONDE TU SUFRIMIENTO ES MI LOCURA…MI MAYOR DIVERSIÓN!

Las ultima palabras, lo gritó con tanto gozo y frenesí, al mismo instante en que acecha su pie izquierdo. Justo en ese preciso instante en que sentiría el intenso dolor, vuelve rápidamente a la realidad. A la realidad de su habitación.

Su respiración agitada, al igual que su corazón, trataban de apaciguarse. Su cuerpo envuelto de sudor, tanto que traspasaba su remera. Recostado sobre su cama, trataba de estabilizarse.

Segundos después, suena su despertador, lo apaga como todas las mañanas, para iniciar su día. Aun estando en la misma realidad, su mente aun divagaba en los recuerdos de su pesadilla. Había algo en particular en ello, que ningún sueño o pesadilla lo había notado hasta ahora.

-Esa pesadilla, lo sentí tan real-en sus pensamientos- que esto?!..Como mierda fue…!

Sin haber terminado sus palabras, sus ojos rubíes se abrieron sorpresivamente al notar las marcas de atadura en sus muñecas. Invadido por el asombro, rápidamente tira de las sabanas que tapaban el resto de su cuerpo, despojándolas al suelo, centrando su mirada hacia sus tobillos, donde inesperadamente también yacían esas marcas en ellos.

-No, no puede ser…mierda…pero si fue una maldita pesadilla…no puede estar pasando- se decía a sí mismo.

Aquello lo había vacilado por completo, no podía percatarse ante ello, no encontraba una razón lógica, de cómo una simple pesadilla podría generar algún daño que afectará a la realidad.

Su mirada centraba en su pie izquierdo. Notó que estaba normal, no había hinchazón, ni hematomas, ni tampoco algún hueso fuera de su lugar. No cabe duda en comprobarlo.

Lentamente se sienta en el borde de la cama, apoyando ambos pies en el frio suelo.

-Puedo sentir el piso…No afectó a los nervios…también muevo normalmente los dedos…Por ahora no hay problemas de movilidad…y ahora lo ultimo-

Poco a poco se levanta de la cama, tratando de no apoyar del todo su pie, aun no se sentía seguro. Hasta que lo apoyo del todo.

-puedo pisar…no siento dolor…supongo que si camino, no me afectará…Pero todavía tengo la duda de donde aparecieron esas marcas-mirando sus marcas.

Las dudas deambulaban en su mente. Aun así Kai inicia su jornada diaria, como si nada hubiese pasado.

(Fin capitulo 1)

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