Prólogo
Nunca nada era diferente pero siempre fue dinámico, y aunque fuera difícil ambos estaban felices siendo aliados.
Eran la justicia y la mayor parte compañeros de clase. ¿Cuándo habían empezado por esto? ¿Ayer? ¿Meses? ¿Un año? ¿O más? Tendrían que estar locos y más aún sin saber sus identidades y gritarse sus arrebatos sentimentales. Esas despedidas después de comer un helado, no como Marinette o Adrien, sino como Lady Bug o Chat Noir.
No podían odiarse cuando se fascinaban tanto entre sí.
Así fue como la hora de la justicia había llegado bajo nuevas instrucciones, tenían que separarse. Pero antes había una última misión que cumplir juntos, como compañeros con sentimientos encontrados.
– ¡LadyBug! Apuesto que extrañarás trabajar con un galanazo como yo – Alardeó el felino sintiendo como su corazón se partía.
–¡De ninguna manera! – Respondió ella como si nada sucediera.
Pero como podían pelear sintiéndose ambos tan fatal.
Ah, un simple error y todo acabaría con LadyBug aplastada por un montón de pedazos y sueños.
Los gritos no tenían fin así como las pesadillas futuras de Chat Noir.
