La princesa Guerrera

Por: Gold77 y Jux008

Kagome La princesa del fuego.

En un lugar llamado Windsor precisamente en el condado de Berkshire, existía una guerrera que era temida por la mayoría de las personas, pero para quienes la conocían era una simple heroína que se dedicaba a proteger a los suyos. Pero por su corazón frió y su mano dura para hacer caer la justicia en quienes infligían la ley se había ganado el nombre de la guerrera del fuego.

-por favor no me haga daño – rogó una joven mientras era atacada en plena oscuridad de la noche

-rogar no te sirve de nada cariño – dijo un hombre mientras tapaba la boca de la mujer con una mano mientras con la otra tomaba la cintura de la joven y la atraía hacia el – es una lastima que el brillo de tus ojos desaparezca

-vamos hombre, comparte con nosotros ese manjar

Se aproximaron mas hombres y al poco momento ya no era uno si no cinco

-tranquilo chicos, pienso… – miro a la joven de pies a cabeza – compartirla

De pronto el hombre sintió una punta filosa en su garganta…

-si fuera tu no lo haría

Una voz dulce pero a la vez llena de autoridad se escucho en su oído. El hombre giro sobre sus talones y vio a una mujer de pelo azebechado y ojos chocolate.

-también quieres divertirte? O prefieres ser primero que ella?

-no me entendiste verdad, te dije, si fuera tu no lo haría, así que o la sueltas o tu y yo vamos a tener problemas muy serios – cambio de lugar su espada y le apunto directo al corazón

-y si me niego? – la reto el hombre

-como te dije, tu y yo tendremos problemas

Los cuatro hombres habían reconocido, no solo la voz de la mujer si no la espada, esa espada sagrada hacia temblar a cualquiera que se interponía entre la joven y la punta filosa.

-oye viejo será mejor que le hagas caso – aconsejo uno de los hombres

-por que? Es una simple mujer – señalo, y la misteriosa mujer solo esbozo media sonrisa –además no le tengo miedo-.

Grave error para aquel hombre, ya que si hubiera sabido perfectamente quien era ella habría preferido quemarse la lengua antes de hablar. Así que los demás hombres comenzaron a retroceder hasta desaparecer en la oscuridad.

-tus amigos han elegido bien, así que tu decide – por unos minutos observo a la joven que un estaba de tras de aquel hombre – o dejas a la joven o mueres

-mira – dio un paso hacia adelante y saco el también su espada – no se quien seas pero ninguna mujer me amenaza y mas si es tan hermosa como tu

-gracias por el cumplido, pero ahórratelos, los puedes usar para cuando vayas al infierno

Y así en el menos descuida se enfrentaron cuerpo a cuerpo. El hombre al sentir como vibraba su espada cada vez que chocaba con la otra espada oponente sintió una energía extraña.

Cuando por fin no pudo más, el hombre se dejo caer de rodillas y la vio a los ojos.

-quien eres? – pregunto agitado

-me temo que para ti solo soy la guerrera del fuego – y con un movimiento traspaso el corazón de hombre con su espada.

La joven saco un pañuelo y limpio los restos de sangre que había en la espada. La joven se acerco temerosa ante su salvadora, pero antes de que pudiera decir algo o tocarla, ella ya se había percatado de su cercanía.

-será mejor que no andes sola, y mas si es de noche – guardo su espada y observo a la joven

-gracias – fue todo lo que dijo – Kagome

-no me agradezcas, detesto a esta clase de hombres – sus ojos viajaron al cuerpo sin vida de aquel sujeto – debes andar con cuidado Eri, no siempre estaré vigilando el pueblo y mas de noche

-te prometo que me cuidare – esbozo una sonrisa

-ven, te acompaño a tu casa-. Dijo extendiéndole la mano.

La chica en cuestión, es Kagome Higurashi, conocida como la princesa guerra del fuego, una chica hermosa y buena espadachín y arquera, podía acertar con flechas donde sea ya la distancia que fuera, llevaba siempre una armadura que usaba como vestimenta, la parte de arriba era una pechera metálica sujeta con tirantes y una tela blanca, cubría su torso como si fuera un corsé, la falda era muy corta y hecha de tela de franela, cubierta por parte de la armadura metálica que terminaba en puntas de espada. Llevaba un cinto negro atado a su cintura, donde llevaba sujeta la vaina de su espada y otro cinto en diagonal en el que llevaba sus flechas y su arco.

Kagome es una chica de 18 años de edad, de largo pelo negro azabache y como se dijo ojos marrones, era alta y de buen físico. Su madre, fue una excelente guerrera y murió en un combate, cuando ella era tan solo un bebé, fue adoptada por su abuela Kaede, quien le enseñó de niña a convertirse en la mejor y más fuerte guerrera de todas, a tal punto de enseñarle el manejo de la espada sagrada del cáliz, una espada sumamente poderosa y forjada por Myoga, abuelo de Kagome, quien le entregó la espada, una vez que Kagome fuera mayor y dominara bien sus poderes de guerrera y el legado de su madre en cuestión.

La fantástica princesa guerrera del fuego, vive en el castillo de Windsor, que es gobernado por los reyes Kikyo y Sesshomaru, ambos son muy admirados por su pueblo, su honestidad y amabilidad, les han granjeado la más pura confianza y respeto de todos los pobladores que viven en la aldea que se encuentra dentro del inmenso castillo que parece una fortaleza. Kikyo y Sesshomaru, nombraron a Kagome la protectora del inmenso castillo, ya que ella sola ha sido capaz de combatir y expulsar a temibles bandidos que querían robar las riquezas de los pobladores y el reinado.

Ese mismo día, Kagome y Eri, regresaron al castillo. Una pequeña barcaza, estaba en las orillas del río Támesis. En su interior, un joven príncipe se encontraba dentro de ella, moribundo y maltrecho, tenía el pelo largo de color plateado y unos extraños ojos color ámbar, era fornido y de buen físico y alto, su nombre era Inuyasha Taisho. En eso, una gigantesca nave del tamaño de una ciudad entera, apareció entre los cielos de Londres y al verla, Inuyasha abandonó la barcaza como pudo y se escondió, pero esa nave no pasó desapercibida por los ojos de Kagome quien se alertó de sobremanera al verla y más cuando vio salir de ella, varias esferas de fuego, que parecían ser cápsulas que expulsaba la gigantesca nave.

Inuyasha se había escondido en unos matorrales como pudo y rogaba por ayuda y cuando creyó morir, una pequeña luz apareció frente a el.

-¿Q-Quien...Er...eres-. Preguntó el joven príncipe apenas audible.

-Soy Sango, tu hada madrina-. Dijo una diminuta mujer del tamaño de un dedo meñique y que flotaba envuelta en un blanco polvo de estrellas.

-¿Hada madrina?- Preguntó incrédulo.

-Si, se por lo que huyes y permíteme ayudarte-. Dijo Sango suavemente.

En eso, la diminuta hada, hizo un pase de magia con su varita y transformó al joven príncipe Inuyasha en un hermoso caballo de raza equina negro, con una franja blanca en su hocico, pero al oír pasos, la pequeña hada se desvaneció y se olvidó de curar las heridas de Inuyasha que ya estaba convertido en caballo. Esa persona era Kagome, que al ver al caballo se quedó asombrada y al verlo mal herido.

-Pobre – mirando las heridas del hermoso animal – debes estar muy grabe

Decidió llevarlo al castillo, donde lo curaría de sus heridas y de paso, le vendrá muy bien para poder ir a investigar donde cayó esa extraña nave gigantesca. Inuyasha también quedó maravillado al ver a la joven princesa guerrera y decidió no decir nada por ahora, al llegar al castillo, toda la gente salía de sus casas asombrados y maravillados al ver tan hermoso caballo acompañando a Kagome, quien lo llevó a su casa y allí empezó a curarle las heridas.

Mientras tanto, y respecto a la nave, era tripulada por robots que venían de un planeta lejano en busca de tesoros al planeta tierra, su comandante era el despiadado y sanguinario Naraku, un hombre extraño en el que la mitad de su rostro es de un robot al igual que su mortífero brazo izquierdo, todo lo demás era humano. Tenía bajo su mando un poderoso ejército de robots centinelas que conformaban la inmensa flota del despiadado Naraku, que además disponía de armas letales, como tanques, arsenal de alta tecnología y armas laceres. Los robots tenían la misma movilidad de humanos, es decir con brazos y piernas, su armadura era metálica que cubría todo su cuerpo, llevaban guantes y zapatos metálicos negros, su cabeza era cuadrada con una especie de casco semi redondo. Sus ojos eran un rectángulo delgado y en línea vertical, con una luz roja en vaivén y sus bocas eran triangulares y brillaban cuando hablaban.

Dentro de la nave, el perverso Naraku se paseaba de un lado al otro, estaba nervioso y enojado.

- Esto es increíble, todos mis enemigos en prisión, todas las riquezas en mi poder, armas y tecnología en mi. Pero,... me falta ese príncipe, ese maldito príncipe Taisho, el hijo de mi acérrimo enemigo InuTaisho. ¡Lo quiero conmigo!-. Espetó a esto último con voz elevada.

En eso uno de sus robots guardias le llama.

- Disculpe señor, Hemos localizado el castillo de Windsor, allí hay grandes riquezas y tesoros, además se rumorea que una princesa poderosa y guerrera vive allí y que según nuestros espías, han sabido que el príncipe Inuyasha cayó en las cercanías de allí-. Dijo el robot teniente.

- Excelente, buen trabajo Teniente. Fijen el curso hacia ese castillo, si mis predicciones son correctas, podemos alzarnos con los tesoros más grandes de todo este planeta.¡Jajajaja!-. Dijo el perverso Naraku riendo con suma maldad.

Mientras tanto, en la aldea, los robots espías se encontraban cerca y listos para atacar, los vigiladores no los vieron y eso les favorecía, ¿Podrá kagome detenerlos con su simple espada?-.

Continuara....


Hola

Les damos la bienvenida a nuestro nuevo fic de parte de Gold077 y Jux008, esperemos que este capitulo haya sido de su agrado...

Nos vemos en otro capitulo

Att: Gold077, Jux008