Título: De cuevas y preguntas.

Resumen: Están atrapados cuando Todd decide revisitar las dudas sobre su sexualidad. Por culpa de un maldito beso.

Cantidad de palabras: 503 palabras

Advertencias: BoyxBoy (Brotzly), drabble.

Disclaimer: Dirk Gently's Hollistic Detective Agency no me pertenece, es propiedad de Douglas Adams, Max Landis y la BBC.

La tensión era inaguantable en ese punto.

Estaban atrapados en esa maldita cueva-trampa-loquefuese por quien sabe cuánto tiempo. Farah les había prometido buscar ayuda, pero hasta que ella llegase, estaba claro que algo iban a tener que hacer con Dirk para poder resistir el frío de la noche que comenzaba a hacerse sentir.

Pero esto.

Esto no era lo que tenía en mente.

Cuando Dirk se aproximó inocentemente hacía él, lo último que se le habría cruzado por la mente era esto. Calor humano, claramente.

Es obvio cuando uno lo piensa fríamente…

¿Pero como pensarlo fríamente cuando estaba tan malditamente cerca?

Y cada vez con menos ropa.

El terror invadió a Todd por algunos segundos, quizás él sabe todo lo que pasa por mi cabeza.

Miró al pelirrojo de arriba abajo:-¿Por qué estás haciendo esto?

-Calor humano, es uno de los mejores trucos para sobrevivir al frío.-Dirk sonrió, completamente seguro. Completamente inocente.

¿Completamente?

Había algo en sus ojos, una chispa, una llama comenzando un incendio dentro de él.

-De acuerdo, pero nadie puede enterarse de esto.- Levantó su dedo índice y lo señaló violentamente.- Nadie, ¿entendido?

Dirk presionó sus labios juntos y asintió con la cabeza, una sonrisa todavía en su rostro.

El castaño suspiró y comenzó a sacarse su ropa, sintiendo el frío en su piel; pero apenas comenzaba a ponérsele la piel de gallina, Dirk ya estaba allí, completamente atento a él, abrazándolo.

Ah, maldición. Maldita sea, maldición.

Su corazón latía con prisa, su rostro se enrojecía, y todo su cuerpo se sentía extremadamente caliente en donde Dirk tocaba.

El beso que siguió a esto era la única cosa que ambos sentían que era correcta.

¿Qué importaba si al salir de ahí ambos tuviesen que ignorarlo?

¿Qué importaba que nadie apareciese hasta la mañana siguiente?

Todo lo que importaba era que estaban juntos, piel contra piel, labios contra labios.

La tensión sexual existente entre ellos había sido inaguantable hasta aquél momento. Cuando sus labios chocaron, la pregunta silenciosa estaba en el aire, ¿por qué no lo hicimos antes?

¿A quién le importa?

Todo avanzó deprisa una vez ambos conectaron con ese beso. Comenzó torpe pero los dos se adaptaron rápidamente al otro.

Las manos del pelirrojo no se quedaban quietas nisiquiera por un segundo; acariciaba su cabello y hacía círculos en su cintura con el dedo pulgar.

No estoy listo para esto. No estoy listo. No.

Todd se alejó bruscamente. Con los ojos abiertos como platos y los labios enrojecidos por el beso.

-No soy gay, Dirk.- Quizás, así es como pensaba, pero su cuerpo había decido tener conciencia propia en aquél momento.

Dirk soltó una risita, pero carraspeó su garganta y asintió con la cabeza:-No pienso hacer nada que no quieras. Lo prometo.- Le sonrió, quizás la sonrisa más dulce que Todd había visto en toda su vida.

Y le tomó la palabra.

Todd se lanzó nuevamente hacía los labios de Dirk, sin importarle por esos segundos cuál era su maldita sexualidad.

Ya lo descubriría al salir de la cueva.