Disclaimer: Los personajes de Naruto son propiedad de Masashi Kishimoto, la historia es mía.
Holaa! si, tengo demasiado tiempo libre y eso hace que mi mente funcione como una maquina, aunque eso no significa que lo que produzca sea de buena calidad, pero nada pierde uno con compartir, o al menos eso es lo que me digo para consolarme xD
Estos serán situaciones inconexas de la vida de Neji y Hinata entrenando juntos en los 2 años y medio que Naruto estuvo fuera de la aldea. Preferí no hacerlas un longfic porque en realidad no me da la mente ahora, pero si estas ideas son bienvenidas por los lectores pues quizás me anime y haga el longfic, claro después de avanzar o terminar los que tengo ahora.
Tu secreto.
Neji la ve fallar y se desploma contra el suelo del campo de entrenamiento, rueda una vez y se detiene, se queda ahí tirada pero se medio incorpora apoyando el peso en uno de sus codos. Su ropa está sucia y su cabello que, desde que Naruto se había ido se había empeñado en dejar crecer, luce enmarañado y lleno de pequeños pedazos de hierba, ella lo limpia con una de sus pequeñas manos, sin dejar de observar a su Niisan, quien no comprende a que viene esa expresión de confusa vergüenza que ha cruzado el rostro de su prima.
—Levántate —le dice, porque está perdiendo la paciencia. Ella se sienta, aún con su terrible aspecto, con el flequillo pegado al sudor de su frente y la respiración agitada, no pierde aquella elegancia y altura que le da su apellido, los Hyuga, tan burgueses ellos… —No estamos tomando el té, Hinata-sama —intenta no perder la compostura pero verla tan agotada lo saca de quicio, llevan al menos 1 año y medio entrenando de esa manera y ella jamás había estado tan distraída ni se había cansado tan rápido.
Permaneció ahí con su postura de combate, estoico, soberbio y elegante –ni el mismo se daba cuenta la manera en que lucía, de saberlo se hubiese odiado a sí mismo –con aquella expresión neutral que llevaba practicando desde hacia años, su ropa impecable, ni una gota de sudor habría osado acariciar su piel, ni un pelo de su melena se ha escapado de esa pulcra coleta que reunía su castaño y sedoso cabello. Sin duda era un espectáculo, no en vano era el genio de los Hyuga.
—Neji-niisan… yo-yo…—Hinata no tartamudeaba desde hacia meses cuando estaba junto a él, una mezcla de frustración y molestia cruza su ser, siente que todo el esfuerzo y logros que han alcanzado en todo ese tiempo se han desvanecido de la nada, dejándole en frente a esa niñita debilucha que no puede ni siquiera articular una palabra.
Él puede leerla, lo hace mejor que cualquier otra persona. Ella leva su mano cerca de sus labios, lo que significa que está intentando ocultar sus verdadera situación frente a él, se sonroja levemente, es decir, está pensando en algo que según ella es indebido o pensando en Naruto, esas eran las únicas dos razones que él conocía. Hinata arregla su flequillo e intenta infructuosamente de desarmar los enredos que se habían formado en su cabellera, que en ese momento apenas alcanzaba la base de su cuello.
—¿Sucede algo Hinata-sama? —Neji deja la posición de combate, sea lo que sea quiere que su prima lo escupa de una vez —¿Por qué está así de distraída? —ella se sobresalta al darse cuenta de que el chico la ha leído a la perfección una vez más. Traga saliva, no sabía como reaccionaría Neji cuando le hiciera esa pregunta.
—Eh…es…a-algo que-que —él enarca una ceja impaciente, ella se sonroja aún más —No tiene que ver con nuestro entrenamiento —suelta al fin, y su voz se asemeja a un susurro pero Neji escucha, y se acerca a ella disimulando el repentino interés.
Hinata está abriéndose con él, después de haberle tratado tan mal, de haberla atormentado cada vez que pudo con sus frías palabras, ella al fin podía tener la suficiente confianza con él para tocar temas que no tenían que ver con el entrenamiento del puño suave. Camina hasta ella y se acuclilla para estar a su altura, la mira a los ojos, expectante.
—Puede decirme lo que sea, Hinata-sama —y siente una pequeña emoción cálida removerse en su pecho, de esas que no se permite tener jamás frente a nadie porque lo hacen sentir débil.
—Yo… quiero hacerle una pregunta, Neji-niisan —desvía la mirada, su rostro hierve y se asemeja a una cereza madura.
—Adelante.
—Yo… es que usted…—se le traban las palabras y se ahogan antes de salir por su garganta, pero es importante —Usted… —Neji la mira, esperando, ansioso y por qué no decirlo, nervioso, emociones que no deja que perturben su estoica expresión —¿Cómo.. usted…?
—Hinata-sama —murmura y toma la mano de su prima —Sé que no he sido el mejor con usted, por el contrario, he sido un canalla, pero usted me ha dicho que no me guarda rencor —hace una pausa para observar su reacción —Es usted una maravillosa persona y le estoy agradecido, por lo tanto no podría no pensar en ayudarla en lo que usted necesite.
—Neji-niisan… —murmura Hinata con un hilo de voz, sus ojos tiemblan por la emoción.
—Adelante.
—Neji-niisan —traga saliva sonoramente —Quiero que… quiero que me diga el secreto de como mantener mi cabello tan lindo como el suyo —lo suelta todo tan rápidamente que apenas se entiende, pero el Hyuga entiende, y siente como una gota de sudor frío cae por su cabeza hasta alcanzar su nuca.
Se levanta, ofendido, defraudado, pero más que nada confuso y molesto, molesto por no entender a las mujeres ¡Cómo joder le preocupaba algo tan superfluo como mantener su cabello lindo! ¿Era esa su pequeña prima? Bueno… después de todo era una chica y aquel tipo de preocupaciones eran casi inherentes en ellas, lo había comprobado con Tenten, que pese a ser una magnífica kunoichi tenía sus arranques de vanidad propios de la adolescencia.
—Neji-niisan… yo lo siento pero…—la voz de Hinata se escucha preocupada, llena la angustia —No estoy acostumbrada a tener el cabello largo…y…y tú lo tienes tan bien cuidado y… suave.
Neji no pudo evitar sonrojarse levemente, jamás habían alabado su cabello, pero es que los hombres no se preocupan por ese tipo de cosas…
—Me avisas cuando quiera entrenar en serio —dice y su voz suena glacial, tanto que apaga las encendidas mejillas de la chica. Se da la vuelta y comienza a caminar.
—Yo… lo siento Neji-niisan…
La trémula voz de su prima lo hace detenerse, y aún dándole la espalda, masculla entre dientes, entre avergonzado y mosqueado: —Deberías enjuagarlo con vinagre de manzana… eso le dará suavidad y no se enredará —y se larga como alma que lleva el diablo.
Hinata sonríe, entre divertida y emocionada.
Nadie hablaría del tema de nuevo, no obstante, Neji recordaría aquel momento en el que se acercaron por primera vez para hablar sobre ellos mismos, cada vez que vea como el lacio y brillante cabello de su prima era mecido por el viento primaveral.
Y qué tal? una pelotudez no? xDD Realmente fue una idea tonta, pero prometo traer situaciones más emotivas en otros capitulos.
No sé muy bien que tintes tendrá cada capitulo que suba, y aunque no suelo hacer este tipo de cosas, a quien le guste la idea puede pedirme alguna situación, ya sea romántica, lemmon o situaciones divertidas, ahí veré que hago, depende de su opinión y aceptación.
Espero sus opiniones :) muchas gracias por leer.
PD: esto se me ocurrió mientras me peinaba despues de la ducha ¡enjuagarse con vinagre de manzana en verdad sirve! y el olor se pasa cuando se seca xD pensé que Neji también debía tener algo de vanidad, ese cabello no es solo genética o sí?
