Este es mi primer FF de la vida, espero que le den una oportunidad :)
Me he esforzado bastante, así que espero que les guste para seguir subiendo más capítulos :)
AU/Teenlock.
Disclaimer: Ninguno de los personajes que aquí aparecen son míos, pertenecen a la BBC y a Sir Arhur Conan Doyle.
La imagen de portada pertenece a epicallysherlocked en DeviantArt.
Es un lunes normal en la vida de Sherlock Holmes, se levanta de la cama a las 6:00 am después de una exhaustiva noche de no dormir por haber estado leyendo novelas de misterio y, naturalmente, criticando la forma tan "lenta" y "estúpida" que tiene el protagonista de resolver crímenes, asegurando que él podría hacerlo mejor. Se mete a la ducha, bebe unos sorbos de té que preparó la noche anterior y se apresura a salir de casa para ir al colegio.
Todo parece igual de aburrido que los otros días, sin embargo, a la entrada del colegio se topa con una cara poco familiar. Era un chico de cabello rubio, con una estatura considerablemente más baja que la suya pero sin duda, ejercitado, buena condición física, educado, constantemente preocupado, con ambiciones, y bastante confiable, un poco tonto de repente, dedujo Sherlock.
—Disculpa, estoy buscando el Aula 14, ¿podrías indicarme dónde está?
— Eh, hola, sí. Está al final del pasillo, del lado izquierdo.
El chico le sonrió y Sherlock hizo lo que siempre hace con todos, ignorarlo. Al llegar a su primera clase se encontró con el mismo chico sentado en la primera fila. El resto de sus compañeros aún no llegaba.
—Hola, de nuevo. De haber sabido que compartíamos el salón hubiéramos podido venir juntos, dijo, muy seguro de sí mismo, el simpático muchacho.
—¿Me hablas a mí? Preguntó Sherlock, extrañado y acostumbrado a ser ignorado por el resto de sus compañeros.
— Claro, ¿a quién si no? Estamos solos. Por cierto, mi nombre es John Watson.
—Sherlock, eh, Sherlock Holmes, respondió Sherlock, un poco desconcentrado.
Sherlock se dirigió a su lugar, en la última fila, al mismo tiempo que los demás compañeros entraban, unos segundos más tarde, entró el profesor, quien les presentó oficialmente a los demás jóvenes a su nuevo compañero de clase, John Watson, quien acababa de llegar a la ciudad.
Sherlock se mantuvo sentado en su lugar, analizando al nuevo de pies a cabeza, le llamaba la atención la forma tan amable en la que se había dirigido a él. No era nada del otro mundo, pero no podía dejar de mirarlo. John se daba cuenta de la mirada insistente de Sherlock y volteaba a verlo de vez en cuando, entonces, Sherlock fingía que no lo estaba viendo.
Los compañeros lo recibieron bien, se comportaron de una manera amable y al terminar la clase, varios de ellos se acercaron a conversar con John.
Sherlock se dirigió lentamente a la salida del salón, al verlo, John se disculpó con sus nuevos amigos y alcanzó a Sherlock.
—¡Hey, Sherlock! dijo un apresurado John.
—¿Sí?, Sherlock lo miró con indiferencia.
—Yo, eh, me preguntaba… Nosotros, eh, vamos a reunirnos en mi casa a jugar videojuegos después de clase.
John se encontraba un poco intimidado ante la indiferencia del muchacho, hizo un suspiro corto y prosiguió: —¿Te gustaría acompañarnos? No tienes que venir si no quieres, yo sólo, eh…—Estoy sonando como un completo tonto antisocial, pensó John.
—Está bien. —Lo interrumpió Sherlock—Ahí estaré.
—Bueno, ok, te veo antes de la salida para irnos juntos, si te parece.
—Sí, dijo Sherlock. —Pero no soy amigo de nadie—prosiguió— y no quiero ser inoportuno, así que iré sólo un rato.
Sherlock salió del salón de clases y John regresó con sus nuevos amigos, mientras conversaban cosas sin sentido, sin embargo, moría de curiosidad — ¿por qué no tiene amigos? ¿Él también es nuevo? Quizá debería preguntarle a ellos, pero parecía bastante familiarizado con el lugar y con las clases…
—Veo que te has hecho amigo del freak. — dijo, interrumpiendo los pensamientos de John, una chica rubia de ojos verdes, bastante atractiva, llamada Mary.
— ¿Disculpa? Preguntó John contrariado.
—No seas así, Mary. Sherlock es buena persona, solamente que es algo, eh, bueno… especial— dijo, otro chico, de nombre Greg— A Sherlock no le gustan mucho las personas — Continuó Greg — ¿Lo conocías desde antes?
John negó con la cabeza.
—Entonces debes ser muy especial — Dijo Mary, en un tono entre irónico y burlón. ¿Qué opinas, Jim? — Dirigiéndose a un chico delgado, de cabello negro y ojos igual de oscuros— Te van a cambiar, definitivamente.
Jim esbozó una sonrisa extraña y salió del salón de clases sin decir nada.
—¿QUÉ? -Pensó John- ¿Jim? ¿Sherlock? ¿Qué sucede? ¿Por qué habrían de cambiarlo? ¿Cambiarlo CON QUÉ?
El rostro de Watson parecía contrariado. Otra chica, Molly, soltó una risa incómoda y señaló que se les hacía tarde para la siguiente clase. Todos se levantaron y se fueron, excepto Mary, quien esperó que los demás se adelantaran para salir junto con John.
—Quizá no deberías estar tan cerca de él, le dijo Mary a John, mientras lo tomaba del brazo dirigiéndose a la salida. — Es muy raro.
— ¿Por qué dijiste eso de Jim y Sherlock? ¿Acaso ellos…? le preguntó John, intrigado, a Mary, mientras caminaban hacia su próxima clase.
— Oh, son cosas que se dicen por ahí… Sherlock no lo acepta, pero todos sabemos que solía besarse después de clases con Jim. Ante la vista de todo el mundo, eran los mejores amigos, y a decir verdad, nunca sospechamos que hubiera algo más entre ellos, pero un día, Sherlock y Jim dejaron de hablarse, Jim dejó de venir a clases y cuando regresó se comportaba de una manera extraña, ¿sabes? Él era una persona muy diferente, era muy alegre y muy sociable. Después de lo que sucedió con Sherlock, cambió totalmente, se convirtió en una persona más sarcástica, más fría… pero aún así, siguió siendo nuestro amigo, por eso nos contó quién era en verdad Sherlock Holmes. Sin embargo, hubieron algunos tontos que no le creyeron, como Greg Lestrade o Molly Hooper. Retrasados.
John se quedó callado, y se dio cuenta de que habían llegado ya al salón de clases. Se dirigió a su asiento, sin siquiera notar que Mary se había sentado justo junto a él. Se quedó pensando. Sherlock era extraño, sí. Pero parecía un buen chico. Y sabía que le había caído bien, después de todo, había aceptado su invitación.
Durante la hora del almuerzo, John se sentó con sus nuevos amigos y observaba, de vez en cuando, a aquel muchacho de tez blanca y cabellos rizados que estaba sentado solo, y se preguntaba si los chismes que Mary le había contado previamente eran verdad. Sherlock sabía que John le miraba y, por alguna razón, esto le producía satisfacción.
Las horas pasaron y parecían interminables. Sherlock intentaba convencerse a sí mismo de no emocionarse respecto a la invitación que John le había hecho. Es nuevo, sólo está tratando de ser amable, se repetía. Después hará lo mismo que los demás, pensaba, pero sabía, en el fondo, que eso no era verdad.
Al término de las clases, John se acercó a Sherlock.
—¡Adelántense, chicos, ya tienen la dirección! — Dijo John, dirigiéndose a sus amigos. —Hey, Sherlock. ¿Nos vamos?
—Eh, sí. Ya me dirigía a la salida. Por cierto, tu dirección, no me la diste.
—Ya lo sé, por eso, te digo, ¿nos vamos? Te llevo en mi auto.
—Oh, está bien. Pensé que me darías tu dirección como a los demás o que ya te habías arrepentido de invitarme.
—Nada de eso, Sherlock. Has sido amable conmigo y me gustaría conocerte mejor.
Sherlock no sabía que decir, así que solamente asintió con la cabeza, esbozó una sonrisa y caminó con John por el colegio hasta llegar al auto.
Cuando llegaron al auto, John le dijo a Sherlock que esa chica Mary quería acompañarlo en el auto pero que él le había dicho que prefería no llevar a nadie pues no cabían todos en el auto y no quería parecer grosero. Sherlock estaba sorprendido, pues parecía que John de verdad deseaba conocerlo. John bajó a Sherlock una cuadra antes de llegar a su casa y le indicó cuál era. Sherlock Debía fingir que había ido en autobus como todos los demás.
Al llegar, sus compañeros de clase ya estaban ahí, Mary, Greg, Molly, Phillip, y otros dos chicos, por suerte, no estaba Jim. Sherlock saludó y enseguida, llegó John en el auto.
—Siento el retraso, chicos. Tuve que parar a ponerle gasolina al auto. Disculpen que no los traje, no quería ser grosero.
John los invitó a entrar y les indicó el camino a su habitación. Le preguntaron si vivía solo, dijo que no, pero que básicamente… sí, porque su padre estaba siempre fuera de la ciudad, y su madre se había ido a cuidar de su hermana, que vivía sola en su departamento.
John preparó unos bocadillos y los llevó a su habitación. Greg y Phillip jugaban videojuegos, las chicas conversaban y Sherlock los miraba a todos desde un rincón, deseando poder salirse de allí de una buena vez, pues las reuniones sociales lo ponían tremendamente incómodo.
Mary interrumpió la buena atmósfera en el ambiente y se dirigió a Sherlock. —¡Oye, rarito! — dijo, en tono burlón —Qué mal que Jim no pudo venir, nos hubiera gustado verte besarlo con fines "de investigación", dijo, mientras soltaba una carcajada.
—Por favor. Vinimos todos a convivir y a conocernos, respeta a Sherlock. Él no te ha hecho nada, le dijo John a Mary.
Claramente, a ella le gustaba John y solamente por esa razón, no continuó burlándose de Sherlock. —Está bien, dijo. Lo siento, rarito. Era una broma.
Todos sabían que eso era mentira. Sherlock, la miró y salió de la habitación en silencio. John salió tras él. Los demás regresaron a lo que estaban haciendo antes.
—Sherlock, escucha, yo…
—Descuida. —Le interrumpió Sherlock—Tengo que irme de todas maneras, adiós.
—Espera, Sherlock. ¿Tienes celular? Quizá podrías darme tu número y podríamos conversar por mensajes, sin interrupciones.
—No entiendo por qué insistes tanto en hablar conmigo.
—Creo que podemos ser buenos amigos, Sherlock.
Sherlock notó que John mencionaba su nombre siempre que se dirigía a él, y que era algo que no hacía con nadie más. Sabía que John de verdad tenía intenciones de trabar una amistad con él.
— Bueno, está bien. Pero yo no tengo amigos, ¿tienes dónde anotar?
John guardó el número de Sherlock en su celular y regresó a su habitación. Sherlock se dirigió a casa.
Sherlock vivía con su hermano mayor, Mycroft. O eso se suponía. Mycroft se había ido a trabajar hace un mes con el gobierno y no vivía más allí. Quiso llevarse a Sherlock con él, pero éste insistió en quedarse solo y Mycroft, sabiendo lo terco que podía ser su hermano, lo dejó.
Sherlock se fue a su habitación e intentó entretenerse con su microscopio. No pudo. Intentó leer y también falló. Se sentía extraño y de pronto se encontró pensando en John Watson, en la forma en la que lo había tratado esta mañana y en lo bueno que había sido con él. Recordó como se veía, pensó en sus ojos azules, en sus delgados labios y de pronto, pensó en cómo sería besarlo, a qué sabría…—¡MIERDA, SHERLOCK! —Se interrumpió a sí mismo—Esto no es normal, él sólo intentaba ser amable. No es conveniente tener esa clase de sentimientos hacia él, además… seguramente es un éxito con las chicas.
De pronto, sonó la alerta de mensaje de su celular.
"¿Qué hay, Sherlock?" JW
Sherlock se sobresaltó. Intentó disimular su atención, lo primero que hizo fue guardar el número de John en su lista de contactos, enseguida, respondió.
"Hola. Estaba a punto de dormir. ¿Qué hay de ti?".-SH
"Oh, siento interrumpirte. Los chicos se acaban de ir, sólo quería desearte buenas noches. Descansa, nos vemos mañana en la escuela". JW
¿John le acababa de enviar un mensaje de buenas noches? Vaya, eso sí que no lo esperaba. De todas formas, seguramente estaba intentando ser amable de nuevo. Quizá estaba necesitado de un amigo. Quién sabe, pero Sherlock se fue a dormir esa noche más que tranquilo y feliz.
Los siguientes días, fueron buenos para Sherlock. Estaba feliz de ir a la escuela, llegaba de buen humor y la mayor parte del tiempo la pasaba con su nuevo amigo.
Por su parte, John se sentía siempre maravillado con Sherlock, lo admiraba. Le impresionaba su capacidad de deducción y por esta razón, se dirigía a su casa todos los días después de clase.
Asimismo, su cercanía con Mary se iba haciendo más constante, ésta, evitaba a toda costa hablar de Sherlock para no incomodar a John y lo invitaba a salir todo el tiempo. A John le daba un poco de pena decirle que no, así que salía con Mary. Después de un par de salidas, Mary se le declaró. John no supo negarse, después de todo, Mary era su tipo, era una chica inteligente, con una hermosa cabellera rubia y grandes ojos verdes, su cuerpo no estaba nada mal. Debía aceptar que al principio había llamado su atención. Mary y John se hicieron novios. Ahora, John sólo visitaba a Sherlock dos veces a la semana, con el pretexto de hacer tareas, sin embargo, sus tardes con Sherlock, siempre acababan en lo mismo, escuchaban la música que le gustaba a John, la cual Sherlock odiaba, conversaban acerca de libros policiales y Sherlock se lucía enseñándole a John todo lo que sabía, explicándole que él podría resolver mejor esos crímenes, John se sorprendía siempre.
Cuando se enteró que John era novio de Mary, Sherlock no se sorprendió. Es decir, no le agradaba la idea, pero debía aceptar que John era solamente un gusto platónico, aunque todos en la escuela sospechaban lo contrario, Sherlock siempre fue respetuoso con su amigo, incapaz de realizarle insinuaciones y nunca tocaban temas demasiado personales. Claro, le gustaría ser él quien estuviera de la mano de John todos los días, pero ya la escuela estaba plagada de rumores sobre él gracias a Jim, su ex novio. Quizá lo mejor era mantener un perfil bajo, al menos hasta que termine el curso. O el año. O el colegio. O para siempre.
¡Espero les haya gustado! Tuve que modificar un poco al personaje de Mary para que quedara con la historia, je.
Soy totalmente nueva escribiendo fanfics, así que estoy atenta a comentarios y sugerencias :)
¡Gracias por leer!
