Hola compañeros, acá les traigo otra historia que lleva rondándome varios días, espero que la disfruten, trataré de actualizar seguido. Desde ya cualquier comentario, critica o sugerencia serán bienvenido. Saludos :D
"Si alguna vez llegara a pasarme algo, me gustaría que tu te hicieras cargo del bebé, ¿lo harías?
Para mi sería un honor"
Habían pasado casi cuatro años desde que Maura le había hecho esa promesa a Jane, una promesa que espero jamás tener que cumplir, había sido su amiga por más de diez años y siempre sintió que le debía la vida por todas las veces que la había rescatado, en ese momento solo había pensado en un sostén económico, en una cuenta de ahorros para la universidad, en una casa a la que ese bebé pudiese llamar propia, pero nunca había reparado en lo que significaba verdaderamente hacerse cargo de otra vida, de una pequeña personita que la mirase a los ojos cada mañana y la llamase mamá, y más complejo aún, en una que le devolviese la mirada traviesa de Jane a cada instante cuando extrañarla se había vuelto cosa de todos los días, una rutina dolorosa que solo era aliviada por el amor que esa pequeña niña nacida a fines Junio le profesaba, esa pequeña que le llenaba el corazón y que Jane había llamado Camile Dorothea Rizzoli.
M- Camile, cariño ¿estas lista?- Llamo Maura mientras tomaba su bolso y sus llaves.
C- Si mamá- respondió la pequeña niña caminando hacia ella arrastrando un conejo de felpa tras sus pasos.
M- Agarra las flores para mamá.
La pequeña obedeció y tomo entre sus tiernas manos el ramo de lavandas que había preparado y salió dando saltos del umbral de la casa de la forense lista para subir al auto. Maura aseguro a la niña en su sillita de seguridad y se subió al coche para emprender el camino a la clínica. Media hora mas tarde, descendió con Camile en brazos y camino con firmeza hacia la entrada del edificio, recorrió los pasillos de manera rutinaria siendo saludada a su paso por las enfermeras y los médicos del lugar. Paró lentamente frente a una gran puerta en el tercer piso que anunciaba "cuidados especiales", la abrió de un empujón al tiempo que dejaba a la niña en el suelo y la veía correr por el pasillo hasta entrar en un cuarto. Maura siguió su camino y se unió a ella recorriendo como cada domingo el cristal que la separa de su mejor amiga, doblo a la izquierda y se quedo parada en la puerta viendo la tierna y a la vez desgarradora escena en donde Camile, parada sobre un pequeño banco, depositaba sus flores sobre el pecho de la detective. Se acerco lentamente y acaricio la cabellera de la niña al tiempo que le echaba un vistazo a los monitores, el sonido era estable pero persistente, el coma era profundo, desde el momento del accidente había sido advertida que un estado de coma tres era prácticamente irreversible, sin embargo cada vez que se encontraba en esa habitación no podía evitar mirar con esperanza las pantallas esperando un milagro.
C- Mamá Maura me ha enseñado un nuevo movimiento de esgrima, dice que se me da bien y que cuando sea grande seré campeona igual que ella- dijo Camile sentada junto al cuerpo inmóvil de su madre, su platica era dulce y natural, llevaba haciéndolo desde siempre ya que cada domingo la forense la llevaba sin falta para que la viera y se esforzaba porque Jane fuese parte de su vida.
M-¿Le contaste a mamá sobre tu vestido nuevo?- pregunto al tiempo que se sentaba en una silla junto a la cama.
C- Lo he olvidado, mira mamá- dijo sujetando los volados de su ropa para enseñárselos a Jane- la abuela Ángela lo ha hecho para mi, dice que a ti no te gustaban de niña pero yo creo que son muy hermosos.- exclamo mientras acomodaba su ropa con la delicadeza que la forense le había enseñado, Camile era toda Rizzoli de apariencia excepto por el tinte color castaño de su cabello, en eso se parecía a Casey, pero su actitud delataba la crianza de Maura, era delicada e inteligente, paciente y ordenada aunque en el fondo poseía esa chispa característica de Jane que tanto le gustaba.
M- Ya debemos irnos cariño- dijo la forense al cabo de un rato mientras observaba su reloj.
C- Claro mami- le pequeña beso en la mejilla a Jane y salto de la cama.
M- Espérame un segundo afuera, ahora te alcanzo- exclamo dulcemente con una sonrisa viendo como la niña la obedecía de inmediato, cuando al fin hubo salido de la habitación se paro al lado de la morena y sujeto su mano con tristeza.- La próxima semana es el cumpleaños numero cinco de Camile, nuestra pequeña esta cada día mas grande, estarías tan orgullosa de ella- las lagrimas se agolparon en los ojos de la forense quien lucho para contenerlas moviendo su cabeza y mordiendo su labio inferior, sollozo de manera casi imperceptible y se seco los ojos con la mano libre- no sabes cuanto te extraño Jane- y sin decir mas, deposito un beso sobre la frente de la morena y se marcho despacio por donde había venido.
A- Ahí esta mi pequeña- exclamo Ángela extendiendo sus brazos mientras veía a Camile correr frenética hasta abalanzarse sobre ellos, la mujer la beso y apretó con fuerza para luego depositarla nuevamente en el suelo- ve a lavarte las manos que la cena esta lista.
La niña salió corriendo hacia el baño y Ángela se incorporo viendo entrar a la forense despacio y dejar sus llaves sobre la mesita que estaba junto a la puerta. Sus ojos eran tristes aunque se esforzaba por disimularlo, forzó una sonrisa para la mujer y se acerco hasta ella. Un abrazó la dejo un poco aturdida, pero se permitió quedarse hundida en el hombro de Ángela un par de segundos, no le venía mal un poco de afecto para variar.
A- ¿Cómo esta?- pregunto sin soltarla del todo.
M- Estable, no ha habido ningún cambio- Maura suspiro profundo y agacho la cabeza dejando caer sus brazos a ambos costados de su cuerpo con pesadumbre.
A- Ella puede sentirte lo sabes, no quisiera que dejes de ser feliz- dijo de manera alentadora sujetando las manos de la pelirroja para que esta sintiera la energía que trataba de transmitirle. Maura volvió a soltar un suspiro y asintió con la cabeza mientras se volteaba para sentarse a la mesa en donde ya la aguardaba Camile.
Cenaron a gusto la pasta que Ángela había preparado mientras conversaban sobre la fiesta de cumpleaños de la niña quien estaba muy entusiasmada por aquel evento próximo. Ni bien acabaron de comer, Maura acompaño a la pequeña hasta su habitación, la ayudo a colocarse la pijama, la metió en la cama y se sentó a su lado para leerle una historia. Cuando al fin hubo acabado beso la frente de Camile y se puso de pie dejando el libro en la repisa y encendiendo la pequeña lámpara de noche que ahuyentaban los fantasmas de la niña.
C-Mami- llamo la pequeña antes que Maura pudiese abandonar la habitación.
M- ¿Si cariño?- dijo esta volteándose .
C- ¿Mamá va a despertarse algún día?- pregunto con inocencia mientras abrazaba el conejo que su tío Frankie le había regalado al cumplir los dos años.
M- No lo se cariño- respondió Maura mientras sentía como el corazón se le desgarraba tras aquella pregunta, ¿Cómo explicarle a una niña de cuatro años que la posibilidad de que Jane regresase del coma a esas alturas y después de tanto tiempo, eran tan escasas que no se atrevía a pensar en ello.
C- La abuela dice que si pido con fuerza se me pueden cumplir mis deseos, ¿crees que si pido que mamá despierte lo hará?
M- Siempre podemos desear las cosas con mucha fuerza y a lo mejor los deseos se cumplen cariño- exclamo sonriendo mientras cubría mejor a la pequeña con sus mantas- ahora duérmete, tienes escuela en la mañana.
C- Hasta mañana mami- dijo serrando sus ojos y acurrucándose en su cama.
M- Descansa amor mío- Maura cerro la puerta tras ella y se quedo unos segundos parada pensando en lo que acababa de decirle a su hija, no tenía corazón para afirmar que de nada servía tener esperanzas y rezar porque Jane volviera cuando ella misma lo hacía cada noche aunque bien sabía que era algo irracional.
Regreso a la cocina y terminó de ayudar a Ángela con los platos, cuando esta se marcho a descansar procedió a hacer lo mismo. Quitándose los zapatos después de un largo día, se sentó en la cama masajeándose los pies, encendió el televisor y se recostó sobre los cojines al tiempo que le echaba una mirada de reojo a la parte vacía de su cama, como deseaba que Jane estuviese allí con ella para decirle que todo iría bien. Se quedo un segundo perdida en sus pensamientos, luego cambió de canal hasta que encontró un programa que le llamo la atención, sin embargo no logro acabar de verlo, los ojos le pesaron con cansancio y se fue cayendo entre sus sabanas hasta quedarse profundamente dormida.
El teléfono sonó incesante cerca de las tres de la mañana, la forense se incorporó en la cama notando que no se había puesto ni siquiera su pijama, extendió la mano aún medio dormida y tomo el móvil contestando la llamada.
-¿Doctora Isles?- pregunto la extraña del otro lado del teléfono
M- Si soy yo, ¿Qué se le ofrece?
-La llamamos de la clínica Saint Lucas- dijo con cautela- no se como decirle esto.
Maura tembló ante aquellas palabras, había esperado ese momento por años, esa llamada a mitad de la noche que le dijera que el pequeño hilo de vida que ataba a la morena todavía a ese mundo se había cortado al fin.
-Hemos percibido signos de cambio en la paciente Jane Rizzoli, esta despertando.
M- Voy para allá- atinó a decir mientras colgaba el teléfono y se incorporaba de un salto, salió de su habitación con los zapatos en sus manos y corrió hasta la casa de invitados. Ángela apareció tras la puerta envuelta en su bata de noche y se quedo helada cuando Maura le conto lo que había pasado, le pidió que se quedara con Camile y se apresuró a subir al coche para conducir tan rápido como pudo hasta la clínica.
-Doctora, que bueno que haya podido venir- la recibió la medico que llevaba el caso de Jane.
M- ¿Qué ha pasado?- pregunto sintiendo que el corazón se le salía del pecho.
-Un milagro, eso ha pasado- contesto con una sonrisa esperanzadora en su rostro- porque mejor no lo ve usted misma.
La forense se apresuró hasta la habitación de la detective y cuando llegó ahí la vio sentada en su cama, un grupo de enfermeras estaban realizándole estudios y cuando vieron a la forense parada con incredulidad en los ojos, se apartaron y salieron del cuarto para darles privacidad.
Maura busco entre sollozos los ojos marrones de la morena temblando como una hoja sin poder dar crédito a lo que estaba pasando, se acerco un poco hasta la cama y sujeto la mano de Jane con miedo de hacerle daño. Esta levando la mirada con dificultad y movió los labios en un tono casi imperceptible que dejo escapar un simple "Hola Maura", que logró dar por finalizada aquella pesadilla al tiempo que la pelirroja se abalanzaba sobre ella abrazándola y rompía en llanto.
