Primer Parte:

Un atractivo joven de cabellos negros y ojos azules se encontraba en el tejado del Dojo Tendo, en apariencia tranquilo, pero en realidad estaba bastante nervioso por la fecha que se acercaba y lo complicado de su estado monetario.

-Como pasa el tiempo, cuñadito- Decía una jovencita de cabellos castaños, y una mirada sumamente calculadora.

-¿Eh? ¿De qué estas hablando Nabiki?-

-¿Cómo de qué estoy hablando?- Le cuestionaba la joven, entrecerrando sus ojos- Tú bien sabes que mañana harán dos años de que llegaste aquí, ¿No es cierto eso?-

-S-sí-

-Y por ende, también es tú aniversario de compromiso con Akane-

-S-sí-

-¿Lo recordabas?-

-S-sí-

-Oye, cuñadito, ¿Acaso no sabes decir otra cosa?- Se burlaba la muchacha.

-¡C-cállate Nabiki!- Respondía furiosamente sonrojado el oji-azul- Se perfectamente que día es mañana, no es necesario que me lo recuerdes-

-¡Oh! Cuñadito, entonces tu también llevas la cuenta del tiempo que ha pasado desde el día en que se comprometieron, ¡Nunca lo hubiese imaginado de ti!-

-¡Shh! ¡No lo andes gritando!- Decía avergonzado por su tonta confesión- ¿Por qué dices que yo "también" llevo la cuenta? ¿Acaso…?-

-Si, querido cuñadito, mi hermanita Akane también ha estado contando los días- Le contestaba con una mirada inquisidora- Ahora dime, ¿Qué piensas darle?-

-Emm, yo no…-

-¿No piensas regalarle nada?-

-Y-yo no…-

-Entonces será mejor que le diga a Akane, que deje de ahorrar para tu regalo, ¿No crees?- Empezando a bajar las escaleras.

-¡¿AKANE ESTÁ AHORRANDO PARA MI REGALO?- Pensaba el joven - ¡Espera un momento Nabiki!-

-¿Qué sucede cuñadito?- Deteniéndose.

-¿En verdad Akane…?- Pregunto avergonzado el oji-azul.

-Así es, ella hace meses que ahorra para este día, por eso creo mejor que si no piensas regalarle nada, decirle que deje de ahorrar y gaste ese dinero en otra cosa, ¡Lastima! Se va a poner muy triste cuando se lo diga- Poniéndose en movimiento nuevamente.

-¡NO!- Grito desesperado –¡No le digas nada!- Lo que menos quería en el mundo era que por su culpa, ella se sintiera triste, y menos ese día tan especial para ambos.

-Entonces, ¿Cambiaste de idea sobre el regalo?-

-¿Y quién dijo que yo no le iba a regalar nada?- Decía el joven de la trenza muy molesto.

-¿Acaso ya pensabas regalarle algo?- Preguntó con malicia- ¿Cuál era la causa de tu malestar entonces, cuñadito?-

-Bueno, yo no tengo…- Cambiando drásticamente su semblante.

-¡Ah claro! ¿Cómo no me di cuenta antes? ¡No tienes dinero! ¿No es así?-

-¡Shh! Te dije que no grites. Sí, ese es el problema-

-Sabes, si tú quisieras yo podría hacerte un préstamo- Subiendo nuevamente al tejado y sentándose al lado del peli-negro.

-¿En serio Nabiki?- Decía ilusionado como un niño- Ya he visto el regalo que le quería a comprar pero mis ahorros no me alcanzan para tanto… Me faltan unos 10.000 yenes, ¿Podrías prestármelos?

-Claro, cuñadito- Sacando mágicamente su ábaco y comenzando a hacer cálculos- Me los pagarás con varias sesiones de fotos como chica y claro, con algo de dinero también-

-¡Feh! Está bien- Resignado- Todo sea por Akane- Recordaba el aniversario anterior. No había sido exactamente perfecto como suelen serlo en otras parejas, puesto que ninguno de los dos admitía lo que sentía por el otro, salvo por pequeñas demostraciones que se negaban al final.

La joven peli-azul, quería que este día fuese distinto al anterior, y había destinado sus ahorros a un regalo que le pareció perfecto para su joven prometido. Por el otro lado, el artista marcial estaba decidido a demostrarle que si le importaba su compromiso con ella, y la mejor manera que encontró, fue un regalo que le pareció perfecto para "su" Akane. Esta vez ambos estaban seguros de que ese día sería mágico en cierta forma, no sabían con seguridad el por qué, pero presentían que algo bueno saldría de todo esto.

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-¡Bien!- Exclamaba feliz una jovencita de cabellos azulados y ojos chocolates, mientras terminaba de contar el dinero sacado de un pequeño chanchito- Por fin tengo el dinero para el regalo-

Apurada, guardó nuevamente el dinero en el chanchito, y salió de su habitación para pedirle a su hermana favorita que la acompañara a comprar el regalo.

-Kasumi, ¿Me acompañarías ahora?- Decía la peli-azul, entrando al comedor muy entusiasmada.

-Claro que si Akane- Respondía con una cálida sonrisa- ¿Podrías esperar a que almorcemos? La comida está lista-

-Claro que sí Kasumi-

-¡Familia a comer!- Grito suavemente la mayor de las Tendo.

Fueron apareciendo de a poco, primero su padre con Genma y luego Nabiki, sin embargo el joven Saotome brilló por su ausencia.

-¿Dónde está Ranma?- Pregunto la peli-azul.

-Ranma, me dijo que saldría y que no comería en la casa- Respondió con una sonrisa, Kasumi sirviendo la comida.

-Que raro que Ranma se pierda el almuerzo- Dudaba la joven- Es tan glotón…-

-Dinos hermanita, ¿Por qué te preocupas tanto eh?- Decía con una mirada calculadora la mediana de las Tendo.

-Cierra el pico, Nabiki- Finalizó la peli-azul empezando a comer.

Rápidamente la mesa se fue vaciando, y sus integrantes dispersando por la casa. Soun y Genma, se dedicaron a comenzar con un juego de Shogi, mientras que Nabiki subió a su habitación para seguir haciendo cuentas.

-¿Te ayudo Kasumi?- Preguntó la joven Tendo.

-Claro Akane, además cuando antes terminemos mejor- Comenzando a llevar los trastos a la cocina- Así podremos salir cuanto antes-

En pocos minutos el comedor estaba en perfectas condiciones, aseado y ordenado, mientras que Akane y Kasumi, se encontraban saliendo de la casa.

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-Esto era lo que quería comprarle a Akane- Decía un joven de bellos ojos azules, pegado a un vidrio de una tienda- Es algo cursi para mi gusto, pero sé que a ella le encantará-

Rápidamente entró al negocio y pidió lo que había visto el la vidriera, la joven que lo atendía miró extasiada al muchacho que tenía en frente, tan alto y musculoso, sin hablar de su cabello negro enlazado en una trenza y unos hermosos ojos azules que, estaba segura que brillaban hasta en la oscuridad.

-¿Disculpe señorita? ¿Está bien?- Preguntó el oji-azul a la vendedora, que al parecer estaba como en un trance.

-S-sí, discúlpeme joven- Recomponiendo su rostro- Enseguida le traigo lo que me pidió-

Se dirigió a la vidriera y tomo el objeto pedido- ¡Que envidia! La que reciba esto, es la chica más suertuda del mundo. Tremendo hombre tiene a su lado- Pensaba suspirando- Tome joven, ¿Qué pensaba grabarle?-

-¿G-grabarle algo? Yo… no lo sé, la verdad no lo había pensado, supongo que será algo con mi nombre y el de Akane, pero no estoy seguro-

-Bueno, si deja la mitad ahora, puede pensar en que grabarle y volver más tarde- Le dijo la joven vendedora- Pero que distraído, ¿Cuál sería el sentido de comprar esto, si no le iba a grabar nada?- Pensó.

-Mmm, sí creo que es lo mejor- Dejándole la mitad de los yenes que traía consigo- ¿Será suficiente con esto?-

-Por supuesto, recuerde que nuestro negocio esta abierto hasta las 8, y que los grabados son instantáneos-

-Esta bien guárdelo a nombre de Saotome Ranma, muchas gracias- Dijo el artista marcial, saliendo lentamente del local- ¡¿Que demonios voy a grabarle?- Pensó horrorizado, si no podía decirle lo que sentía a Akane en palabras, tal vez podría hacerlo en ese grabado.

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-Y dime Akane, ¿Por qué regalo te decidiste?- Preguntaba con una de sus dulces sonrisas, la mayor de las Tendo.

-Bueno yo… Es algo que vi en una vidriera el otro día que salí de compras con Sayuri y Yucca- Respondió algo sonrojada- Es algo cursi, pero el ligero para que pueda llevarlo consigo todo el tiempo. Además ya he decidido que grabarle-

-¿En serio? ¿Y qué será?-

-Ya verás hermana-

En la puerta del negocio, la peli-azul quiso señalarle el objeto que iba a comprar, pero se sorprendió al ver que no se encontraba en la vidriera. Asustada, entró al local y preguntó a una de las vendedoras libres por este.

-Lo siento señorita, se vendió hace un rato, yo misma lo vendí- Dijo, recordando perfectamente a ese atractivo joven con quien había charlado hace poco rato.

-¡¿Qué lo vendió?- Gritó totalmente desencajada la joven peli-azul.

-Sí, lo siento señorita. Pero tenemos otros modelos parecidos que podrían gustarle-

-No, no quiero ningún otro modelo, yo quería ese- Dijo triste.

-No te pongas así- Le decía tomándola maternalmente de los hombros- Estoy segura de que a Ranma le gustará cualquier otro modelo que elijas-

-¿Ranma? Disculpe ¿Usted dijo Ranma?-

-Sí, ¿Por qué?- Respondió Kasumi con total tranquilidad.

-Porque un joven llamado Ranma, compró este objeto-

-¡¿RANMA?- Pensó la peli-azul paralizada.

-Discúlpeme la molestia, pero ¿Podría decirme el apellido del joven? Para saber si hablamos de la misma persona- Dijo amablemente la mayor de las Tendo.

-Claro, aun lo recuerdo, el joven se llamaba Saotome, Saotome Ranma-

-No puedo creerlo- Murmuró la frágil artista marcial.

-Creo que Ranma se te ha adelantado con el regalo, ¿No crees?- Le sonrió dulcemente Kasumi.

-Pero… no estoy segura de que sea para mí, con todas las prometidas que tiene podría ser para cualquiera- Dijo tristemente, pensando que tal vez ese precioso objeto lo vería en Shampoo, o en Ukyo.

-Discúlpeme señorita, podría decirme su nombre- Pregunto tímidamente la vendedora.

-Me llamo Akane, Akane Tendo, ¿Por qué lo pregunta?-

-El joven solo pagó la mitad, porque mencionó que si bien no estaba seguro de que iba a grabarle, dijo que sería seguramente algo relacionado con su nombre y el de él-

-¿E-en ver-dad d-dijo eso?- Preguntó sorprendida la peli-azul.

-Sí señorita, aún lo recuerdo-

-Inicio del Flash Back-

-¿G-grabarle algo? Yo… no lo sé, la verdad no lo había pensado, supongo que será algo con mi nombre y el de Akane, pero no estoy seguro-

-Fin del Flash Back-

-Entonces Akane, ¿Qué harás?- Pregunto maternalmente Kasumi.

-Bien, entonces Kasumi, hazme un favor, necesito que busques a Ranma y lo entretengas hasta que la tienda cierre-

-¿Qué? ¿Para qué?-

-Porque pienso pagar la otra mitad, grabarlo y llevármelo para dárselo mañana como sorpresa- Dijo decidida la peli-azul.

-Esta bien, nos vemos mas tarde Akane-

-Adiós Kasumi- Se despidió- Ahora bien, ¿Cuánto queda por pagar?-

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-Son la 7:30 tendría que ir en busca del regalo, para que lo graben y lo envuelvan- Se decía un joven alto y de cabellos negros como la noche.

-¡Ranma!- Gritaba al otro lado de la calle una joven alta y de cabellos castaños y largos atados en una coleta hacia un costado- ¡Ranma!-

-¿Kasumi?- Se preguntaba extrañado- ¿Qué sucede?-

-Ranma, necesito que me acompañes al Dojo ahora mismo-

-¿Ahora? Lo siento pero tengo que hacer una cosa antes- Decía girándose para irse.

-Lo lamento Ranma, pero tendrás que dejarlo para mañana-

-¿Para mañana? Lo siento Kasumi, pero en verdad es importante, no puedo hacerlo mañana, tiene que ser hoy-

-No hay nada que no pueda posponerse un poco, cuando hay una situación urgente delante nuestro, ¿No es así?-

-P-pero Kasum…-

-Pero nada Ranma, no perdamos tiempo, en verdad es urgente lo que necesito- Dijo la mayor de las Tendo tomándolo por un brazo y comenzando a correr.

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-¿Está segura que quiere grabarle esto señorita?- Preguntaba extrañada la vendedora.

-Sí, totalmente segura-

-Bien, ahora mismo lo haré- Mientras se marchaba a un pequeño cubículo situado en la parte trasera del negocio- Que parejita tan extraña- Pensaba la joven mientras grababa esas extrañas frases-

Continuará...