Chase fue el primero en notarlo, pero Omi fue el primero en decirlo en voz alta. Jack había dejado de aparecer en los duelos.

-Tal vez se cansó de perder siempre. Es mejor así, ¿no creen?- Pedrosa intentó quitarle importancia al asunto frente a los demás, pero en cada duelo esperaba volver a oír la voz molesta del pelirrojo y los zumbidos de sus robots.

Kimiko, por otro lado, estaba algo más preocupada. Su relación con Jack era ligeramente diferente. Sus padres trabajaron juntos por un tiempo y eso significaba encontrarse en las fiestas a las que los adultos los obligaban a ir. Hablaban de juegos y tecnología la mayor parte de la noche y eso los había vuelto cercanos, de alguna forma. Jack también había dejado de asistir a esas fiestas y su padre evitaba hablar de aquello a toda costa cada vez que la joven preguntaba por su paradero.

Finalmente, fue Wuya quien apareció en la casa del pelirrojo para ver qué le había pasado. Habían pasado cerca de tres meses desde la última vez que se habían visto.

Su relación con Jack era complicada. Le tenía cierto cariño al chico, pero no lo aguantaba demasiado. Sin embargo, se sentiría responsable si algo le pasara, ella lo había arrastrado a los duelos.

Gran parte de la mansión en la que Jack vivía estaba a oscuras. La bruja pasó por la puerta del sótano, vacío, y siguió de largo hacia la única luz encendida en la casa: la habitación de Jack. Pudo escuchar la voz del genio discutiendo con alguien, pero estaba demasiado lejos como para entender lo que decía y, cuando ya había llegado a la puerta, solo escuchó "Adiós, Ashley".

Sin pensarlo dos veces, Wuya abrió la puerta solo para encontrar a Jack, perfectamente sano (no lastimado o en una gran depresión como había pensado originalmente, ya que esa era la única razón por la que el pelirrojo hubiera dejado los duelos), acostado en su cama y comiendo ese asqueroso pudín que tanto le gustaba. Una mano sostenía la cuchara y la otra…

-¿Wuya?- Los ojos de Jack se abrieron en sorpresa y algo de terror.

La otra mano estaba en su vientre.

-Estas…- La mujer intentó decir que estaba gordo, que era un vago y ¿por qué dejaste los duelos, Jack? Eran el único ejercicio físico que hacías.

-Embarazado.- Completó el adolescente por ella, con su rostro del mismo color que su cabello. No tenía caso esconderlo más.- Estoy embarazado.

Pero los hombres no podían embarazarse. Ambos sabían eso y Jack solo tuvo que esperar con una sonrisa avergonzada a que la mente en shock de Wuya hiciera dos más dos.

Jack Spicer era mujer.


¡Hey! Se que tendría que estar traduciendo Drawing Lessons, mañana publicaré el próximo capítulo sin falta, solo tenía que sacarme esto de la cabeza. ¿Que creen? ¿Merece una continuación?