Publiqué este pequeño fic en AO3 capítulo a capítulo. Ahora que está terminado, me ha parecido buena idea subirlo también a para que pueda llegar a más gente. Originalmente se llamaba Something In Between, pero fue algo temporal hasta que lograra encontrarle un título más apropiado. ¡Espero que os guste!


La primera vez que entra aire en sus pulmones es como volver a nacer. No tiene nada que ver con esa sensación de ahogo cuando te sumerges bajo agua durante un largo tiempo y, al salir de nuevo a la superficie, tus pulmones piden aire a gritos. Más bien es como emerger de una forma mucho más tranquila, calmada, sin la necesidad acuciante de oxígeno, pero aspirando profundamente para hacer recordar al organismo el funcionamiento del aparato respiratorio.

Es como ese tortazo que se les da a los bebés en el culo nada más salir del vientre de sus madres, solo que se trata de una cámara de congelación criogénica en lugar del cuerpo materno, y el tortazo del médico es la vuelta a la realidad en sí misma, la puesta en marcha de su cerebro. Otra vez. Tampoco hay pediatras ni enfermeras. Al abrir los ojos, después de unas cuantas respiraciones más, se encuentra frente a una cara vagamente familiar, y otras tantas completamente desconocidas. Todos van vestidos con batas de laboratorio.

Un hombre joven de tez negra, al que cree haber reconocido de un evento lejano de su vida (¿o quizá no tan lejano?), se le acerca. Al verlo, la imagen de una pantera con garras afiladas se cruza por su mente.

—¿Bucky? Soy T'Challa.

T'Challa. Sí, lo recordaba. Los últimos sucesos que había vivido se agolpaban en su cabeza, aunque algo inconexos: Su inculpación en una masacre en la que no había tenido nada que ver y la persecución que vino después, todo el mundo en su contra, la momentánea vuelta del Soldado de Invierno. Amigos y compañeros enfrentados. Siberia. El odio de Tony Stark. El apoyo de Steve.

Steve.

Miró alrededor, con la esperanza de encontrarlo, pero no estaba allí. Intentó ignorar esa punzada repentina que se había instalado en la entrada de su estómago, y tragó saliva con dificultad. Tenía la boca seca.

—Los primeros momentos tras la descongelación pueden ser algo desagradables —dijo T'Challa, prudente. A Bucky no le pasó desapercibido el hecho de que seguía sujeto a la cámara—. Tómate tu tiempo.

Los recuerdos comenzaban a tomar forma y cobrar sentido. Se encontraba en Wakanda, bajo la protección del monarca de la nación, escondido en un laboratorio en mitad de la selva. Se había congelado por voluntad propia, consciente del peligro que suponía su existencia.

—¿Saben... saben ya cómo sacarme al soldado de la mente? —preguntó, con voz grave y ronca.

T'Challa hizo una seña a dos científicos, que se acercaron para liberarlo de las ligaduras metálicas que lo retenían dentro de la cámara. Le llevaron también un vaso de agua que no tardó en vaciar.

—Hemos estado trabajando en ello desde que te trajimos aquí —explicó—. Han pasado ocho meses desde entonces. Creemos estar muy cerca de encontrar una solución, pero te necesitamos consciente para hacer pruebas.

Bucky asintió. Le parecía lógico. T'Challa se acercó a él y le pasó un brazo por la cintura para ayudarlo a salir de la cámara. Lo condujo hasta una camilla, donde se sentó. El joven rey le acercó otro vaso de agua que no dudó en aceptar, y uno de los científicos le cubrió los hombros desnudos con una manta.

—También hemos estado fabricándote un nuevo brazo. Creo que te gustará —comentó el monarca, con una sonrisa de suficiencia dibujada en la cara—. Mañana te lo enseñaremos. Por ahora será mejor que descanses. En cuanto comprobemos tus constantes vitales podrás ir a la habitación que te hemos preparado —le dio una palmadita en la espalda—. Bienvenido de nuevo.