La primera helada de invierno comienza. Y un joven de cabellos rojizos y ojos color vino, se encontraba observando através del cristal a los copos de nieves, que caían al compas de sus lagrimas, esos bellos ojos de color vino estaba inundados de tristeza y dolor, por el solo hecho de ver a su amigo a quien amo desde la primera vez que lo conoció, besando a su mejor amigo y rival Haru.
–––FLASH BACK –––
En aquella época eran unos niños de tan solo 10 años de edad. Eran muy cercanos, pasaban muchos tiempos juntos, ya que sus madres se conocían. El niño de ojos color vino se había enamorado de aquel niño llamado Makoto, un niño amable, mas alto que él, castaño y de ojos color oliva. Aquel niño de cabellos rojizos en el momento que lo veía su corazón de aceleraba tratando de escaparse de su lugar, a pesar de su corta edad sabía muy bien que esa extraña sensación era nada más ni menos que un hermoso sentimiento de amor por el niño de ojos oliva.
Pero Rin quería poder ponerle un fin al mar de emociones que provocaba el castaño en él, ya que no quería arruinar la amistad que tenían. Un día que fueron de vacaciones ambas familia (Tachibana y Matsuoka), los niños fueron a jugar a las cercanías de un bosque. Makoto y Rin se adentraron más y más al bosque encontrando un rio, en ese bello lugar se la pasaron jugando perdiendo así la noción del tiempo. Al darse cuenta de que estaba oscureciendo los niños decidieron regresar a casa, pero Rin que estaba sentado en una de las piedras dentro del rio que formaban un puente, mientras caminaba para llegar a la orilla en donde se encontraba Makoto. Rin se resbala provocando que por reflejo Makoto le sujetara la mano evitando que Rin caiga.
Rin ¿te encuentras bien? – dijo un sonrojado castaño –
Sss… SI – puedo pronunciar el alocado corazón de Rin –
Vámonos, Rin – sosteniendo aun su mano-
Rin asintió con la cabeza. Todo el camino a la casa donde se encontraban de vacaciones, Makoto tuvo agarrada la mano de Rin, que no paraba de ponerse más rojo que una manzana. Al parecer el castaño no se había dado cuenta que aun lo sostenía, hasta que una voz que ambos niños conocían los separo. Era la mamá Tachibana con la mamá Matsuoka, buscando a sus polluelos que aun no regresaban a su hogar. Desde el encuentro de las madres preocupadas, los niños ya no se encontraban agarrados, pero eso no hizo que él corazón del pequeño tiburón entendiera que le sería imposible dejar de encontrarse inmerso en aquel mar de emociones que provocaba el niño de ojos color oliva.
–––FIN FLASH BACK –––
Rin observando através del cristal susurro el nombre del castaño, con el propósito de que pudiera escucharlo. Una y otra vez sin que lo escuchara viendo a la persona que hacía que su corazón de acelerara y su rostro mostrara la más tierna y delicada sonrisa; en este momento su pecho dolía asfixiándole. Rin dirigió su mano a su pecho, aferrándose fuertemente, tratando de que el dolor disminuyera.
Al transcurrir unos minutos Haru y Makoto se habían ido del lugar, sin percatarse del joven de cabellos rojizos. Rin quien se había puesto contra la pared evitando ser visto, se dejo caer contra el suelo, aun sujetando su pecho. Dirigió su mirada empapada hacia el cielo contemplando la blanca nieve caer, justo con sus lagrimas y su corazón desmoronándose en pedazos.
RIN – Su nombre fue pronunciado por el capitán de Samezuka Mikoshiba – Oye, oye ¿Qué haces aquí? Te refriaras si te quedas sentado en ese lugar – Rin dirige su vista al capitán y esté le ve llorando. Mikoshiba se acerca y le acaricia la cabeza - ¿Qué pasa Rin? ¿Por qué estas llorando?
Eh? … no es nada – muestra una sonrisa forzada, mientras se seca las lágrimas –
Ven conmigo Rin – Mikoshiba agarra su brazo y lo lleva con él – tomaremos un café y me cuentas
Al pasar unos minutos llegaron a una cafetería. Estando ya sentados en la mesa que pidieron, se dirigieron a leer el menú, para así ordenar. Mikoshiba ordeno un café con medias lunas bañadas en chocolate y Rin ordeno un capuchino con tostadas crujientes de membrillo.
Cuando Rin pudo calmarse comenzó el relato de su amor no correspondido, desde el momento en el que se enamoro hasta el momento donde su corazón fue destrozado. El capitán agarro su tasa. Tomo un sorbo y suspiro, para luego hablar.
A pesar de todo, ¿no es bueno que confieses como te sientes?, de esa manera obtendrás su respuesta, antes de decidir rendirte – Rin se sorprendió por lo dicho del capitán – bueno veras es similar a lo que me paso con tu hermana – sonríe –
Eh? … pero si hago eso… nuestra amistad acabara
No lo sabrás si no lo intestas – sonríe – soy un claro ejemplo, ya que pude conquistar a tu hermana y me gane a su hermanito – sonrisa burlona –
– sonrojado y entrando en su faceta de complejo de hermano mayor – ¿En qué momento permití que se acercara a mi hermanita? CAPITÁN
Ya… tranquilo – le sonríe y Rin también lo hace –
Después de unos minutos de hablar de temas sin sentidos y hacer que Rin se olvidara de su tristeza. Mikoshiba sonrió y dijo.
Ya sé que haremos mañana – ya que ambos no tendrían ninguna actividad del club – iremos al centro comercial por nuevos trajes de baños
Ajam… se sincero solo quieres arrastrarme a mí y no a mi hermanita – ríe a carcajadas – no quieres que te haga probar todos los diferentes trajes de baños
No es cierto – algo avergonzado – no es por eso que quiero que vengas conmigo – ríe nervioso – es solo… eh… bueno… esto… posiblemente tengas razón
Jajaja lo sabia – hace de secarse las lagrimas –
No te rías – se levanta y le agarra la cabeza para despeinarlo –
Jajaja lo… lo siento – Mikoshiba lo suelta –
Qué bueno – sonríe – entonces ya está decidido mañana nos encontraremos en la estación
Oye espera – Mikoshiba se levanta dejando pagado lo que ordenaron y huye antes de que Rin diga algo –
Adiós RIN… – se despide Mikoshiba a una distancia considerada XD –
Desde que él capitán se había vuelto el novio de su hermana Gou. Él y Rin se habían vuelto mucho más cercano, hasta tal punto que Mikoshiba se preocupaba por Rin como si fuera su hermano menor, tanto así que no quería ver esa mirada de tristeza que le había mostrado por lo ocurrido, eh hizo lo imposible para que dejara de pensar en ello y sonriera como siempre. Rin quien había comprendido lo que Mikoshiba hacia se había dejado llevar. Ya que Mikoshiba es como el agua que fluye constantemente sin detenerse a observar, solo guiado por sus instintos de vivir cada momento con lo mejor y lo peor de uno.
Espera… OYE CAPITÁN… tsk… se fue sin escucharme – sonrió –
Resinado a que fue obligado a juntarse al día siguiente, se dirigió a su casa, ya que era fin de semana. Mientras caminaba por las calles bañadas por el color blanco, observo el cielo de un magnificó tono, iluminado por las estrellas que parecían guiarlo, procurando que no viera aquel recuerdo que había destrozado su corazón. Caminando por las desoladas y blancas calles, Rin ve una silueta, que para él es conocida, rogando que no sea la persona que creía que era, aquella que en este momento era una de la que menos quería ver, sujetándose a aquella idea, la silueta se aproximaba a él.
