No puedo mirarme en un espejo.
No puedo comer helado.
No puedo jugar con otros niños.
Una vez oí que ser un fantasma debía ser divertido.
Déjame decirte que no es verdad.
En especial cuando conoces de qué modo puedes dejar de serlo, pero nadie está dispuesto a ayudarte.
En unas horas será primero de octubre... otra vez.
En unas horas podré salir del cementerio.
