Cuando las hadas sonrían

Me encontraba sentado mirando el suelo mientras aquello miraba por la ventana, ya había pasado un tiempo desde que lo encontré y solo quedaba un día para acabar

Todo comenzó después de un largo viaje al castillo donde se encontraba la joya que salvaría la aldea de una sequía, todo eso nos lo contó un amigo que con su magia pudo adivinar el futuro, el grupo de la aldea nos ofrecimos y éramos veinte capaces de ir en la búsqueda, no obstante, donde estaba la joya tenía una maldición muy grande y era mortal por lo que yo junto a mi amigo el mago entraríamos para obtenerla. El viaje duro días y cuando estábamos cerca en los alrededores salieron creaturas gigantescas y horrendas que nos fueron rodeando completamente

Con una clara emboscada nos juntamos ya que si íbamos a morir seria luchando todos juntos, siempre en casos extremos teníamos una formación para defendernos de ataques fuertes y también para atacar sin demora, los monstruos se fueron acercando muy rápido pero se detuvieron a escasos metros y desde la bosque cercano salieron unas personas que nos miraron en silencio unos minutos hasta que habló uno de ellos

– si quieres formar parte de nosotros presenta tu ofrenda –

En el ambiente se podía oler un aroma putrefacto no entendía el porqué de sus palabras, no obstante, de la formación salió mi amigo el mago que hizo una reverencia

– Aquí está la ofrenda – dijo, aquellas personas solo asintieron abriendo los brazos y de entre los arboles cercanos salieron más bestias aún más grandes

Con un claro destino comenzamos a ponernos serios pero mi amigo fue directo hacia ellos y cuando llego las personas lo abrazaron y las bestias comenzaron a ir por nosotros, no perdí el tiempo en asimilar lo que paso y sin nada más comencé a luchar junto a mis compañeros de la aldea, cortando y desgarrando a las creaturas me cubría de sus porquerías, no sentía nada más que un frio en mi interior tratando de sobrevivir, pasando los segundos mire a mis compañeros caer y ser devorados, sus familias los esperaban volver a ver después del trabajo y el castillo estaba cerca, rebanando liberaba espacio para que mis compañeros lograran cerrar las partes huecas de la formación, moviéndonos cerramos lo que aun teníamos pero a pesar del esfuerzo continuaban saliendo más bestias y la desventaja creció mucho más, toda esa batalla quedo en mis manos que me dolían por el impacto de rebanar duros huesos, el mago estaba con los otros solo mirando hasta solo se despidió con una sonrisa y un humo rojo lo envolvió, era claro que era una trampa pero a pesar de todo quería ver la joya que salvaría la aldea, cuando el ultimo de mis compañeros cayo mire hacia el castillo y recuperando mi fuerza me fui abriendo paso

Con heridas en brazos y piernas avanzaba lo que más podía, tenía un veneno que me quemaba en el interior y a pesar de estar solo llegue al castillo y entre, perdía demasiada sangre pero dejando el rastro y escuchando a los monstruos detrás pude llega la sala de la fortuna donde debía estar la joya, ya tenía muy poca fuerza así que apenas podía sostener mi espada, con la vista nublada me sostuve del muro respirando agitadamente pero con un esfuerzo más llegue hasta una cofre, en el fondo del castillo podía escuchar los ruidos de las bestias acercarse, con las fuerzas que tenía inicie a golpear la madera del cofre, astillas y trozos volaban hasta que logre hacer un hueco lo suficientemente para mi mano, la introduje y con el tacto la encontré

La sostuve y la mire un momento contra la poca luz que entraba pero segundos después se deshizo, como polvo cayó al suelo y solo comencé a reírme

Me senté riendo y escuchando a mis depredadores entrar en la sala, mi risa resonaba en los muros hasta que otra más me hizo compañía, de entre la penumbra y la oscuridad absoluta se mostró un ser aún más negro quien camino hacia mí con suma elegancia y su simple presencia hacia parecer a los asesinos de mis compañeros como simples niños traviesos, su ser emanaba una maldad aún más grande que hizo bajar la temperatura y a pesar de tener un problema más grande que el sol no sentía miedo, con tranquilidad deje de reír y sostuve mi espada solo que no tenía ningún solo sentimiento dentro y me centre en verlo

– Sí que te has esforzado – dijo

Aquello no tenía cara y su cuerpo era completamente indescriptible, un momento era sólido como el acero pero en otro tan denso como el humo y lo único que se distinguía era un corazón rojo y seco en su pecho

– Parece que te han traicionado – dijo

Su voz no era humana incluso las bestias y seres parecidos quedaban como simples tintineos ya que tenía algo como silbidos y gruñidos y como se movía podría decir que aquello respiraba hablando pero ya que estaba casi muerto no podría asegurar que fuera real lo que miraba

– y que quieres hacer? – pregunto

Mirando mi sangre recorrer el acero de mi espada abrí la boca

– quiero que no sea una búsqueda en vano, mis compañeros murieron y la mentira de la joya me hacen querer encontrarme con mi amigo y arrancarle la cabeza por romper su promesa –

Las bestias ya estaban a unos metros y aquello comenzó a reír de una manera que hacia al suelo del solido castillo temblar, sin embargo, las bestias se retorcían del dolor y yo me cubrí los oídos aun así podía sentir en mis ojos y boca como resonaban en su interior

– bien mi amigo, te puedo ayudar con eso – mirando que las bestias se aproximaban con más furia e ira los señale

– Lástima que me comerán – comente

– oh cierto, no los note – dijo mirándolos con esa cabeza sin rostro

– quieres que te ayude? – pregunto

– Sería bueno – conteste

– entonces acéptame, tomare control de ti – dijo

– Está bien aunque no sé cómo sobreviviré – dije

Aquello se acercó y con una de sus garras toco mi pecho y un dolor muy grande recorrió todo, había sentido el veneno todo el camino y ahora solo parecía una pequeña picazón

Me acosté sobre el suelo retorciéndome y perdí el conocimiento unos segundos, solo desperté y aquello estaba al frente de los monstruos

– He conocido más grandes pero ve esto, es algo que vi en lo que se llaman televisión –

No comprendí lo que dijo pero él se colocó en una posición extraña y movió la mano creando un viento fuerte que mando a volar a todos contra los muros aplastándose con el impacto

– y aún quedan más, quieres intentar? – pregunto

– Estoy casi muerto – dije

– enserio? – Pregunto

– vamos viejo no seas aburrido, levanta tu espada –

Ya que no tenía nada más por perder solo me puse de pie y realmente me sentía muy ligero incluso mi espada parecía menos pesada y la movía a gran velocidad

– vamos que no quiero aburrirme tanto, no hay televisión y casi no hay tanta gente como para estar ocupado – dijo

los monstruos continuaron llegando a la sala y con nueva energía me arroje

Movía la espada como siempre y no había resistencia alguna en las bestias que caían partidos, era como cortar el césped y avanzando me di cuenta que no tenía heridas o dolor por el veneno incluso los ataques que recibía era nulo, ya que todo era sencillo logre acabar con todas las creaturas del bosque sin dejar a ninguna sola con vida

– y que harás ahora? – pregunto

– Iré a buscarlo al bosque donde entro – repuse

Aquello rio y luego solo se estiro

– no lo encontraras y se dónde está – dijo

– Entonces llévame – dije

– eso sería demasiado sencillo además esto no es tan aburrido como esperaba….pero si vas en esa dirección lo encontraras – dijo señalando en una dirección opuesta

con nuevos ánimos di unos pasos adelante antes de recordar a mis compañeros

– que pasa? – Pregunto

– Enterrare a los míos – conteste

– Bueno al menos tendré más tiempo para relajarme – dijo

Guarde mi espada y comencé a buscarlos entre los cuerpos

Pase horas completándolos y cuando termine las tumbas me senté un momento, la aldea esperaba la joya para la sequía y fue en ese instante cuando vi los cuerpos de las bestias, muchas de ellas tenían partes valiosas como los órganos, cuernos, sangre y demás cosas, ya que tenía todo un campo de cuerpos inicie a ser un carnicero recuperando todo lo que aun servía, al final logre hacer una pequeña montaña que ate con tiras de piel y sin saber mucho lo levante, al tenerlo en mis brazos miraba lo liviano de la carga que puse en mi hombro y comencé a correr rumbo a la aldea

El viaje fue de unas horas hasta las afueras donde me detuve, se veía muy pacífica y la gente no se había percatado de mi presencia por lo que deje todo el paquete en la entrada junto a una nota donde escribí lo sucedido y lo que debían hacer con todo lo que lleve, cuando termine me retire rumbo en la dirección que la sombra me dijo

No sabía lo que me esperaba pero solo tenía en mente cortar al mago a cualquier costo