Disclaimer: Todo pertenece a la hermosa Jotaká Rowling.


Este fic participa en el Reto de Mesiversario "Primer mes de locura de la Familia Friki" del foro First Generation: The story before books.


Cara sucia, sudor y barro

Por: Daenerys Black


Charlie Weasley tenía dos grandes amores en su vida.

Uno de esos eran los dragones. Esas enormes criaturas aladas que escupían fuego que le había fascinado de toda la vida. Recordaba que para una Navidad su madre le tejió un peluche de dragón como solo ella sabía hacerlo y aún lo conserva en su habitación en Rumania.

Y la otra era el Quidditch. Unido a ese deporte mágico iba volar (que curiosamente también iba ligado a los dragones). Cuando Charlie volaba en su escoba se sentía libre. Quizás era por las ráfagas de viento que alborotaban sus pelirrojos cabellos, o por el hecho que sentía que no tenía ninguna atadura en la tierra que le impidiera volar. Quizás porque al estar ahí arriba podía tener una vaga referencia a lo que se sentía tener alas y poder volar como un dragón. No sabría decir a ciencia cierta porqué se siente de esa manera cuando volaba.

Su amor por el Quidditch comenzó más tardío que su amor por los dragones, pero los dos eran igual de importantes en la vida de Charlie. Recordaba jugar con sus hermanos cuando eran pequeños. Al finalizar el partido improvisado en un día caluroso de verano, Charlie terminaba con la cara sucia, el sudor bajando lentamente por su frente y los pantalones repletos de barro. Uno pensaría que, al ser un deporte que se juega en el aire, no se mancharía de barro. Pero algunas veces los gemelos golpeaban muy fuerte las bludgers y caían al barro del patio de la Madriguera. Las cosas cambiaron un poco cuando Ginny comenzó a jugar también, los gemelos no lanzaban los balones con la misma intensidad para no herirla y después sufrir el castigo de Molly.

Cuando Charlie era tan solo un niño, dejaba que su imaginación volara con él mientras jugaba Quidditch. El jardín de la Madriguera se metamorfoseaba en un estadio, los gnomos que asomaban sus cabezas, algunos temerosos y otros desafiantes, se transformaban en gente que vitoreaba su nombre a los cuatro vientos. Las roídas zapatillas y ropas manchadas con barro cambiaban a un traje de alguna gran liga de Quidditch. Y el mismo Charlie cambiaba, ya no era un niño pequeño, sino todo un hombre.

Sabía que eran unos sueños de niñez, pero quizá, algún día, el sueño dejaría de ser sueño para convertirse en realidad. Quizás algún día el niño con la cara sucia, sudor y barro crecerá para convertirse en un reconocido jugador de Quidditch, pero… ¿quiere que su sueño de niñez desaparezca?


Este fic está inspirado en la canción El Crack de Los Miserables. Es buena así que escúchenla :)