Capítulo 1

En un hospital de Japón, se puede apreciar a una mujer peliverde cansada, que estaba acostada en la cama. Al parecer acaba de dar a luz. En un rincón, se encontraba un hombre pelinegro, esposo de la peliverde, sosteniendo su mano con dolor, debido que, durante el parto, su esposa le estuvo apretando la mano fuertemente.

No seas dramático, Hisashi -dijo la peliverde a su esposo- Yo fui la que sufrió más

Lo sé Inko, pero también me duele la mano. Creo que me lo has roto -le respondió a su esposa mientras derramaba lágrimas masculinas- ¿Cuánto tiempo van a demorar? -preguntó preocupado-

No lo sé, pero es necesario hacerles un chequeo preventivo -respondió la peliverde

Después de esperar alrededor de una hora, apareció el doctor junto a una enfermera que cargaba a 2 bebés. Uno era un niño con poco cabello de color verde oscuro y ojos del mismo color; mientras el otro bebé, era una niña con poco cabello de color verde, claro que también tenía los ojos del mismo color.
Ambos son hijos de Midoriya Hisashi y Midoriya Inko.

Los padres al notar la expresión seria del doctor se dieron cuenta que algo le había pasado a sus hijos.

Bueno señor y señora Midoriya, ya salieron los resultados del chequeo de sus hijos -dijo el doctor con un tono serio- Lastimosamente les tengo malas noticias

¿Hay algún problema con mis bebés? -preguntó Inko, mientras pequeñas lágrimas aparecían al borde de sus ojos-

Los resultados de su hija muestran que está completamente sana, pero... los resultados de su hijo indican que padece de cáncer -habló el doctor mientras veía a la madre de los niños llorar desconsoladamente- Aunque parezca raro, este mal es producto de una mutación originada por los quirks… Ya ha habido casos similares en el pasado, pero nunca he visto que en algún paciente se halla desarrollado demasiado rápido

¿C-cómo es esto posible? -habló desconsoladamente Inko-

¿Qué ti-tipo de cáncer? -preguntó Hisashi mientras derramaba lágrimas- ¿A-acaso no hay nada que se pueda hacer?

Su hijo tiene leucemia, lastimosamente no hay nada que podamos hacer... Los resultados indican que el cáncer que presenta su hijo está en una etapa muy avanzada -respondió apenado- Además existe el riesgo que, si le realizamos la quimioterapia, su cuerpo no sea lo suficientemente capaz de soportarlo... Por lo que, si le hacemos la quimioterapia o no, igual morirá... Lo siento

Después que el doctor terminó de hablar, se retiró junto a la enfermera. Inko empezó a llorar desconsoladamente, mientras cargaba a su hijo. Por su parte, Hisashi, quien sostenía a su pequeña hija, no sabía qué hacer para calmar a su esposa.

¿Qué vamos *snif* hacer Hisashi? -Preguntó entre lágrimas Inko a su esposo-

No lo sé, Inko. Pero no podemos hacernos cargo de nuestro hijo -dijo Hisashi- Me duele mucho y puede sonar cruel, pero no tenemos más alternativa que abandonarlo

Inko, al escuchar eso, miró a su esposo con una cara de horror. ¿Cómo era posible que su esposo dijera tal estupidez?

¡¿QUÉ MIERDA DICES?! ¿COMO SE TE OCURRE ABANDONAR A NUESTRO PROPIO HIJO? -gritó Inko enojada mientras derramaba lágrimas-

Sé que es una idea terrible, pero no tenemos otra opción. Sabes perfectamente que no tenemos dinero suficiente para ayudarlo... Tú misma has escuchado al doctor, con o sin el tratamiento, morirá -explicó Hisashi-

Inko solo podía llorar. No lo quería admitir, pero su esposo tenía razón. Cuando Inko se enteró que iba a tener mellizos, se preocupó debido que Hisashi había perdido su empleo. A medida que pasaba los meses del embarazo, se fueron endeudando más y más.

Por su parte, Hisashi realmente odiaba tener que abandonar a su hijo, pero no tenía otra alternativa. Tampoco lo iba a dejar en adopción, debido que, según el doctor, su hijo tenía los días contados.

Tampoco podemos esperar hasta que muera, no podemos desperdiciar dinero en su entierro... Así que yo me encargaré de dejarlo en algún lugar que nadie sospeche -dijo Hisashi-

E-está bien -Inko no pudo hacer nada más que aceptar la idea de su esposo-

[...]

Han pasado un par de días desde que nacieron los mellizos. En estos momentos, Inko junto a su esposo e hijos se encuentran abordando su auto.

Ambos decidieron abandonar a su hijo en un lugar alejado en donde nadie pueda verlos.

Desde que Inko aceptó la idea de Hisashi, ambos no volvieron hablar sobre eso. Luego de 50 minutos en auto llegaron a una de las zonas menos concurridas de la cuidad.

Cuando Inko tuvo que abandonar a su bebé, lo único que le dijo fue "perdóname". Hisashi bajó del auto y se dirigió a un callejón, se aseguró que no haya nadie y depósito a su hijo dentro de una caja, al costado de la basura.

Espero sepas comprender -fue lo último que dijo Hisashi para después dar media vuelta y dirigirse a su auto junto a Inko con su hija-

[...]

Ha pasado un día desde que el pequeño bebé fue abandonado por sus padres. El pequeño ha pasado frío y hambre, además que sus padres ni siquiera quisieron ponerle un nombre.

Los llantos del pequeño se podían escuchar por todo el callejón y así hubieran continuado si no fuera porque una señora de 50 años escuchó los llantos.

Esta señora se encontraba caminando en dirección a su casa. Ella estaba pasando por ahí debido que venía de visitar a su amiga.

Al pasar por un callejón pudo escuchar los llantos de un bebé. Eso le extrañó debido a que lo único que había ahí era basura. Debido a su curiosidad decidió ir a investigar.

Lo que encontró la dejó estupefacta. Era un pequeño bebé que estaba pálido. La señora pudo deducir que el niño solo tenía unos días de nacido debido a su tamaño. El bebé presentaba rasguños por culpa de los gatos que habitaban ahí.

La señora tomó entre sus brazos al bebé mientras trataba de calmarlo. Por más que traté de asimilar esto, ella no podía creer que los padres de esta criatura lo habían abandonado dentro de un montón de basura.

No te preocupes pequeño, te aseguro que a partir de ahora todo va estar bien -dijo la señora entre lágrimas-

Luego de calmar al bebé, la señora se dirigió al hospital más cercano, para que puedan revisar su condición.

Al llegar, se dirigió rápidamente a la sección de emergencia. Ella gritó desesperada que la atendieran debido que al pequeño se le dificultaba cada vez más poder respirar.

La enfermera tomó al niño entre sus brazos y se dirigió hacía el doctor.

Después de 3 horas por fin salió el doctor para explicarle la situación del bebé.

Pudimos salvar la vida del pequeño. Si hubiera demorado unos minutos más, seguro que moría -explicó el doctor-

Muchísimas gracias -respondió la señora entre lágrimas-

Pero ¿Qué fue lo que sucedió? -preguntó con curiosidad el doctor-

No lo sé. Encontré al pequeño en un callejón, dentro de una caja. Al parecer llevaba mucho tiempo ahí -dijo la señora- lo más probable es que sus padres lo hayan abandonado

Dios. Cómo es posible que unos padres puedan abandonar a su propio hijo que recién acaba de nacer -dijo el doctor-

Pero dígame ¿Hay algún problema con la criatura? -preguntó la señora-

Lastimosamente, el niño tiene cáncer. Al parecer se debe a una mutación genética... Pero no se preocupe, está recién en la fase inicial, por lo que con el tratamiento adecuado podemos ayudarlo -respondió el doctor-

Así es. El doctor que hizo los chequeos en el hospital donde nacieron los pequeños, cometió un grave error al afirmar que el cáncer del niño estaba en etapa terminal. En realidad, el pequeño si se podía salvar con el tratamiento adecuado, cosa que no sabía los padres y no lo sabrán hasta después de muchos años.

La señora al comienzo se entristeció debido a la situación del bebé. Ella estaba segura de que los padres abandonaron al pequeño por culpa de su enfermedad.

Meditando un poco más, la señora decidió tomar una decisión. Ella se convertiría en la familia del pequeño.

Muy bien doctor, por favor inicie con el tratamiento. Yo me haré cargo de él a partir de ahora -dijo la señora con determinación-

De acuerdo. Pero ¿Cuál será el nombre del pequeño? -preguntó el doctor-

Se llamará Izuku... Nakahara Izuku -respondió la señora-