Glee y sus personajes no me pertenecen.
Hace días que esta historia me está comiendo la cabeza y yo tenía que publicarla. Mi primer Fic de Glee y por supuesto ¡Faberry!
Ok, dejare unas aclaraciones.
1) Au. Existe el club Glee pero no va haber competencia o algo parecido como en la serie.
2) Me gusta la Quinn Fabray que es fría, cruel y dura pero pensé en darle otra actitud que me resulta divertida.
3) Amo a los padres de Rachel pero en esta historia estará Shelby.
4) Reted T por el vocabulario y otros temas adultos.
Bueno, espero que les guste y le den una oportunidad. Aquí vamos
Compañera de baile
Rachel Berry, así como así, es la mejor amiga que tengo en este mundo
Quinn pasó su mano por el espejo empañado por el vapor que provenía del agua caliente de la ducha, que se acababa de tomar hace un rato, para mirarse al espejo. Su húmedo cabello rubio con un toque de pelirrojo estaba peinado hacia atrás. Su cuerpo estaba envuelto en una toalla. Acumuló aire por su boca y lo soltó por su nariz.
-Muy bien Quinn, puedes hacer esto- se dijo a sí misma.
Quinn se llevó las dos manos hacia las benditas y cerró los ojos.
-Uno, dos,...tres.
De golpe y con violencia se arrancó las banditas de la cara.
-¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!
El grito se escuchó por toda la casa, el barrio, e incluso espanto algunos pájaros que descansaban en las ramas de los árboles.
Rachel tenía una rutina para todas mañanas siempre que despertaba. Primero paso era hacer su actividad física, el segundo paso era darse un baño y el tercer pasó cambiarse para ir a la escuela. Ese tercer paso decidió combinarlo con el cuarto, que es llamar a su mejor amiga.
Rachel, sentada en su cama, tenía su teléfono móvil entre su oreja y su hombro mientras se colocaba sus zapatos. Tenía puesto una remera blanca y una falda gris. A un lado suyo había dos swetters, uno azul con copos de nieve y el otro rosa con un gato negro.
-Hola- la voz de Quinn sonaba ahogada del otro lado de la línea.
-¡Hola!...Necesito tu ayuda. Tengo una duda existencial, no sé qué swetter voy a ponerme hoy. Te diré los dos que tengo y tu dime cual te gusta más ¿El azul con copos de nieve o el rosado con el gato negro?
-Aaam...creo que el azul está bien.
-¡¿En serio?! Genial, justo estaba pensando en ese porque...-Rachel separo su cabeza su hombro y tomo su teléfono con la mano una vez que termino con sus zapatos- ¿Estas llorando?
-No...-se hurgo la nariz- me entro algo en los ojos eso es todo- mintió.
-Quinn Fabray, ya te dije que no eres buena mintiendo.
-Estoy bien, enserio.
-¿Te depilaste con las banditas sin que nadie te ayude, verdad?
-Si...-Quinn se quebró en llanto porque el ardor que sentía en ese momento era insoportable.
Rachel no pudo evitar soltar un suspiro de dolor en voz baja.
-Descuida- dijo al término de un rato-, llevare algo a la escuela para la irritación.
-No pienso ir a la escuela con esto en el rostro.
-Tienes que atenderte eso antes de que se ponga peor.
-No me importa cómo se ponga, no voy a ir y punto.
Rachel puso una mano en la cintura y entre cerro los ojos con enfado.
-Si no vas por tu cuenta, te arrastrare hasta la escuela de la peor manera y sabes que lo haré.
-¡Esta bien! ¡Está bien!...Te esperare en el baño.
Con esa última frase Quinn colgó el teléfono ya que no quería seguir discutiendo.
Rachel termino de vestirse y bajo para desayunar, que ese era el paso número cinco de su rutina y el ultimo. Su mama estaba en la cocinan cantando No Woman No Cry mientras acomodaba todo en la mesa para comer. La joven blanqueo los ojos porque sabía que su madre hacia eso por la ultima relación que tuvo. El tipo le decía que estaba haciendo una obra en Broadway y resulto ser un farsante que vendía palomitas en un cine.
-Mama, enserio tienes que superarlo.
-¿Qué te pasa? es un clásico- dijo Shelby animada levantando los brazos hacia arriba y luego los dejos sobre la mesa.
-No sabias quien era Bob Marley hasta que conociste a ese sujeto.
Rachel paso por adelante de su madre para buscar una caja de cereal en uno de los muebles junto con una cuchara y un bowl y también sacho la leche de la nevera.
-Me quedo la canción, el tipo la cantaba todos los días y la cantaba bastante bien. Eso no quiere decir que yo siga obsesionada con él- Shelby intento justificarse tomando asiento en la mesa.
En ese tiempo Rachel ya había colocado las cosas en la mesa y se había sentado.
-Mi sugerencia es que salgas más con tus amigas y me encargare de que la música de Les Miserables suene por toda la casa.
-Bff...Cuando tenga mi edad lo entenderás.
-Como digas- dijo haciendo un ademan con la mano.
En seguida que termino de desayunar, Rachel volvió a subir hasta su habitación para buscar su mochila y la pomada para Quinn.
De camino a la escuela Quinn le paso un mensaje a Rachel diciéndole que ya había llegado. La castaña le contesto que todavía no había llegado pero que la esperase en el baño, como había acordado. Quinn antes de hacerlo corrió hacia su casillero, con la mano cubriéndose la boca, para buscar las cosas que necesitaba para las clases. Uno por uno fue metiendo los libros que necesitaba sin sacar la cabeza del casillero.
-¡Hola, preciosa!
Quinn tuvo que tensar su mandíbula, maldiciendo en voz baja.
-Piérdete, Puckerman.
Escucho al chico apoyar su espalda contra el casillero de al lado y podía sentir su vista en ella.
-Vamos, no seas groseras. Sabes que me gusta jugar contigo.
-Y tú sabes perfectamente que no importa lo que hagas no voy a acostarme contigo.
-Eso es lo que dices ahora, preciosa. Pero ya sederas.
-Okey. Ahora, vete.
Puck en realidad estaba viendo para otro lado mientras hablaba con Quinn y la miro de reojo cuando se dio cuenta de que se estaba tomando demasiado tiempo para cerrar su casillero. Además, la mochila colgaba en su brazo y la otra mano la tenía puesta en la puerta del casillero, lo que quería decir que no estaba haciendo nada.
-¿Hay algún problema?
-Tú eres mi problema- le contesto Quinn molesta desde dentro del casillero.
Puck despego su espalda del casillero para girarse y apoyar su hombro sobre él.
-Estas ocultando algo.
-No, claro que no.
-Claro que sí.
-Bueno, si ¿Ahora puedes irte?- pidió con desesperación la chica.
-Solo hasta que me digas que es lo que pasa.
Quinn suspiro derrotada. Segundos después se atrevió a cerrar el casillero y mirar a Puck.
El chico no pudo evitar soltar una carcajada que cubrió con su mano. A Quinn le quedaron las marcas de las banditas debajo de la nariz
-Sshh...¡Vas a llamar la atención de todo el mundo!- dijo moviendo sus manos alocadamente para callarlo-, baja la voz.
-Jajajajaja ahora te dirán la chica punk con bigote rosa.
Quinn miro para todos lados por si alguien los estaba observando. No había muchos haciendo caso en ese momento.
-¡Para o te pateare donde más te duele!- amenazo apuntándolo con el dedo índice.
Puck se obligó a tranquilizarse pero permaneció con la sonrisa burlona.
-¿Acaso te pasaste una podadora por la cara?
Quinn lo fusilo con la mirada. Estaba a punto de responderle cuando el timbre de su teléfono sonó, indicándole que tenía un mensaje.
-Yyy...la reina del drama se hace presente- murmuro Puck mirando para otro lado.
-¡Cállate!- le dijo y miro el mensaje que Rachel le mando.
"Ya casi llego."
Menos mal que le envió el mensaje porque de lo contrario Quinn se habría quedado discutiendo con Puck.
-Tengo que irme- avisto la chica.
-Entiendo, la reina aguarda. Suerte, bigotes rosas.
Quinn le dio un golpe en el hombro que apenas si le hizo daño y corrió hacia el baño.
Rachel prefirió ir al baño antes de ir por sus cosas porque no quería que su amiga estuviera esperando por ella más tiempo. Camino por el pasillo repleto de personas con su sonrisa de siempre. Cuando llego al baño se dio cuenta de que estaba vació.
Rechel miro a su alrededor extrañada, dudaba mucho que a Quinn se le haya olvidado esperarla ahí. Vio uno por uno las cabinas, todas menos unas estaban abiertas, que resultaba ser la última de todas. Se animó a agacharse un poco para ver dentro la cabina, diviso unas zapatillas de lona de color azul. Sonrió de inmediato. Se inclinó hacia delante de nuevo y toco la puerta suavemente, con ritmo.
-Quinn, sé que estás ahí adentro. Te obsequie esas zapatillas en tu último cumpleaños.
La castaña tuvo que contener la risa al escuchar a su compañera refunfuñando.
-Vamos, sal de ahí- siguió hablando-. Traje tu crema.
-Sabes, puedes darme la crema e irte a clases.
-¿Qué clase de amigas crees que soy?- cuestiono la castaña colocándose una mano en la cadera- no pienso abandonarte.
-No me molestara.
-¡Quinn!
-¡No quiero que me veas así! ¡¿Es tan difícil de entender?!
-Lo quieras o no, lo veré tarde o temprano, solo estas atrasando lo inevitable. Además, no creo que sea tan malo, he visto peores cosas.
Quinn abrió la puerta después de soltar un suspiro, el temor se reflejaba en su rosto. Rachel se llevó automáticamente la mano a la boca ahogando un gemido.
-Lo sabía, me veo fatal.
Quinn se adentró de nuevo a la cabina, apunto de largarse a llorar, y quiso cerrar la puerta pero Rachel se apresuró a tomarla de la muñeca. Lentamente la saco de ahí y no despego sus ojos de los de la otra chica.
-Tranquila, voy a ayudarte.
Quinn solo dejo que la guiara hasta el lavamanos y ahí se apoyó de espalda contra él. Rachel busco en su bolso, entre todas las cosas que tenía, el pequeño pote de crema y se lo enseño.
-¿Segura que eso sirve?-dudo la punk
-Para la irritación sí, pero la marca posiblemente te dure hasta mañana. Mira hacia arriba.
Quinn obedeció sin ningún tipo de cuestionamiento. Rachel puso un poco de crema en la punta de su dedo y gentilmente lo aplico en la irritación. Quinn hizo una mueca de dolor ante ardor pero pronto se desvaneció ante la fría sensación que la crema le produjo.
-Ya está- dijo Rachel una vez que finalizo, guardando la crema en su bolso de nuevo-. Para la próxima pide ayuda- se cruzo de brazos y suprimió una risa mordiéndose el labio.
-No quería que mi madre me ayudara- se justificó agachando la cabeza avergonzada.
-No me refiero a tu madre. Yo siempre estoy para ayudarte.
-¿Que no tienes tu rutina todas las mañanas?
Quinn recibió un beso en la mejilla como contestación a la pregunta por parte de la castaña, lo que hizo que levantara la vista hacia ella con los ojos bien abiertos y los labios curvados como queriendo hacer una sonrisa.
-Por ti mi amigas, haría un paso más todas las mañanas para ayudarte aunque eso requiera levantarme más temprano.
-Humm...Gracias.
Las dos enredaron su brazo con el de la otra. Rachel tenía su encantadora sonrisa y Quinn permaneció temerosa pero por dentro se mostraba contenta.
-¿Lista para ir a clases?
-Sabes, creo que prefiero quedarme aquí hasta que sea la hora de salida.
-Oh vamos, Quinn. Si intentas ocultarlo llamaras la atención y las personas lo notaran.
Quinn no tuvo tiempo de defenderse porque su amiga ya la había sacado del baño. Aun así permaneció con la cabeza agachada. Caminaron hacia el casillero de Rachel, donde ella lo abrió para empezar a guardar sus cosas y guárdalas en el bolso. La chica punk, que estaba de espaldas al pasillo, pensó entablar una conversación pero fue interrumpida por el chico más popular en toda la escuela y capitán del equipo del equipo de fútbol, Finn Hudson.
-¡Hola, Rachel!
Ella levanto la vista sorprendida al escuchar el saludo. Abrió los ojos aún más cuando se dio cuenta de que era Finn. Automáticamente tuvo que sonreír.
Quinn por otra parte bajo la cabeza con fastidio. Sabía lo mucho que a su amiga le gustaba el chico, a veces solo se la pasaba hablando de lo lindo que es, y algo en eso le molestaba. Rachel llevaba casi dos años hablándole y, aunque siempre se comportó amable con ella, el chico jamás le había dado importancia hasta hace dos semanas cuando empezó acercarse más a ella.
-¿Que tal, Finn?- Rachel pregunto dando una mirada rápida a su compañera- Amm...creo que ya se conocen, ella es Quinn- le presento.
Quinn no tuvo otra opción levantar la vista hacia él.
-Hola ¿Cómo...¡¿Oh, cielos, que te sucedió?!- Finn se impresiono por las marcas que la punk tenía en el rostro.
-¿Tienes algún problema?- le cuestiono intimidándolo con una mirada asesina y quiso ponerse en frente del él para enfrentarlo pero Rachel se lo impidió colocando la mano en su pecho para que no avanzara; su vista siempre mirando al jugador de fútbol.
-No...no, no era mi intención- el chico en verdad no quiso ofenderla-. Yo he tenido mis malos días cuando me afeito.
Finn no era de las personas que le gustaba molestar y su intención no era hacerle pasar un mal momento a Quinn, tampoco tenía algo en contra de ella. Como estaba demasiado nervioso y asustado por su presencia decidio hablar directamente con Rachel e ignorar a la otra chica.
-Quería preguntarte si quería almorzar conmigo hoy.
Rachel no pudo sentirse más contenta por la oferta y a Quinn se le cayó la mandíbula hacia abajo.
-¡Por supuesto!- acepto la castaña.
-¡Genial!- comento el chico muy animado- Entonces nos vemos en la cafetería.
-Seguro.
Finn se dirigió a clases y saludo a distancia a Rachel.
Rachel le propuso atención a su amiga, quien aún no podía creer la petición del futbolista.
-¿No es genial?
"No, no lo es" quiso decirle Quinn pero las palabras no salieron de su boca.
-Pero, Rachel, siempre almuerzas conmigo.
-Quinn, es solo por esta ves- le aseguro la castaña colocando su mano en el brazo de su amiga-. Por favor, quizás esta sea la oportunidad que necesito para que empiece a fijarse en mí. Además, no estarás sola, sabes que Santana y Brittany estarán contigo.
-Pero no es lo mismo.
A Quinn le agradaba estar con las otras dos chicas pero no era lo mismo. Era con Rachel con quien se divertía.
-Escucha, se que tienes miedo de que sea ese tipo de chica que abandona a su mejor amiga por el novio pero sabes que no voy hacer eso. Yo jamás te abandonaría.
No era esa la razón por la que Quinn no quería que fuera a almorzar con Finn pero ahora tenia dos motivos. Quinn bajo la cabeza suspirando, no quería decepcionar a su amiga diciéndole que no y tampoco quería verla triste. Menos que menos quería que Finn empezara a pensar cosas malas sobre ella y se los cuente a todas sus amigos y que a causa de eso Rachel salga lastimada.
-Está bien, Rach. Se lo mucho que te gusta y de cuanto te has esforzado para que te preste atención así que tienes mi apoyo. Ve con Finn y disfrútalo.
Reachel soltó un chillido de alegría y la brazo. Quinn se esforzó por corresponderle.
-Gracias, eres la mejor- dijo al separarse y luego le dio un beso en la mejilla-. Tengo clases, te veo luego.
Quinn solo asintió con la cabeza y la saludo levantando la mano. Vio cómo su amiga se marchaba y antes de que se alejara de ella, Rachel volvió a mirarla, apartándose un mechón de pelo del rostro, para dedicarle una cautivadora sonrisa la que la dejo algo atontada y tuvo que mirar hacia sus pies para que no se diera cuenta.
Unas chicas que pasaban por al lado de la punk se empezaron a reír de ella porque notaron los bigotes rosas, como decía Noah, y se sintió avergonzada a la vez que fijaba más su gorro a la cabeza.
Bueno eso es todo por ahora.
Por favor, dejen sus comentarios para saber que les pareció el capitulo.
Desde ya muchas gracias por leer y lamento si encontraron algún error. A veces reviso varias veces y los vuelvo a corregir pero por ahí se me pasa alguno sin darme cuenta.
Saludo.
