Título: Amor anónimo.
Parejas: GabrielxSam, CasxDean.
Rating: K+
Capítulos: 7
Género: Romance.
Disclaimer: Los personajes de supernatural pertenecen a Eric Kripke.
Resumen: Una noche, Sam comienza a recibir mensajes de un número desconocido, los cuales son cada vez más subidos de tono hasta que conciertan un encuentro sexual en un cuarto de motel. El castaño solo lo tomó como una forma de aliviar la tensión posterior a la cacería pero cuando el desconocido confiesa que está enamorado de él, decide averiguar quién es.
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Capítulo 1
Sam se dejó caer sobre la cama después de darse una relajante ducha tibia. Habían exterminado a un nido de vampiros y ahora quería tomar un merecido descanso. El rubio de la puerta hizo que girara la cabeza hacia el baño, de donde salió su hermano arreglándose la camisa y después fue hasta su bolso para sacar una chaqueta.
-¿Irás al bar?
-Sí, Cas me está esperando.
-Oh, así que tendrán otra cita.
-No seas idiota, somos amigos- replicó bufando.
-Qué raro porque estoy seguro que ese angelito quiere algo contigo.
-¡Sammy cállate!
-Es la verdad, por algo siempre te está mirando como si quisiera comerte y te espía en el baño ¿O ya olvidaste como los encontré ayer?
-¡Eso fue un malentendido!- replicó nervioso- Cas pensó que no había alguien… y yo estaba saliendo de la ducha… ¡Además tú entraste sin tocar!
-Te recuerdo que Cas es un ángel, puede sentir nuestra presencia en cualquier lugar, dudo mucho que fuera un accidente lo del baño.
-¡Sammy!
-Y tampoco lucias muy molesto con la cercanía.
-¡Eres insoportable!- se quejó haciendo morritos- Nos vemos después, enano.
El rubio se marchó dando un portazo y Sam se acomodó riéndose. Le gustaba molestar a su hermano, además, tampoco es como si estuviera mintiendo, ya que el moreno si parecía tener cierto interés romántico en Dean. Estaba dormitando tranquilamente cuando el ruido de su teléfono lo sobresalto.
-Mmm… ¿Ahora que quiere ese idiota?
Estiró la mano para tomar el teléfono que se encontraba sobre el velador pero cuando observó el número, no lo reconoció. Abrió el mensaje y releyó dos veces la solitaria pregunta "¿Quieres jugar?" No tenía idea de quién estaba detrás de eso, así que simplemente lo ignoró y se acomodó nuevamente para dormir pero el celular volvió a sonar.
-¿Qué demonios?
Reconoció el mismo número de hace unos segundos y abrió el mensaje "No seas tímido, Sam, este juego te va a gustar" Claramente el desconocía sabía quién era él, así que decidió responder para averiguar quién era, "¿Me conoces?", al cabo de unos segundos recibió respuesta, "Eres jodidamente caliente, eso es todo lo que necesito saber, Honey". El castaño no sabía que decir ante aquello pero no fue necesario, ya que otro mensaje llegó, "¿Estás solito en casa? Yo puedo hacerte compañía". El cazador entrecerró los ojos y pensaba no hacer caso al desconocido pero éste tenía otros planes, "¿Te animas a jugar ahora, Sammy?". Junto al texto venía una imagen, el torso desnudo de un hombre.
-Esto…
Tragó saliva con algo de dificultad, ¿Quién podría estar detrás de esos mensajes? Se tomó varios segundos más para estudiar la imagen con la mirada hasta que llegó otra fotografía, esta vez del torso hacia abajo y apreció los apretados bóxer negros que usaba, sin dejar mucho a la imaginación, "Vamos a jugar, Sammy, sé que te encanta lo que ves". Se mordió despacio el labio inferior con nerviosismo, ¿Acaso el desconocido conocía su secreto? Hace dos semanas cuando estaba solo en la habitación, de casualidad se encontró con una porno gay en la televisión y terminó disfrutándola mucho más de lo que estaba dispuesto a admitir.
-Mierda… no está mal…
De alguna extraña manera, terminó cayendo en el juego del otro sujeto y ambos comenzaron a intercambiar fotografías semi desnudos pero sin llegar a mostrar el rostro. Los textos que acompañaban las imágenes estaban excitando al castaño, "No tienes idea de lo que te haría si te encuentro así en mi cama, Honey", el castaño se lamió los labios jadeando un poco antes de responder "¿Y qué me harías?". Al cabo de unos segundos recibió un largo mensaje y comenzó a tocarse sobre la ropa interior, "Te daría la mejor noche de tu vida, Honey. Te desvestiría lentamente, deleitándome con ese cuerpo tan sexy que tienes, lamería cada parte de tu piel y…". El menor tomó su hombría para comenzar a masturbarse y escribió "¿Y que más…?", se sentía muy excitado por culpa de ese desconocido y su respuesta lo desconcertó "Ven a mi cuarto y te lo enseñaré personalmente".
-¿Ir con él…?
No. Claro que no, jamás sería tan idiota para arriesgarse de esa forma pero tampoco podía negar que deseaba demasiado conocer la continuación. Durante varios minutos estuvo ensimismado en una lucha mental sobre qué decisión tomar, su parte racional le prohibía terminantemente marcharse con un desconocido pero otra parte de él, lo incitaba a que fuera, de todas formas Dean solía hacer lo mismo y obtenía mucha diversión ¿Por qué sería diferente para él? El ruido del teléfono lo sacó de sus pensamiento y leyó el mensaje "Espero tu respuesta, Honey", escribió solamente una palabra "¿Dónde?".
-Maldición, no debería… podría ser un rarito fetichista- sacudió la cabeza-¿A quién engaño? Lo haré de todas formas, una locura al año está bien.
Una vez que recibió la dirección y comprobó que solo quedaba a cinco calles de donde se quedaban, se vistió y se dirigió hacia el lugar. Cuando llegó al motel "Lucky Green" buscó la habitación 24 y golpeó algo nervioso, comprobando que estaba abierto.
-Hola, ¿Hay alguien?- entró curioso- ¿Hola?- el cuarto lucía pulcramente limpio y reparó en la venda negra sobre la cama cuando su teléfono volvió a sonar- ¿Eh?
Abrió el mensaje del desconocido, "Bienvenido, Honey, tengo una sorpresa para ti, colócate la venda". El menor negó enfáticamente mientras respondía, "Ni de broma, no te daré la oportunidad de cortarme en pedacitos o hacer un vídeo porno conmigo", la respuesta no tardó en llegar "Y tendría muy buenas ventas ese vídeo pero yo seré el único que se deleitará con tu cuerpo, Honey, ahora sé un chico obediente ¿O viniste aquí por nada?". Sam estuvo a punto de darse la media vuelta y marcharse pero ya estaba ahí, por lo menos podría averiguar que planeaba ese sujeto. Tomó la venda y cubrió sus ojos.
-Ya está- dijo lo suficientemente alto- ¿Ahora qué?- Se sobresaltó al sentir un aliento contra su oído.
-Solo disfrútalo, Honey.
No logró reconocer la voz y se dejó desnudar mientras esa boca mordisqueaba su cuello antes de que lo masturbaran con lentitud. Su cuerpo vibró con esa acción y se volteó desvistiendo como pudo a su compañía anónima de esa noche. Ambos terminaron sobre la cama, manoseándose y besándose lujuriosamente.
-¿Te gusta, Honey?
-Sí… Aaaaahhhh…
-Me gusta tu lindo cuerpecito, me ha encantado desde la primera vez.
-¿Eh? Mmm… ¿De qué hablas…?- preguntó frotándose contra su cuerpo.
-Fue en una cacería.
-¿Qué?
-Tranquilo, encuentro admirable lo que hacen y no tienes idea de cuánto he fantaseado con tenerte así, Honey, totalmente dispuesto para mí.
Esa caliente boca repartió besitos por su cuerpo hasta que llegó a su entrepierna y le dio un lametón antes de tragar su virilidad sin más preámbulos. El cuerpo del menor se estremeció con esa inesperada pero placentera acción y comenzó a mover las caderas para embestir contra esa húmeda cavidad que lo tenía al borde del precipicio. Esa lengua lo degustaba con experticia y arqueó la espalda cuando un dedo se coló en su interior. Al comienzo la sensación fue muy extraña pero esa boca hizo que olvidara la incomodidad y con tres dedos embistiendo su próstata, fue suficiente para que llegara al orgasmo.
-¡Aaaaaahhhh! Dioosss… Mmm…
-¿Todo bien, Honey?- susurró esa voz a su oído.
-Si… fue genial… Aaaaahhhhh…
-Y aún falta lo mejor.
Escuchó el ruido de un envoltorio rompiéndose y supuso que el desconocido se estaba colocando el preservativo. Su cuerpo se tensó cuando sintió la punta de la virilidad ajena en su entrada y comenzó a colarse lentamente. No había comparación con los dedos que estuvieron preparándolo pero bastaron un par de precisas embestidas en su próstata para tenerlo gimiendo de placer.
-¡Aaaaahhh! Maaaass…. Siiiii Aaaaahhhh… Maaasss fueerrtteee… Oh Diooooss... Aaaaahhhh…
-Estás muy estrecho, Honey, eso me encantaaaaa… Aaaaahhhh… delicioso…
Las embestidas se hicieron cada vez más rápidas y al cabo de unos minutos ya no pudo continuar resistiendo, llegando al orgasmo por segunda vez esa noche. Escuchó el sensual gruñido de su acompañante que indicaba su llegada al clímax y afirmó la frente contra su hombro.
-¿Te gustó… la continuación, Honey?
-Si… Mmm… bastante…
-Buen chico, porque recién estamos comenzando.
Sam perdió la cuenta de las veces que estuvieron teniendo sexo en ese cuarto de motel pero cada vez fue mejor que la anterior hasta que ambos quedaron rendidos sobre la cama y se durmió, sin preocuparse mucho por la venda que seguía cubriendo sus ojos.
Poco a poco fue consciente de los ruidos a su alrededor y se incorporó sobre la cama adormilado, frotándose los ojos para mirar a su alrededor, reconociendo el cuarto de la noche anterior en donde tuvo ese apasionado encuentro con un completo desconocido.
-Mmm- reparó en la venda que estaba cuidadosamente doblada sobre el velador y tomó su teléfono- Dios, es medio día.
Se apresuró en vestirse para marcharse de regreso al motel pero antes de entrar, recibió otro mensaje del desconocido "Buenos días, Honey, espero que te haya gustado tanto lo de ayer que hoy vendrás para la repetición, mismo cuarto, misma hora y no olvides la venda". Sam respiró profundo y guardó su celular en el bolsillo, ¿A quién iba a engañar? Lo de anoche había sido mejor que bueno y como se quedarían en la ciudad un par de días más, no tendría algo de malo divertirse un poco.
