RESUMEN:
Harry Potter, huerfano de padre y madre, vive un orfanato en el cual sufre violaciones. Todo parece cambiar el dia que recibe una carta de Howarts. Pero, ¿seguro que todo acabara?
ESTE FIC NO ES MIO ES DE UNA MUY BUENA AMIGA :APC132
Notas fanfic:
Hola, este es mi primer fic. Espero que les guste.
"Ya son las 2. Mañana me espera otro día infernal en este maldito orfanato. Si al menos fuese valiente, capaz de contarlo... Pero si lo hago, será todavía peor... Mi conciencia me dice que lo haga, pero mi cuerpo me suplica que me calle. ¿Podré soportar una vez mas otra...otra... no puedo decirlo... en fin...violación? Lo mejor será que me duerma pronto. Mañana, me despertaran muy temprano y volverá a ocurrir."
Alguien susurro a mi oído:
-Arriba, Harry. No me obligues a decírtelo dos veces.
Al instante, Peter, un chico tres años mayor que yo, aparto un poco la sabana y me empezó a toquetear. Volvió a insistir:
- Venga, Harry. Tenemos una "cita" en el servicio.
El se aparto un poco, y me puse las zapatillas. Cuando ya estaba totalmente en pie, me agarro del brazo y me llevo de malas maneras al servicio.
"Por favor, por favor. Que aparezca alguien" - pensé para mis adentros.
Entramos en la pequeña habitación y cerro la puerta. Me empujo bruscamente hacia el suelo, donde me quito muy lentamente el pijama. Comenzó por la camisa. Cuando ya la hubo quitado del todo, me empezó a lamer el pecho y a darme mordisquitos en las tetillas. Me quito el pantalón y se coloco sobre mi. Prosiguió impulsando sus genitales sobre los míos. Eran movimientos muy suaves, pero al cabo de nos instantes fueron mas rápidos. Yo ni siquiera me atrevía a gritar, por miedo a que si nos descubrían, y recaía la culpa sobre Peter, yo lo pasaría muy mal: todavía peor que ahora.
Decidió cesar los impulsos. Parecía que ya había terminado cuando Peter me comenzó a chupar los genitales. Estuvo un buen rato, hasta que llamaron ala puerta:
- ¿Qué pasa ahí dentro?
Eran una voz conocida... ¡Ya lo tengo! Era la subdirectora. ¡Estaba salvado! Al menos eso era lo que pensaba. Peter me obligó a esconderme detrás de la puerta. La subdirectora, entro:
- ¡Ah! Eres tu Peter. ¿Qué pasaba antes? Oí unos ruidos muy raros.
- ¡Ahhh...! Eso. Pues, vera... Es un poco vergonzoso pero... Estaba haciendo... Ya sabe, mis necesidades. Y me costaba un poco.
En cierto modo, no había mentido: estas eran sus necesidades diarias.
- Que descortés por mi parte, Peter. Siento mucho haberte molestado. Puedes seguir.
La subdirectora salió por la puerta, para mi desgracia.
- Has tenido suerte, Potter. Pero ten por seguro que no volverá a ocurrir.
