Esta historia comencé a traducirla hace muchos años, pero la vida siguió su curso y me impidió poder continuarla… Mi idea es corregir todos los errores que cometí la primera vez, y llevar esta historia los que no la han leído.

Prometo por lo más sagrado que ahora la terminaré xD!

Disclaimer: Ningún derecho sobre Naruto

Esta es una traducción de una historia de Foxie-sama bajo el nombre de "For the Love of my Friends". No pretendo adueñarme de nada ni causar malentendidos.

Espero que es guste

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Por Amor a mis Amigos

Capitulo Uno: Sus ultimas palabras

Escrito por Foxy y traducido por Hot-chick912

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La aldea oculta en la Hoja era conocida por muchas cosas, la fuerza de sus ninjas, la belleza de sus primaveras y veranos y las geniales facilidades de entrenamiento. También, Konoha era vista como la última villa que iba a caer bajo ataque. Algunos decían que era hasta imposible.

Pero los ninjas pueden hacer muchas cosas imposibles.

Más de la mitad de Konoha estaba ocupada por Oto, su enemigo más odiado. Aun el pequeño porcentaje que no estaba bajo control era peligroso para los poderosos ninjas de la hoja.

"Llegando a Casa Base. Este es el Equipo Omega." Alguien murmuro. Cuidadosamente dos ninjas caminaron a través de las calles cerca de la avenida que une los caminos Sakura y Lotus. El primero, un hombre alto de apariencia extraña con cejas que cubrían casi toda su frente, guiaba el camino, sus oscuros ojos miraban a sus alrededores observando la destruida calle. Sus ojos estaban tristes. Diez años atrás jamás hubiese pensado que su villa terminaría en tan detestable situación.

El hombre que lo seguía era pálido y delgado, con dos líneas rojas en su rostro. Tenía una mano en su oreja, probablemente el que quería contactar a la Casa Base. Un perro de respetable estatura caminaba a su lado.

"Mierda. Estas cosas tiene una recepción horrible." Siseo con rabia el hombre con el perro sacándose el comunicador. Lo zamarreo como si estuviera tratando de intimidarlo para que funcionara. Su compañero miro hacia atrás, y haciendo un gesto sin palabras con la mano le pidió el comunicador. El otro hombre se lo tiro.

Con una gran paciencia, el hombre de las grandes cejas ajusto la frecuencia hasta que llegó a la indicada. "¿Casa Base? Cambio." Pregunto quietamente al comunicador.

Alguien tosió al final de la otra línea. "¿Dónde diablos estaban chicos? Cambio." Los dos hombres sonrieron, reconociendo la dura voz del operador.

"Y no me den esa excusa de mierda de que 'Nos perdimos'. Naruto ya la uso. Cambio." Ambos rieron en voz baja, a pesar de la seriedad de la situación. En serio Naruko-kun… pensó el primero moviendo su cabello negro. ¿Cómo pueden perderse en su propia villa?

"Mis disculpas Shikamaru-kun. Kiba y yo fuimos interceptados por ninjas de oto. Cambio." Dijo el hombre amablemente, Kiba puso sus ojos en blanco.

"¿Cuántos sobreviviente Lee?" pregunto Shikamaru, se notaba levemente la interferencia sobre la línea fallante. Lee frunció el ceño.

"Solo Kiba y Yo." Dijo sobriamente, intercambiando una oscura mirada con Kiba quien gruño. Shikamaru maldijo sobre la línea.

"Otra ganada de mierda para Orochimaru." Susurro un enojado Kiba a Lee. El especialista en Taijutsu no pudo hacer nada más que asentir silenciosamente, sus oscuros ojos llenos de tristeza.

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Llegaron a la Casa Base, una vez la casa Hyuuga en todo su esplendor, pasaron los guardias, y se encontraron en la seudo enfermería. La medic-nin jefe, su amiga de pelo rosado, Sakura, los miro con ojo crítico. Se encontraron así mismos moviéndose incómodos bajo su escrutinio.

"Realmente no deberían exigirse tanto," dijo gruñéndoles. Kiba alzo sus hombros dejando que Lee lamiera todas las botas que quisiera. Los ojos de Lee cambiaron a corazones al hablar con la bonita doctor.

"¡Pero claro Sakura-san! ¡Que estúpido de nuestra parte!" tomo sus manos en las suyas. "¡La próxima vez seguiremos tus instrucciones mi hermosa flor de loto!" Sakura alzo una ceja en diversión, demasiado acostumbrada a sus actos como para avergonzarse.

"Hey no me incluyas a mi Cejas encrespadas." Dijo Kiba con rudeza. Se volvió a Sakura." ¿Dónde está el idiota?" Sakura sonrió al pensar en su rubio compañero de equipo. Usualmente estaba pegado a su cadera, asegurándose de que no cayera en depresión. Aun ahora, después de siete años; aun velaba la muerte de Sasuke. Adentro, aun era la pequeña niña enamorada del silencioso chico.

"No estoy segura, ¿puede que este con la Hokage?"

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Nara Shikamaru miraba al memorial de piedra, traído a su escondite por Kakashi en sus últimas horas de vida-

"O-Obito tra… trate de poner su nombre. Oto interrumpió…" había murmurado Kakashi, su voz fallaba por la gran cantidad de veneno que le habían inyectado. "¿Puedes tu poner el nombre de Iruka?"

Iruka era el mejor amigo de Kakashi. El instructor chuunnin había muerto cuando varios ninjas de oto con el sello maldito atacaron a la Hokage. Él fue el único que estaba ahí para ver el ataque que casi acabo con la vida de Tsunade, y se tiro en frente. Lo mataron instantáneamente. Una noble muerte para un ninja, morir por su villa.

Shikamaru recordaba como el Hokage le dio las noticias a Naruto cuando volvió de una peligrosa misión. La pequeña expresión de felicidad del rubio había caído, sus expresivos ojos se llenaron con lágrimas. No lo había creído, corrió todo el camino hacia el departamento de Iruka. Rompió la puerta de madera, gritando el nombre de su padre adoptivo. Al final Naruto había aceptado la verdad. Iruka que se había ido. Ya no le importaba a nadie.

Los ojos del genio de las sombras llegaron a un nombre diferente. Hyuuga Hinata.

Ella había sido la que había sacado a Naruto de su depresión, lo trajo de vuelta a ellos. Pero solo para ser arrebatada cruelmente por la muerte en un exitoso intento de traer a Naruto a la vida después de su épica batalla con Kabuto.

Era un milagro que Naruto no se hubiera cabreado y vuelto loco. Shikamaru sabia del Kyuubi, uno de los pocos de su edad que lo sabían. No odiaba a Naruto por ello. A un Nara le tomaría mucho esfuerzo odiar realmente a alguien. En vez, Shikamaru se maravillaba de ver como el rubio parecía no ver nada. Como era capaz de caminar con su cabeza en alto en una calle llena de gente que lo odiaba por algo que había hecho Kyuubi hace muchos años.

Dos largos brazos abrazaron sus hombros. Se hecho hacia atrás, con cuidado para no apoyarse mucho en su embarazada esposa.

Sí, había sido lo suficientemente tonto como para embarazarla accidentalmente en tiempo de guerra. Todo lo que el niño llegaría a ver serian baños de sangre y los fragmentos sangrientos de su amada villa. En cambio, para su gran sorpresa, en vez de rabia por parte de los últimos sobrevivientes de Konoha, la nueva vida que Ino cargaba fue lo que les subió el ánimo.

El Neji que casi siempre tenía el ceño fruncido le dio una de las cosas de bebé guardadas en el ático, con una pequeña sonrisa. Naruto siempre la consentía y le preguntaba si podía sentir patear al bebé siempre agregando, '¡Ella va a ser una tremenda ninja!' cada vez que el bebé pateaba fuerte. Kiba y Lee arrastraron a Shikamaru a un lado, hablándole inmediatamente, no por haberla embarazado, sino para hablarle de cómo debía actuar un esposo competente y pronto a ser padre alrededor de una mamá embarazada, y no es que los dos tuvieran algo de experiencia.

Tsunade y Sakura se mostraban particularmente felices sobre el embarazo, como hacían la mayoría de las mujeres diciendo que les encantaba verla pasar por el embarazo, mientras lo regañaban por ser muy duro con ella. Chouji, Konohamaru, Inari y Naruto, los mas glotones de la rebelión comenzaron a darle a su esposa parte de su comida insistiendo en que la necesitaba mas que ellos.

Las pocas veces que Gaara y sus hermanos visitaron la aldea antes de que fuera invadida por Oto le dieron sus felicitaciones a Shikamaru. Como se esperaba de Temari, se lamentaba por no 'haber ido tras de él cuando tuvo la oportunidad', lo que encendió el temperamento de su esposa. Después de haberle gritado a Temari por seguir coqueteando con él, la ninja de Suna le dio unas palmaditas en la espalda preguntándole si se sentía mejor. Para su sorpresa Ino asintió. Caminaron de brazo en brazo, hablando de juguetes de bebes y colores para el cuarto del bebé.

Gaara se había apoyado en la pared, dándole una de sus famosas miradas. Sorpresivamente el Kazekage tenía un consejo que se lo tomo de corazón. "Mantenla a salvo." Dijo con seriedad el pelirrojo, un pequeño gesto iluminando su mirada. "O ya verás lo que te llegara."

Shikamaru suspiro con pesadez. "Se nos está acabando el espacio." Le dijo a su esposa, sacando el comunicador de su oreja. Lo tiro lejos de él. Nara Ino no pudo pensar en nada mejor que hacer que darle todo el confort que podía, abrazándolo lo más que pudo al final cedió al abrazo relajándose. Se quedó mirando a la distancia a través del memorial de piedra por el cual Kakashi había arriesgado tan tontamente su vida. "Esta guerra… nunca debería haber comenzado." Susurro entrelazando su mano con la de su esposa y besando el dorso de ella.

El Anbu en la esquina salió de ahí, no queriendo interrumpir un momento personal. Su largo cabello ensombrecía sus expresivos ojos. Tiene razón… esta mierda ha llegado demasiado lejos. Pensó.

Una voz interrumpió sus pensamientos, una voz que irradiaba sabiduría y poder. A lo mejor… ¿hay una forma de impedir que esto suceda? Pregunto su demonio interno, casi para sí mismo. El temperamento del Anbu se encendió.

"Escucha bola de pelo, esa mierda no es graciosa—"

"Uzumaki Naruto. ¿Otra vez hablando contigo mismo?" el Anbu alzo la vista, sus ojos azules se abrieron por la sorpresa. Luego sonrió.

"¡Gaara!" le dio al Kazakage un afectivo abrazo. El pelirrojo miro a un lado, una expresión ya sea de molestia o vergüenza cruzo su pálido rostro. Naruto lo soltó, sin ver el obvio descontento del Contenedor del demonio de una cola al ser tocado. Pero Naruto siempre fue afectivo con sus amigos, lo quisieran o no.

Gaara no podía decidir si la razón por la cual nunca se quejaba de la exuberancia del rubio era por el hecho de que Naruto era su amigo o porque lo podía vencer en una pelea de demonios. Suponía que era un poco de ambas.

Naruto comenzó a saltar, excitado por su apariencia. "¿Vienes a ver a Baa-chan, cierto? Ven, te mostrare—" una serie de explosiones masivas lo interrumpieron. De repente la mansión se sentía cien veces mas calurosa. Gaara agarro a Naruto por el brazo, creando una esfera de arena alrededor de ambos. Protegiéndolos de los objetos voladores. Y del calor.

Después de unos segundos, una eternidad para Naruto se detuvo. La arena se cayó, los dos contenedores tuvieron un poco de problemas para salir de ahí. La primera capa de arena se había convertido en vidrio sólido. Naruto solo se tiro, sin importarle la cantidad de heridas que recibiera. Saliendo de la capa de vidrio, corrió hacia el cuarto donde recién había salido.

"¡Shika!" grito "¡Ino!"

El memorial de piedra los había protegido de lo peor, pero no de los objetos voladores. Shikamaru había empujado a su esposa hacia abajo, usando su cuerpo como escudo. La sangre los envolvía, toda suya.

Ino se mecía de atrás hacia delante con el cuerpo de Shikamaru en sus brazos. Aun muerto el estratega tenía el ceño fruncido, con debilidad en las rodillas y un poco histérico a la vista de uno de sus amigos mas viejos ensangrentado en el piso, Naruto se preguntaba si Shikamaru abriría sus ojos una última vez para murmurar algo de que la muerte era muy problemática.

Apenas registro el sentir sus rodillas tocando el piso frente a la futura madre, viendo sus ojos desmesuradamente abierto pestañear rápidamente mientras lloraba. Quería alcanzarla. Quería alcanzarlo. Quería correr y pretender no haber visto el cuerpo de Shikamaru en los brazos de la frágil Yamanaka. Quería correr fuera de la casa, y con un primario grito de rabia matar brutalmente al que sea que los hubiese atacado.

Pero estaba congelado, cautivo por la mirada de dolor en sus ojos. Ella lo miro de vuelta. Lentamente llegando a la horrorosa conclusión de que no estaba en un sueño. Lentamente, Ino retiro su mirada y la volvió hacia el estoico Kazekage, sus labios torcidos en algo que podía ser pena o disgusto.

Su atención se intercalaba entre ellos, comenzó a moverse, lagrimas caían por su pálido rostro mientras miraba a ambos contenedores. La miraron con una mezcla de shock, pena y lastima. Sus labios comenzaron a temblar. El grito que salió de su garganta los persiguió por meses después de eso.

"¡No!"

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Gracias por leer! Trataré de actualizar una o dos veces por semanas.

Espero sus comentarios!

Bye!