Disclaimer: Si Hetalia fuera mío, seguro habría una horda de fanáticas furiosas y con ganas de asesinarme fuera de mi casa pero como no es así, asumo que le pertenece a Hidekaz Himaruya.
Advertencia: Posible OoC, uso de nombres humanos, insinuaciones de canibalismo y yo tratando de escribir horror (?)
A la hora del té.
Son las cinco en punto es la hora del té. Que Alfred y Matthew bajen deprisa. Son las cinco en punto: hora del té.
La mesa está puesta y sobre ella yacen tres tazas rebosantes de té caliente y una bandeja repleta de coloridos y exquisitos dulces–de esos que Arthur no suele dejarles comer–.
El caballero mira con ligera impaciencia y malestar. ¿Dónde están sus niños? Tiene meses sin verlos y cuando por fin logra visitarlos, estos no aparecen por ningún lado.
Hasta les ha comprado golosinas para mimarlos como se debe.
¿Dónde están los niños? Pero esos niños nunca han de bajar.
Suspira frustrado. Seguramente están molestos luego de que estuvo varios meses lejos, pero quiere verlos, lo necesita. Bebe lentamente su infusión, sólo espera que bajen pronto.
Oh, pero qué descuidado, se ha olvidado de ponerle azúcar. Con una cucharilla agrega el endulzante y revuelve lentamente la mezcla.
Son las cinco en punto es la hora del té. Que Alfred y Matthew…
Toma una de aquellas golosinas, probando con ganas aquel sabor dulzón. Seguro que sus niños lo amarán. Tamborilea los dedos en la superficie de la mesa, está molesto e impaciente. ¿Dónde diablos
…están los niños?
Muerde otro dulce, pero qué sabor tan peculiar tiene. Qué extraño, sabe como…
Revuelve furiosamente la infusión derramando casi todo el contenido. Ya no está molesto ni impaciente, está angustiado.
No, no. ¡Imposible!
¿Dónde están…?
Mira la cuchara con que revolvía. ¡Imposible!
Eso, eso no es una cuchara, y esos dulces no son tal cosa, eso es…
Y el té, eso no es té.
¿Dónde…?
Bajo sus pies. Hay algo bajo sus pies, ha pateado ese algo sin querer.
¿Son esos los niños?
Los ojos verdes se abren llenos de pánico. Se estremece dejando caer la taza rebosante de algo que no es té. La porcelana se hace añicos al impactarse contra el suelo y contra algo más. Por el mantel blanco se extiende una mancha, una mancha roja de un tono muy peculiar. Y es entonces cuando observa los postrecillos. Postres que lo hacen querer vomitar. Postres con uñas, postres que lo observan con ojos azules y lilas.
Busca la cucharilla que se ha perdido bajo la mesa. Error. Bajo la mesa, bajo sus pies, hay algo que no debe ver.
La cucharilla parece burlarse de él, sólo cayó para unirse a las demás cucharillas de hueso. Cucharas que se apilan por montones bajo el comensal.
Son las cinco en punto…
Grita horrorizado.
¿F-fue sólo un sueño?
Trata de controlar su respiración. Tan sólo fue una pesadilla. Nada de eso fue real. Los niños están bien. Se quedó dormido, eso es todo.
Mira el reloj y sonríe.
Son las cinco en punto
No hay que preocuparse sería incapaz de comerse a sus niños, aunque…es la hora del té.
N/A: Me asusta el canibalismo por eso escribo de eso. Espero que no lo encontraran muy fail, francamente esto es más que nada un experimento. Si alguien lo leyó le agradezco sinceramente por tomarse el tiempo de hacerlo.
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