Capítulo 1

"¿Sabes lo que se siente cuando estás tan emocionado que no puedes ni dormir? Batallas durante toda la noche sólo para pegar el ojo y llegar descansado al día siguiente ¡Solo para despertarte más temprano de lo normal!"

Mi alarma suena, pero yo ya estoy despierto.

Tomo una toalla y bajo las escaleras al cuarto de baño, no me gustaría despertar a mi mamá a ESTAS horas (no le llamo "Garchomp salido del mundo distorsión" por nada).

Ahhh, nada mejor que un largo y relajante baño para hacerlo sentir bien a uno y haber preparado mi ropa ayer realmente fue una buena jugada, es decir ¡mira mi camisa! Ni una sola arruga, esto es a lo que yo llamo perfección, señoras y señores. Mis pantalones y mis botas tampoco se ven mal, voy lucir muy bien con estos bebés.

-¿NO PUEDES SALIR MÁS RÁPIDO?-le grito al sol desde mi ventana (sí: le estoy gritando al sol, tan desesperado estoy de que sea de día).

La luz se asoma ya por las ventanas y yo me revuelvo en la cama. ¿Qué hora es? En retrospectiva eso de despertarse a las cuatro de la mañana para prepararse como se debe y así no es una muy buena idea, pero al menos no es demasiado tarde.

-¡Andrés, ya vente a desayunar!-y ahí es cuando me doy cuenta que ya son como las siete. Me pongo mi mochila al hombro y salgo de mi cuarto.

Ahí estaba ella: una mujer poco menos alta que yo y de edad no demasiado avanzada, mi mamá me miró desde la cocina y sonrió.

-¿Ya tienes todo?-me pregunta, no notarle los nervios en la voz es humanamente imposible.

-Estoy bien, no te preocupes.

Es muy raro que mamá haga el desayuno, casi siempre soy yo el que cocina en las mañanas porque ella llega cansada de su trabajo en las oficinas de Poké-reloj SA y se duerme muy rápido. Por sus ojeras adivino que ha estado levantada por un muy buen rato ya.

-No se te olvide ser paciente y educado.

-Lo tengo, mami, no te preocupes, te veré en la noche.

¡Pueblo Sandgem es muy pequeño! ¿Cómo un experto Pokémon como el profesor Rowan viviría aquí? Con eso en mente parto en busca del laboratorio.

Para ser tan chico este pueblo tiene calles muy raras ¡Voy a llegar a la Calle Victoria antes que al laboratorio! ¿Ahora estoy en la playa? ¿En el centro Pokémon? ¡¿Tienda de abarrotes "La Esperanza"?! ¡Nunca voy a llegaaaaaaar!

-Perdone, joven ¿está usted bien?-me pregunta una abuelita al lado mío, la encantadora anciana debió haberse extrañado por mi comportamiento ¿y cómo no? ¡Si estaba haciendo una tragedia tipo telenovela Pokémon!

-Lo siento, señora-le dije, tratando de sonar educado- es que ando buscando el laboratorio Pokémon ¿no sabrá, por casualidad, dónde estará?

La mujer se me quedó mirando un momento antes de reírse con fuerza.

-Ciudad Júbilo ¿verdad?-me pregunta, con los dientes falsos a punto de salírsele de la boca.

-¿Es tan obvio?-le digo, con la cara más roja que una Baya Wikano.

-La gente de esa ciudad se la pasa hablando y hablando de lo grande que es y eso les deja la cabeza toda dando vueltas, son unos complicados: que si un giro acá, que si vuelta a la derecha, que si la avenida, entre las dos calles y no sé qué. Mire, joven: aquí no nos hacemos para nada y cuando queremos llegar a un lugar nos vamos en línea recta sin complicarnos la existencia-empezó a caminar, supongo que quiere que vaya con ella- asumo que usted quiere tener un pokémon para volverse entrenador o coordinador, o esas cosas tan nuevas que están de moda. A mí la verdad no se me daba bien eso de los pokémon, pero mire usted lo divertido que son, sea lo que sea estoy segura de que usted lo va a disfrutar, porque deje le digo que una sabe y le apuesto lo que quiera a que le va a gustar tener su equipazo alrededor.

La mujer seguía hablando, y aunque me estaba ayudando a encontrar mi destino y lo menos que podría hacer era escucharla, realmente estaba emocionado por empezar y quería ir rápido con el profesor. Lástima que la señora sólo iba a 10 kilómetros por hora.

-Y entonces acá está ¿a poco no estuvo fácil?-su voz reventó mi burbuja de pensamiento para ponerme enfrente del tan esperado laboratorio- cuando guste y que le valla bien.

Me despedí de mi compañera y respiré hondo ¿de verdad estoy aquí? Parece tan raro que a veces ni creo que me esté pasando, pero el suelo que tocan mis pies estoy seguro que es real. Así como las puertas que mis manos abren.

….

El profesor Rowan me observa y presenta las pokebolas, su laboratorio es más bien pequeño y no fue demasiado difícil llamar su atención, suerte que llamé antes de venir.

-Primero tenemos a Turtwig, de tipo planta- me dice- su caparazón está hecho de tierra y se enduerece cuando bebe agua. El segundo es Chimchar, de tipo fuego: la llama de su cola se apaga cuando está muy cansado o se duerme. El tercero-dice, por fin- es Piplup que, como debes de saber, es tipo agua: es muy orgulloso y odia aceptar comida de otras personas.

-Todos ellos son muy lindos, profesor no obstante yo hice mi elección desde antes de venir aquí- le digo, y hago una pausa dramática antes de girarme y escoger al Piplup-qué me dices, pequeño ¿quieres acompañarme y hacernos famosos?

¡El Piplup tiene los ojos brillantes! ¡Lo he logrado! ¡Mi primer pokémon! Lástima que no decidí grabar esto en vídeo. El profesor Rowan me entrega una pokédex y un set de pokébolas.

-¿No quieres ponerle un apodo a ese pokémon tuyo?-me pregunta.

-¡Napoléon!-dije, prácticamente gritando. Ahora todos me miran raro.

...

El laboratorio me salió bien, ahora salgo por las puertas automáticas y recuerdo el camino por el que fui con la señora, ¡estaba en línea recta a la entrada del pueblo!

Nap me mira sonriente, no lo he metido en su pokébola desde que me lo dieron, ahora toca desandar lo andado y volver a casita al menos por hoy.

-Desde ayer estuve muy emocionado por venir aquí, sabes. Casi no me la creo cuando esa abuelita me dejó frente a las puertas del laboratorio, ¡y luego verlos a ustedes! La verdad me alivié mucho cuando vi que sí quisiste acompañarme, ¡Siempre había querido un Piplup! Y ahora estás aquí y te prometo que seremos una leyenda en los concursos ¡Mejor ninguno, te digo!

-Me temo que eso no va a ser, amigo- me dice una voz, de pronto- ¡Porque mi shinx y yo vamos a derrotar a todos los oponentes que se nos atraviesen!-ahora lo veo: un jovencito con gorra que se nos acerca.

-¿Así que quieres pelear?-le digo, con aires de superioridad-pues bien, ni yo ni un entrenador podríamos negarte el reto-suelto a Nap y este da una pequeña voltereta antes de caer, muy bien, enano, tomo la pokédex y lo analizo: Burbuja, Gruñido y Destructor, con eso tengo.

-Entonces, ¡que empiece la batalla!-grita el niño.

-Después de usted, señor-le digo con una reverencia. El muchacho saca a su shinx de su pokébola y damos por iniciado el combate.

-¡Usa embestida!-le ordena a su pokémon.

-Mantente quieto, Nap.

El pequeño shinx gana distancia entre él y mi Piplup, el chico empieza a creer que va a atinar, pero entonces..

-¡Burbuja!

Nap golpea directamente y el adorable shinx cae de lado, aturdido por el golpe pero siempre valiente, su entrenador le ordena su siguiente ataque.

-¡Chispa!

-No lo creo, ¡Nap, a la izquierda!

El pequeño piplup corre con todas sus fuerzas, con el shinx electrificado atrás, todo va bien hasta ahora.

-Muy bien...¡A la derecha!-grito, un segundo antes de que Napoleón se estampara contra un árbol, pero justo a tiempo para que el shinx sí lo hiciera.

-¿Qué?¡No!- grita mi oponente, frustrado.

-¡Perfecto, enano!- animo a Nap, pero me doy cuenta que sus movimientos estaban algo torpes, y se veía muy lastimado para haber corrido solamente, entonces me doy cuenta ¡El shinx sí me atinó un poco! Y para colmo me había paralizado, tengo que acabar esta batalla antes de que se den cuenta.

-¡Burbuja de nuevo!

-No esta vez ¡chispa!

El golpe le da de lleno a Nap y este apenas y no cae al suelo.

-¡De nuevo!

Esta vez estamos listos, le ordeno a mi pokémon que salte y use burbuja en el suelo. Nap se eleva para apenas evitar el golpe

-A que no te esperabas esto...¡Destructor!-Nap cae con la fuerza de su golpe sobre su oponente y lo deja en el suelo.

La mandíbula de ese niño casi se separa de su cuerpo al tiempo que Nap vuelve a mí y me abraza.

-Buena batalla-le digo.

-Igualmente-me responde, con los cachetes inflados.

Esa batalla fue divertida, pienso de vuelta en el centro pokémon. Cuando la enfermera Joy me regresa a Nap le agradezco y salgo.

¿Sabes lo que se siente cuando estás tan emocionado que no puedes ni dormir?-le pregunto a mi pequeña bolita azul- batallas durante toda la noche sólo para pegar el ojo y llegar descansado al día siguiente ¡Solo para despertarte más temprano de lo normal!

Cuando volvemos a casa hago las presentaciones debidas y me voy a dormir, había decidido desde antes que mi ropa de viaje sería la que llevaba puesta, pero como quería empezar limpio la lavo y pongo a secar para el día siguiente, al final cierro los ojos con más calma que ayer.

….

-¿Estás seguro de que no se te olvida nada?-pregunta mi mamá por milésima vez-Ten mucho cuidado allá afuera y no se te olvide que siempre puedes volver aquí-me dice con la voz entrecortada.

-Estaré bien, ya te lo dije. Y no te preocupes, siempre que quieras verme ¡enciende la televisión!-dije, para alejarme sonriendo.