esta historia tambien se encuentra en wattpad donde es actualizada mas rapidamente bajo el seudonimo de lady-sweetmoonlight (sweet moon)

-hanae rei

Aún no podía creer lo que mis ojos veían, mientras mi corazón golpeaba mi pecho a un ritmo desenfrenado como si hubiese estado corriendo miles de kilómetros.
Ahí estaba el, la persona que me había robado el sueño y el aliento, la persona a la cual le había dedicado miles de dibujos y poemas en noches en insomnio; solo pude esconderme con la mínima esperanza de que no sucediera lo que creía y que tanto me negaba a aceptar, no quería que él se le declarara a la bonita rubia que él tenía frente suyo pero las cosas claramente no funcionan así.
Vi como aquel muchacho del cual me había enamorado tomaba las manos de esa bonita rubia que todos querían y admiraban, y que muy en el fondo yo también lo hacía porque no podía odiarla solo por haber llamado la atención del muchacho no era culpa suya, no era culpa de nadie. Ella le miró con algo de extrañeza y de un movimiento suave alejo las manos ajenas de las suyas, lo que hizo que Marin se pusiera más nervioso y que este comenzará a acariciar su nuca de modo constante demostrando así su incomodidad, en medio de tartamudeos el confesó su amor por ella, dijo que la había amado desde esa tarde en la que en medio de una lluvia similar a la de hoy había visto su sinceridad y bondadoso ser , dijo que la había anhelado cada día y noche, resaltó cada una de sus buenas actitudes y facciones, clamó al viento y a la lluvia su amor por ella; mientas que mi corazón se rompía en miles de pedazos, siempre había notado la atención que Marin le ponía a Adrianne, sin embargo mi corazón guardaba la mínima esperanza de ser correspondida algún día por el.
Prácticamente acababa de perder todas las esperanzas.
Pero pasó algo que no preví, ni siquiera había pensado en la posibilidad del rechazo, siempre consideré que a Adrianne si bien no amaba con fervor a Marin como lo hacía yo al menos le atraía; pero esos ojos verdes inyectados de desagrado me dijeron lo contrario, con una mueca de fastidio y un rechazo que me dolió hasta mi escucharlo a pesar de que no era directamente para mí y que hasta presentaba una oportunidad para tener esperanzas, todo lo que tenía como concepto de Adrianne se fue a la rotunda basura. Siempre pensé que la chica era amable y dulce, que era natural de ella y que no había nada de malo en su ser pero la manera con la cual trato a Marin me dejo fría y me mostró mi gran equivocación, vi como ella se alejaba mientras el pobre Marin caía de rodillas al suelo entre lágrimas y algo en mi ardió, ardió con el fuego del rencor y el odio, porque por mucho que me haya dejado "el campo libre" por así decirlo yo solo deseaba la felicidad del muchacho no verlo en el suelo llorando con si de un niño se tratase y en sus manos los tristes pedazos de su corazón roto. Sin poder evitarlo y con la determinación que nació aparentemente después de años de inmaculada timidez corrí hacia Marin y lo acune en mis brazos, el estupefacto pero afligido me tomo de la cintura mientras yo le dedicaba palabras de consuelo y le acariciaba el azabache cabello.
Después de un rato nos levantamos y fuimos a un café cercano a esperar a que la melancólica lluvia se calmase, ciertamente agradecía haber vuelto por mi carpeta llena de bocetos sino Marin hubiera tenido que afrontar tal poco piadoso rechazó el solo, de camino al café si bien Marin no hablaba mucho se encontraba un poco más animado.
Nos sentamos uno frente al otro cerca del ventanal de café, le pregunte a Marin que deseaba él sencillamente se limitó a decirme que deseaba un té, me levante a pedir nuestra orden con la anciana mujer del mostrador; la expresión que me mostró la mujer hizo resurgir la emoción y tras decirle a la mujer el pedido prácticamente corrí a la mesa como si fuese una maldita loca, Marin me miró sorprendido y extrañado pero poco me importaba porque la pasión que corría por cada fibra de mi ser provocaba que me encerrara en mi mundo, rápidamente tome mi bolso y de un rápido movimiento saque de él todo material necesario para el artista, pude escuchar una expresión de sorpresa con corto tinte de susto por parte de Marin automáticamente tire la carpeta, los lápices y hojas en la mesa como una desquiciada. Lo mire por un momento, vi que en sus ojos había expectación por mi siguiente movimiento y sorpresa, me limité a sonreírle y a tomar un lápiz, más por joda que por otra cosa y mandando la timidez que me caracteriza de paseo tome el lápiz como si fuera light de death note y comencé a bocetear el rostro de la anciana mujer, deseaba con toda mi alma poder retratar tal expresión. La líneas curvas comenzaron a aparecer en el papel tipo ingres que me había costado tanto conseguir pues al parecer a todo el maldito mundo le dio por comenzar clases de dibujo y dejar a toda papelería o tienda de arte sin papel ingres.
Me encontraba tan sumergida en el lápiz y papel que me había olvidado completamente de la existencia de Marin o del mundo mismo, por eso amaba tanto dibujar porque me desligaba totalmente del mundo y entraba al propio donde yo podía ser dios y crear a mi antojo, donde podía retratar paisajes melancólicos, atardeceres armoniosos, estructuras góticas y románticas, personas hermosas, grandes monstruos mitológicos, podía viajar a donde quisiera con solo una hoja y un lápiz. No salí de mi letargo hasta que el ruido de la cerámica golpeando suavemente la mesa y la aceptación agradable de mi dibujo por parte de la mujer me saco de mi lapsus pasional de artista. Me giré y mire a la mujer que sonreía y exclamaba emocionada que la había retratado hermosa, entre risas comentó que le había quitado años en mi dibujo y que si se podía permitir el descaro que pedirme el dibujo para ella colocarlo aquí en el café, me sonroje al haber sido descubierta y con la timidez de vuelta le dije que se lo daría que no había ningún problema, la mujer agradeció y volvió al mostrador.
Rayos el emocionarme tanto me iba a hacer pasar un día de estos una gran pena, qué vergüenza debo parecer una maniaca del lápiz.
- wow este es muy bueno- escuche decir, gire la cara como la niña del exorcista que hasta me trono el pescuezo para ver a Marin viendo los bocetos de mi carpeta, casi me tiro al suelo a llorar, estaba viendo los tantos dibujos que había hecho... De él!Me quiero morir. Solté un par de palabras incomprensibles antes de dejar caer mi rostro a la mesa con la mayor de las vergüenzas, me habían vuelto a pillar... Carajo aunque pensándolo bien creo que aumente los actos vergonzosos dejando caer mi cabeza así, seguro pensara que estoy loca o que tengo alguna deficiencia mental.
-Nath? Estas bien?- preguntó Marin mientras tomaba con suavidad mi rostro, que de seguro estaría tan rojo como mi cabello, sentí las lagrimillas acumularse en las esquinas de mis ojos y negué.
-es por los dibujos- asentí como si fuera una retardada, perdí el habla; la timidez volvió y vino en ración doble.
-ya.. Ya tranquila no me molesta- sonrió mientras el rubor comenzaba a nacer en sus pálidas mejillas. - más que molestarme me hace sentir alagado, nunca nadie me había dibujado y tú lo hiciste de una manera tan maravillosa, pero no niego que me pregunto porque la mayoría de los dibujos son míos- preguntó mientras volvía a observar dibujo por dibujo y los volvía a acomodar, prácticamente mi corazón se me salió del pecho y se fue corriendo como Speedy González, es oficial he sido totalmente descubierta.
Sentía mi cara arder como si fuera un huevo en plena cocción, abrí la boca como un pez sin pronunciar palabra hasta que simplemente salió - ...porque eres mi muso- el me miró con sorpresa y comenzó a carcajearse como si yo le hubiera contado el mejor de los chistes, parecía a punto de ahogarse, me sentí mal ponen n momento creí que se estaba burlando de mí pero al mismo tiempo no pude contener una pequeña sonrisilla.
Dejó súbitamente de reírse y me miró atento, se limpió una lagrimilla y abrió la boca para decir algo que ciertamente hizo que mi corazón se regocijará.
-Es la primera vez que te veo sonreír así Nath, también es la primera vez que te veo en esa fase de artista... Realmente me siento contento de ver ese lado tuyo que nunca note- le sonreí algo tímida y sonrojada.
- es es porque nunca miras hacia atrás- conteste, realmente mi boca me estaba jugando una mala pasada soltando ese tipo de cosas, tengo que aprender a conectar mi boca con mi cerebro para no pasar más penas.
-Entonces tendré que hacerlo más seguido, enserio fue alucinante! Llegaste corriendo como si tu vida dependiera de ello y azotaste todo esto en la mesa, realmente me sorprendiste pero sobre todo fue exquisito ver como destilabas pasión en cada trazo! Y al ver que cada vez tomaba más forma realmente me maravillo!-comentó emocionado y continuó haciéndome sentir alabada, creo que mi ego creció un poco - pero fue tan gracioso ver cómo levantaste ese lápiz por un momento creí que estaba viendo death note, por poco me sacas un ojo con ese movimiento- ambos reímos.
-bueno eso sí fue por joda, me siento chida haciendo eso de vez en cuando y no lo niego- me acerqué a él y le hice una seña para que se acercase lo cual el hizo, hable tan bajo como si fuese a contarle el mayor secreto del universo - soy otaka, aunque nadie lo sabe- finalice y me aleje, estar tan cerca de Marin sería malo para mi corazón.
-así que soy el primero en saberlo?- preguntó divertido con una ceja levantada, yo asentí - debería tener más cuidado señorita Nathalie, quizás podría llegar a revelarlo y exponer ante todos que eres una otaka- mi estomago salto y mi corazón se detuvo al escucharlo pronunciar mi nombre de una forma tan deliciosa, cada letra se deslizó con erotismo por sus labios y danzo suavemente por el aire hasta mis mundanos oídos, no iba a aguantar mucho cerca de Marin me iba a matar y sobre todo iba a volverme una pervertida.
-entonces escribiré tu nombre en mi death note o Talvez mande a uno de mis homunculos a matarte- dije divertida mientras tomaba entre mis manos la taza de café con leche que había pedido, Marin soltó una carcajada y sacó a relucir el tema del aquel vídeo nuevo que tanto cobro fama sobre la creación de los homunculos con una técnica por mucho muy ortera.
-admite que es una técnica para crear homunculos muy cutre Marin- dije antes de beber un poco de mi café con leche. -Paraselsus se esta seguramente revolcando en su tumba, sus teorías fueron transformadas en algo muy ortero- dije con una sonrisa.
- tienes la razón pero no me mates las ilusiones! Quiero un homunculo! Te imaginas lo genial que sería!? Sería como tener un pequeño esclavo - soltó infantilmente, lo mire sería para luego comenzar a carcajearnos.
Hablamos un rato más sobre animes y teorías conspiratorias estupidas, nunca creí que podría hablar con alguien sobre las cosas que me llaman la atención o son de mi gusto, mucho menos con Marin pero me siento alegre de conocer esta parte de él y tener tanto en común.
Comencé a organizar mi cosas en el bolso mientras Marin me contaba un poco sobre una historia tradicional china que su madre solía contarle, me pareció muy hermosa y no dude en decirle lo que pensaba al respecto ya que había entrado un poco más en confianza. Ambos nos levantamos y fuimos al mostrador a pagar de paso le entregue el retrato terminado a la mujer que hasta pinte mientras hablaba de sandeces con Marin el cual se ofreció a acompañarme a casa, trate de negarme pero insistió en que no podía dejarme ir sola y que no quería que nada malo me pasara así que resignada a que no recibiría un no por respuesta salimos y comenzamos a andar hasta mi casa la cual quedaba al menos a cinco cuadras del café y por consiguiente también de la escuela.
De camino Marin me comentó que él vivía a una calle de distancia de la escuela y que la razón por la que siempre llegaba tarde era porque se quedaba hasta tarde diseñando pues esa era su pasión, le alabe por ello a lo cual el me prometió que un día diseñaría un hermoso vestido para mí y que si no me gustaba me lo pegaría al cuerpo con silicona, vaya sadico.
-me lo pondría así fuera la cosa más fea existente, porque sería el primer vestido que me regalarían y también el primer regalo que me darías tu- solté sin Pensarlo mucho sin embargo cuando me di cuenta lo que dije me sonroje, rayos!.
Marin me sonrió de la manera más hermosa posible y me acarició el cabello con cariño, me dijo que entonces que de ser así me iba a volver su modelo y si no quería me obligaría a modelar todo lo que él hiciera a la fuerza por lo que reí.
Al llegar a mi casa Marin espero a que entrara, no sin antes preguntarme por mi número de celular para mensajearnos al rato.
En la noche cuando estaba terminando de organizar el pequeño estudio que tenía a mi disposición, llego un mensaje de Marin el cual decía "gracias Nath"
Realmente no me arrepiento por volver por mi carpeta de bocetos, gracias a ella pase la mejor tarde de mi vida junto al muchacho que amo.
Le haré un altar a mi maravillosa carpeta, lastima que sea verde como los ojos de la chica que le rompió el corazón a Marin.