Nota de autor: ¿Por qué siempre que me inspiro ha de ser corto? Me gusto el tema de la historia, estaba pensando en con quien emparejar a George y Susan me llegó a la mente inmediato ¿se había hecho eso ya? si no, debería hacerse más seguido. Si les ha gustado puedo hacerlo un long-fic, o quizás alargarlo un poco, como sea, disfruten.
Este fic participa en el Mini reto: "¡Feliz cumpleaños Fred y George!" del foro First Generation: The story before books.
Por unos buenos treinta
Un drabble por m.r.v
— Oye, simio, ¿has visto mi camisa verde?
— Todas tus camisas son verdes, mi querido vomito de duende.
— Tengo dos camisas verdes, muchas gracias —se quejó George— La de cuadros, quiero la de cuadros, la que me costó un ojo de la cara.
— No tu ojo, hermano, el ojo de un troll.
— Un ojo de todas formas.
Los dos gemelos corrían por todos lados, las escobas mágicas barriendo todo el suelo del departamento, los platos se lavaban solos y luego apilaban en diferentes lugares, mientras Ginny gritaba ya que al parecer la levadura del queque no había funcionado, el niño que vivió estaba sentado incómodamente en el sillón, con un pygmy puff en su regazo, tratando de peinarlo. Todo esto era, por supuesto, ya que era primero de abril, lo que era no sólo el día de las bromas, si no que el cumpleaños de ambos… El cumpleaños numero 30, lo que significaba que los hermanos celebrarían una gran fiesta.
Fred estaba más que nada tranquilo, le encantaban las fiestas y Ginny se había ocupado de todas las cosas que causaban estrés, como enviar invitación y traer comida, además Angelina le había prometido un buen regalo para después, todo era estupendo. George, en cambio, se sentía listo para vomitar. Le gustaba estar con gente, de verdad que sí, en especial cuando aquellos le celebraran la existencia (¡30 años de existencia magnifica y llena de bromas!), pero había invitado a Susan Bones, después de encontrársela en El Caldero Chorreante y la verdad es que el hecho de Susan era tan distinta a todas las chicas con las que había salido alguna vez lo ponía tan nervioso que se había puesto desodorante ya cuatro veces.
No le había dicho a Fred, claro, pero su hermano ya sabía, incluso lo había comentado ("Es pelirroja ¿Tratando de mantener el gen, Georgie?")
— Fred, anda a ver a Teddy, creo que se despertó —se escuchó gritar.
— ¡Que vaya Harry!
— ¡FRED!
La fiesta estaba en su máximo apogeo, todos sus compañeros de Hogwarts estaban ahí, sus primos y amistades, las luces naranjas y rojas iluminaban el departamento, Fred y Angelina conversaban animadamente con Oliver Wood, Neville Longbottom estaba un poco colorado por el whisky y Teddy Lupin entretenía a todos, mostrando como Charlie Weasley le había enseñado a eructar el alfabeto entero, de vez en cuando saliendo burbujas de su boca, ya que la magia empezaba a aparecer en él.
En fin, la fiesta era un éxito, todos reían, claro, todos menos George, que estaba rascándose el cuello nervioso, con Susan adelante suyo, mirándolo divertida.
— Lo siento, es que no se como reaccionar contigo.
— Háblame como le hables a otras chicas.
— Es que tu no eres como las otras chicas, Su, me da miedo decir lo incorrecto.
— Ya acertaste —le sonrió— Por unos buenos treinta.
Y George se rió.
Sí. Por unos buenos treinta.
